Tres días más tarde...
Miku POV.
Con mi mano izquierda sostenía el rostro de Aiden y con la derecha le limpiaba las heridas que traía debajo de sus ojos, no podía creer que por una idiotez llevará tres días golpeado.
–Eres un tonto –murmuré mientras tomaba un algodón y lo llenaba de agua oxigenada.
Estábamos sentados frente a frente en su cama, tan cerca que podía oír su lento respirar. En ese momento Aiden se rio y levanté mi mirada dura hacia él, se supone que lo estaba regañando y no debía de reírse por ello.
–¿Qué es lo gracioso? –exclamé molesta.
Aiden bajo la mirada tratando de ocultar su sonrisa pero le era imposible.
–Yo solo... Verás, lamento haberte hecho enojar pero gracias a eso estamos pasando el rato juntos –alzó su barbilla y en sus ojos hubo un brillo particular –¿Cuando fue la última vez que tú y yo estuvimos realmente solos?
–Eso es una excusa barata, si querías pasar tiempo conmigo no tenías que dejar que te rompan la cara.
Se le escapó una carcajada y no puedo evitar reír también.
–Bien, prometo que para la próxima seré más directo –dijo y extendió una mano hacia mí, ni siquiera me dió tiempo a apartarme cuando tomó algunos de mis cabellos desaliñados y los colocó detrás de mi oreja.
Estábamos realmente cerca uno del otro, casi no me había percatado y lo hubiese dejado pasar sino fuera porque el recuerdo de Gastón diciéndome aquello vino a mi mente; él mencionó que Aiden hablaba siempre de mí y que supuestamente él me gustaba, pero no estoy segura. Sé que lo quiero pero, también está Elián y no sería algo bueno permitir que las cosas se mezclen entre nosotros, además a Aiden le gusta Tessa.
–Esta listo –me apresuré a ponerle una bandita adhesiva sobre un corte en su párpado y levantarme –Vamos, tenemos que ir a casa de Amy, me dijeron que Elián estaría ahí.
Aiden volteó los ojos y se dejó caer pesado sobre el colchón.
–No quiero ir.
–¿De qué hablas? No vemos a Elián desde que llegó y el mal nacido no tuvo si quiera la dedicación de decirnos que no vendría a quedarse aquí, así que después de tanto tiempo debemos ir a verlo allí.
–¿Y qué? –preguntó de mala gana.
No entiendo porqué actúa así, es decir, se trata de su padre quien volvió desde muy lejos y al fin está de vuelta en el pueblo, también Evan, y a Aiden simplemente no le interesa ir.
–Además tu mamá va a curar tus heridas.
–No me duelen tanto.
–¡Tienes fracturas!
Aiden resopló molesto.
–Bien, bien, ya voy...
****
Ayude a Aiden a bajar de su camioneta, habíamos estacionado frente a la casa de Amy pues allí estaban esperando todos y creo que llegamos algo tarde para el gran show. Juntos nos reunimos con los demás en el jardín trasero, ahí estaba Evan hablando con Naomí y se veía bastante recuperado, supongo que Cyrus ya le devolvió sus habilidades.
–¡Aiden! –de pronto Amy apareció en mi campo de visión y se arrojó sobre su hijo con mucha alegría.
Aiden soltó un leve quejido de dolor, ya que aún estaba bastante herido pero eso no lo detuvo, envolvió a su madre con su brazo sano, ya que el otro sufrió una lesión importante, y le devolvió el cálido abrazo. Era muy tierno ver que su madre lucía pequeña a comparación de su altura.
–¿Cómo te sientes? ¿Estás mejor? –mientras lo llenaba de preguntas lo tomó de las mejillas y con sus dedos hacia a un lado sus cabellos oscuros para despejar su bonito rostro –¿Aún duele mucho?
–Estoy bien mamá, no te preocupes, casi no duele –le respondió esbozando una sonrisa y volvió a abrazarla –Te extrañé mucho.
–Y yo a ti –luego sus ojos grises se posaron en mí y me tendió la mano –Miku, que gustó que hayas venido, te ves preciosa.
La Amy sonriente y cálida no era nada parecida a la que vi aquella vez cuando Elizabeth atacó, es sorprendente su cambio, pero me agrada pues muestra su lado humano y todos parecen estar muy contentos con ello. Creo que la mayoría extrañaba a esta Amy y seguro tienen muy buenos recuerdos de cuando eran jóvenes.
–Muchas gracias Amy, tú también te ves bien –observé rápidamente a mi alrededor y me encontré con un grupo de personas que parecían ser los más cercanos a la familia, pero no vi a alguien en particular –¿Elián está aquí?
Amy se volvió hacia su casa y la señaló.
–Cyrus está adentro con él, le está devolviendo sus habilidades vampíricas.
Me reí al imaginarlo, supongo que Elián no estará muy contento de ver a aquel sujeto.
–¡Miku! –me giré a ver cuando oí a Diana llamarme y ella me abrazó como si fuésemos amigas de hace años.
A diferencia de otras personas me hubiese molestado que una apenas conocida me abrazara, pero con Diana era diferente, ella transmite una sensación de paz y alegría tan contagiosa que daba gusto estar cerca de ella.
–Chica ángel –la saludé.
Tenía su cabello rubio y largo sujeto por una coleta alta con un moño de seda rosado y traía puesto un vestido del mismo color; se veía adorable.
"¿Y quién diría que con un chasquido podría destruir a todos aquí? Bueno, casi todos"
Diana me tomó de la mano y me apartó de Aiden tanto como de Amy para hablar en privado.
–Me alegra que hayas venido, Cyrus y yo estuvimos buscamos un buen lugar para que entrenen y creo que hayamos varios perfectos.
–¿Entrenar?
Casi lo había olvidado, Cyrus acordó entrenarme para poder dominar el campo de fuerza sin morir en el intento.
–¿Y dónde es? ¿Cuando empezaremos?
–Hay unas montañas lejos de aquí y decidimos que entrenarán juntos ahí, obviamente yo estaré para supervisar y ayudarte en lo que sea.
De pronto me sentía un poco nerviosa, la idea de entrenar y volver a hacer presente aquel campo de fuerza me traía dolorosos recuerdos de cuando Elizabeth me arrojo cientos de estacas.
–Bien, cuando ustedes crean necesario podemos empezar.
De pronto todos llevamos nuestra atención a Elián que acababa de hacer su aparición por la puerta trasera seguido de Cyrus.
Al parecer al fin recuperó sus habilidades y me puse feliz por él. Apenas se dió cuenta de nuestra llegada vino de inmediato a saludarnos, primero a Aiden dándole un fuerte abrazo y luego vino a mí.
Sé que Elián ha vuelto hace unos pocos días pero en todo este tiempo no lo vi pues a estado quedándose en otro lugar todo este tiempo, aunque no sé dónde.
–Loquita –exclamó tomándome de la muñeca para acercarme a él y darme un cálido abrazo –Te extrañé.
Le di un golpe en el pecho a palma abierta.
–¿Enserio? ¿Entonces por qué no me llamaste? Ni siquiera me dijiste donde te quedabas cuando volviste, sabías que estaría esperándote en casa de Aiden. Me preocupé por ti.
Elián rio nervioso y se rascó la nuca sin saber exactamente a dónde mirar, obviamente ocultaba algo.
–¿Saben? Los dejare solos, seguro tienen mucho de qué hablar –dijo Diana mientras se alejaba de nosotros.
–Estuve con Amy.
–¡¿Qué?!
–Shhh, no grites –murmuró entre sonrisas –Pero sí, estuve con ella todo este tiempo.
–¿U, ustedes dos... volvieron? ¿Luego de todo lo que te hizo?
–Pues...
–Olvídalo, no me digas –me crucé de brazos dirigiendo mi atención nuevamente a Elián, no tenía ganas de discutir por una tontería –Me alegro que estés bien y que hayas vuelto a salvó.
–Sí, me pregunto qué me perdí todo este tiempo.
Aiden se acercó a nosotros deteniéndose junto a mí y pasó su brazo sano por sobre mis hombros, lo miré de soslayo y él me sonrió risueño.
–No te haz perdido mucho –respondió por mí.
–Excepto el hecho de que te rompieron el pómulo, te dañaron un brazo y por poco te quiebran las costillas –lo regañé.
–Heridas de guerra –se justificó.
–Heridas por una idiotez –lo desafié mirándolo a los ojos.
–Miku, a veces tú...
Elián interrumpió a Aiden con una risa contagiosa y ambos dirigimos nuestras miradas a él sin comprender qué era lo gracioso.
–Ustedes chicos, se ven una pareja –dijo entre risas.
"¿Qué?"
Sentí un calor conocido apoderarse de mi rostro.
–Claro que no –tartamudeé nerviosa y aparté la mirada –No digas tonterías.
Aiden rio incómodo y lentamente quitó su brazo de mis hombros.
–Te equivocas, nosotros solo somos amigos.
–Yo.., tengo que ir a saludar a Rory –dije y casi corrí de ahí con tal de no estar cerca de ellos, pues extrañamente me sentía incómoda estando entre los dos.
Cuando me estaba acercando a Thomas una chica se cruzó delante de mí y choque con ella sin querer. Ella traía una pequeña caja con juguetes que eran de Rory y estos se desparramaron por el césped.
–Ay, discúlpame –me apresuré a ayudarla y de inmediato reconocí a la rubia como Megan Gray –No fue mi intención golpearte.
–Esta bien, no te preocupes –me sonrió amablemente –Fue mi culpa, no te vi cruzar.
La ayude a levantar los jueguetes y ponerse de pie.
–Eres amiga de Aiden ¿Verdad? -me preguntó y solo asentí –¿Lo conoces hace mucho?
–No, nos conocimos hace un tiempo en la secundaria, él era el nuevo.
Megan rio, era una mujer muy hermosa y recordé que al ser un ser sobrenatural esa belleza que poseía no se le iría jamás.
"Vaya envidia"
–Me imagino que debió ser un primer encuentro peculiar, él es bastante energético y adorable.
Quién se rió está vez fui yo.
–No es tan adorable como crees, cuando lo conocí era un idiota –me voltee a mirarlo. Vestía casual y su cabello oscuro se despeinaba con el viento –Fue engreído y molesto como si se creyera el chico más genial del mundo.
–Igual que su padre –comentó Megan –Cuando apenas lo conocí él también era un engreído con aires de superioridad, pero no sabría decirte de quién heredó completamente su carisma.
Me volví hacia Megan.
–¿Amy también era egocéntrica?
–No, ella no, pero Evan lo es y fue quien lo crió cuando era niño, así que no me sorprende que haya sido un cretino de primera cuando lo conociste.
A simple vista Megan lucía como una chica normal de buen estatus económico, no solo por su apariencia bonita sino por su manera elegante de moverse o actuar.
¿Quién diría que es un ghoul?
–¿Te... puedo hacer una pregunta?
–Claro –me respondió sonriente.
No sabía por dónde empezar, ni siquiera sé porqué la elegí a ella pero tenía un no sé qué, que me inspiraba confianza.
–Me han contado un poco de su historia, de cuando eran jóvenes y tú una humana en ese entonces.
Megan levantó por un momento su vista al cielo y sonrió como si recordara aquellos días.
–¿Cómo era ser la única humana entre ellos?
–¿Por qué lo preguntas? –sus ojos azules volvieron a mí. A pesar de que era una mirada felina y atrapante, el color de sus ojos no se comparaban con los de Aiden o Elián.
–Bueno, hace poco descubrí mi verdadera naturaleza y no se lidiar muy bien con ello ya que siempre me sentí una... ya sabes, humana –ahora que lo decía en voz alta me sentía un poco avergonzada.
–Entiendo por lo que pasas –Megan apoyó su mano en mi hombro –Sé lo que se siente estar perdida en un mundo sobrenatural que ni siquiera sabías que era real, es todo un cambio nuevo y encima volverte una de esas criaturas es bastante abrumador, de seguro sientes que nadie comprende por lo que pasas.
Fue como si me iluminará el día.
–¡Exacto! Nadie entiende mi confusión, para ellos es normal está vida pero yo aún me estoy adaptando y ahora... –miré de soslayo a Cyrus que acababa de reunirse junto a Diana, ese sujeto me daba escalofríos –Me piden que actúe como una profesional.
–Sí, es frustrante, pero oye no permitas que la presión de los demás influya en ti –me dijo la rubia a mi lado –Aún eres joven y muy novata en todo esto pero tus habilidades son tuyas y solo tú puedes decidir que hacer con ellas. No dejes que los demás te den órdenes de como debes ser o si debes adaptarte de inmediato a todo esto porque ellos son unos idiotas.
Megan me sonrió con amabilidad como si yo fuese su hermana menor.
–Se nota que eres fuerte y en un mundo como este debes serlo para sobrevivir, tú solo ve a tu ritmo, adaptate como quieras e ignora a los idiotas que te creen un soldado.
Asentí cabizbaja, tenía un poco de vergüenza por haberle soltado de una sola vez todos mis problemas, pero ella los escuchó tranquilamente y me aconsejó.
–He pasado por lo mismo que tú, pronto encontrarás tu camino, no lo dudes, solo mantente firme en tus decisiones y toma el buen camino. –ella miró de lado a Cyrus –Conozco a tipos como él, se la dan de rudos pero tienen un corazón blandito, así que no le tengas miedo, demuéstrale que eres mejor de lo que piensa.
Alcé la mirada y asentí mucho más segura de mí misma.
–Tú puedes hacerlo –finalizó dándome un pequeño apretó al hombro y se alejó de mí llevando los juguetes de Rory.
Ser fuerte y valiente, no temer a la mirada dura de Cyrus, buscar mi ritmo y seguir el buen camino, se oía fácil pero esperaba que realizarlo sea igual de sencillo.
Pase una mirada por los alrededores y me sorprendí de ver que todo lucía como una reunión familiar de un domingo a la tarde. Había bocadillos sobre una mesa de jardín, los amigos más cercanos de Amy estaban presentes y charlaban entre todos, incluso Evan y Elián estaban presentes en un mismo lugar sin estar mirándose con odio cada un minuto.
Al ver que todos celebraban un día radiante y parecían felices me sentí como en una película a cámara lenta, justo en esos momentos que quedan grabados en la memoria por lo adorables que son.
Sonreí al ver a Amy tomar a Aiden por el cuello para evitar que se alejara cuando intentaba curarle con magia los golpes de su cara. Una luz tenue y rosácea brillaba en la palma de su mano y con ella lo rojo en el rostro de Aiden disminuía drásticamente.
Había visto a Amy en el pasado usar magia contra Elizabeth, pero aquella Amy daba terror, era fría y sanguinaria nada parecido a la que contemplaba en este momento, lucían como dos chicas diferentes y me pregunté ¿Qué tan dura debió ser su vida para que en algún punto de su vida ella haya perdido esa sonrisa dulce y se convirtiera en la Amy que vi por primera vez?
Era una mujer joven, hermosa y llena de alegría que de tan solo verla transmitía un aura acogedor ¿Cómo la vida que tuvo pudo apagar eso? ¿O se trataba todo de Dominic? Pues ahora que estaba dormido dentro de ella la mirada helada y esa actitud desagradable se había ido.
Verla tan cerca de su familia y amigos me hacía sentir una mezcla de alivio y tristeza, era lindo verla feliz pero me preocupaba lo que ocurriría cuando Dominic se libere, pues la pregunta no es si lo hará o no, sino cuándo.
¿Cuándo Dominic hará su aparición? Y ¿Amy podrá luchar contra él una vez más?
Aiden se ve tan feliz a su lado, todos se ven felices de tenerla de vuelta y deseo que sigan así por mucho más tiempo.
****
Jason le tendió una manzana a su compañía de habitación que solía evitarlo la mayor parte del tiempo, excepto cuando le daba de comer.
–Deberías decirme tu nombre –exclamó el vampiro mientras se dejaba caer sobre la cama –Es incómodo pasar casi las veinticuatro horas del día con una chica silenciosa que solo acepta alimentos, eres como... mi mascota.
La muchacha alzó sus ojos bi color y fijo una mirada gélida en el vampiro.
–No me mires así, es la verdad –no había necesitado girarse hacia ella porque pudo presentir como lo veía –Y si no me dices tú nombre yo te daré uno, como... Patricia ¿Qué tal parece?
–Digo que te pudras.
Jason sonrió muy levemente para que su compañera no viera aquel gesto, pues al fin parecían adquirir un poco de confianza.
–¿Entonces como te gustaría llamarte?
La adolescente jugaba con la manzana entre sus dedos mientras pensaba qué decir. Obviamente Jason no era su persona favorita pero al compartir un mismo ambiente por varios días y no ser atacada, aunque él sea un vampiro, le creó algo de confianza.
–Yo... no tengo un nombre real –susurró ruborizada de vergüenza.
–¿Qué? ¿Cómo es posible que no tengas uno? –se volvió a sentarse erguido.
–Nos tienen aquí como animales de granja, somos ese pequeño grupo de humanos que se debe sacrificar por la causa, o eso nos decían siempre ¿Por qué tendríamos si quiera un nombre?
Jason se cruzó de brazos, su expresión de molestia era clara. La muchacha no era su mejor amiga ni nada parecido, pero ese no era motivo para no tener empatía por ella y él que odiaba las injusticias le molestó bastante oír aquello. La voz de su joven compañera de habitación era desanimada como si los recuerdos de su vida antes de llegar a él fueran un infierno.
Quizás no era la mejor persona para subirle los ánimos a alguien más, pero lo intentaría.
–¿Qué tal Mara?
Los ojos bicolor de la joven se posaron nuevamente en aquel vampiro.
–Creo que te queda muy bien ¿No lo crees, Mara?
Para sorpresa de Jason a la joven se le escapó una pequeña sonrisa que intentó ocultar rápidamente bajando la mirada.
–Es... esta bien.
Ella era tan joven, tan llena de vida y se notaba que quería seguir luchando por una vida mejor, su espíritu estaba lleno de ansias por aventuras que jamás conoció y que claramente se veía a través de su mirada.
–¿Haz visto el cielo alguna vez, Mara?
La muchacha negó lentamente, frunció el ceño pensativa y le dió una fuerte mordida a su manzana, ansiosa por la extraña sensación de soledad que traía en su interior.
–Vaya, te haz perdido de mucho, es extenso, tanto que no aparece tener fin y de un color celeste brillante.
–No es cierto.
–Claro que sí, es hermoso –todo lo que decía era con intención de animarla un poco más –A veces hay nubes blancas, otras veces estás nubes se vuelven grises y cubren gran parte del cielo para llover.
Tenía la atención de Mara al cien por ciento, ella masticaba su manzana mientras observaba al vampiro con una expresión de asombro que por momentos intentaba ocultar hasta que se veía nuevamente distraída por las anécdotas del exterior.
–Y cuando para de llover aparece un arcoiris.
–¿Un qué?
Jason fingió una cara de ofensa que hizo sonreír nuevamente a su compañera, se bajo de la cama y se sentó en el suelo frente a frente con Mara, ella obviamente lo observó algo desconfiada pero su curiosidad era mayor en este momento.
–Un arcoiris, es cuando la luz del sol se refleja en las gotas de lluvia que aún no cae y crea un enorme arco de luz con brillantes colores.
Los ojos de Mara brillaban en ilusión.
–Esta el amarillo, rojo, azul, verde, púrpura, naranja entre otros, bueno no los recuerdo bien, pero se ven muy bien.
Mara negó volviendo a morder su manzana.
–Mientes, eso no existe.
–Oye, tengo mucha experiencia en el exterior, te aseguro que sé lo que hay ahí y eso no es todo.
–¿A qué te refieres?
–Cuando la noche llega aparecen las estrellas que son pequeñas luces blancas esparcidas por el cielo y la luna, una enorme esfera platina o a veces azulada que ilumina en gran cantidad, aunque a veces no se la ve completamente.
El jugo de la manzana roja se deslizaba por los dedos de la muchacha y ella contemplaba aquel camino dulce mientras pensaba en todo aquello que jamás pudo ver.
–Desearía algún día poder verlo.
–Y lo harás.
Mara observó el semblante serio del vampiro sentado delante de ella.
–Te prometo que voy a sacarte de aquí y conocerás ese cielo.
Mara sonrió apenas y asintió aceptando aquel juramento, no estaba segura de que funcionara pero la determinación de Jason era bastante convincente.
****
Sobre una charola plateada Amy colocaba los pequeños sandwiches de jamón y queso que estuvo repartiendo en su pequeña reunión hasta que estos se agotaron y tuvo que ir por más. Estaba tarareando una vieja melodía feliz cuando de pronto escuchó a alguien acercarse y no había acabado de voltear para reconocer su presencia.
–Me alegra que estés bien –exclamó Evan.
Estaba apoyado contra la pared junto a la entrada, sosteniendo un paquete de cigarrillos entre sus manos.
Amy le sonrió, ella estaba feliz de volverlo a ver, después de todo había sido difícil conseguir una charla entre los dos desde su ruptura.
–Sí, pienso lo mismo, me preocupé cuando fueron enviados lejos de aquí.
Evan sonrió con la mirada baja, ella no lo sabía pero el tenerla tan cerca en aquella cocina le recordaba los momentos que tuvieron juntos.
–¿Tan poca confianza nos tienes?
–No es eso –acomodó su cabello castaño detrás de sus hombros –Pero habían perdido sus habilidades y estaban heridos... por mi culpa.
–Eso ya es historia, no fue tu culpa, Dominic te estaba dominando es comprensible que tomarás decisiones como esa.
Amy soltó un suspiro cuando a su vez negaba lentamente las palabras de Evan.
–No creo que solo sea culpa de Dominic, estoy segura de que parte de que las malas decisiones fueron en culpa mía y pagué por ello.
La joven mujer apoyó las caderas contra el borde de la mesada dejando a un lado la bandeja de sandwiches.
–Si fuese así ¿Entonces qué más da? –Evan se encogió de hombros y avanzó un par de pasos –Todo lo malo ya pasó, estamos de vuelta, tenemos nuestras habilidades de nuevo y tú haz vuelto a ser tú.
Se detuvo delante de Amy y sin pensarlo le acarició la mejilla, ella era tan hermosa y fue muy difícil para él verla de lejos sin poder tocarla de nuevo. Amy alzó la mirada sorprendida y paralizada por su cercanía.
–Porque eso es lo que querías ¿Verdad? –la mirada intensa del híbrido aceleraba el corazón de su enlazada –Volver a ser la Amy de antes, la chica que eras cuando todo esto comenzó, dulce, amable, risueña y algo despistada.
Aquello la hizo reír y bajar la mirada pero no se había apartado de aquel toque familiar porque estaba acorralada entre él y la mesada.
–Supongo que ahora eres feliz.
Los ojos grises de la bruja reposaban en el chico de los tatuajes.
–Yo siempre fui feliz, quizás he vivido muchos tiempo en la oscuridad por culpa de Dominic y él me ha hecho creer que solo fui feliz en el pasado, pero no es así –Amy apartó la mano de Evan de su rostro para mantenerla dentro de las suyas –Evan yo fui, soy y seré feliz, sea contigo, con Elián o sin ustedes. No me arrepiento de haber estado contigo, no me arrepiento de elegirte ni mucho menos de amarte. Tú me haz hecho muy feliz.
Evan acortó un poco la distancia entre ambos, deseando volver a besarla como antes pues la amaba con gran intensidad como el primer día y sin embargo Amy apartó la mirada haciéndolo retroceder apenado por su impulso.
–Te quiero Evan, pero haz sido tú quien decidió terminar conmigo y seguir avanzando, así que yo también intentaré buscar mi camino. –la joven bruja le sonrió con cariño y apretó su mano entre las suyas –Quiero que seas feliz, quiero que todos lo sean y no creo que puedas serlo a mi lado, tú mismo lo haz dicho antes.
–Amy yo...
La morena no lo dejó terminar, se puso en puntas de pie y lo besó en la mejilla.
–Deseo que en un futuro tú y yo seamos buenos amigos, aliados y enlazados como lo fueron Elián y Sasha.
Amy tomó la bandeja plateada pero antes de llegar a la puerta Evan la retuvo por el antebrazo.
–¿Lo amas? ¿En verdad?
–Lo amo, siempre lo he hecho.
Oír aquellas palabras llenas de seguridad apretaban el corazón del híbrido y Amy pudo sentirlo, pero siempre fue ella alguien indecisa e inmadura, ahora que había retomado parte de su personalidad perdida era hora de ser la mujer madura que debió ser hace mucho tiempo.
–¿Más... más que a mí?
En ese preciso instante Amy recordó el día que conoció a Elián y el día que conoció a Evan, ambos le habían dado miedo e intriga, ambos parecían absorberla a un mundo desconocido.
Luego la vez que Elián le salvó la vida tras el ataque de unos lobos enfrentándose solo a ellos para después llevársela a un lugar seguro, y aquella vez cuando una Destructora la atacó y Evan apareció para salvarla cayendo juntos detrás de un tronco, cubriéndola como su escudo.
Ambos siempre han estando para ella desde un inicio.
–No.
Sus palabras tomaron por sorpresa al híbrido que dejó caer su agarre.
Amy volteó ligeramente la cabeza pero no elevó la mirada a Evan.
–Sin embargo tampoco te amo más que a él. –exclamó con una voz calma –Jamás podré amar a uno más que al otro y no creo que puedas entenderlo ahora o qué alguien más lo entienda, pero así es, lo amo y te amo... por igual.
«Dijiste que querías ser feliz, que querías encontrar alguien que te ame como yo lo amo a él, pero la verdad es que te amo con la misma intensidad. Te equivocas al esperar que te ame del mismo modo porque con ambos tuve una historia diferente, pero eso no cambia cuanto te quiero y cuánto lo quiero a él, no hace mucho descubrí todo esto.
Amy elevó su mirada de soslayo hacia su híbrido que se había quedado completamente boquiabierto.
–Quiero que seas feliz tal como lo haz dicho y quiero ser feliz, así que ¿Por qué no ser solo los enlazados y amigos que siempre debimos ser?
Y antes de marcharse le dedicó una amigable sonrisa a su híbrido.
Una vez solo en la cocina Evan repitió aquellas palabras en su mente una y otra vez ¿Acaso había sido un error alejarse de ella?
Sí Amy lo amaba de igual modo ¿Por qué no se lo dijo cuando habían roto?
¿Acaso debió tomar otra decisión cuando dejó que Elián fuese a buscarla?
Resopló por lo bajo y se llevó ambas manos a la cabeza.
–Yo también te amo, Amy.
****
Rory tomaba la mano de Aiden mientras juntos corrían por todo el jardín, ya estaba el atardecer para entonces; el cielo se había puesto de un color naranja y salmón cubierto de nubes esponjosas. La pequeña pelinegra reía a carcajadas cuando la tomaba entre brazo y la hacía dar vueltas.
–¡Mira, pajaritos! –gritó la niña y ambos al alzar la mirada al cielo vieron pasar un grupo de aves migratorias no muy lejos de las copas de los árboles.
–Que bonitos y vuelan muy alto.
–¡Sí! –ella empezó a aplaudir observando el espectáculo del cielo. Sus ojos azules brillaban de ilusión.
Aiden contempló su rostro angelical y sintió un poco de pena al recordar que ella sería una líder de clanes a futuro, quizás sea lo mejor para todos pero en parte Liam tenía razón, vivir en un mundo sobrenatural era algo injusto porque no tendrían jamás una vida normal como los demás. Esta pequeña y adorable niña no podría tener una vida cotidiana como cualquier otra porque su destino, al ser hija de dos líderes de clanes, estaba marcado, o eso decían.
Rory volvió su dulce mirada a Aiden cuando notó que la sonrisa de él había decaído un poco, puso sus manitas en las mejillas de él y frunció el ceño en preocupación.
–¿Te sientes bien, Aiden?
De inmediato él salió de su burbujas de pensamiento y asintió rápidamente volviendo a sonreír.
–Sí, sí, solo me distraje un poco.
–Parece que tienes miedo.
–No, solo estaba un poco preocupado, no es nada.
Rory sonrió y lo abrazó rodeando su cuello con sus brazos.
–Tranquilo, todo estará bien –y a medida que hablaba le daba unas palmaditas en la espalda al chico –Ya pasó, ya pasó.
Aiden se rio y le devolvió el abrazo con cariño.
–Ven, vamos a sentarnos –la bajo de sus brazos, tomó su pequeña manito entre la suya y juntos caminaron hasta un par de sillas vacías.
Ahora que el sol estaba ocultándose los demás prendieron las luces de la casa y la pequeña reunión que había hecho se volvió en una fiesta familiar. Los invitados aún no se habían ido, había música moderada y estaban asando comida en la parrilla de afuera mientras que las sillas permanecían junto a unos leños de una fogata.
