Classroom

By Andypgs

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Un típico reencuentro de la preparatoria. Una clase de estudiantes lejos de ser inocentes. Cada uno oculta su... More

Sinopsis
Nota previa
Prologo
Personajes
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capitulo Cinco
Capitulo Seis
Capitulo Siete
Capitulo Ocho
Capítulo Nueve
Capitulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capitulo Veintiuno
Capítulo Veintidós
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro
Capítulo Veinticinco
Capítulo Veintiséis
Capitulo Veintisiete
Capítulo Veintiocho

Capítulo Dieciséis

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By Andypgs

Clase:1/12 «Hundir para subir, entrar para salir»

Scott rió con fuerza, mas con ironía que con humor, estaba tan lastimado que al final de las carcajadas soltó un par quejidos.

Cassey tiene razón—pronunció—Estás loca.

Scott...—advirtió Keith.

No, Keith ¿Escuchas lo que dice? ¿Aprender?—bufó con negación—No voy a seguirle el juego a un imbécil psicótico.

Estaba empezando a cansarme la actitud de Scott ¿Acaso era la única que entendía lo que estaba sucediendo?

¿Es que no lo ves?—dije con los dientes apretados—Piensa por un momento, Scott.

Los tres me miraron expectantes.

»Quien sea que esté detrás de todo esto quiere causarnos el mismo dolor que provocamos años atrás, si ese es su plan entonces todos terminaremos...

—Muertos—terminó Kilian por mí. Asentí en con un suspiro pesado—¿Qué hacemos entonces?

El color se fue del rostro de todos. No quiero justificar al maestro, pero tenía razón en algo, ni en nuestras peores pesadillas pensamos que alguien nos haría pagar por todo lo que hicimos. Guardamos el secreto con nuestra vida, pactamos nunca hablar sobre ello, ni siquiera entre nosotros. Pensamos que lo peor que podía pasar era que alguien nos descubriera.

¡Sorpresa! ¡Sorpresa! Alguien ya lo hizo y tiene peores planes que delatarnos.

Ya les dije, aprenderemos. Tenemos que saber que quiere, aprender cómo piensa y averiguar quién es el maestro. La forma en que habla, sus mensajes, las lecciones, todo nos demuestra su personalidad.

¿Entonces debemos buscar la manera de ser más listos que él?—cuestionó Keith.

No creo que sea posible—respondí—Es obvio que ha invertido años de preparación en esto, debe tener una respuesta para cada escenario posible, es meticuloso y detallista. Nos lleva mucha ventaja, no podemos ser más inteligentes que él, pero si más de lo que él espera.

De acuerdo, Sherlock—Scott se acomodó mejor en su puesto para mirarme de frente—¿Cómo salimos de aquí?

No sé—Me encogí mis hombros—Pero hay una salida.

Scott rodó sus ojos como muestra de su desagrado.

Sí, el dijo algo sobre un lugar alto—exclamó Kilian—¿El techo?

Esta vez las miradas de incredulidad de Scott se dirigieron a su amigo.

—Si, Kilian. Estoy seguro que el maestro cuenta con que tenemos súper poderes para trepar muros.

Ignoré el sarcasmo de Scott, lo cierto es que la idea de Kilian parecía absurda pero no estaba tan equivocado.

—«Buscando un lugar alto para ser vistos hundieron a todos los demás»—pensé en voz alta—No creo que sea literalmente un lugar alto, debe ser algo más simbólico.

Levanté mi vista para encontrarme con los chicos mirándome con extrañeza.

¿Qué?

¿Cómo recuerdas lo que dijo con exactitud?—Enarcó una ceja Scott

Suspiré para revelar uno de mis secretos, esta vez no tenia opción.

Tengo memoria eidética. Enfóquense ¿Quieren?

Dos de los chicos asintieron para sumirse en sus pensamientos intentando encontrar una respuesta. Sin embargo, los ojos de Scott siguieron en mi dirección, con la mirada estrecha y desconfiada.

No tengo tiempo para la estupidez de Scott—pensé.

«Buscando un lugar alto para ser vistos»

«Lastimaron a todo el que se interponía en su camino al reconocimiento»

Reconocimiento, por supuesto.

La tarima—dijimos al unísono.

Nos movimos hasta el límite de nuestro improvisado refugio, con cuidado movimos la tela para no despertar los disparos.

La tarima estaba al lado opuesto del salón, no muy lejos de nosotros pero con la amenaza latente de los balines no veía posible llegar sin antes ser derribada.

No llegaremos a tiempo—sentenció Keith, acorde con mis pensamientos—Estamos heridos, eso nos hace más lentos.

Y no estamos seguros que sea la salida—recordó el pesimismo de Scott.

Pasé mis manos por mi rostro en frustración. Debería decir que pensaba mis opciones pero no teníamos muchas.

Correcto, debemos llevar la mesa con nosotros. No nos protegerá por completo pero nos ayudara a llegar hasta la tarima con el menor número de daños. Nosotros iremos adelante para guiarlos—dije refiriéndome a Keith—Intenten mantener el mismo ritmo o todos caeremos, si eso sucede cubran sus ojos y encuentren el refugio más cercano ¿Listos?

Podía ver la duda y el miedo en sus rostros, aun así todos asintieron.

»A mi señal—avisé

Espera, Grecia—pidió Keith, luego se dirigió hacia los demás compañeros—Escuchen, pase lo que pase no salgan de su escondite. No importa lo que escuchen deben quedarse donde están.

Los murmullos de duda y preocupación no tardaron en llegar. Escuchamos las voces a los lejos maldiciendo y lamentándose.

¿Crees que fue una buena idea?—inquirí—¿Eso no aumentará el pánico?

Keith negó

Deben estar al tanto de lo que pueda pasar, no seremos muy discretos. Además no creo que puedan estar más asustados.

Está bien, santo Keith—se quejó Scott—¿Podemos avanzar antes de que me arrepienta?

Rodé mis ojos con molestia.

Bien—señalé—Uno...

Cada quien tomó una esquina de la mesa

»Dos...

Nos levantamos con cuidado pero igual el sensor detecto nuestros movimientos, el pitido se hizo presente.

»¡Tres!—Así empezó nuestra carrera hasta la plataforma.

El pitido sonó aun más agudo que antes y la luz se volvió azul esta vez. Los cambios no afectaron nuestro ritmo, incluso avanzamos más decididos.

Como siempre que me encuentro nerviosa comencé a contar para mis adentros.

1...2...3...4

Justo en ese momento la ronda de detonaciones inició, nuestra respiración conformó una melodía junto con los gritos y los golpes a la mesa. Nuestro escudo saltaba contra nosotros con cada impacto que recibía. Varios proyectiles nos alcanzaron en las zonas sin protección, pero llegados a este punto, la adrenalina llegaba a tan altos niveles que apenas podía sentir dolor, mucho menos parar de correr.

Llegamos más rápido de lo esperado y —para mi sorpresa— sin tropezar ni una sola vez. La estructura medía poco más de un metro, sería realmente complicado subir con una mesa sobre ti, por suerte terminamos del lado de las escaleras.

Intentamos subir con cuidado, nuestros esfuerzos no fueron suficientes. Casi habíamos llegado cuando alguien tropezó, lo que provocó una sacudida de la mesa terminando con ella en el nivel bajo y nosotros arriba de la tarima.

Sin tiempo para ir por nuestro pequeña defensa y sin ningún otro objeto para protegernos nos dejamos caer al suelo cubriendo nuestra cara.

Espere con tensión la colisión en mi espalda, pero esta nunca llegó. Me arriesgue incorporándome y observé las armas apuntarme pero extrañamente ninguna abría fuego. Los chicos levantaron sus rostros curiosos con la misma duda.

Con cautela se trasladaron a mi lado, esperando el momento de las detonaciones, pero las maquinas seguían estáticas en nuestra dirección.

¿Crees que se apagaron?—cuestionó Keith.

De inmediato tome el objeto más cercano para lanzarlo lejos de nosotros. Evidentemente, los cañones dispararon sin descanso, convirtiéndolo en pedazos.

Creo que eso es un no—repuso Kilian—Supongo que esto es una zona segura.

Lo que confirma nuestras teorías—comentó Keith.

Scott resopló de nuevo enojado.

¿Y eso qué? Esto no es bueno, solo es menos malo

Significa que estamos cerca de la salida—expliqué molesta.

Scott se llevó sus dedos al puente de su nariz, frustrado.

¿En dónde?—Giró sobre su eje con los brazos en alto—Aquí no hay nada, solo muros y armas adelante—Señaló frente a mí las armas apuntándonos.

Scott cálmate—regañó Keith—No lograremos nada con la histeria.

Scott suspiró, luego se dio la vuelta para alejarse dando pasos fuertes. En un momento se detuvo y detallando el suelo.

Esto tiene que ser una broma—rió y luego comenzó a dar saltos de un lado a otro.

No teníamos ni idea de que estaba haciendo hasta que escuché ruidos provenientes del piso.

—¿Lo escuchan?—dijo saltando en una zona. La tarima era de madera pero en un lugar los saltos de Scott provocaban un sonido metálico.

Nos dirigimos con urgencia para quitar la gruesa alfombra. Debajo había una puerta cuadrada de metal con una manilla circular. Todos tuvimos que ejercer fuerza para poder abrirla, la cerradura era dura y la puerta pesada, pero juntos logramos abrir el acceso.

Curiosamente, lo que encontramos no fue una recompensa, mucho menos un alivio.

La puerta daba a un agujero profundo y oscuro, del cual solo podíamos distinguir una fina escalera pegada a una de los lados, perdiéndose en la penumbra.

«Bueno hoy serán ustedes los que tendrán que buscar una salida, quizás no les guste cuando la encuentren»

«Si quieren salir de esta situación deben estar dispuestos a entrar en lugares poco agradables»

Mi me mente recordaba todas sus palabras, esta vez dando sentido a sus dichos.

Esto no es una salida, es una entrada.

—Maldita sea—escuché a Kilian.

—No voy a entrar ahí—A mi lado gritó Scott—¡No!

Por primera vez en mi vida entendía a Scott. Nadie estaría dispuesto a entrar a sabrá Dios donde sin ninguna garantía, ni siquiera estaba segura si yo lo haría.

¿Alguien me puede explicar qué carajo está pasando?—exigió Anya en algún lugar del salón. Olvidé por completo a los demás.

Encontramos una zona segura y una salida pero...—informo Kilian sin poder terminar.

¿Salida?—curioseó Anya.

Los demás comenzaron a asomarse entre las mesas y los manteles, al igual que nosotros llevaban moretones en la cara y brazos. Algunas chicas tenían los ojos rojos de tanto llorar. La elegancia había quedado atrás.

Gracias a Dios, Mel y Alissa por mi atuendo, las marcas en las chicas eran más evidentes, debido al escote y el largo de sus vestidos. Ni hablar de lo incomodo que debió ser correr en tacones.

Fabuloso, zorrita. Espero que no te hayas sentido muy sola porque estoy a punto de ir hacia allá—Sonrió con humor mientras se quitaba el calzado.

Espera ¿Qué? ¿Piensa correr hasta dónde estamos?

Anya no creo que eso sea una buena idea—razono Keith

Silencio doctor, no me quedaré aquí sin hacer nada. Soy muy rápida pero gracias por preocuparte—respondió con un guiño

Mike estaba a su lado compartiendo el mismo refugio con ella y Amanda. Tomó su brazo con firmeza.

Voy contigo

Ambos se prepararon para salir, el estrés provocó que llevara mis manos a mi cara para cubrirme los ojos. Me percaté de algunos rasguños en mis palmas, aun sangraban así que debían ser nuevos. Estudié todo mi cuerpo, tenía los mismos rasguños es varias partes, de hechos, solo en los lugares que la mesa no alcanzaba a cubrir en el trayecto. Los chicos estaban igual.

La adrenalina del momento me impidió darme cuenta hasta ahora del roce de los balines.

¿Pero por que los cortes? Las balas solo golpeaban.

Entonces recordé el último pitido y el cambio de luz. Me arrodillé en el borde de la tarima para buscar la mesa caída. Estaba al revés pero podía ver que en la superficie tenía abolladuras fuertes y marcadas.

Estos disparos no fueron iguales a los anteriores.

Joder

Anya ¡No!—grité pero ya era demasiado tarde. Tanto Anya como Mike ya estaban dirigiéndose hacia nosotros.

Inmediatamente el pitido volvió, las armas dejaron de apuntarnos y fueron hasta el objeto de movimiento.

1...2...3...4

Los disparos resonaron en todo el lugar pero esta vez fue diferente. Solo basto un impacto para derribar a los corredores. Ni siquiera Mike con toda su musculatura pudo mantenerse en pie. Desde mi distancia podía ver los pequeños agujeros sangrantes en sus cuerpos.

Anya soltó un grito de dolor, Mike se arrastró hasta ella para protegerla, siendo su espalda el blanco de las máquinas.

—Amanda, eres la más cercana—grité—Mueve la mesa hacia ellos.

Ordené una y otra vez pero Amanda ni pestañeaba.

—Está en shock—explicó Keith.

Esto no puede ser, no podíamos quedarnos sin hacer nada. Debíamos ayudarlos, pero ninguno de mis compañeros parecía a gusto con la idea de arriesgarse para salvar a alguien más.

Típico de la clase

Sin pesarlo dos veces salté de la tarima, escuché las máquinas girar hacia a mi pero no me importó. Fui hasta la mesa que había usado antes, intenté girarla pero era demasiado pesada para hacerlo sola.

En mi mente ya había contada hasta cuatro, en completa sincronización sentí el primer disparo.

Caí de rodillas mientras sentía la gota de sangre deslizarse por mi espalda. Si creía que los disparos de antes me habían dolido esto fue diez veces peor. Y solo fue el inicio, pronto llego el segundo y el tercero hasta que no se detuvieron.

Muy pocos disparos venían en mi dirección, ya que la mayoría de las maquinas disparaban hacia los chicos, esto me proporcionó tiempo para girarme y cubrirme con una de las esquinas de la mesa. Extrañamente, la mesa se levantó mucho más de lo que mi fuerza pudo haberlo hecho. Entre las detonaciones y el caos que nos asediaba distinguí la cabellera rubia de Keith y los ojos azul intenso de Kilian, ambos me ayudaron con el peso de la mesa.

Los tres empujamos la mesa frente a nosotros. No la pudimos levantar del todo pero la utilizamos como pared mientras caminábamos hasta Anya.

Al llegar observamos la espalda ensangrentada de Mike con balas aun adheridas a su piel, lo quitamos de encima de Anya para ayudar a levantarla, ella se dispuso a cargar nuestro pobre escudo con Kilian mientras que Keith me ayudaba a mover a Mike.

Rodeé mis hombros con el brazo disponible de Mike para moverlo. El camino fue un suplicio, el pobre hombre colgaba de nuestros hombros soltando gritos adoloridos conforme lo trasladábamos. Keith lo animaba a seguir consciente alertándolo que faltaba poco para llegar.

Finalmente llegamos a las escaleras, Scott comprobó no ser un completo inútil ayudándonos a subir, al estar todos seguros las máquinas pararon.

