CAPÍTULO 21.- primer fragmento

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Odette aterrizó en el jardín del palacio limpiando las lágrimas traicioneras que surcaban por su rostro. Camino viendo las hermosas flores del vasto paisaje y decidió estar un momento sola antes de enfrentar a su mate.

Se sintió extraña al no sentir esa inmensa felicidad que supuso que sentiría al encontrarlo. Le había rezado mucho a la diosa luna que le brindara una alma gemela, a pesar de que posiblemente no debería tenerla ya que ella era un semi ángel y no una mujer loba. La diosa luna le estaba brindando una y ella no estaba satisfecha con eso.

Tal vez pensó que tendría todos los efectos que le contaron. Sentir que el mundo se detenía cuando veías a esa persona, como el corazón latía con más fuerza y que de pronto encontrabas el significado de la vida.

En vez de eso, solo sentía una especie de fuerza cálida dentro de ella. Una fuerza que parecía querer extenderse.

Odette le prestó atención a eso, cerró los ojos y examinó en su interior la nueva energía que palpitaba dentro de sus ser. Pudo divisar en la oscuridad un camino luminoso, cuando abrió los ojos, el camino luminoso seguía ahí, flotando fantasmalmente.

Ella lo siguió algo ansiosa, creía saber a dónde la llevaría. Ingreso al palacio y camino por este cruzando vestíbulos y subiendo escaleras hasta llegar a la sección donde estaban las habitaciones de los huéspedes. Abrió la puerta donde acababa el camino luminoso y miro extrañada lo que sucedía.

Su mate y la mate de Theo estaban echados en la cama con varios platos vacíos encima de ellos.

—Ya no puedo comer más —dijo Taylor con la boca manchada de crema pastelera—. Creo que voy a explotar.

—Yo no creo poder caminar —dijo Noel con la cara embarrada de chocolate—. No me arrepiento de nada.

Odette soltó una risita y los dos levantaron la cabeza porque era lo único que podían mover.

Noel se incorporó como pudo y la miró cautivado. Su lobo alzaba la cabeza y movía su cola con ánimo.

Odette se acercó a ellos sacando su servilleta y acercándose tímidamente al rostro de Noel.

Este estaba tan embelesado que el simple toque de la servilleta en su mejilla hizo que temblara.

—Mejor los dejo solos —dijo Taylor levantándose con dificultad—. Ay diosito, no debí comerme ese último rollito de canela.

—No tienes porque... —Odette la miró avergonzada.

—Si debo —Taylor sonrió tocándose la barriga—. Ustedes necesitan hablar a solas y yo necesito un pantalón más cómodo ya que este va a explotar.

Taylor se fue y Noel no se dio ni cuenta. No podía creer que su mate le tocara el rostro, aunque sea con una servilleta.

Odette se sonrojo al notar esa mirada tan anhelante.

—Parece que se dieron un festín.

Noel solo asintió.

Odette empezó a limpiarle el rostro sonriendo de nuevo, imaginando a Noel comiendo como un cachorro ya que tenía chocolate hasta en la ceja.

—Tienes una sonrisa preciosa... —susurro Noel.

Odette nunca había estado tan sonrojada en la vida.

—Tú también... tú también tienes una sonrisa bonita —dijo Odette cohibida, terminando de limpiarlo—. Disculpa por demorarme tanto.

—Te he esperado desde que tengo conciencia, no te preocupes, un par de horas más no fueron nada.

HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now