Un cazarrecompensas debía ser aventurero por naturaleza, persistente y valiente a la hora de cumplir con el encargo que se le pedía. Ben Solo era eso y mucho más. No había tarea imposible para él, ni tesoro perdido que recuperar ni presa difícil que cazar. O al menos así pensaba hasta que, en su última misión, se encontró con la presa que sabría nunca podría capturar y entregar. La llamaban "la chica", una Jedi fugitiva y escurridiza que nunca se dejaba ver lo suficiente para delatarse. Las fotos que habían de ella eran escasas y borrosas, pero bastó con que viera una clara y perfecta para que algo en su interior despertara y las ganas de buscarla lo dominaran. Sin importar el desafío que podía implicar dar con ella y atraparla, él estaba más que dispuesto en aceptar. Una agradecimiento a la talentosa IrmaBurton por su portada.