¿Qué mierda fue eso?—preguntó Anya

Aumenta la fuerza de los tiros—dije con la respiración entrecortada—«No tarden demasiado» él nos los advirtió.

Keith se levantó de su lugar para ir hasta Mike, gracias a su ayuda Anya tenía heridas menores como nosotros.

¿Va a estar bien?—pregunté

Las heridas son pequeñas y poco profundas, pero recibió muchas. Debo sacar algunos proyectiles incrustados y vendar las heridas sin ninguna utensilio médico a la mano. Improvisaré, pero estará bien. Si no se infecta.

Me separé de Keith para dejarlo trabajar. Me dirigí hacia los demás que aun seguían resguardados. Escuchaba sus plegarias y sollozos a los lejos.

Quiero que todos presten atención—Algunos volvieron asomarse—Deben caminar hasta donde estamos, utilicen las mesas o lo que sea que tengan para cubrirse y llegar lo más rápido que puedan. Imagino que no tengo que decir que no intenten correr sin protección y por favor alguien ayude a Amanda y vea si salió de su parálisis.

Nadie respondió, supuse que no les hacía mucha ilusión enfrentarse a las maquinas pero no tenían muchas opciones. Miriam, Nate y Ty usaron una mesa redonda para buscar a Amanda, mientras los demás usaban un largo mesón para llegar a la tarima.

Junto con Anya y Kilian ayudamos a subir a nuestros compañeros. Entre ellos, distinguí a Mel quien me obsequió un largo abrazo con llanto. Scott por su parte, se veía a lo lejos pensativo observando el agujero en el suelo, el cual volvía estar cubierto por la alfombra. Con la llegada del grupo de Amanda completamos toda la clase.

¿Y ahora qué?—preguntó Amber con la voz quebrada

Tenemos que decidir—respondí

Me arrodillé y desplegué la tela del suelo para dejar ver la salida. Si es que a eso se le puede llamar salida.

¿Qué es eso?—gruñó Ty

Es la salida.

El silencio reinó de nuevo, pensativo y lleno de dudas.

¿Me estás diciendo que esa es la única manera que tenemos de salir? —preguntó tajante Anya, solo asentí—Correcto. Yo voy primero.

Sin mediar otra palabra se aproximó a la escalera.

¿Estás demente Anya?—reclamó Scott—No sabes que hay allá abajo

No, pero sé lo que hay aquí—contraatacó—No me quedaré para morir fusilada. Ustedes lo vieron, cada vez disparan más fuerte.

Estamos en una zona segura...

¿Por cuánto tiempo?—refutó Anya de nuevo—¿Qué pasa si el puto maestro quita la zona segura? ¿Qué pasará la próxima vez que esas cosas disparen?

Scott se quedó en silencio.

»No me quedaré aquí averiguarlo—Con eso se internó en la oscuridad del agujero seguido de un adolorido Mike.

Todos nos quedamos mirando el agujero en silencio y paralizados hasta que una figura se atrevió a seguir a Anya, sacándonos de nuestro estupor. La sorpresa nos embargó debido a la persona que comenzaba a avanzar.

¿Cassey?—soltó Scott con sorpresa.

Ella giró para enfrentarlo.

Por mucho que odie admitirlo, Anya tiene razón. No tenemos objetos que utilizar de escudos, las mesas están a un disparo de romperse. No estamos seguros aquí.

¿Y lo estaremos dentro de ese agujero?—repuso el rubio

Estoy dispuesta a correr ese riesgo—escupió decidida.

Supongo que a pesar de la situación, Cassey aun tenía poder sobre la clase. Sus palabras bastaron para que los demás decidieran bajar con ella. Mel fue la última, quien solo me propinó una mirada de disculpa antes de bajar. Al final solo quedamos mis compañeros de refugio junto a Nate y Ty.

Este último se veía más nervioso que los demás, su actitud renuente era obvia. Sudaba y temblaba sin poder evitar demostrar lo aterrado que estaba. Nunca lo vi tan agobiado en mi vida.

