CAPÍTULO 34.- segundo fragmento

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¡Hola! ヽ(=^・ω・^=)丿

Aquí llegue con el maratón de fin de año.

No puedo creer que siga escribiendo esto, algún día lo terminare. Puede que el año que venga, al fin termine la historia si sigo con este ritmo de publicaciones.

Creo que no habrá un libro mas, solo hare este libro mas largo con un salto temporal importante.

Ya veremos.

Me tomare un descanso de wattpad por algunas semanas, volveré fijo para finales de enero, no se preocupen.

Espero que pasaran una buena navidad y les deseo un hermoso fin de año

Besos ლ(' ❥ 'ლ)




***



(1/3)



—¡¿Cuándo vas a terminar?! —exclamó Gabriela—. ¡Te dije que te bañaras no que te acicalaras!

Bael salió del baño totalmente húmedo y maldiciendo a Gabriela.

Se puso el conjunto de ropa parecida a la ropa que solía usar todos los días bajo los insultos de su hermana, por no tener un poco de creatividad y andar siempre de negro como si fuera un rechazado social.

Los dos salieron discutiendo como siempre, una sirvienta se acercó a ellos y les informó que el Rey requería de su presencia en el salón principal.

—Seguro quiere que nos juntemos antes de ir al aeropuerto por papá —dijo Gabriela—. Ya sabes, tienes que estar en tus cinco sentidos y mantente fuerte en tu versión de los hechos. No queremos que la manada francesa termine llevándose a Jessy.

Siguieron hablando hasta llegar al salón principal. Cuando abrieron la puerta, Gabriela la primera en ingresar se quedó totalmente inmóvil. Alan abrazaba a Alex mientras su gemelo parecía contrariado. Todos los adultos estaban en el salón principal rodeándolos.

Gabriela tenía la mirada tan fija en su padre que ni noto que Jose también estaba ahí.

—¡Salte que no me dejas pasar! —Bael empujó a Gabriela con tosquedad.

Alan volteó la mirada.

—¡Papi! —Gabriela reaccionó.

Bael se quedó inmóvil detrás de ella.

—¡Gaby!

Padre e hija corrieron a los brazos del otro. Gabriela saltó hacia él y Alan la capturó en el aire dándole vueltas. Los dos lloraban mientras se abrazaban con mucha fuerza.

—Oh mi dulce princesa, perdóname por todo lo que hice —decía Alan besando a Gabriela en la cabeza, cuando esta fue puesta en el suelo nuevamente—. Te dije cosas terribles las última vez que nos vimos y nunca me he sentido más arrepentido de haber dañado a alguien, no quise matar al saco de mierda de tu mate, solo quise asustarlo un poco

Gabriela sonrió.

Jose miro indignado a Alan. Aunque agradecido de que este no le saltara encima a matarlo cuando ingreso al salón, parecía que Alan simplemente lo ignoraba ya que era al único que no había saludado.

No se podía confiar, tal vez eran sólo apariencias.

—Ya no importa —dijo Gabriela apretando sus manos—. Se que nunca me harías daño por tu voluntad, lo importante es que estas de nuevo con nosotros.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora