2. ¿Cómo voy a hacer eso?

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Harold le contaría porque en el fondo tenía la esperanza de que así recuperaría la amistad de Madison

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Harold le contaría porque en el fondo tenía la esperanza de que así recuperaría la amistad de Madison.

═══════≪ Harold Lowell ≫═══════

—Quiero que los compres ahora...

—Cuando vengamos de vuelta

—No, esa ya me la hiciste una vez y no volverá a pasar...

Cerré los ojos, clamando paciencia. —Clay ya. Pareces un niño de cinco años, compórtate.

Se cruzó de brazos, totalmente ofendido mientras me miraba por el rabillo del ojo —Vamos, yo estoy aquí acompañándote a la casa de tus papás porque te da miedo ir solito y...

Volví a mirar la carretera. —Oye no me da miedo.

—¿Entonces por qué no vas solo? —arqueó una ceja esperando una respuesta—. Admite que por el miedo se te erizan los pelos del cu...

Lo miré.

—Del cuerpo.

Respiré hondo —Ya me cansas, siempre estás moleste y moleste. Ojalá te quemes la lengua con el queso de la mugre pizza —hice el alto para poder regresar a la plaza que pasamos.

Él carcajeó —No me importa, valdrá la pena...

Hace un año, exactamente, no voy a casa de mis padres, ni les hablo, tuvimos... Algunas diferencias, debo ser sincero y admitir que las apuestas de ajedrez habían arruinado muchas cosas en mi vida, pero también habían solucionado cientos.

Decidí irme de casa luego de que una tarde mi padre casi le rompe el brazo a mi madre.

Los dos te echaron de la casa, porque también intentaste defenderla, otra vez.

Cállate, no te metas.

Me fui de la casa y como el dinero no era carente para mí, pues fue fácil. Admito que volver ahí, un año después me da cierto nerviosismo, y ahora estamos a cinco minutos de llegar.

—Oye mira ahí está Madison —Clay habló con la boca llena de pizza.

Miré hacia dónde señalaba con el dedo todo grasiento, y sobre la vereda, caminaba ella, tuve el leve impulso de detener el auto y hablar con ella pero... no lo hice.

Volví a mirar al frente.

Clay suspiró —A veces me pregunto por qué Eliot se fue así... Nunca hubiera pensado eso de él. Pensé que de verdad quería a Madi...

Mis manos se apretaron alrededor del volante.

Él continuó —No me gusta decirlo pero pienso que solo la usó y se fue y se que madi también lo ve así y por ello continúa tan... afectada —me miró—. Y porque realmente no entiende cuáles fueron las razones para que se marchara.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora