Podía decir que estaba agradecido, en calma y con la seguridad de no ser una carga en la vida de Yoongi como le había hecho creer Rosse. La culpable de su dolor y desequilibrio emocional desde que fue interceptado aquella vez, dándole una semana llena de sufriendo, miedo, incertidumbre y remordimiento, haciéndolo sentir una carga, un estorbo en la vida de las personas que le habían brindado apoyo, seguridad y soporte cuando más lo necesito, especialmente de Yoongi. Que gracias a él ahora estaba bien, sano y salvo, viviendo la vida que desde un principio debió llevar.
— Te quiero mucho..— expresó sinceramente, dejando que su corazón hablaba por si mismo sin miedo a perder lo poco que quedaba de el, haciendo de lado la mala experiencia que había tenido en el amor.
Sinceramente de verdad, no solo con Yoongi sino también consigo mismo.
—¿Te estás confesando? — negó escondiéndose en el pecho contrario evitando que Yoongi viera el sonrojo en su rostro.
— No me estoy confesando, solo quise decirte que te quiero mucho y que realmente aprecio tu sinceridad y buen corazón. Gracias por permanecer a mi lado.— expresó en su suave susurro evitando mirar a su alfa.
Se removió un poco al sentir como Yoongi lo bajaba de su pecho y lo acomodaba sobre el colchón, en la cama, posicionadolo de lado para quedar mirándose de frente, cara a cara, demasiado cerca uno del otro.
— ¿Tengo opción? — negó llevando sus manos debajo de su cabeza, posicionadolas como almohada, acto que le permitió mayor acceso a Yoongi de tomarlo de sus caderas y acercarlo un poco más.
Ninguno de los dos comento algo al respecto, simplemente se dedicaron a a mirarse, sin decirse nada, dejando que el silencio fuera suficiente para llenar el ambiente y pudieran disfrutar solo de la compañía de ambos, la misma que necesitaban para continuar y recargar energías. Sanar los pedazos de sus corazones y calmar su alma atormentada por los malos infortunios en el amor.
Inconcientemente agradeció que Rosse lo hubiera interceptado de esa manera para darse cuenta de que tenía a personas genuinas a su lado y que valorará la compañía ajena, para agradecer el cariño sincero.
Agradecer al destino por darle la oportunidad de conocer a una persona como Yoongi, una persona cálida, desinteresada, llena de bondad y amor, cualidades que lo hacían especial y único en un mundo tan gris y amargo.
— Me doy cuenta de que eres mi tipo.— confesó sin siquiera darse cuenta de lo que estaba diciendo.
— Soy el tipo de muchas personas, cariño.— negó sonriendo ante la respuesta nada humilde de Yoongi.
— Lo se.
— ¿De verdad? — Yoongi lo atrajo asia a él impidiéndole moverse siquiera.
— Si pero no te puedo decir más..— se guardo el secreto para sí mismo, no queriendo evidenciar a su amiga, Hyuna le había pedido que olvidará ese hecho y que hiciera como si no supiera nada, apesar de que ahora ella tuviera a su hermano a su lado.
— ¿Es alguien que conozco? ¿Omega o beta?
— No insistas que no te diré nada, prometí no hacerlo.— se estremeció cuando sintió las manos contrarios colarse bajo la tela de su pijama, dejando suaves caricias en el huesito de su cadera y bajar a su estómago, algo nuevo.
Cerro los ojos con nerviosismo dejando que las manos de Yoongi hicieran lo que quieran con las partes de su cuerpo que dejaba a la vista.
Los dedos largos se pasearon lentamente de su estómago a su cadera, levantando la tela de la pijama a su paso, estremeciendo se a su paso.
Ninguno de los dos habían llegado a algo más que no fuera algunos besos y suaves caricias, dejando el tema de la intimidad a un lado, no por vergüenza sino por miedo. Apesar de que tener más de un año juntos, sentían algo de miedo de dar el siguiente paso. Sabían que tarde o temprano tenía que pasar pero por ahora evitaban el tema.
Su cuerpo se tenso inevitablemente cuando los dedos de Yoongi se detuvieron en la pequeña cicatriz que decoraba la parte baja de su estómago.
— Lo siento..— abrió los ojos enfocándose en el rostro confundido y culpable de su alfa.
— No tienes porque, es solo una pequeña cicatriz de mi infancia.— trato de consolar para que Yoongi no se sintiera culpable por haber reaccionado de esa manera.
—¿Puedo saber cómo te la hiciste? — la Culpabilidad de Yoongi paso a curiosidad inmediatamente.
— No recuerdo mucho, pero mi madre me contó que fue hecha jugando con las herramientas de mi padre, en ese entonces nos estábamos mudando a la ciudad, había cajas cerradas y otras abiertas de la mudanza y entre una de ellas estaban las herramientas que mi padre utilizaba para reparar nuestra antigua cada. Mi madre no supo realmente como me lastime solo recuerda escuchar mi llanto y cuando llegó a mi lado tenía la camisa llena de sangre al igual que varias llaves, desarmadores y otras herramientas. Nunca supo cómo me lastime y yo tampoco recuerdo nada. — relato, contando lo poco que sabía de ese a accidente que le pudo costar la vida.
— Me imagino que fue muy doloroso para ti.— Yoongi dejo de acariciar su estómago para tomarlo únicamente de sus caderas.
— Creo que si..— susurro mirando su reflejo en los ojos de Yoongi, perdiéndose en lo profundo e hipnotizante que eran, acelerando su agrietado corazón, al darse cuenta de las intenciones que estaba teniendo su alfa, misma que el también tenía.
Había pasado una semana desde el último beso que se dieron que realmente necesitaba uno.
No un beso dulce, un beso de verdad. De esos que le robaban el aliento y lo dejaban aturdido.
De esos que muy pocas veces se daban, pero que lo dejaban loco.
Acercó sus labios a los contrarios con lentitud dudando en si Yoongi compartía su mismo deseo, pero al no encontrar fin signo de negación lo beso.
El primer contacto fue suave, solo roce de sus labios.
Para pasar a uno profundo, necesitado y hambriento, robándole el aliento y llenando su cuerpo de una sensación placentera.
Realmente necesitaba ser besado por Yoongi como estaba siendo ahora.
— ¡Por dios! Esto no es un hotel, Taehyung saca la lengua de la boca de Yoongi. — se retiraron inmediatamente del contrario como si quemaran.
La vergüenza pinto su cara al verse descubierto por su hermano en semejante situación.
— Los esperaba abajo, no tarden.— informo su hermano antes de cerrar la puerta a su salida.