Capítulo 53: Entre la noche.

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Evan corría detrás de Elián por unas calles oscuras alejándose de todo aquel que pueda verlos y aún que estaban heridos eso no los detenía. En cierto momento Elián se metió a un callejón seguido del híbrido, ambos asegurándose de que nadie los esté persiguiendo.

Cansado el chico de ojos celestes grisáceos se recostó contra una pared, el lugar olía a humedad y basura pero era mucho mejor que estar vagando por las calles observando a todas partes para no encontrarse con el enemigo.

Elián también se había recostado contra la pared opuesta pero era tal su dolor que se deslizó hasta quedarse en cuclillas con ambas manos sobre el pecho.

El híbrido lo observó en silencio, no solo estaban agitados sino heridos y no se habían roto las piernas de milagro, aunque sí habían recibido varias laceraciones graves en sus extremidades y él en específico sentía que su muñeca dolía como nunca antes.

-Estas sangrando.

Elián se observó las manos para darse cuenta que su herida se había abierto un poco.

-Demonios, odio esto de ser humano -exclamó molesto y levantó la barbilla hacia Evan -Tú también estás sangrando, tus brazos tienen cortés y tu frente...

-Sí, lo sé, también me duele el torso.

-Quizás te has roto una costilla,

-No estoy tan seguro -Evan se llevó una mano a su frente donde traía un gran raspón y del cual la sangre se deslizaba hasta su ceja izquierda.

-Tal vez deberíamos descansar un poco aquí, luego seguir camino. Esos sujetos lucían como humanos.

-Tienes razón, si hubiesen sido vampiros habrían saltado tras nosotros sin preocuparse por la caída, pero ellos simplemente nos dejaron ir.

Un sonido de gotas repetidas caían lejos de ellos, al final del corredor y se estrellaban en su charco de agua estancada.

La noche era fresca pero no lo suficientemente fría para hacer temblar o quizás el frío no era tanto por la adrenalina y el cansancio que los recorría por dentro.

Elián alzó la mirada al cielo nocturno tan bonito y brillante.

-Lo siento -murmuró. De inmediato su compañero se volvió a verlo confundido -Todo esto pasó por mi mala decisión, debí saber lo que está loca haría y buscar otra opción.

Evan negó ante sus palabras y se agachó en cuclillas frente a frente con aquel vampiro de caballos rubios oscuros, que a veces no soportaba.

-No teníamos otra opción, olvídalo, ahora solo debemos buscar otro modo de volver a casa y evitar que nuestras heridas empeoren.

En ese momento el rostro de Elián se iluminó ante una maravillosa idea y sonrió enormemente mientras sacaba de su bolsillo su teléfono celular que por suerte había cargado la batería en aquel hotel.

-¿A quién llamaras?

-A Aria, mi amiga, la única capaz de sacarme rápidamente de mis peores problemas -respondió energético y luego de marcar el número recibió una pronta respuesta -¡Aria! Sí soy yo, necesito... Sí, necesito tu ayuda más que nunca.

Evan observaba la entrada de aquel callejón en total estado de alerta por si algún enemigo aparecía, pero hasta el momento eran los únicos en aquella zona.
Se había preguntado a sí mismo porque Elián no llamó a Aiden o Amy, pero pensando en que no hace mucho el vampiro volvió a reunirse con su familia podría ser justificación suficiente para no querer pedirles ayuda, o quizás solo no tenía sus números de teléfono.

Aiden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora