Manual de lo prohibido

1.3K 70 9
                                    

Narra Rama

Habían pasado unos días y mi relación con Mica seguía igual que siempre, nos llevábamos igual de bien, aclaramos lo que había pasado y no hubo mas mal entendidos. Ahora yo estaba con Soso y ella seguía sola, por que ella quería, porque pretendientes no le faltaban. Habíamos acordado que ella iría al médico para solucionar esos problemas. Y así fue, le recomendó que fuera a un psicólogo a hablar de ello, que podría ser causado por una situación de estrés o por un trauma infantil. 

Ella iba todos los días por la mañana, para luego tener la tarde libre para poder ir por la tarde a combate. Yo me ofrecí a acompañarla, para que no se sintiera sola, ya que nadie de su familia vive en la capital y tampoco quería preocuparles. Cada día ella estaba mejor, algo más relajada, aunque seguía siendo Mica, la paz para ella era algo momentáneo. 

Hoy era una de esas mañanas, estábamos saliendo de la clínica y fuimos a por un helado. Ella estaba muy feliz comiéndoselo como si no hubiera nada que pudiera molestarla en ese momento. Fuimos a nuestro lugar secreto a dar un paseo y nos sentamos en un banco.

-Me encanta este lugar, gracias.-Me sonrió.

-Los amigos comparten todo ¿no?.-La miré sonriente.

-Bueno con los demás no lo hiciste, me dijiste que ni tu hermano sabía de esta plaza. Soy única, losé Ramiro.-Empezó a reírse.

-Egocéntrica.-Me reí con ella.

-Te mueres por mi que te haces el tonto.-Continuó divertida.

-Que creída por favor.-Me llevé las manos a la cabeza riéndome. Me hacia bien, me gustaba estar así con ella.

-Es broma, es broma. Yo respeto, no me meto en relaciones ajenas. Igual ¿marcaste ya gol?.-Arqueó las cejas.-¿O fallaste y le diste al arco?.-Sonrió maliciosa.

-¡Qué atrevida por Dios Micaela! ubícate querida.-Estallé en carcajadas.

-Bueno no tenemos cinco años cálmate adolescente, hormona con patas.-Siguió riéndose.

Estuvimos un rato así hasta el punto de llegar a llorar de risa. Ni yo mismo podría haberme imaginado nunca que esto iba a ser así, que un día me lo iba a pasar tan bien con Mica, que iba a poder llamarle amiga. Incluso esta semana que estoy nominado con Congo, que lleva cayendo nominado como 3 o 4 semanas y siempre pide por él, esta vez no pidió. Prefiere ser neutral, o capaz yo estoy proyectando demasiado.

-¿Me alcanzas a casa y recogemos mis cosas y luego vamos a por las tuyas? ya de paso me llevas a los estudios, así me ahorro bastante en el auto.-Sonrió divertida.

-Jajajajaja como te aprovechas de mi, eh. Vamos.-Le respondí.

Fuimos hasta su casa, le puso comida a Aloha y algo de agua. Tomó sus cosas para entrenar y se hizo una cola alta. Volvimos al auto en el que fuimos hasta mi casa cantando canciones.

-Con tu figura que me atrapa, con esas curvas que me matan, con la mirada que me ataca, y unas ganas que me delatan.-Canté.

-Bailame, ie, ie, con esa boca bésame.-Siguió ella. Los dos nos miramos y sonreímos y cantamos a dúo, mirándonos.

Llegamos al final del destino, estacioné el auto y abrimos la puerta.

-Bueno ya vienen juntos a casa y todo, ¿qué es lo siguiente?.-Dijo Nacho sorprendido.

-No seas idiota, estoy con Soso.-Respondí.

-Tampoco lo tienes que aclarar cuarenta veces en el día Rama, ya lo sabemos.-Se rió Micaela. Ella y mi hermano chocaron los cinco.

Silencio ; RamaelaWhere stories live. Discover now