26. Mmm, mermelada de cereza.

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⚠️|| Advertencia: Contenido sexual altamente grafico y descriptivo, etiquetado como +21 por tema tabú (menstruación y acciones sexuales orales y utilización de mermelada en juego sexual). Escena narrada en su mayoría por el personaje masculino. Se recomienda discreción.

🍒Cherry Jelly🍒
Eliot Lacroix es la personificación del fruto prohibido.

Estoy en la cama hecha bolita entre las sábanas, acabo de ducharme y siento que me están taladrando el útero y no de una manera placentera.

Eliot acaba de hacer un pedido y lo puedo escuchar ahora en la cocina mientras yo sufro en silencio.

Estoy algo triste y es que Harold siempre me acompañaba en mis días, veíamos películas que me hacían llorar y él lloraba al verme luego nos quedábamos dormidos de tanto llorar. Nada sano pero era bonito.

Eliot entró a la habitación estaba sin camisa y aún lleva puesto sus vaqueros negros y su cinturón, está descalzo y en sus manos sostiene una bandeja con una taza y una vasija con un paño.

Dejó la bandeja sobre la cama y me entregó la taza —Está caliente ten cuidado, por favor. Es té, leí que sirve para los cólicos —tomó el paño y se acercó a mí, removió las sábanas y levantó mi camisa—. Y esto está tibio dicen que sirve para calmar el dolor.

Lo miré con atención, me dieron ganas de llorar. Había colocado sobre mi vientre la toallita tibia.

—No —pidió en un jadeo—. Ya no llores.

Seguí llorando —Es que eres lindo...

Respiró hondo —Madison.

—Eliot es que tú —volví a llorar y esta vez tosi me quedé quieta y callada.

Eliot me miró con horror, pude sentir como la sangre me bajaba.

—¿Que pasó? —preguntó espantado.

Parpadeé un par de veces —Nada.

Tocó mi mejilla —¿Segura? —asentí—. Compré dulces y esas cosas por si te da hambre de algo rico.

Mis ojos se inundaron en lágrimas dejé el té sobre la mesita —Ven aquí... —le pedí y se acostó a mi lado.

Lo abracé con fuerza y nos envolví a ambos entre las sábanas, su piel era cálida, empecé a tocar su torso desnudo y él empezó a jugar con mi cabello.

—Perdón si hago algo mal... Yo nunca estuve en esta situación con ninguna chica, es decir nunca tuve que lidiar con el periodo de nadie.

Sonreí —Lo haces bien.

Llevé mis manos a su mejilla y acerqué su rostro al mío, dejé varios besos sobre su nariz para luego abrazarlo, me acosté sobre su pecho y él empezó a acariciar mi brazo, debo admitir que a pesar de todo Eliot seguía siendo bastante lindo y es que está haciendo un gran esfuerzo porque cuando bajamos del auto la liga con la cual sujetaba mi cabello quedo dentro y lo recordé cuando ya estábamos en el ascensor, empecé a llorar porque yo sabía que si no regresaba a buscarla la perdería para siempre.

Eliot me había alzado la voz diciendo que solo era una liga de cabello y yo simplemente empecé a llorar más, me odio perdón al instante y fue a buscar la liga de cabello al auto a pesar de que ya habíamos llegado al piso de su departamento. La estaba pasando mal el pobre.

—Iré por mi mermelada —susurré sentándome en la cama.

—No, yo iré...

Toqué su pecho evitando que se levantara —Iré yo, quiero ver si como alguna galleta.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora