20. Arrodíllate y abre la boca.

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⚠️Contenido +18, actividad sexual altamente grafica y descriptiva⚠️

Si Eliot Lacroix me pide que me arrodille y abra la boca yo haría lo mismo que Madison...
Arrodillarme y abrir la boca.

Una vez salimos del hospital Eliot hizo una llamada y un auto nos recogió, estábamos en camino a su departamento, Eliot vivía en Eastlake, Edgar Street. No tenía nada que ver con el lugar en el que chocó. Así que no tengo idea de a donde iba.

Aún estaba nerviosa, mi corazón latía con fuerza, demasiada adrenalina en un solo día y apenas son las una de la tarde.

No quise preguntarle nada más en el hospital, Harold estaba ahí y el ambiente era muy incómodo. Tensó.

—Debemos comprar los medicamentos —le dije.

Eliot me miró y le extendí la receta, le dio una ojeada y se la extendió al hombre que conducía —Alec, hazme el favor.

—Claro —le respondió a los minutos aparcamos en una farmacia y el hombre bajó del auto.

Eliot se tocó la nariz y soltó un gruñido suave.

—¿Te duele mucho?

—Solo un poco, sanaré rápido. Espero. Odio quedarme en casa mucho tiempo.

Acaricie su mejilla y me miró —Oye... Tenemos que hablar de cosas.

—Pues te escucho.

Suspiré y miré hacia la farmacia —¿Cómo? ¿Cómo fue que chocaste? La verdad.

—Bueno, estaba conduciendo debajo del límite de velocidad y de repente alguien me marcó, no miré el teléfono te lo juro. Llegue al cruce, hice el alto y el camión estaba estacionado a la derecha en la recta frente a mi, avance y el camión aceleró. Quedó frente a mi, no pude frenar y choqué —frunció el ceño—. Yo... —me miró—. Esa persona lo hizo intencionalmente.

La piel se me erizo.

—Bien. Tengo otra pregunta, cuando tú y Harold discutían... ¿A qué se refería él con "no habíamos quedado en esto"?

—En la fiesta en casa de Elena, después en el instituto en un pasillo y afuera de la biblioteca me dijo que si yo no quería problemas con él, lo mejor que podía hacer era no tocarte, de ninguna forma. Y que si lo hacía me arrepentiría de eso —se encogió de hombros—. No te dije nada porque lo entiendo, si yo tuviera una mejor amiga la protegería así también.

El hombre volvió al auto —Aquí está, joven. Las indicaciones de cada medicamento están dentro de la bolsa.

Fue Harold. Estoy segura que él mandó a hacerle algo a Eliot. Y por cómo sucedió el accidente me queda más que claro que fue él. Todo lo apuntaba, estaba con el teléfono y justo después pasó el accidente, Eliot no le cae bien, pelearon, lo que Eliot escuchó afuera de la casa de Jonathan, las veces que los vi en el pasillo era por eso, Harold lo amenazaba. Eran muchas coincidencias. Había sido él.

—¿Estás bien? —me preguntó Eliot.

Lo miré y le sonreí —Sí, solo estaba pensando, ¿a donde ibas antes del accidente?

Se vio algo incómodo —Bueno, probablemente sea algo que te muestre más adelante...

Le sonríe pero seguía algo tensa.

———

Luego llegamos a un edificio alto, bastante elegante parecía de esos condominios de ricos, estaba a las afueras de Seattle, de esos lugares en donde se sabe que viven los de buen estatus económico.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora