My boyfriend is famous » horan.

Capítulo 7.

Mi vida es un completo show.

Niall Horan salió del armario silenciosamente, mirando a los costados por si había una señal de vida.

- No hay moros en la costa - me dijo en murmuro - Sal.

Cuando di un paso hacia adelante para salir, repentinamente el rubio cerró la puerta por mi cara, por ende, casi rompe mi nariz.

- ¿Qué mierda te ocurre? - rugí, furiosa.

Me llevé una mano en la punta de la nariz e hice una mueca.

- ¡Callada! - espeto él al otro lado de la puerta.

- ¡Amooor! - gritó la reconocida voz de mujer.

- ¡Tiffany! - exclamó Niall Horan con algo de irritación pero disfrazado de falsa felicidad.

- ¿Es verdad que te duele el estómago? - preguntó la chica.

Pasaron unos segundos y luego el cantante respondió:

- Esto... sí, comí algo que me ha hecho mal.

- ¡Niall! - le reprochó la chica con voz irritada - ¿Que te dije sobre comer burritos? ¡sabes lo que te causan!

- Sí... sí tienes razón - dijo él rápidamente - Es que no puedo resistirme... tú me entiendes.

La chica rió, algo exagerada.

- ¡Ay, osito! no importa, ¿iremos a la fiesta de Zack esta noche?

- Se llama Zayn - corrigió el rubio.

- Ese.

- No lo sé, tengo cosas que hacer...

- ¡Bebé! me prometiste que estarías más tiempo conmigo -lloriqueó la chica.

Pude oír cómo Niall suspiraba.

- Esta bien... - dijo con resignación.

- ¡Oh, por eso te amo!

Yo rode los ojos, demasiada novela mexicana por hoy.

Luego de unos minutos Niall Horan abrió la puerta.

Yo suspiré y me levanté del suelo.

- Al fin - siseé molesta. Él me miró y enarco una ceja.

- Te recuerdo que sigues en problemas. Eres tú la que entra a mi casa ¿Jamás te cansaras? estoy empezando a creer que tienes serios problemas mentales.

Él tenia razón, sobre lo de querer quejarme, no estaba en las mejores condiciones para reclamar o mucho menos enfadarme. Por el momento, claro.

- No te preocupes... - dije saliendo del armario que empezaba a asfixiar - Yo me largo.

- ¿Para qué viniste entonces? - dijo - ¿Quieres un autógrafo? ¿una foto? ¿dinero? dime... me siento acosado.

- ¡Yo no te estoy acosando! - chillé y luego entorné los ojos. Algo se me estaba olvidando, una acosadora - Madison... - murmuré.

- ¿Madison? - preguntó y luego frunció el ceño - ¿Es una línea de ropa interior o algo?

- ¡No! es mi hermana - mencioné y me dirigí hacia las cortinas, mi corazón dio un vuelco.

- Demonios - chillé al no verla - ¿Ahora donde se metió?

- Haber si entiendo... - comenzó a decir el rubio - Tienes una hermana, llamada Madison y es imaginaria...

- ¡No es imaginaria! - expliqué - ella estaba aquí hace unos minutos.

- Ajá y luego desapareció ¿no?

- Sí, quiero decir, se escapó, la desgraciada infeliz hija de...

- Woo, woo- me cortó Niall - Tranquila, hagamos esto, te vas de mi casa sin maldecir, yo no llamo a la policía y exijo una orden de restricción y todos felices ¿que dices?

- ¿Cómo demonios me iré? - exclamé - No tengo auto ¡Madison se largó!

- No pienso llevarte - dijo él rápidamente - Pero... podría llamar a un taxi.

- No tengo dinero.

- ¿Que clase de acosadora no tiene dinero para fugarse?

- ¡Que yo no te estoy acosando! - las ganas de golpearlo hicieron que apretara los puños, cosa que al parecer Niall Horan notó.

- Hey - dijo alzando las manos y abriendo los ojos aún más - No te pongas violenta, tranquila - murmuró como si hablara con un animal salvaje.

- ¡Demonios, estoy tranquila! -grite y él se sobresalto. Un tic nervioso salto de mi ojo derecho.

- Todavía puedo llamar a la policía -me amenazó-.

«Respira, no lo mates, podrías ir a la cárcel de nuevo... respira»

- Osito ¿no olvidé mi cartera por aquí...?

La chica de voz chillona, dio acto de presencia. Sus ojos azules me miraron confundidos pero rápidamente esa confusión se volvió enojo. Madre santísima.

- ¿Y ésta? - le reclamó al rubio.

Niall me miró a mí y luego a la pelirroja que se encontraba echando humo por mi presencia.

Yo por mi parte tragué saliva, preguntandome como mierda saldría de esta situación sin meterme en más problemas.

Mi vida era todo un show en esos últimos días.