CAPÍTULO 32.- tercer fragmento

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Tercera parte 



Jessy aún temblaba cuando Bael entró en aquella casa en medio de la vegetación y la cargó hasta dentro colocándola sobre un sofá de la sala.

Habían estado volando por lo que Jessy creyó que había sido mucho más de una hora. Al comienzo habían volado a una velocidad terriblemente alta. Jessy pensaba que en cualquier momento se estrellarían con alguna montaña, pero después Bael empezó a desacelerar y planeó sobre la vegetación con más tranquilidad.

Jessy sabía que ya se había calmado, sin embargo, estaba que se mordía las uñas del miedo. Quería saber si Kerim estaba bien, pero no se atrevía a hacer algún movimiento.

Lo miro de reojo, el lugar era bastante cómodo para estar en medio de la nada. Echo un vistazo hacia uno de los muebles cercanos y noto que había fotos de la familia de Bael.

Debía ser una de sus casas familiares.

Entonces, posiblemente sus amigos los encontrarán tarde o temprano. Tenía esperanza de ello, recordaba como Liam y Odette intentaron ayudarlos.

Seguramente sus padres los buscarán.

Tocó su mano instintivamente apretando el anillo. Se atrevió a ver a su captor después de un rato, estaba en la cocina abierta recostado sobre el lavado con las manos cubriendo su rostro.

Una parte de ella le dijo que se quedara sentada y esperara que él hablara; la otra parte, la irracional y loca que Bael hacía surgir en ella cada vez que abría la boca, le imploraba que le gritara lo demente que estaba.

El sonido de un celular la alarmó y Jessy maldijo por dejar su celular propio en una cartera y no en algún bolsillo de su ropa. Podría haberle mandado su dirección satelital a Leia para que los encontraran y evitaran que el tarado de Bael la matara.

—Hola —Bael contestó levantando la mirada, Jessy disimulo estar mirando a otro lado—. Si Gabriela... no, no le he hecho nada, no te preocupes...

No me ha hecho nada... ¡aún!, se dijo Jessy mentalmente.

—Me tiene sin cuidado si ese bastardo sigue con vida... —gruño Bael—, tal vez regrese a terminar mi trabajo.

¡¿Kerim estaba bien?!

El cuerpo de Jessy la traicionó y se agitó mirando a Bael.

Una equivocación, porque Bael le devolvió esa mirada llena de odio, como si hubiera estado esperando la reacción de Jessy al escuchar sobre Kerim.

Jessy le sostuvo la mirada llena de rencor, aquí el psicópata secuestrador era él.

—Qué pena que no le torcí el cuello al bastardo... —Bael empezó a dar pasos hacia Jessy, ella chillo por dentro, pero siguió sosteniéndole la mirada—. Si... no sé cuándo volveré Gabriela... se supone que nadie conoce esta casa más que mamá, papá, Estefan y yo...

Por la diosa luna, se lamentó Jessy, ahora si me mata este desgraciado y nadie encontrara mi cuerpo.

—Si, ella... ella lo es —Bael parecía enojarse cada vez más en cada paso, ponía ojos en blanco cada vez que se callaba para escuchar a su hermana—. Necesito que me ganes tiempo Gaby, por favor, si... dile a mi tío Jaime que todo está controlado... no Gabriela, no faltaré a tu boda, tampoco me demoraré tanto, no Gabriela, no necesito tu ayuda para desaparecer un cuerpo... si, yo también te amo, dile a mamá que no se preocupe...adiós.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now