Capítulo 01: Los novatos.

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Diez años después...

El despertador sonó a todo volúmen con su horrible sonido estridente y me obligó a caer de la cama por el susto, mi cara golpeó el suelo y gruñí molesta pero a la vez adolorida. Las vacaciones de verano terminaron era hora de volver a clases, aún hacía calor pero no podría disfrutar de este maravilloso clima por tener que acudir a clases; era realmente lo peor que me podía pasar en el día y acababa de comenzar.

–¡Miku es hora de levantarse! –gritaron desde la ventana, mamá a esta hora estaría regando las flores porque tiene una leve obsesión por que sus jardín se vea más bonito que el de los vecinos.

Inhalé profundo y suspiré agotada, acababa de despertar y ya estaba cansada ¿Qué sería de mí en todo el día?

–¡Miku...!

Mitsuki Ross, ese es mi nombre pero quienes me conocían preferían reducirlo a Miku, ambos nombres poseen un hermoso significado así que no me molesta de qué manera me llamen.

–¡Ya oí! –grité de vuelta y decidí levantarme del suelo, arrojé las cobijas a un lado y me tomé de mi mesita de luz para ponerme en pie con cuidado de no tirar la lámpara.

Tomé mi teléfono y me acerqué a la ventana, afuera había un sol radiante digno de esos días dónde vas a la playa con amigos o haces un buen campamento con juegos alrededor de un lago y todo, pero no, tenía que ir a clases. Mamá estaba fuera, como dije regaba sus rosales con una gran sonrisa e incluso parecía tararear algo cada tanto, suspiré y revisé mi móvil, tenía tres llamadas perdidas de Chloe y un mensaje de Cameron, mis dos amigos con los cuales paso la mayor parte del tiempo.

Marqué de vuelta el número de Chloe para una vídeo llamada y ella atendió al tercer tono.

–No me digas, te quedaste dormida –dijo con obviedad mirándome fijamente con sus ojos negros, asentí y me recosté contra el marco de la ventana –¿Vendrás a clases?

–¿Tengo que ir no es así? –pregunté con malhumor.

Ella traía puesto el uniforme escolar que consistía en una camisa, falda y corbata, yo aún me mantenía con una camiseta tres tallas más grande y shorts.

–¿Oye dónde está tus ánimos? Es el primer día de clases luego de las vacaciones, habrá cosas nuevas, haremos amigos nuevos, quizás hasta nos inviten a una fiesta o tengamos citas...

Puse los ojos en blanco.

–Odio las fiestas, gente sudando por todos lados, ruido infernal, vómito, alcohol barato y humo contaminando el aire –me quejé dejando el celular sobre un soporte manos libres así podía tomarme mi tiempo para vestirme, a Chloe no le molestaba que me cambiara ante la cámara y la verdad es que a mí tampoco.

–No sé a qué clase de fiesta has ido tú Miku, pero te aseguro que no se ven así –exclamó, volteé a verla enarcando una ceja mientras me quitaba los shorts –Bueno, no todas.

Sonreí negando lentamente, me quité la camiseta, la arrojé a un lado y tome la camisa blanca que colgaba de una percha cerca de mi armario, mamá la dejo ahí luego de plancharla, le dije que no lo haga, quería demostrar mi descontento con la escuela llevando el uniforme todo arrugado pero a ella no le importó.

–Bueno, pues yo estoy muy contenta, me enteré por un pajarito que habrá chicos nuevos y me encantaría conocerlos.

Tomé la corbata roja y me la colgué por el cuello sin anudarla mientras agarraba la falda gris entre mis manos.

–Lo que tú necesitas es ir al psicólogo porque los pájaros no hablan –me burle y ella fingió reírse pero con mucho sarcasmo, en ese momento veo que detrás suyo alguien ingresa a su cuarto y mira al monitor con los ojos abiertos de par en par porque todavía no me había puesto la falda. –¡¿Cameron, qué demonios haces ahí?!

Aiden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora