Aiden.

Capítulo 34: Devuelta a casa.

Llegue a casa mucho más tarde de lo que creí, pues cuando Elián había pasado a buscarme pasaban de las doce y luego de la fiesta no quedaba más que esperar el amanecer. Deje estacionado su deportivo frente a mí casa y después de subir los escalones a mi habitación con sumo cuidado, me cambié la ropa por un pijama.

Observé mi teléfono celular y estuve por recostarme a dormir cuando me di cuenta de que la ventana estaba abierta.

Me mordí el cachete interno y luego me asome por la ventana, afuera corría una ligera ventisca y sentado sobre las tejas rojas, no muy lejos de mi ubicación, estaba Elián. Permanecía de espaldas a mí, abrazando sus rodillas y observando el cielo.

"El chico gato a llegado"

Podría acostarme a dormir y fingir que no lo vi pero la verdad es que con todo lo que pasó simplemente no podría ignorarlo. Salí con sumo cuidado por la ventana de mi habitación, aferrándome a uñas y dientes contra la pared por miedo a que mis pies me traicionen y caiga contra el suelo.

En ese momento Elián se volvió a verme, justo cuando estaba por llegar a su lado y sin embargo no se alejó sino que me tendió una mano para ayudarme. Me senté a su lado, ambos mirando hacia el horizonte allí donde pronto el sol aparecería completamente pues ahora solo habían unos pequeños reflejos de luz.

-¿Cómo estás? -le pregunté a pesar de que ya sabía la respuesta.

-Mi hijo murió y ni siquiera me enteré ¿Cómo crees que es estoy?

Apoyé mi cabeza en su hombro, era la primera vez que tenía un gesto de cariño sincero hacia él y es porque comprendo perfectamente lo que se siente perder a alguien querido aún que no sé qué se siente exactamente si ese ser es tu hijo, pero aún así, quería que Elián sintiera que no estaba solo, que me tenía aquí con él.
Pues si hay algo de lo que me di cuenta últimamente es el hecho de que Elián suele echarse la culpa de todo encima; es algo que al parecer le implementaron desde hace años y que hasta hoy en día él cree que es cierto, pero no.

No es culpable de volverse vampiro, no es culpable de que su bruja haya sido elegida para enlazarse con él, no es su culpa haberla perdido, tampoco es su culpa haber vuelto en un pasado como el enemigo pues un sujeto loco, mi creador Dominic, fue quien lo manipuló. No fue su culpa la muerte de tantos en esas anteriores guerras y ahora no era su culpa haber perdido a su hijo, después de todo él se había alejado para protegerlos.

No tengo idea quienes lo hicieron sentir culpable de todo ello por años pero si los tuviese frente a mí les partiría la cara, y no es como si de pronto Elián me importará pero la verdad es que ante sucesos de injusticia como estos simplemente no puedo pensar otra cosa que no sea golpearlos.

-Lo lamento tanto -susurré -En serio.

-Yo también -exclamó, su voz tenía un tono triste y eso solo me impulsaba a abrazarlo aún más, como si con ello pudiese reconstruir sus partes -Hace quince años lo conocí.

-¿Qué? -observé su rostro sereno como si un recuerdo agradable viniera a él.

-Fui a verlo, él apenas tenía tres años y recuerdo haber discutido con Aria por ello, ella decía que yo debía de mantenerme oculto, que de ese modo Amy no sabría que sigo vivo pero la realidad es que yo jamás quise ocultarme. Me alejé de Amy y los demás para protegerlos pues cada vez que estoy cerca ocurren cosas malas, los dejé porque ella estaría mejor sin mí, sería más feliz y sin embargo cuando ese niño nació yo no pude pensar en otra cosa que verlo, lo necesitaba más que a nada en este mundo, así que fui. Tres años después de su nacimiento, averigüe donde vivían y llegué un día de primavera.

-¿En serio fuiste a verlo? –me encontraba totalmente anonadada por su declaración.

Elián asintió.