Capítulo 62: Última decisión.

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Estaba sentada sobre la cama con los ojos cerrados dejando que mis demás sentidos gobiernen mi cuerpo, permitiéndome sentir más allá de lo conocido.

Elián, que estaba sentado delante de mí, besaba mi cuello por debajo de mi barbilla mientras apretaba mis muslos con sus manos fuerte haciéndome sentir electricidad a través de todo mi cuerpo.

Las manos de Evan subían por mis costillas, debajo de mi camiseta y con sus dedos rozó el límite de mi brasier. Sus besos me cautivaban cada vez que dejaba uno tras otro sobre mis hombros hasta mi nuca.

Lentamente Elián me quitó la camiseta y me observó en silencio como si apreciará cada parte de mí, haciéndome sentir hermosa.

Me anime a acortar la distancia entre ambos y lo besé, la suavidad de sus labios moviéndose con los míos y el roce de su lengua hizo que quisiera un poco más a cada segundo.

Evan tiró suavemente de mí hacía él, apoyando mis caderas contra las suyas, podía sentir el roce de su entrepierna contra mi trasero mientras me mordía el cuello, sin intención de herirme, solo lo hacía por placer para ambos.

Lleve mi mano a la mejilla de mi híbrido, me voltee hacía él y lo besé, a su vez Elián agarró mi mano libre y la deslizó por su abdomen; sentí los surcos de sus músculos hasta llegar a la cintura de su ropa interior y lentamente bajó mi mano, un poco más, permitiéndome sentirlo completamente exitado.

Me giré nuevamente hacía Elián, baje la mirada a sus bóxers y sonreí, no podía creer que esto estuviese pasando realmente, pero no iba a pensar en sí estaba bien o mal, en este momento quería dejar las preocupaciones de lado.

Evan desabrochó mi sostén y lo arrojó a un lado justo cuando Elián empezaba a dejar besos desde la comisura de mi boca hasta el final de mi mandíbula, cada toque era una caricia suave pero ardiente a su vez.

Mi cuerpo entero parecía estar en llamas y por cada toque que recibía temblaba, necesitaba más, un poco más... y lo tuve.

****

Thomas salió de su oficina rápidamente como si estuviese huyendo de una escena del crímen, pero fue detenido inmediatamente por Wade que había ido a visitarlo luego de enterarse con detalle todo lo ocurrido antes.

-¿A dónde crees que vas? -le preguntó tomándolo por el antebrazo.

Thomas se sacudió con molestia logrando liberarse de su agarre, fue cuando Wade se percató de la espada corta que el alfa traía escondida entre sus ropas.

-Thomas, dime qué no harás lo que creo que harás.

-¿Pretendes que la deje encerrada ahí a la espera de su muerte? -exclamó con odio en su voz.

El pelinegro negó ante sus palabras.

-Por favor dime qué en verdad no tienes pensado hacerlo.

Thomas ni siquiera lo miró a los ojos.

-¿Qué hay de los licántropos? -Wade volvió a retenerlo por el brazo y apretó su agarre -Tú eres su líder.

Sus palabras eran firmes y denotaban lo molesto que se encontraba, además de preocupado. Conocía a su nieto mas que cualquiera y aquella mirada decidida en sus ojos cafés solo traería desgracia.

-He dejado mi renuncia en mi escritorio.

-¡Esto no se trata de papeles, Thomas!

El alfa volvió a liberarse esta vez dándole un empujón a Wade para que esté comprendiera que ya no permitiría que lo detenga de nuevo.

Aiden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora