My boyfriend is famous » horan.

Capítulo 9.

Simples palabras.

Amber me observa atentamente, sus cejas están alzadas, escuchando atenta cada palabra que sale de mis labios. Y debo ser sincera, que esté tan callada, me da algo de miedo. Se supone que en este momento debería estar gritándome o algo así. Sigo removiéndome en mi lugar.

Cuando me he callado por completo, observo a Amber que sigue cernida en sus pensamientos, sus ojos entornados y mirando un punto imaginario detrás de mí. Los nervios hacen que mi estómago duela ¿O era esa jodida Dona? ¿De verdad importa? Yo solo quiero que ella diga algo o podre morir en cualquier puto segundo.

Era mi mejor amiga; y como dije, las mejores amigas no se guardan secretos. Ni uno solo, hasta debes decirle cuando te llega Andrés [Ya sabes, el que llega cada mes] La cuestión es que, como éramos cercanas, obviamente tuve que contarle lo que paso entre Niall y yo, pero no con detalles, porque, ella estaría vomitando en este preciso instante si yo hubiera hablado de más.

Entonces Amber habla, y de todas las cosas que me podría haber dicho como: "¿En serio lo hiciste?" o hasta "¿Fue delicado?" Incluso "¿Te duela la...?"

Amber Collins dijo:

- ¿La tiene grande? -Mastica su dona tranquilamente, como si me preguntara eso todos los días.

- ¿Perdón? -Digo, casi atragantándome con mi propia saliva. Amber se encoge de hombros, inocente.

-He dicho... -Dice, tragando su comida - ¿La tiene grande? Su polla, ya sabes.

- ¿Su qué...? -Pregunto, y la sangre sube, mientras trato de hacer del tonto, aunque claramente se de lo que esta hablando. Miro hacia los costados, donde los estudiantes hablan y ríen en sus mesas, y como siempre, no se dan cuenta de la existencia de nosotras. Aun así, me inclino más hacia Amber.

-He dicho... P-O-L-L-A -Deletrea la palabra con un tono dulce.

-Pues... es normal, ya sabes -Me encojo de hombros. ¿Cuándo en nuestra amistad empezamos a hablar de Willis? ¡¿Cuándo?! Amber asiente con una sonrisa y mueve una mano sugestivamente, para que yo siga.

Ruedo los ojos.

-Es una p-o-l-l-a igual a todas... -Exclamo. Amber ya no está sonriendo, de hecho ni siquiera me mira cuando yo la observo. Su vista esta alzada por sobre mi hombro. Trago saliva, cerrando fuertemente los ojos.

- ¿Harry está detrás de mí, verdad? -Pregunto, con voz estrangula. Vuelvo a abrir los ojos y ella asiente con los labios fruncidos. Me doy la vuelta, y para mí no tan asombroso, Harry está ahí, con los ojos ampliados y la boca entreabierta con expresión incrédula.

-No es lo que parece -Me apresuro a decir, casi Atropellando las palabras. Harry niega con la cabeza.

-Yo... -Balbucea -Tengo que irme -Y con eso se apresura a alejarse, con una expresión de horror calcada en su rostro. Siento mis mejillas calientes por la sangre acumulada en ellas.

- ¡Genial! -Exclamo el sarcasmo es ocurrente en mi voz -Harry cree que soy una pervertida adicta al sexo. Simplemente genial.

- ¿Qué no lo eres? -Bromea Amber. Mis ojos la fulminan y ella levanta las manos, en son de paz.

-Espera... ¿Lo soy? -Pregunto, de repente asustada. ¿Y si me volví una ninfómana [1] o algo por el estilo? No, no, no. ¡Eso no podía pasar! Tenía que volverme monja... ¿Pero cómo? ¡Bah! Ninguna monja es virgen si lo piensas...

-Eso no va a pasar -Exclama Amber, como si acabara de entrar a mi mente -No puedes volverte una adicta al sexo así nada más... -Rueda los ojos- No todos somos mi madre.