N-no puedo hacerlo—tartamudeó—No puedo

Sus ojos se concentraron en Nate pidiendo ayuda. Ellos siempre fueron inseparables pero Nate siempre actuaba como el hermano mayor. Sus órdenes eran sagradas para Ty.

Tenemos que hacerlo, Ty—respondió calmadamente Nate—No podemos quedarnos.

Nate intentó tomarlo del brazo pero Ty lo empujó.

—¡No! No entraré ahí—su rostro era suplicante—No puedo.

Se alejó más de nosotros como si nos temiera, negaba con los ojos cerrados acercándose cada vez más a la orilla.

—Vamos a bajar los dos. Eres como un hermano para mí, no dejaré que nada te pase.

Keith me miró confundido intentando buscar respuestas pero yo estaba tan desconcertada como él.

—Ty aléjate de la orilla—susurré, intentando razonar—Ty mírame, vuelve aquí, nadie va a obligarte. Puedes esperar aquí si quieres mientras nosotros salimos y buscamos ayuda ¿Si?

—N-No puedo. No puedo entrar ahí.

Nate tragó grueso, bajó sus manos al frente para pedirle que se relajara pero Ty estaba fuera de sí.

—Vamos a dar un paso atrás y luego tú te alejarás de la orilla ¿ok?—explicó, los demás nos alejamos un poco obedeciendo.

Ty no retrocedió ni avanzó, solo llevo su cabeza hacia atrás soltando un suspiro.

—No voy a entrar ahí—repitió en voz baja y luego dio un paso atrás.

Reaccionamos lo más rápido que pudimos pero ya Ty había caído al suelo. Fuera de la zona segura. El pitido volvió, mucho más agudo esta vez, la luz se torno verde y mi cerebro comenzó a contar.

1...2...3...4

Ty se levantó pero la respuesta fue mucho más rápida. Con las armas en su espalda recibió el primer disparo en su cabeza. Esta vez, si lo podía llamar un disparo. Un agujero se abrió en su frente y nos salpicó de sangre.

Como si esto no bastara, lo más desgarrador fue el sonido que siguió.

¡Tyler!—gritó Nate desesperado. Creo que nunca he escuchado algo parecido. El llanto mezclado con lamentos saliendo de Nate lastimaba mi pecho aun más que los balines.

El cuerpo sin vida de Ty cedió ante su peso, cayendo sin voluntad al piso, aun sin alma las balas no se detuvieron. El charco de sangre comenzó a extenderse, mientras su cadáver seguía siendo fusilado.

Nate, ciego del dolor, intentó saltar hacia el cuerpo de su mejor amigo, pero Kilian y Scott lo detuvieron para arrastrarlo hasta el agujero.

Mientras tanto mi cuerpo seguía anclado en el mismo lugar, observando con pesar, la vida de un ser alegre ser arrancada de este mundo. No mentiré, Ty no era un santo, pero no merecía esto.

Un fuerte tirón en mi brazo me devolvió a la realidad, mis ojos dieron con Keith antes de abrazarme, ocultando mi rostro en su pecho.

—No lo veas, Grecia.

Luego, al igual que Nate, fui arrastrada a la oscuridad del hoyo, con la última imagen de Ty siendo horadado por docenas de balas y con el mismo pensamiento taladrando mi cabeza.

¿En que nos estábamos metiendo?

--------------------------------------------------------

Antes que nada quiero confesarles que Ty era mi personaje favorito
😢😔

Así que estoy un poco de luto por él.

Espero que le hayas gustado el capítulo, a mi me mató.

En otras noticias Classroom tiene nueva portadaaaaa!!! 

Aprovecho para recomendarles a la EditorialBlueClair, son los mejores!!

Sin mas nada que decir me despido.

Corazoncitos de luto para todos
🖤🖤🖤

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