CAPÍTULO 12.- primer fragmento

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—¿Entonces sus alas no lanzas sus plumas como dardos asesinos? —se mofo Estefan—. Solo... ¿sirven para volar?

—Nuestras alas están hechas de fuego —gruño Bael—. Aunque no estoy seguro de que lo de Gabriela es fuego.

—Es más que fuego, es raro —Gabriela encendió una llama en su mano de aquel fuego oscuro—. No lo entiendo muy bien.

—¡A un lado! —exclamó Bael.

Una roca gigante estuvo a punto de aplastarlos.

—Encima vuelan lento —bufo Estefan—. Sus alas son inútiles.

—¡Deberías estar concentrándote en la proyección de tus rayos eléctricos como lo acordamos! —le gritó Bael histérico—. ¡Pero prefieres estar criticándonos!

—Qué horror —Estefan le sonrió—. ¿Ya sientes la furia de tu demonio?

Bael cerró los ojos suprimiendo las ganas de matar a su primo.

—¿Enserio tenemos que esperar? —gruño Gabriela—. Recuerdo que solíamos derribar con rapidez al gran alfa feo.

—Eso era porque mi tío Oliver nos dejaba ganar todo el tiempo —le respondió Estefan—. Además, que esta vez vamos con alguien muy distinto que mi tío Oliver.

—¿Alguno de ustedes se ha puesto a pensar qué pasará con papá cuando esto termine? —Gabriela suspiro—. Fue mi culpa que el demonio de mi papá saliera y sé que cuando todo esté arreglado, hasta Jose lo perdonara, pero no creo que mis tíos se queden sin hacer nada.

—Seguramente lo castigaran con trabajo o que se yo —dijo Bael.

—No lo creo —Estefan negó con la cabeza—. Mi tío Dylan y mi tío Jaime harán algo más, estoy seguro.

—Es lo más probable —Gabriela seguía mirando la batalla—. Mi tío Jeremy hará un escándalo.

—Mi tío Jaime... —intentó hablar Bael.

—Mi tío Jaime es un hipócrita —le interrumpió Estefan—. Siempre dice que mi tío Alan es su mejor amigo, pero apuesto lo que sea que lo dejara de lado cuando las cosas se pongan tensas.

—Él hace lo mejor para el reino —lo defendió Bael—, y eso a veces es poner de lado a quienes más te importan.

—Esa es su excusa para justificarse —bufo Gabriela—. Es un manipulador, él había planeado cómo y cuándo debíamos conocernos Jose y yo, tiene un plan de nuestras vidas, como si fuéramos peones que mover.

—Están exagerando —Bael los miró dubitativo—. El reino es lo que es por él...

—Porque tiene a todos bajo su control —Estefan miro a Bael—. ¿Nunca te has dado cuenta como se ha metido en la cabeza de nuestros padres hasta el punto de que piensan que estarían perdidos sin él?

—Están locos —Bael negó con la cabeza.

—Y ya se metió a la tuya —sonrió Gabriela—. Debemos asegurarnos de que nunca encuentre ese bendito libro que nos puede matar.

—Solo lo busca por precaución —Bael gruño—. Se quejan tanto de él, pero si no hubiera empezado a buscar esos libros, no sabríamos cómo controlar el demonio de mi papá. No busca esos libros porque quiera matarnos, los busca porque él sabía que algo así podría pasar, porque él siempre nos ha querido proteger de nosotros mismos.

Gabriela y Estefan lo ignoraron y él suspiro frustrado. Él había visto con sus propios ojos el arduo y exigente trabajo que hacía Jaime. Los sacrificios que tomaba por los demás. Para que ellos y la mayoría de las personas del reino tuvieran una vida pacífica.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now