24³. Se paciente conmigo.

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Capítulo dedicado a @FioreNz1 por su cumpleaños, pásala súper bien mi amor💐✨

Amar a Eliot era sinónimo de peligro,
aunque al principio no lo pareciera.

Estaba junto a una chica alta, esbelta, de cabello largo y rubio. Llevaba una sudadera marrón y unos pantalones blancos. No parecía de aquí, sin duda debía ser francesa.

Las manos de la chica viajaron a los hombros de Eliot, él estaba contra un auto y ella casi estaba sobre él, parecían hablar de algo, Eliot le tomó los brazos y ella acercó su rostro al de él.

Estuve de pie detrás de un auto, tenía el corazón a mil, me llegaron un montón de ideas a la cabeza y todas se resumían en traición.

Di un paso atrás, pero me detuve, no podía irme así, debía encararlo. Caminé despacio, casi obligando a mis piernas a moverse pero me detuve otra vez, lo hice cuando sentí una punzada en el estómago justó  escuché lo que hablaban.

—Quería verte, viaje hasta aquí por ti...

—¿Cómo que viajaste hasta aquí? Sabes que no puedes...

—Eliot —casi gimió su nombre—. Pude por ti, vine aquí por ti, amor. No me importo nada, deseaba tanto verte —le tocó el pecho.

Sentí náuseas.

Eliot le alejó las manos —Vanessa, vete de aquí. ¿Cómo me encontraste?

—No me iré, vine aquí por ti y no pienso irme sin ti... Viaje por horas solo para verte.

—Vanessa, terminamos hace tres años —se alejó dándole la espalda a ella y a mí.

Ella lo tomó del brazo, él se detuvo.

—¿Tienes otra, verdad?

—Eso no te importa —dijo mientras giraba a encararla, pero su atención reparó en mí a la corta distancia.

Dejé de respirar.

La chica lo abrazó pero Eliot la hizo a un lado y se acercó a mí —Madison...

Intentó tocarme pero alejé sus manos de mi —No me toques.

—Espera, escucha.

—¿Quién es ella? —preguntó la chica.

Eliot la miró —No es nadie.

Reí —¿Nadie?

Me miró —Es decir...

Miré a la chica, ella me sonrió y se acercó despacio.

Miré a Eliot y estuve por irme —No te interrumpo más, tranquilo.

Me tomó del brazo —Madison, por favor escucha...

La chica lo abrazó por la cintura, hice que él soltara mi brazo en ese instante, les pase al lado, sin decir ni una sola palabra, no porque no sabía qué decir sino porque si abría la boca terminaría llorando pero... de repente sentí que alguien tiró de mi cabello con fuerza, solté un grito al sentir el calambre de dolor.

Fue la chica, Vanessa. Me hizo retroceder varios pasos junto a ella, construyendo una distancia considerable entre Eliot y nosotras. Todo pasó rápido, tan rápido que no tengo muy en claro en qué momento exacto puso una navaja en mi mejilla.

Eliot tenía la viva expresión del horror en la cara la voz le salió seria pero a la vez goteaba pánico —Vanessa, déjala —intentó acercarse.

—No te muevas —le ordenó ella con dureza.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora