My boyfriend is famous » horan.

Capítulo 10.

Pide un deseo.

Sus ojos van del celular a la pequeña revista, luego vuelven a posarse en el celular y nuevamente en la revista. Como un gif en movimiento.

Pasan unos segundos, no lo sé realmente, porque para mí es como si fueran horas. Se, por la forma en la que mi padre está plegando el ceño y entornando los ojos, que se encuentra sorprendido, incluso incrédulo. Aunque no lo culpo; yo estaría igual. Aunque yo no estoy en estos momentos nada tranquila, la verdad. Mi corazón va aumentando en crescendo y mis manos se mueven ligeramente por el temblor.

Ya he experimentado esta sensación; esta sensación del corazón acelerado. Como una niña siendo atrapada por estar haciendo algo mal. Y créeme, cuando digo que ya me he cansado, estoy cansada de sentir este sentimiento. Pero soy capaz de aguantarlo, pero no sé hasta qué punto.

-Entonces... -Dice mi papa, que al fin ha encontrado su voz. Gracias al cielo. - ¿Tu...? -No termina la frase, suelta un suspiro apartando la revista de Madison -en donde se encuentra un poster de Niall- y mi celular. Al final levanta la mirada, y sus ojos se encuentran con los míos.

- ¿Sales con Niall Horan? -No es una pregunta, no por el tono de voz que está usando. En el fondo, él sabe que está confirmando un hecho. El problema es que, yo no salgo con Niall Horan.

Realmente tengo una teoría bastante ridícula; Yo soy novia de Niall, mi Niall, ese chico que con sus tonterías, incluso idioteces, ha llegado a robarme un poco el corazón.

Y luego esta Niall Horan, un chico realmente diferente. Cuando lo veo por la televisión, o en la revistas, sigue siendo el engendro que logro robar el corazón de miles de chicas -incluyendo a mi hermana, que a mi parecer era más fría que una piedra cuando se trataba de sentimientos-. ¿Lo ven? Había una gran diferencia entre mi Niall y Niall Horan, yo lo veo, y eso para mí es más que suficiente.

Aun así, no voy decirle esa teoría a mi padre. Tomando una gran bocanada de aire digo:

-Si... mi novio es famoso. ¿Difícil de creer, no?

***

Realmente es difícil estar completamente segura de que alguien pueda guardarte un secreto. Y más cuando se trata de confianza. No me malinterpreten, yo confío en mi padre, siempre lo hice. Pero, cuando se trata de secretos... no es bueno cerrando la boca.

Como cuando tenía cinco años, cuando pateé a Madison en las costillas -Se lo merecía la muy perra- Y el único que me había visto era mi padre.

Yo sabía que él no me iba a castigar -Porque, secretamente yo era su favorita, aunque nunca se lo dijo a Madison; digamos que ella era el condón roto, si exacto-.

La verdadera bestia siempre fue Mamá, esa mujer viste de oveja inocente mientras en su interior existe un tigre salvaje, justo como Madison.

A lo que iba, era que, justo después de golpear a Madison, y suplicarle de rodillas, literalmente, a mi padre para que no le diga nada a mamá, todo pareció tranquilo.

Pero luego, a la hora de la cena, cuando la jodida de mi hermana comenzaba a quejarse por sus costillas, mi mamá pregunto qué le ocurría. ¿Saben que hizo mi padre...el muy hijo de... del lechero? Pues me apunto con sus dedos, y fue como si una luz descendiera del cielo y me iluminara.

Esa noche no comí el postre, un castigo brutal, la verdad.

Fue difícil, pero no imposible, al menos logre que mi papá mantuviera la boca cerrada. Claro, el bastardo me chantajeo, obviamente. Tenía que prepararle pasteles -esos pequeños, que tanto el adoraba, aunque yo no sabía cocinar- por el resto de mi jodida vida