Salí del auto y miré a Mateo.
—Desaparecé. —Musité.
Él alzó una ceja y yo lo presioné con la mirada a lo que él bufó y se hizo polvo frente a mis ojos.
—¿Pongo una película? —Dijo Santino abriendo la puerta.
Asentí con la cabeza y entré a la casa de mi novio, cerrando la puerta detrás de mi.
—¿Y tu papá? —Pregunté viendo que todo estaba en silencio.
—No está. —Dijo encendiendo la tele y sentándose en el sofá. —Vení aquí.
Yo asentí un poco nerviosa y me senté en él. Buen sabía que sus intenciones no debían ser muy buenas en cualquier caso, pero aun así me senté con él. Tampoco quería lucir re exagerada como si fuera una nena de doce.
—¿Cuáles te gustan? —Cuestionó.
—Cualquiera está bien. —Le dije mirando la televisión.
La verdad tenía ganas de levantarme e irme, pero tampoco quería estar con mi mamá que se había enloquecido, tampoco quería ir a algún lugar a que Mateo me acosara o amedrentara. Así que, por razones como estas sigo con Santino, porque puede entretenerme de vez en cuando.
Yo me acomodé bien en el sofá cuando la película inició y Santino pasó su mano por mis hombros y me estrechó a él.
Podía sentir de vez en cuando su mirada en mis piernas, y eso me puso nerviosa. Digo, yo no estaba lista para tener mi primera vez y, bien sabía que era una de las cosas que Santino buscaba al estar conmigo.
Él puso su otra mano en mi pierna y besó mi mejilla. Lo miré a los ojos y sin más, juntó sus labios con los míos, besándome con desesperación.
Correspondí el beso tratando de seguir su ritmo, aunque sintiera que estaba siento asaltada. ¡Ayuda, quieren robar mi virginidad!
Él puso sus manos en mis hombros y con facilidad me recostó a lo largo del sofá y se puso sobre mi. ¿En serio esto iba a pasar?
Él besó mi cuello y me gustó la sensación que generó eso, junto con el roce de sus dedos por mis piernas.
—Santino.. —Lo llamé aun insegura de lo que estaba haciendo.
Él se alejó de mi cuello y palideció al ver detrás de mi. Ahogó un grito y cayó al suelo despavorido. Yo me asusté y giré para mirar atrás pero no había nada.
—¿Qué te pasó? —Pregunté sentándome en el sofá.
Él se levantó del suelo y miró de nuevo atrás de mi, pestañeando rápidamente.
—Nada, debí imaginármelo. —Dijo Santino yéndose al baño.
Sentí de pronto el ambiente pesado y arrugué el gesto. Claro que no se lo había imaginado.
—Mateo. —Dije rápidamente.
Él apareció frente a mis ojos con una sonrisa inocente. Rodé los ojos mientras me ruborizaba, ¿él iba a ver como tenía mi primera vez?
Fue re turbio pensar en que todos esos espíritus y cosas extrañas pueden verte haciendo ese tipo de cosas.
—Te odio. —Dije mirándolo mal, a lo que él rió.
—Creeme que no querías hacerlo con él. —Dijo y lo miré confundida.
—¿Qué sabés vos? —Dije mirándolo.
—Se muchas cosas que vos no. —Dijo mirando a un lado de mi.
Giré a mirar también y allí vi el celular de Santino.
—¿Qué, querés que lo mire? —Pregunté irónica.
Él alzó los hombros y yo alcé una ceja.
—No voy a hacer eso. —Dije negando con la cabeza.
—Vos te lo perdés. —Dijo Mateo riéndose.
Me estaba provocando pero no lo iba a hacer.
—Por cierto.. ¿sabías que hay un galardón en el cielo para las chicas vírgenes? —Preguntó divertido.
—¿Hablas en serio? —Pregunté.
—Búscalo en la biblia si no me crees. —Dijo.
Me quedé mirándolo y luego alcé los hombros.
—¿Y qué tiene que ver eso? —Pregunté confundida.
—Ah, nada. Solo es curioso que a mi también me den un premio si tomo una virgen para mi. —Dijo relamiendo sus labios.
Mi corazón se agitó en mi pecho, ¿qué estaba tratando de decir?
Jelowi.<3