Capítulo 6.

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•Pequeñas dudas y rubios molestos [Parte 2/2]

¿Qué está mal con el mundo? ¡Que alguien me explique! ¿Por qué el universo es tan injusto? Y luego uno se pregunta ¿Qué es la injusticia? Yo no sabré decirlo, tal vez la injusticia es el hambre en el mundo, la hipocresía, las enfermedades, las muertes inesperadas, el amor… Pero creo, sensatamente, que cada uno tiene su propia injusticia. ¿La mía? Ja, bueno, ahora se encuentra arropado a mi lado.

 La injusticia de mi vida.

Supongo que es egoísta de mi parte colocar la palabra “injusticia” a mi existencia, hay cosas peores, y están personas que de seguro sí viven sufriendo… de hambre, o frío… incluso de alguna extraña enfermedad mortal. Pero, como ya he dicho cada uno tiene un problema en la vida, si no lo tuviéramos, no sería «vida». No tendríamos metas, y esas cosas.

¿Por qué de repente me pongo analizar sobre mi vida? No es el momento más oportuno para pensar sobre la injusticia…

Quizás no soy la persona menos suertuda del planeta, pero en mi vida lo soy y ya.

Si tuviera suerte, lo que está pasando en estos momentos no estaría sucediendo. O quizás se trata de falta de moral. Seguro que sí.

Todo empezó el mismo día, no a la hora exacta, fue un poco más tarde. Retrocedamos horas atrás, cuando yo todavía estaba en el auto de Harry oliendo a mierda. Ahí mi vida todavía no era algo malo, si redondeamos las cosas un poco.  Lo malo comenzó cuando me bajé de su auto.

— ¿Te veré mañana, no? —me dijo él, sonriente.

—Mañana —le aseguré bajando del asiento y sintiendo asco de mi misma por oler a baño público. Era muy lindo de parte de Harry no haber tapado su nariz, había pensado al entrar en casa. Era más de la una de la tarde, y subí a mi habitación y fui directo al baño. Me quité la ropa, la tiré por ahí y me coloqué debajo de la ducha  por más de una hora, sin estar bromeando.

No soy de tardar mucho en el baño, lo máximo es cuarenta minutos si debo lavar mi pelo. De todas formas, cuando salí del baño, ya no oliendo a escoria humana,  ojeé algunas páginas de mi libro antes del examen que se realizaría en la escuela. Había estudiado bastante la noche anterior, y traté de concentrarme al máximo, pero una ojeada nunca está de más.

Bien, hasta ahí todo fue normal.

“Normal” a mi manera, claro.

¿Qué es la normalidad después de todo?

Luego mi madre me llamó para que bajara a comer algo antes del examen, había llegado tarde y no pude almorzar. Cuando estuve abajo ella me miró con una mueca.

— ¿Te ocurre algo, cariño? Luces muy cansada.

Yo bufé, colocando mi frente en la mesa.

—El trabajo apesta —me quejé, como toda buena hija a su madre. Ella imitó mi mala cara.

— ¿Sarah es muy dura contigo? —no contesté, porque, uno, ella aun creía que Sarah era mi jefa y dos, porque si descubría que ya no trabaja en la cafetería comenzaría hacer preguntas raras, y terminaríamos cambiando monumentalmente la conversación hacia una más rara como “te contare de donde salen los bebés, amor”.

—Tengo sueño —me gimoteé, como si no la hubiera escuchado.  Ella me miró con lastima y colocó un plato de fideos caseros frente a mí.

—Deberías decirle a Sarah que te dé unas pequeñas vacaciones —me animó .Cuando estaba a punto de replicar que todo estaba en orden, Madison entró con el teléfono en mano.

My boyfriend is famous » horan.Where stories live. Discover now