Aiden se sentó junto a Rory frente a la fogata y ambos tomaron unos palos que habían dejado cerca para quienes quisieran asar malvaviscos.
La niña movía sus piernas en vaivén a la espera de su dulce mientras su guardián, así llamaba a Aiden, lo preparaba.
–¿Crees que mamá está en una de esas nubes?
Al oír aquello el chico alzó la mirada al cielo de colores y sonrió a dudas penas.
–Quizás.
Un recuerdo vino a él, era aún un niño pequeño y era navidad, cuando Victoria llegó de visita a la casa de Amy trayendo regalos consigo. Al instante en que vio a Aiden se agachó con los brazos extendidos y él fue corriendo hacia ella, la vampiresa lo abrazó de inmediato levantándose del suelo para dar un par de vueltas juntos entre risas, así como Aiden estuvo jugando con Rory.
Y recordó de aquel bonito día a esa hermosa mujer pelinegra darle un beso en la frente con cariño mientras le entregaba, a él y a sus hermanos menores, unas varillas con malvaviscos asados y les decía "Ustedes son mis tesoros".
Victoria a un sin ser su tía real lo amo por igual que a sus hermanos.
–¿Crees que ella volverá?
Aiden dejo de observar las nubes y disimuladamente miró a Rory quien aún estaba atenta al cielo anaranjado, viéndolo como si esperara ver algo asombroso pasar. Ella había perdido a su madre a muy temprana edad y él sabía cómo se sentía aquello, Rory no era tonta, sabía lo que significaba la muerte pero aún así era una niña y como tal tenía la ilusión de que un milagro pasaría y que la mujer que tanto extrañaba volvería.
–No lo sé –respondió entregándole la varilla con su malvavisco ya cocinado.
La pequeña le sonrió agradecida pero en su mirada había tristeza aunque no lágrimas y Aiden le acarició la cabeza jurando que iba a protegerla por siempre como Victoria hizo cuando era un niño.
–Pero te prometo que si un día vuelve serás la primera en darle un gran abrazo.
Rory sonrió y con sus dedos fue sacando trozitos del malvavisco para comerlo.
–Espero que sea pronto, tengo que mostrarle mis superpoderes.
–¿Superpoderes?
La niña asintió concentrada en su dulce.
–¿Cuál super poder?
–Mis sueños se cumplen –respondió sin mucho interés –A veces siento que todo se pone negro y empiezo a soñar cosas, luego me despierto y ¡Pum! Pasa lo mismo que soñé.
Aiden se quedó completamente sorprendido ¿Acaso era posible que Rory tuviese esa habilidad de la que Evan le había hablado una vez?
Thomas que iba pasando cerca oyó la conversación y cruzó miradas de sorpresa con Aiden.
–Cariño, esos sueños que tienes ¿Te pasan solo cuando duermes? –le preguntó el alfa acercándose a ella y agachándose frente a su pequeña hija.
Rory negó sonriente y con las mejillas llenas.
–En cualquier momento pero solo algunos días.
–Visiones –susurró Aiden y volvió a cruzar miradas preocupadas con Thomas.
El alfa fingió una sonrisa como si nada de esto lo hubiese sorprendido y tomó una de las manos de su hija entre las suyas.
–Cariño ¿Eso es todo lo que te sucede?
Rory frunció el ceños.
–¿Es algo malo, papá? ¿Estoy enferma?
–Oh no, no, solo tenemos un poco de curiosidad.
La pequeña arrugó la nariz y volvió su mirada al cielo.
–También tengo otro super poder pero no me gusta usarlo porque tengo que lastimarme para eso.
–¿A qué te refieres, Rory?
–Cuando mamá y yo jugamos un día en la fuente me corté sin querer, había mucha sangre, Papi –volvió sus ojos azules a Thomas otra vez con una sonrisa en su semblante de muñeca –¡Pero se curó!
–Bueno, eso siempre pasa... –comenzó a decir Aiden sintiendo un esfimero alivio hasta que Rory lo interrumpió.
–No, se curó de repente. Mamá fue a buscar algo para curarlo pero cuando se fue yo vi como mi piel se cerró ¡Mágicamente! Y la herida ya no estaba.
–Rápida regeneración –exclamó Naomi y tanto Thomas como Aiden se voltearon a verla, ella también había estado atenta a la conversación –¿Acaso eso debería ser posible?
Aiden se puso de pie dándole una sonrisa de calma a Rory, dejándola a solas con su padre para acercarse a su hermana quién no ocultaba su expresión de preocupación.
–No, no debería serlo –respondió Aiden en voz baja –Rory no parece ser un híbrido como lo es papá Evan.
–Pero fueron creados del mismo modo –murmuró la muchacha observando de soslayo a su padre que charlaba con Wade y Hedia.
–No es cierto, mamá ayudó a la creación de Rory.
–Pero es familiar de mi padre, quizás por eso...
–Eso solo explicaría las visiones, tal vez las heredó del linaje de Evan –se entrometió Liam, quien también se puso al corriente del asunto –Pero los poderes de vampiro deberían aparecerle a una edad avanzada luego de alimentarse por primera vez, no cuando es aún una niña.
–¿Acaso piensas que ella ya ha bebido sangre humana? –lo debatió su melliza.
–Claro que no, nadie en su sano juicio le daría sangre humana, además, ella no podría aguantar el cambio a esta edad ni tener una bruja enlazada.
–¿Entonces qué creen que está pasando?
Aiden observó de lado a Rory quien ajena a lo sucedido jugaba con su palillo mientras su papá charlaba con Amy y los demás, al parecer todos se estaban enterando de lo sucedido.
–No tengo idea –respondió Aiden –Pero espero que no sea algo malo.
–¿Acaso crees que ella... acabó su transformación? –el miedo en la voz de Naomi no se pudo ocultar –¿Ella se quedará así por siempre?
–No, no creo, Diana dijo que ella sería una líder a futuro no creo que sea una niña para entonces.
–¿Entonces qué es lo preocupante? –preguntó Liam quién siempre mantenía aquella mirada de aburrimiento y desinterés.
–Que la escencia de Dominic se haya infiltrado en ella el día que mi madre decidió ayudar a Thomas y Victoria. Quizás por ello su cuerpo se regenera, él es como un parásito en Amy ¿Por qué no sería igual con Rory? Sanando sus heridas solo para que el cuerpo que habita no resulte defectuoso, por así decirlo.
–Si Dominic está dentro de Rory entonces... ¿Tendrán que sacarlo? –Naomi abrazó el brazo de Liam –¿Acaso eso no es peligroso para ella?
–Lo es –respondió Aiden –Ella será más fuerte que cualquiera a futuro ¿Por qué no querer apoderarse de su ser cuando esté en su estado óptimo?
La pequeña niña vio a los tres hermanos juntos y los saludó sacudiendo ambas manos en el aire.
–Ella... va a estar bien ¿No es cierto?
Aiden le sonrió a la pequeña de ojos azules y la saludó mientras murmuraba.
–No permitiremos que nada malo le suceda.
Thomas se había apartado para que Rory no lo vea tan nervioso mientras que Miku se encargó de estar con ella para distraerla de la preocupación que había en el ambiente.
–La pregunta es ¿Cómo van a sacarle eso sin que muera en el intento? –Liam observó a Diana junto a su guardián Cyrus –Ella pudo decir que será una gran líder pero, sus visiones pueden ser erróneas, después de todo ¿No sería una ventaja para Dominic asesinar a Rory?
«Ya que Rory sería su única competencia a futuro si Dominic logrará dominar el cuerpo de Amy.
–Él no hará eso –lo regañó Naomi –No se apoderará del cuerpo de mamá.
Liam fijo sus ojos celestes grisáceos en su hermana melliza y le dió unas palmaditas en la cabeza.
–Perdón, no puedo ser tan optimista como tú.
Naomi gruñó molesta y lo apartó de un empujón, después agarró a Aiden por los hombros e hizo que la mirada preocupada de él se posará en ella.
–Rory no morirá ¿No es cierto? Si Dominic la quiere debe esperar a que ella sea adulta para tomar su óptimo poder ¿No es así?
–Sí, pero... no podemos esperar tanto tiempo, si Dominic está dentro de ella podría influenciarla al mal como hizo con mamá, habrá que sacarlo lo antes posible...
–¿Qué estás queriendo decir?
–Que cuando se dé cuenta del peligro Dominic tratará de destruir el cuerpo huésped donde está para que su poder no sea una amenaza a futuro –respondió Liam colocándose un cigarrillo entre dientes –De uno u otro modo la pequeña corre peligro de morir.
–No, no, eso no pasará, no es cierto. Mamá es bruja, quizás ella...
–No puede hacer nada –la interrumpió su mellizo –Es quien tiene a Dominic dentro, acercarse a otro portador de ese tipo podría liberar al que tiene dentro. Se necesitará un poder grande para sacarlo como el de Diana o un aquelarre, pero aún así no podemos asegurarnos que Rory lo tolere.
Naomi se cubrió la boca con ambas manos y retrocedió un par de pasos, espantada al ver la preocupación enorme en el semblante de Aiden que traía la mirada baja.
–No... ¡Debemos esperar a que crezca un poco más!
–¡No podemos hacerlo! –exclamó Aiden –Sería tarde para entonces.
–¿Entonces quieres decir que dejarán su vida a la suerte? –comentó espantada.
–No, no lo permitiré, nadie lo hará –alzó su mirada al cielo estrellado –Porque no está sola.
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Hoy 7 de enero por la tarde subiré un capítulo más que les gustará mucho 💕
Además les vengo a avisar que desde el próximo capítulo va a empezar lo chido, así que estén atent@s ✨
L@s amo 💕