Endless cliché • Rubegetta •...

Par chesee-burguer

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"Las personas cambian con el tiempo", eso es algo que Samuel De Luque tiene en cuenta mientras vive su vida e... Plus

prólogo
uno: París
dos: viejos conocidos
tres: no
cuatro: llegada
cinco: trajes
especial: Ryan <3
seis: irse
siete: reencuentros
nueve: gone?
diez: reunión
once: cine
doce: luz
trece: de huracanes e ilusiones
catorce: bien
quince: viejos hábitos
dieciséis: relleno
diecisiete: tiempo
dieciocho: lo que no contó
diecinueve
especial: lo que hubiera sido
veinte: después
especial: Luzuplay
veintiuno: tiempo
veintidós: conteo regresivo
veintitrés: no
veinticuatro: gone
veinticinco: before
veintiseis: boda
veintisiete: amor
veintiocho: meant to be
f i n a l
. . .
e p í l o g o
especial: San Valentín
especial: Fargan
especial: nana
especial: love me softly
"what if...?" spam interesante

ocho: fiesta

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Par chesee-burguer

Samuel no dejaba de mirarlo de vez en cuando, buscando algo en él que le dijese que no estaba comiendo bien, había dedicado un rápido vistazo a la palma de su mano, no la había notado amarillenta, estaba tranquilo.

Pero había extrañado tanto verlo, y odiaba tener que admitirlo, pero había extrañado tanto poder admirarlo como cuando era un adolescente, recordaba como lo admiraba mientras Rubén resolvía ejercicios de matemáticas, o mientras jugaba baloncesto, Samuel casi sentía que volvía a tener dieciocho y que podía levantarse de su lugar, cruzar el salón e invitarlo a bailar, que nadie diría nada si los observaban y que podría besarlo una y otra vez como hacía tanto tiempo; pero no  podía, porque el tiempo si había pasado, porque Rubén se reía de las bromas del chico junto a él, y Samuel pensaba en Lucía de vez en cuando.

Voltea el rostro con rapidez cuando los ojos de color miel lo miran de vuelta, y suspira, sonriéndole a Luzu que acaba de comentar algo del otro de la mesa, fingiendo que le ha estado prestando atención todo el tiempo, mientras Rubén espanta la idea de que los ojos violetas del pelinegro lo han mirado a él.

* * *

- Abre. - murmura el castaño, Ryan lo mira con una ceja enarcada y una sonrisa ladeada. - Stop...

- I haven't said anything. (No he dicho nada.) - se queja, obedeciendo la orden para que su novio pueda darle algo del postre frente a él, que mastica lentamente. - Está... bueno.

- Lo sé. - responde de vuelta, sonriéndole con dulzura. - Creí que no te gustaban las cosas dulces. 

- Well... (Bueno...) - susurra. - me gustas tú. - el mayor ríe, y entorna los ojos.

- Por favor, paren, me estoy sintiendo muy triste aquí. - dice la madre de Samuel con tono teatral.

Cuando han acabado comer, y los meseros han recogido los platos de todas las mesas, la madre de Rubén vuelve a ponerse de pie en la improvisada tarima, con la banda tras ella, y sujetando el micrófono con la mano derecha.

- Bueno, antes de que llegue el cantante, tenemos una sorpresa para el cumpleañero, de última hora, así que queremos invitar aquí a Raúl, por favor. - Luzu mira hacia allí, con el corazón deteniéndose en su pecho un instante antes de latir con increíble fuerza.

Samuel mira a su mejor amigo, con el ceño fruncido, y tose falsamente, pero Luzu sigue demasiado encandilado con el chico que mantiene el micrófono en una mano, que también lo mira a él.

- Bueno, es un placer estar aquí, - dice Auron, finalmente apartando la mirada de su expareja. - y es un placer presentarme frente a ustedes con una canción que significa tanto para mí.

- Luzu, - llama Ryan mientras la música empieza a sonar. - i'm thirsty... (tengo sed) ¿podemos buscar... bebida?

Pero el castaño lo mira tan solo un instante fugaz, sus brillantes ojos grises, pero una parte suya lo detiene en su asiento, buscando la mirada de Auron con la suya.

- Yo te acompaño, ricitos, también tengo sed. - dice Samuel desde el otro lado de la mesa, dedicándole una mirada severa a Luzu, quien ni siquiera lo nota.

El rubio se aferra del brazo del pelinegro en cuanto lo tiene cerca, suspirando, Ryan odiaba los lugares concurridos, lo hacían sentir pequeño y eso, a su vez, lo aterraba, por eso siempre procuraba tomar la mano de Luzu cuando salían, porque Luzu siempre era confiado, no como él.

- ¿Quieres vino? ¿Agua? - inquiere Samuel, y el rubio asiente, mirando al chico tras la barra.

- Vino está bien... - susurra, dejando por fin el brazo de Samuel libre, el camarero le sirve una copa entonces, está a punto de hablar cuando una voz le interrumpe.

"No queda mas que tú, no queda mas que yo, en este extraño salón... sin nadie que nos diga donde, como y cuando nos besamos..."

Y los ojos de Samuel entonces van por instinto hasta el peliblanco, que ya lo está mirando, como si fuese la primera vez que lo ve, como si aún estuviesen enamorados el uno del otro, como hace diez años.

"Tenía ganas ya de pasar junto a ti unos minutos soñando; sin un reloj que cuente las caricias que te voy dando..."

Y Luzu miraba a Auron, más bien, ambos se miraban entre sí; como si el tiempo no hubiese pasado sobre ellos, como si los errores del pasado se hubiesen borrado de sus memorias.

"Juramento de sal y limón, prometimos querernos los dos..."

Oh, y Samuel de pronto se dio cuenta de que no lo había olvidado, nunca, quizás no podría hacerlo jamás, porque lo recordaba todos los días, aunque fuera durante un par de segundos, lo bien que se sentía estar junto a él, y lo perfecto que se sentían sus manos juntos, así que movió sus labios con la letra de la canción, solo para él, solo para Rubius.

"Te he echado de menos todo este tiempo, he pensado en tu sonrisa y en tu forma de caminar..."

Y Rubén sonríe desde su posición, a la par, cantándole los siguientes versos.

"Te he echado de menos, he soñado el momento de verte al lado mío dejándote llevar..."

Comparten una sonrisa entonces, encogiéndose de hombros, no era culpa suya que el recuerdo de su amor continuara intacto en su memoria, claro que no, ¿qué culpa podían tener dos almas gemelas tan afines y tan distintas más que la de conocerse?

Y entonces parecía que el mundo desaparecía en ese preciso instante, como si nadie más estuviese allí, no existía nadie más en aquel salón, ni en el hotel, ni en toda España; no, eran solo ellos dos.

"Quiero que siga así, tu alma pegada a mí mientras nos quedamos quietos, dejando que la piel cumpla poco a poco todos sus deseos..."

Ryan mira al chico que canta, su voz suena tan pura y sincera que casi puede sentir su propio corazón romperse, luce tan bien, con el traje sin la corbata y el piercing en el final de la ceja, entonces sigue su mirada, descubriendo a Luzu y suspira.

Él nunca le pediría que se fuera, no, así no era él... entonces tendría que irse en silencio, dejaría a Luzu para que fuese feliz con aquel chico tan guapo, después de todo, sus ojos parecían gritarle que lo amaba.

"Hoy no hay nada que hacer, quedémonos aquí contándonos secretos, diciéndonos bajito que lo nuestro siempre se hará eterno..."

Pero el teléfono de Samuel vibra dentro de su bolsillo, y tiene que apartar la mirada de los ojos mieles para mirar el nombre en la pantalla "Lu 💖", suspira, y cuando vuelve a mirar a Rubén, está riendo con su novio.

- Voy a responder, ¿está bien si te dejo solo un momento? - inquiere, el rubio asiente dejando la copa sobre la barra.

Responde la llamada cuando ha salido al pequeño balcón, con una sonrisita en cuanto la escucha del otro lado de la línea.

- Hola, bobo, ¿qué tal todo? - inquiere, Samuel suspira, apoyándose en el barandal y mirando las luces de la ciudad. 

- Bonjour, belle, tout va bien. (Hola, bonita, todo va bien.) - responde, casi puede imaginársela sonriendo del otro lado.

- Alors maintenant tu parles français? (¿Así que ahora hablas francés?) - pregunta del otro lado, el pelinegro ríe quedamente.

Seulement pour toi, se sais que tu aimes ça. (Solo para ti, sé que te encanta.) - murmura, engreído, la chica ahora sí ríe.

- Culpable. - susurra, y Samuel escucha un par de voces de fondo. - ¿Ya le deseaste feliz cumpleaños a tu amigo?

El pelinegro titubea un momento antes de asentir, sintiéndose culpable. - Sí, él está con su pareja ahora mismo. - dice. - ¿Y tu madre qué tal? ¿Se la está pasando bien?

- Sí, ahora acabamos de comer y solo quería llamarte para saber como estabas. - murmura, el pelinegro escucha otra voz llamando su nombre. - Tengo que irme, Samu, diviértete.

Toi aussi, belle, passe une bonne nuit. (Tú también, bonita, que tengas una buena noche.) - y escucha como la llamada se corta, entonces se gira, guardando el teléfono en el bolsillo de su pantalón, y lo mira, con las manos ocultas en el bolsillo de su pantalón negro.

Tout va bien? (¿Está todo bien?) - inquiere el peliblanco, y el ojivioleta asiente quedamente.

- ¿Sabes francés? - pregunta mientras el contrario camina hasta un lado suyo apoyándose en el barandal también.

- Oui, j'ai toujours voulu aller à Paris. (Sí, siempre quise ir a París.) - murmura, encogiéndose de hombros. - Dicen que es precioso en abril.

- Sí... algo... - susurra Samuel, y de pronto lo mira, sintiéndose diminuto y vulnerable bajo el brillo en sus ojos. - Jeg har alltid ønsket å reise til Norge... (Yo siempre quise ir a Noruega.) 

- ¿Ah, sí? - inquiere el peliblanco, tratando de no mostrar lo nervioso que se siente de tenerlo tan cerca después de tanto tiempo.

Ja, det var der kjæresten min bodde før... (Sí, ahí solía vivir mi novio...) - responde Samuel apartando la mirada de él. - men det kunne ikke være. (pero no pudo ser.)

Et dis moi... (Y que me lo digas...) - farfulla el peliblanco, suspirando. - J'attends toujours qu'un idiot m'emmène en France. (Sigo esperando que un tonto me lleve a Francia.) - ambos se miran entre sí, como si estuviesen a punto de largarse a llorar, y se encogen de hombros casi al mismo tiempo. - Mais je pense que c'est trop tard... (Pero creo que es demasiado tarde...)

- ¿Y por qué no fuiste tú? - pregunta con tono dolido. - ¿Por qué no fuiste durante navidad o año nuevo? ¿Por qué no fuiste durante abril? ¿Por qué esperar que un tonto te llevara?

- Porque quería que volviera por mí. - responde con amargura tiñendo su voz. - Porque esperé cada año en el aeropuerto, cada año me sentaba en el aeropuerto durante las fiestas esperando que volvieras. - ahora si tiene lágrimas en los ojos, justo igual que Samuel. - Esperé, y esperé, y esperé... hasta que ya no más...

Y era cierto, había ido allí, a sentarse en el aeropuerto esperando ver a Samuel llegar, con su sonrisa tonta, pero nunca había vuelto, y Rubén se había cansado de esperar.

- Era... - susurra en voz baja el pelinegro. - era... lo mejor...

- ¡¿Para quién?! ¡¿Lo mejor para quién?! - estalla de pronto, una lágrima desborda su ojo y rueda por su mejilla. - Porque no fue lo mejor para mí. 

- Rubén, escuch~

Y entonces la puerta que conecta al salón se abre, y la nana de Rubén aparece allí, su sonrisa desapareciendo en cuanto los ve, el peliblanco camina hacia la puerta, carraspeando para que el temblor en su voz no se note.

- Håper du har det gøy. (Espero que te diviertas.) - dice antes de entrar a la fiesta nuevamente.







Casi cuatro horas tarde pero está listo, muchísimas gracias por tanta comprensión, pero no se preocupen, estoy mucho mejor, solo algo cansada

Muchas gracias por tanto, y perdón por tan poco

Btw, lamento si está algo corto, pero quería publicarlo ya

Psdt: lo publiqué antes sin querer, so sorry

~ all the love, me <3

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