CAPÍTULO 14.- segundo fragmento

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—¡Una semana! —Noel empezó a bailar de manera muy graciosa—. ¡Una semana y se termina la escuela!

—¿Por qué estás tan feliz por eso? —gruño Lana—. La próxima semana se acaba la escuela y no tengo la menor puta idea de qué hacer con mi vida.

—Yo tampoco —dijo Candace con gesto triste—. Supongo que me convertiré en una protectora del bosque o algo así, tendré que hablar con el Alpha Víctor para que me de permiso de quedarme en la manada y de aprender algo de los chamanes.

—Te lo dará de todas maneras —Theo le sonrió a Candace—, le caes muy bien.

—¿No entienden lo que pasará la próxima semana? —dijo Noel emocionado—. ¡Será la gran luna! ¡Muchos de nosotros encontrara a su mate!

—Yo supongo que tendré un puesto en la policía de la manada como mi papá —habló Ricardo ignorando a Noel—. Aunque me gustaría tener también una tienda de antigüedades arregladas por mí, saben que es mi pasatiempo, la semana pasada arregló un reloj hermoso y de hace más de 100 años.

—Yo seré ganadero igual que toda la familia —suspiro Zatch—. No me quejo, me gustan mucho los animales, quisiera llevar algunos cursos de veterinaria, ya saben, para estar totalmente preparado.

—Mi alma se encontrará con su otra mitad —empezó a fantasear Noel—. Será el mejor día de mi vida, no espero el momento de que mis ojos vean por primera vez el rostro de mi futura esposa.

—¿Por qué estás seguro de que será mujer? —dijo Taylor con malicia—. Puede que sea hombre.

—Y tampoco estés seguro de que sea un hombre lobo —Theo le siguió el juego—. Puede que sea un vampiro, un hechicero o un humano.

—Puede que aún no nazca y te falten muchos años para encontrarlo —dijo Ricardo —. O tal vez tenga 20 o 30 años más que tú.

Noel abrió su boca y la volvió a cerrar mirando indignado a los que llamaba amigos, ellos se reían a costa de él con descaro. Se dejó caer junto a ellos en el pasto.

Veía a sus compañeros de la escuela en el patio, algunos recostados como ellos sobre el césped, otros jugaban baloncesto o comían. Noel suspiro con tristeza.

Perder a casi la mitad de los alumnos en una masacre había golpeado fuertemente a todos.

Lo único positivo que había salido de todo esto, es que todos se habían vuelto muy unidos, ya no había bandos. Era una tristeza que pasara algo tan terrible para que los alumnos de aquella escuela entendieran que no importaba de qué raza fueran, todos eran iguales.

Los pocos sobrevivientes de la masacre de la villa de cazadores habían sido acogidos por la manada de lobos, las demás razas también los recibieron amistosos.

En los casilleros de los alumnos muertos, que habían sido demasiados, se pusieron flores y adornos para que nadie los olvidara.

Después del entierro del papá de Taylor, esta había adoptado en no mencionar el tema en lo absoluto. Cosa difícil de hacer cuando todos la paraban cada cinco minutos a darle el pésame o intentar ayudarla.

Theo hasta el momento le seguía dando todo el apoyo que podía, estaba tan preocupado de que la mandaran a un centro psiquiátrico al igual que Steve, el ex de Taylor, que todo lo que había pasado lo había afectado tanto psicológicamente que estaba demasiado trastornado para volver a su vida sin ayuda.

—No me importa —dijo Noel levantando el mentón con autosuficiencia—. Amare a ella o él, no importa las dificultades que me mande la diosa luna.

—Tal vez ni la encuentres —siguió Lana—. Hay algunos casos donde no encuentran a su mates nunca.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora