—¡Suéltame ahora! —exclamó Joon al borde de las lágrimas—, voy a matarlo.
—Deja de ser tan dramático —le dijo Daeho cargando a su hermano—, lo hizo por tu bien y nos hizo prometer no soltarte hasta que estuviéramos en el submarino.
—Es un mentiroso —dijo Joon frustrado—, un vil mentiroso, debí sospechar cuando me dio ese chocolate, sabía algo raro.
—¿Tu no hubieras hecho lo mismo en su lugar? —dijo Gabriela—. Esto no es una de sus tontas misiones, está en batalla ahora y no podía arriesgarse contigo corriendo hacia él pensando que vas a ayudarlo cuando en realidad los pones en peligro a los dos.
Joon no contestó porque sabía que Gabriela tenía razón, pero eso no significaba que no se sintiera molesto con Estefan por haberlo dopado en contra de su voluntad. Si no estuviera tan preocupado por él, estuviera maldiciéndolo por ser un embaucador.
Noto que no era el único amarrado y sometido en contra de su voluntad.
Theo y Liam cargaban a Natsuki, que a diferencia de Joon, estaba amordazado y parecía luchar realmente por zafarse y salir corriendo. Bastian cargaba la famosa katana de Natsuki y parecía triste al ver a su amigo.
—¿Qué demonios pasa con él? —preguntó Joon.
—Quiere estar en la batalla para intentar él mismo asesinar a ya sabes quién —explicó Gabriela.
—¿Vamos a llamar a la mamá de Jessy como Voldemort? —bromeó Joon, pero después se arrepintió cuando Jessy miró triste hacia otro lado y su amigo miró mal a Joon—. Eh bueno, ¿Al menos estaremos juntos no?
—Eso es lo importante —habló Odette mirando preocupada a Natsuki, entonces Joon recordó que esos dos fueron novios hace poco tiempo—. A pesar de las adversidades, tenemos que mantenernos unidos.
—Bien dicho señorita —asintió Hunter—. ¿Ya vamos a llegar al submarino? ¿Por qué los ciudadanos están yendo a otra dirección?
—Todavía queda un largo camino y los autos ya no pueden avanzar desde aquí —explicó Liam—, nosotros vamos a otro refugio, tenemos que subir un poco más y después bajar por el subterráneo. Deberíamos acelerar el paso, mi madre y Leia nos esperan.
—Taylor debe estar furiosa junto Noel por hacerlos ir con todas las mujeres y niños —habló Theo.
—O vamos, dejen que intente calmarlo —Odette se acercó a Liam y Theo que cargaban a un persistente Natsuki que no paraba de sacudirse cual gusano.
—No creo que sea buena idea Odette —la interrumpió Bastian—, no escucha razones y posiblemente también te insulte terriblemente si le quitas la mordaza, acabo de descubrir lo hiriente que puede ser enojado.
—No es necesario que lo desamarren —habló Odette—, solo déjenlo en el suelo.
Al final Odette pudo convencerlos y colocaron cuidadosamente a Natsuki en el suelo, aunque les fue difícil más cuando Natsuki casi logra patearle a Liam en la cara. Odette se arrodilló a su lado, miró directamente a los ojos de Natsuki, este intentó rehuir la mirada.
Odette sujetó su rostro con delicadeza, Natsuki al fin la miró y pasó de su mirada de odio a su mirada entristecida. Aún seguía queriendo mucho a Odette y en esos pocos meses no había podido olvidarla. Odette limpió la lágrima que caía por el rostro de Natsuki y se concentró en usar sus poderes.
No era una curación porque el futuro alfa japones no estaba herido físicamente, pero sus sentimientos eran todo una revolución en su interior. Odette pudo calmarlo, instó a sus poderes para que todo su cuerpo se relajará, sus músculos dejaran de estar tan tensos y su corazón no se acelerara tanto.
