My boyfriend is famous » horan.

Capítulo 9.

Baile de Graduación.

Los hermanos siempre tienen una especie de “amor-odio” entre ellos. Madison y yo  tenemos más odio que otra cosa. Ella se encarga de hacerme de la vida un pequeño infierno en ocasiones, y yo me encargo de decir que me vengare, aunque, jamás lo hago. Somos tan diferentes, física y mentalmente hablando. Ella es como la Barbie que cualquiera desearía tener, rubia, ojos azules y alta como un rascacielos. Yo soy como la amiga de la Barbie, puede ser considerada linda o fea, pero no importara si la tienes o no. En cuanto a la mentalidad, es más que obvio que no somos nada parecidas. Ella es azul, yo soy morado. De todas formas, yo la quiero mucho. ¡Lo sé, lo sé! No parece como si la quisiera, ya que la mayoría del tiempo deseo estrangularla o algo así. Pero la quiero. No se lo digo muchas veces, simplemente cuando es obligatorio, como en navidad o en el cumpleaños de mamá, donde ella quiere que nosotras estemos sonriendo todo el tiempo. Madison también me quiere, cuando le conviene, y cuando está de buen humor conmigo que es una vez al año.

Pero, en este momento, yo la amo. De verdad que sí. Bueno, no, simplemente pienso que le debo una. Madison tiene el ceño fruncido mientras yo la observo como si fuera Jesucristo.

—Escuché ruidos ¿ocurre algo? —pregunta, mirando alrededor de mi oscuro cuarto.

—No, Jesús… digo, Madison, no ocurre nada.

—No, yo realmente escuché algo.

—Debe ser tu imaginación.

Madison entorna los ojos, observando el piso. Contengo la respiración “Ahora lárgate, mierda” pienso, mirándola con los músculos tensos.

—Bueno, sea lo que sea, deja de hablar con tu amigo imaginario. Necesito dormir —Me mira por última vez antes de darse media vuelta. Suelto el aire contenido y cierro la puerta. Voy hasta mi cama y me siento en ella, observando la nada.

—Ya puedes salir, Niall —susurro, entre dientes. Niall suelta un quejido y lentamente sale de debajo de mi cama.

—Encontré un nuevo mundo allí —dice en voz baja —. Creí que las mujeres eran ordenadas.

—Pues entonces soy un hombre.

—Un hombre muy lindo.

—Sí, lo que tú digas —me levanto para estar a su altura y lo empujo —. Es mejor que te vayas por dónde viniste, amigo.

—No, ¿Qué sucede con la romántica propuesta que te hice antes que tu linda hermanita viniera a interrumpir? Debes contestar a mi pregunta —se cruza de brazos frente a mí. Madison había interrumpido en el momento preciso, porque si no lo hubiera hecho yo me hubiera quedado sin palabras, y quizás Niall me hubiera besado y todo eso. Por esa razón ame a Madison por cinco segundos.

—Niall, olvídalo ¿quieres?

— ¿Olvidarlo? ¡P-pero no es justo! ¿Sabes lo que le cuesta a un hombre decir todas esas cosas?

—Ay, sí, ay, sí,  tu orgullo de macho baja ¿no? No jodas.

—Hablo en serio, ____ —Gruñe, enojado —. ¿Por qué eres tan… vacilona?

— ¿Vacilona?

—Si tú me hubieras dicho algo así, yo no hubiera dudado ningún segundo en la respuesta ¿Qué pasa? ¿Acaso no me quieres?

—No es tan fácil.

—Nada es fácil, nena. Créeme. Solo dime, sí o no.

—Te debes ir.

—No hasta que me des una respuesta.

—No soy buena pensando en momentos de apuros.

—No jodas tú, ¿Qué es lo que tienes que pensar?