Capítulo 5.

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Vida de Telenovela.

Me reclino en el sofá, con la boca entreabierta, y los ojos tan abiertos que podrían salir de orbita. Si se preguntan que estoy viendo en televisión, y para contestar a su duda, no, no estoy viendo porno. Aquí un oscuro secreto que jamás le he dicho a nadie, excepto por Amber, que comparte este pequeño pero sucio secreto conmigo. Todo empezó a los dieciséis años, fue hace poco, lo sé, pero no contaba ya que estaba por cumplir los dieciocho y eso sería como dos años atrás, de todas formas, estaba junto a Amber, aburriéndonos, preguntándonos que queríamos ser cuando seamos grandes, o por qué no existían los unicornios. Cosas normales que uno se pregunta a lo largo de su adolescencia. Entonces, como seguíamos sin hacer nada, ella prendió la televisión, mostrándome un mundo nuevo. No, otra vez, no era porno.

Telenovelas.

Si se preguntan, yo nunca fui una chica romántica, ni siquiera me gustaba todo eso de la cursilería, aunque a veces, cuando estaba cerca de Niall, pareciera que un pastel de chocolate me hubiera poseído, y estoy toda: ¡Hay que lindo es la vida! O cosas por el estilo.

Y no, no estoy enamorada de él, bueno, no del todo. Tal vez una minúscula parte de mi lo está empezando a querer más de lo que mi otra yo aceptaría.

De todas formas, y volviendo a mi sucio pasado, empecé a tener una ligera, pequeña, chiquita, obsesión con las Telenovelas, [Y con eso me refiero a que no me perdía ni siquiera un capitulo, aunque eso significara faltar al funeral del decimosexto gato muerto de Madison] y no solo por el simple hecho de que los actores de ahí estaban como querían, era algo más atrayente, como el drama que había en ellos, como si en sus vidas nada nunca tendría que salir bien.

Y también me gustaba por el simple hecho de que en mi vida no ocurría nada interesante.

Hasta ahora claro, quien diría que la primera vez que viera a un hombre en todo su esplendor seria en un baño, junto a mi hermana, y con los ojos de Niall Horan tan agrandados como dos platos. Todavía recuerdo sus palabras luego de que Madison chillara que su cosa era grande, él dijo algo así como: ¡Locas! Y luego, ¡Seguridad! Y entonces, ¡Hay unas locas en mi baño! ¡Seguridad!

Oh, hermosos recuerdos.

Volviendo a las telenovelas y quitando a Willy del tema [Si, ya sé quién es Willy, porque, inocentemente lo había buscado en internet, no pregunten qué clase de imágenes encontré. Necesitare un psicólogo, por cierto.] La obsesión no ha cambiado después de dos años, yo sigo preparando palomitas a las cinco de la tarde, junto a Amber, mientras miramos fijamente cada cosa que hacen los personajes.

Mi sucio secreto: Muy en el fondo, yo podía ser una chica fresa, aunque jamás, ¡jamás! Iba a admitirlo, no en voz alta.

-Oh por dios -Susurra Amber, estirando su mano, rebuscando en el bol para meterse más palomitas en la boca -Él no sería capaz de traicionar a Rosa María Antonieta de las Cumbres.

-Yo creo que José Rodríguez Miguel Fuentes es un canalla.

-Opino igual.

Rosa María Antonieta de las Cumbres tiene un arma en la mano y está señalando a José Rodríguez Miguel Fuentes. Me pregunto porque sus nombres son tan largos.

Estoy tan ansiosa que aprieto el mando del televisor, mordiendo mis labios, cuando el timbre resuena, haciéndome soltar un respingo.

-Ve tú. -Dice Amber de mala gana, sin despegar sus ojos de la pantalla ni una sola vez.

Refunfuñando voy hacia la puerta, giro el pomo, con una cara de pocos amigos. Un chico está ahí, es como si mi rostro reflejara el suyo, ambos odiándonos mutuamente. Él parece impasible mientras masca una goma en su boca.

My boyfriend is famous » horan.Where stories live. Discover now