23. Noche de discoteca.

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Existen chicos atractivos pero primero está Eliot Lacroix que hasta los señores le coquetean en las fiestas.

Noche de fiesta en la discoteca:

Aparcamos frente a la casa de Harold, Eliot llevaba puesta una camiseta negra,unos vaqueros oscuros y unas vans negras.

Yo llevaba un vestido ajustado y corto de color violeta, unos aretes plateados y unas gafas negras de corazón, dejé mi cabello suelto sobre mi cadera y me puse unas converse negras. La comodidad era primero.

Vimos salir a Clay, Elena y a Harold de la casa.

La rubia llevaba una falda blanca, un top corto brillante tornasolado y unas sandalias de tacón alto plateadas, su cabello rubio caía hasta su cintura y llevaba una tiara plateada, Clay llevaba un pantalón corto negro y una camiseta roja con un estampado de angry bird.

Harold venía detrás, llevaba puesta una camiseta blanca y encima llevaba una chaqueta negra.

—Solo espero no arrepentirme de ir con ustedes —susurró el pelinegro cuando todos se acercaron al auto.

—Oye estoy segura que nunca has pisado una discoteca.

—No, no me gusta estar rodeado de gente. Me da asco.

Lo miré —Eliot, de verdad podemos decirles que no vamos —asegure teniendo en cuenta que le hacía sentir mal el espacio cerrado.

Negó —Tranquila, estoy bien.

—Buenas, tórtolos ¿Cómo los trata la vida? —empezó Elena una vez entró al auto.

Luego entro Clay y por último Harold.

—Estamos bien —le respondí—. Dios, te ves genial con esa falda.

Ella me miró —Lo sé, aunque me preocupa un poco que se me vea mucho el trasero.

Clay la miró —Te dije que no se ve tanto, a mí me gusta.

Harold los miró de reojo —A veces creo que ustedes fingen, no puede haber un hombre tan permisivo en la vida.

Clay lo miró —Por eso no tienes novia.

Eliot y yo nos miramos.

—Pir isi ni tinis nivii —refunfuñó Harold.

Elena se burló —Déjenlo es el único que viene sin pareja por eso está así.

Eliot soltó una risa suave, le di un manotazo y empezó a conducir, al cabo de unos... treinta minutos llegamos a la discoteca, no se veía mal, había un letrero inmenso que decía Nightclub.

Todos empezaron a bajar literalmente Eliot tenía cara de "¿Qué hago aquí?"

Nos adentramos al lugar, el aroma a alcohol, el ruido y la gente fue lo primero que nos recibió... Sostuve la mano de Eliot, después de lo qué pasó en el departamento no planeó dejarlo solo, podríamos decir que fue ataque de pánico o algo así.

Todos caminamos hasta la barra y pedimos unos tragos a excepción de Eliot, él no bebe así que solo pidió una botella de agua, él permaneció a mi lado mirándome de vez en vez, quizá y pensando en alguna buena excusa para irse.

Empezó a sonar "Anaconda de Luisa Sonza y Mariah Angeliq"

Elena me miró y tomó mi mano diciendo: —Bueno, yo no sé ustedes tres pero Madison y yo iremos a bailar un rato, Clay, mi rey, tú vigila que esos dos no se saquen los ojos.

Miré a Eliot y luego a Harold, los dos me miraban, Clay suspiró abatido —No quiero quedarme con ellos, me ponen nervioso con esas miradas que se tiran, déjenme ir con ustedes.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora