Les recomiendo leer ciertas escenas con música así bien sexy tipo:
Wicked Ganes de The Weeknd, Be Your Love de Bishop Briggs (es la que utilicé para escribir algunas escenas 7u7), entre otras.
Si tienen Spotify usar alguna playlist de esas, o la que gusten 💕
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Las olas del mar rompían contra la costa y arrastraban su espuma unos metros arriba de la arena trayendo consigo piedras y crustáceos. A lo lejos la luna demostraba estar en sus días previos a ser llena e iluminaba suavemente dejando de ese modo que las estrellas sean las anfitrionas de esta noche.
Elián rodeó con sus brazos el delgado cuerpo de su amada para cubrirla del frío mientras permanecían sentados en la arena observado el mar y oyendo su rugido traído por el viento.
Amy tenía los ojos cerrados, su rostro apoyado sobre el corazón del vampiro y aferraba sus manos a la camiseta de él como si de ese modo quisiera evitar que desapareciera.
–¿Tienes frío? –preguntó Elián tomando algunos cabellos cafés de la muchacha y colocándolos detrás de su oreja –¿Quieres que nos vayamos?
–Aún no –ella murmuró –Dejame quedarme un poco más así, a tu lado.
Elián apoyó su barbilla sobre la cabellera de Amy mientras movía sus manos de arriba a abajo para calentar su cuerpo y así evitar un resfrío.
–No iré a ningún lado sin ti, Caperucita.
Amy solo asintió, su voz parecía un ronroneo y se acurrucó aún más entre sus brazos. Al verla Elián sintió una enorme sensación de calor en su corazón pues ella estaba sonriendo aún con los ojos cerrados como si estuviese teniendo un maravilloso sueño del cual él era parte.
No iba a decirlo pero se sentía un tanto reconfortable saber que lo había extrañado tanto.
–Yo nunca te abandonaré.
Amy elevó la mirada encontrándose con aquellos ojos azules, tan profundos y enigmáticos. Sin pensarlo llevó una de sus manos a la mejilla de él y lo acarició, casi podía jurar que todo esto era parte de un recuerdo y no la realidad.
–Promételo... Tú jamás mientes ¿No es así? Prométeme que...
–Lo prometo, me quedaré sin importar qué pase –la interrumpió sin titubeos.
Amy acortó la distancia entre ambos y rozó sus labios contra los de Elián antes de que él la abrazara un poco más y terminará por deshacer la distancia entre ellos en un beso de amor.
El mar rugía suavemente así como las aguas subían por la arena mojando todo a su paso.
Momento después sin desear acabar aquel beso realmente, pero estando al tanto de que no podrían estar así por siempre Elián la abrazó con mucho cariño.
–Te extrañé tanto.
Amy no respondió, en lo único que pudo pensar fue en las veces que había pensando en él y todas las veces en las que Elián pudo sentirse solo.
–¿Como era vivir lejos de mí?
Elián soltó un suspiro y contempló el mar.
–Doloroso.
Entrelazó su mano derecha con la de Amy y acarició suavemente su piel con su pulgar.
–Recordaba todo, al fin tenía de vuelta mi memoria, al fin me sentía yo mismo pero... no te tenía a ti. Incluso sabiendo que sería padre no me permitía verlos, aunque me destrozara el corazón, yo sabía que estarían mejor sin mí.
–Eso no es verdad, yo no estoy bien sin ti. Fingir tu muerte luego de todo lo que pasamos fue lo peor que pudiste haber hecho...
–En mi situación no veía otra salida, además... tú no estabas sola, siempre confíe en que Evan cuidaría bien de ti y del bebé.
–¡Que estupidez! Obviamente Evan cuidó bien de nosotros y siempre le estaré muy agradecida pero ¿Fingir te muerte? ¡Fue estúpido!
–Amy, cada vez que entré a tu vida no vi más que tristeza en tu mirada. Tú y yo siempre creímos que el estar juntos era el motivo.
–¿Y si nos equivocamos?
–¿Qué?
–¿Y si todo este tiempo nos equivocamos? ¿Y si en realidad no debemos estar separados? Elián te has perdido de tantas cosas por nuestra estúpida decisión. Por las tonta idea que tuvimos de alejarnos creyendo que éramos los culpables de arruinar la vida del otro.
«Si no estuviésemos destinados a encontrarnos ¿Entonces por qué cada vez que nos alejamos nuestros caminos se vuelven a cruzar? ¿Por qué cada vez que no estás siento que me falta una parte de mí?
Amy acarició el rostro de Elián.
–Eres esa hermosa parte de mí que me hace sentirme como antes. Quiero que estés siempre en mi vida, ahora lo entiendo mejor. Hace dieciocho años era una niña que fingía ser adulta, una chica que no entendía nada del mundo y pensaba que estar lejos de ti sería lo mejor, pero si es así ¿Por qué te he soñado gran parte de mi vida? ¿Por qué he llorado por ti tantas veces?
«Solo quiero que permanezcan en mi vida de uno u otro modo, aún sabiendo el daño que puedo causar a los demás, yo quiero que estés aquí.
–Eres egoísta.
Elián limpió un rastro de lágrimas que se deslizó por el rostro de su amada.
–Pero yo también lo soy y nos alejamos por ese motivo, por creer que nos dañabamos, pero la verdad es que... no importa cuánto duela, necesito estar cerca de ti o nunca más volveré a sentirme vivo, solo a tu lado Amy Oliver, soy feliz.
«Y si este es el destino, y si el destino hará que tú y yo nos encontremos una y otra vez entonces lo acepto, porque no hay nada en el mundo que quiera más que estar a tu lado.
La dulce mirada de su amada hacia latir rápido su corazón.
–Desearía volver el tiempo atrás, poder ir a aquel día y decidir quedarme a tu lado, ver crecer a Aiden y protegerlos de todo mal, no sabes cuánto desearía haber estado ahí con ustedes –apoyó su frente contra la de Amy –Desearía haber sido yo quien te pusiera esa sortija de compromiso.
Amy abrió los ojos justo a tiempo para contemplar aquella expresión de resignación en el vampiro a su lado. Él sonreía y aunque era una sonrisa triste no dejaba de verla con mucho cariño.
–Pero tengo algo mejor que eso...
Deslizó su mano izquierda por la nuca de Amy mientras la tomaba con firmeza por la cintura con su mano libre. Acercó su rostro al de ella y desvió su atención lentamente a la piel pálida y suave de su cuello.
–Esto es todo lo que soy –susurró percatadose de como el cuerpo de su amada se estremecía ante la caricia de su aliento cálido –Y es todo lo que puedo darte.
«Quizás no sea un híbrido, un alfa, ni un rey de algún clan como para darte miles de cosas bonitas pero, te aseguro que todo lo que soy es todo lo que te daré; mi pasado, mi presente, mi futuro y mi vida misma te pertenecen Caperucita... Te han pertenecido desde el primer instante en que te vi en aquella fiesta.
–Elián...
–Mi amor es tuyo así como mi corazón y todo lo que soy.
Al abrir la boca sus labios rozaron la piel de la joven bruja y ella tembló de sorpresa luego sintió como el filo de los dientes del vampiro presionaban su piel hasta atravesarla. El dolor se expandió rápidamente y apretó las ropas de él entre sus manos mientras sentía como la sangre era succionada lentamente, con cuidado.
Amy soltó un gemido de dolor y Elián la dejo ir rápidamente, sin embargo la mordida fue cuidadosa y no lucía muy dañada su piel.
Elián traía la mirada baja mientras unas gotas de sangre se deslizaban por su labio inferior. Amy al notar aquella mueca de culpa lo tomó por la barbilla elevándole la mirada para contemplar sus ojos violetas brillantes en medio de la noche.
–Un juramento de sangre hecho por la mordida de un vampiro es algo muy valioso oí alguna vez decir –ella sonrió –Me alegra saber que eres tú ese vampiro que firmó el contrato.
En el mundo vampírico solo existían 4 clases de mordidas originales; la de muerte donde el vampiro se alimenta de su presa con tal de quitarle la vida, la mordida de alimentación donde preserva la vida de su víctima solo para beber de ella lo suficiente. La tercer mordida era de vida donde el vampiro se alimenta de su presa para convertirlo en un nuevo vampiro, está era muy importante ya que pocas veces se les otorgaba un deseo tan grande a una presa por eso no hay tantos vampiros.
Y la última pero no menos importante es la mordida de sello donde el vampiro tiene una admiración tan grande por presa que deja una marca en ella, en un lugar visible jurando de este modo mantener un lazo con esa persona sea por amor o lealtad; es un juramento inquebrantable para el vampiro que se asemejaba a venderle su alma a la víctima, dejando de ser ésta una presa y volviéndose su dueña.
Amy le limpió las gotitas de sangre con el pulgar y se acercó a él para besar su mejilla.
–¿Quieres nadar? –preguntó Elián volviendo a sonreír.
–¿Qué?
Amy se encontró con una sonrisa arrogante a la cual jamás podría acabar de acostumbrarse sin importar cuanto la conozca, seguiría siendo una sonrisa única que aceleraba su corazón.
–Como la última vez que fuimos a la playa ¿Lo recuerdas? Era una fiesta.
Elián se puso de pie y le tenido una mano a su amada pero ella dudaba.
–Debes estar loco, no pienso meterme ahí.
–¿Eso crees?
Y de inmediato el vampiro tomó a Amy por los brazos para obligarla a ponerse de pie y luego la abrazó por la cintura elevándola del suelo como si fuese una muñeca. Amy protestaba y se sacudía tratando de liberarse pero le era imposible sin embargo no dejaban de reír.
–¡No, Elián! ¡Bájame! ¡No me quiero mojar!
–Lo único que escucho es 'Elián por favor llévame al agua, quiero nadar'.
–¡No dije nada de eso, bájame!
El vampiro corrió hacia el mar y al meterse tragó una bocanada de aire por el shock de frío que lo recorrió y aún así se adentró lo suficiente, hasta que las olas le llegarán a la cintura.
Amy gritó y se quejó pero cuando sus piernas se hundieron en el agua no tuvo tiempo a gritar ya que el vampiro la arrojó al mar, segundos después ella salió a flote, boquiabierta y sin poder creer el frío que hacía.
–¡¿Estás loco?! ¡¿Por qué hiciste eso?!
Elián no podía responder, la escena era demasiado graciosa para él y sus carcajadas eran inevitables. Amy gruñó molesta y lo salpicó con agua pero pronto aquella bonita carcajada se volvió contagiosa y comenzaron a reír juntos nuevamente.
La luna iluminaba el rostro de aquel vampiro y esa imagen de él riendo era por poco angelical, una imagen que Amy guardaría en su memoria por siempre, y es que había pasado mucho tiempo desde que los dos volvieron a reír de ese modo.
Fue cuando aquella fiesta en la playa volvió a los recuerdos de la bruja encendiendo una llama en su interior.
"–Pase lo que pase prométeme que seguirás sintiendo por mí, lo que yo siento por ti.
–Lo prometo... –le juró Amy a Elián ambos nadando juntos en el mar luego de que él la llevará hasta ahí.
En ese entonces Amy no tenía idea de que aquel juramento iba a volverse un gran pesar pues Elián moriría al poco tiempo en el bosque oscuro, pero aún así su promesa siguió viviendo entre ellos."
Fue una promesa que superó al mismísimo tiempo.
Amy nadó hasta Elián cuando él estaba distraído apartándose las gotas de agua que cubrían su visión y una vez delante suyo lo tomó con ambas manos por las mejillas para contemplar su rostro; para admirar sus labios rosáceos, sus piel suave, su mandíbula marcada, sus mejillas delgadas, sus cejas pobladas, lo largo de sus pestañas de las cuales caían gotas de agua y su mirada entornada como la de un depredador que era iluminado por las luces del cielo.
–Eres tan lindo.
Elián sonrió de lado. Él era tan atrapante como siempre.
–Lo sé, soy irresistible.
Amy rió por lo bajo, así se mantuvo un instante avergonzada por lo que su mente le decía en este momento, hasta que tomó agallas y volvió sus ojos grises al vampiro delante suyo, obviamente sin poder ocultar el rubor en sus mejillas.
–Extrañé tu arrogancia y tus sonrisas... Creo que extrañé todo de ti.
El vampiro la tomó con firmeza, rodeandole la cintura con un brazo y agarrándola de la barbilla con su mano libre para darle un besó profundo, atrayendola a su cuerpo para sentir su calor mientras una llama ardiente crecía entre los dos.
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Megan volvía de recostar a Rory en su cuarto, por alguna extraña razón se estaba haciendo costumbre ver películas de Disney cada noche entre los tres pero era ella quien siempre llevaba a la pequeña a dormir puesto que Rory no deseaba irse a descansar si no fuera con Megan ya que ella siempre le contaba alguna de sus aventuras de cuando viajó por el mundo, aún que la mayoría estaban exageradas.
Al llegar a la sala de estar se encontró con Thomas dormido en el sofá abrazando aún un tazón de palomitas de maíz a medio terminar. Sonrió enternecida y de puntas de pie se acercó para quitarle dicho tazón sin despertarlo.
Thomas se removió en su lugar y de sus labios salieron unas palabras que hicieron retroceder un paso a la muchacha.
–Vicky... ¿A dónde... vas? Vue, vuel...
La rubia soltó un suspiro agotado, dejo el tazón de palomitas a un lado y cubrió a Thomas con una manta de lana.
Se agachó ante él y suavemente le corrió algunos cabellos de la frente.
–Aún la extrañas ¿Verdad?
Y el recuerdo de aquel día cuando lo encontró viendo una fotografía de su ex esposa le apretó el estómago.
De repente algunos pensamientos empezaban a invadirla, ya que a pesar de querer mucho a Thomas y de que él la quiera por igual, lo suyo fue muy repentino, muy pronto a la muerte de Victoria y quién dió el primer paso fue Thomas así que la duda se albergó en Megan con velocidad.
No recordaba haberlo visto llorar por Victoria ni tampoco hubo momentos en el que hablaran de su perdida como si él evitará aquello a toda costa, como si no quisiera ver la realidad.
–¿Acaso quieres que yo sea su reemplazo, Tommy? ¿Enserio no vas a enfrentarte a la perdida?
Soltó un suspiro nuevamente. No podía culparlo, de cierto modo ella también había hecho lo mismo, pues a pesar de saber que Jason está vivo una parte de Megan le decía que quizás jamás podría salvarlo y por eso, tal vez, intentó refugiarse en Thomas, en el amor que él le brindaba para olvidarlo, pero era obvio que por mucho que se quisieran ninguno de los dos estaba listo para una relación nueva porque en sus corazones aún había alguien más que no podría desaparecer de la noche a la mañana.
Era bueno darse cuenta de ello por eso no estaba molesta ni decepcionada sino aliviada de saber que no era la única con sentimientos confundidos en este momento.
Acarició suavemente el rostro del alfa y le sonrió.
–Será mejor que volvamos a ser amigos, de ese modo tú te enfrentarás a tu realidad o yo a la mía ¿No es así?
De pronto un sollozo lejano le llamó la atención y se volvió de inmediato hacia las escaleras que llevaban al cuarto de Rory. Pronto la voz de la niña se empezó a oír y no necesito de un grito para salir corriendo a ver qué pasaba.
Al ingresar a la habitación Megan se encontró con la niña sentada en su cama, restregandose los ojos para apartar las lágrimas que no paraba de caer y rodar por sus mejillas rosáceas.
–Rory ¿Qué sucede? –se sentó a su lado para acariciarle el cabello negro como la noche.
–Mi mami, quiero a mi mami –sollozó entrecortada –¡Quiero a mi mamá!
Megan abrazó de inmediato a la pequeña de seis años que no dejaba de llorar desconsoladamente entre sus brazos, aún adormilada por el sueño.
–Esos hombres malos la van a lastimar, mi mami está sola –a medida que hablaba las palabras le salían cada vez más incomprensible por el llanto –Megan, ayuda a mi mami por favor. Quiero a mi mami.
–Descuida cariño, todo estará bien, lo prometo, nada malo pasará. Esos hombres ya no están, todo va a estar bien.
–No, no, yo quiero a mi mamá.
–¿Rory?
La pequeña se apartó de inmediato del abrazo de Megan para observar a la puerta de su habitación donde su padre se asomaba.
–¡Papi! –la pequeña bajo torpemente de la cama y corrió a su encuentro con lágrimas en sus ojos azules.
Thomas tomó a su pequeña, él aún lucía algo somnoliento pero parecía ser algo a lo que se había acostumbrado.
La niña se acurrucó entre sus brazos cubriendo su pequeño rostro entre su cuello mientras su padre le daba suaves palmaditas a la espalda.
–Ya, ya, tranquila.
–Papi, vamos a buscar a mamá por favor, vamos a buscarla, la extraño mucho.
–Sí, lo sé, yo también.
Megan apartó la mirada al oír aquello pero no porque le molestará más bien porque sentía algo de impotencia al no poder hacer nada para reprimir el sufrir de aquellos dos a los que apreciaba como a su propia familia.
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Amy POV.
Más tarde acompañé a Elián hasta su departamento, allí nos dimos cuenta de que el lugar lucía realmente vacío como si alguien se hubiese llevado todas las cosas, sin embargo no vi a Elián alterado puesto que había una nota pegada a la pared y luego de leerla sonrió con calma.
–Parece que hoy estaremos solos –murmuró tomándome de la mano, jalándome hacia él y agarrándome por la cintura.
Me reí con picardía al momento de tenerlo tan cerca, me puse de puntas de pie y besé la comisura derecha de sus labios haciéndolo sonreír.
Elián me agarró de la barbilla con una mano, apretando suavemente mi piel entre sus dedos y viéndome con algo de superioridad. A veces amaba aquella actitud arrogante que tenía, lo hacía ver más problemático de lo que ya era.
Sentía mi corazón correr con fuerza cuando lentamente se acercó a mí, rozando sus labios con los míos, dejándome sentir el calor de su ser y la firmeza de su cuerpo al apretarme contra él.
–Te extrañé Caperucita.
Entrecerré los ojos cuando pensé que me besaría, pero estaba jugando conmigo, le gustaba provocarme y llevarme al límite pues solo dejo un suave beso en mi barbilla.
–¿Qué tanto? –susurré tratando de seguirle el juego.
De pronto el aire se sentía mucho más denso y cálido, todo lo que traía puesto empezaba a pesarme y tenía una necesidad extrema a verlo sin ropa. Ya casi no recuerdo cómo se sentía tocar su piel desnuda.
El frío que tenía por mi ropa húmeda se había desvanecido.
–Te mostraré.
Un escalofrío para nada desagradable me recorrió de pies a cabeza cuando llevó ambas manos a mi cintura y las deslizó hasta por debajo de mis glúteos para levantarme a la altura de su cintura y hacer que enrede mis piernas alrededor de su torso mientras me aferraba a su cuello para no caer aunque él me sostenía con firmeza.
Ni siquiera prendimos las luces del recibidor y fuimos directamente a su habitación sin complicaciones algunas, era como si Elián pudiese ver en la oscuridad y supuse que algunos dones de vampiro no se le habían ido del todo.
Al ingresar al cuarto me llevó hasta su cama, me recostó sobre ella y se apartó unos pasos de mí. Las cortinas estaban abiertas y la luz rojiza de una farola ingresaba dejando en penumbra la habitación y dándole un aura bastante erótico al ambiente.
Me quedé boquiabierta al tener a Elián frente a mí, su camiseta húmeda se pegaba a su torso y me dejaba ver parte de sus clavículas, y me imaginé la suavidad de su piel siendo recorrida por mis dedos.
Él esbozó una sonrisa de lado, era soberbio y provocador, lo sabía y por ello lo presumía.
Se pasó una mano por su cabello mojado ya que le habían caído algunos mechones sobre la frente y me miró de soslayo mientras los peinaba hacia atrás con sus dedos.
Era malditamente sexy y lo sabía.
–Presumido.
Estaba sentada a la orilla en su cama, su aroma me envolvía completamente, no podía pensar en nada más que en él. Era como si tenerlo cerca activarán todos mis sentidos y acelerará mi corazón.
–Aún no he comenzado –bromeó y se quitó la camiseta.
Tragué saliva automáticamente con solo contemplar su torso desnudo, disfrutando de las sombras que enmarcaban los surcos de sus abdominales y de cómo su piel lucía estando húmeda.
Vino hacia mí levantándome la barbilla con tan solo un dedo, haciendo que fije mi mirada en aquel hermoso rostro que poseía.
–Eres tan linda.
Me empujó suavemente hacia atrás, caí sobre el colchón sin darme cuenta en que momento me volví tan sumisa ante su presencia; podría hacer lo que quisiera conmigo y yo estaría completamente hipnotizada por su presencia.
Cuando estuvo sobre mí, con las manos a cada lado de mi cuerpo y su boca muy cerca de mi cuello fue como si mi corazón se volviera una bomba a punto de estallar.
Mis piernas estaban a cada lado de sus caderas, me hacía sentir bastante indefensa que este delante mío ya que era más grande, físicamente, que yo.
No podía identificar si el calor que sentía era por el ambiente de la habitación o porque mi cuerpo había aumentado su temperatura de repente.
Elián tenía una sonrisa atrevida que erizaba mi piel de inmediato pues reconocía aquella sonrisa ya que en el pasado solía sonreírme de tal modo; siempre fue tan atrevido, soberbio y atractivo que lo presumía sin problemas. Recuerdo que solía molestarme mucho por esas sonrisas traviesas pero el motivo real era que me gustaban demasiado, tanto que sentía perder el control ante él.
Sus ojos azules eran algo que jamás olvide, aún eran causante de mi acelerado corazón. Amaba aquella mirada peligrosa que me juraba un mundo de oscuridad y deseo.
Deslicé mis manos por su torso, siguiendo con las yemas de mis dedos los surcos de sus músculos. La sensación de su piel suave bajo mi tacto y el sonido de su respiración lenta estaba haciéndome perder la cordura.
Sentía mi piel arder y cada vez que dejaba besos en mi cuello me recorría una placentera sensación de escalofríos.
Sus manos se deslizaban por mi cuerpo acariciándome, subiendo por mi pierna hasta mis caderas disimuladamente desabrochado mis pantalones y tirando de ellos hacia abajo.
Lo tomé por el final de su quijada, tirando de él hacia mí para besarlo y nuestros besos pasaron de ser dulces y románticos a apasionados y profundos.
Elián agarró el borde de mi camiseta y me la quitó una vez que levanté los brazos, arrojándolo a un lado. Ambos queríamos esto y mientras más rápido comencemos mejor.
No podría recordar cuántas veces nos besamos y si lo hiciera me parecerían insuficiente, cada vez querría más y más.
Por cada vez que dejaba una huella de sus labios contra mi piel ésta parecía arder ante su tacto.
Ya no podía aguantarlo más, necesitaba tenerlo aún más cerca de mí, baje mis manos hasta su cintura y de manera casi desesperada, con los dedos torpes desabroché su cinturón y sus pantalones. Oí a Elián reír y alcé la mirada hacia él nuevamente.
–¿A dónde se ha ido el romance, Caperucita?
Lo decía de manera coqueta, intentaba provocarme y sin duda estaba funcionando.
–Al diablo con eso, ahora solo quiero hacerlo.
Amaba la mirada que Elián me dedicaba en este momento, no era la mirada amable y cariñosa de siempre más bien era oscura y atractiva al cien por ciento.
De pronto me tomó por el cuello con una mano, apretándola levemente, alzándome la mirada para que solo me concentre en verlo a él. También sentí que alzaba mis piernas a la cama ya que estaba muy cerca de la orilla y con aquella mano libre la deslizó desde mi rodilla derecha por mi muslo hasta mis caderas donde las apretó con fuerza.
–Bien, si eso quieres.
Tan solo con oír su voz gruesa mi vientre se apretaba y cerraba los ojos pues el placer era mucho más grande con solo oírlo.
–Tú eres solo mía, Caperucita –dijo. Aún tenía los ojos cerrados cuando me habló y me tuve que morder el labio inferior al oírlo –Hoy y siempre, eso significa éste juramento.
Sentí que beso la herida que me había hecho hace un rato y abrí los ojos justo a tiempo para contemplar sus ojos azules tornarse violetas.
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Austin fue llamado de emergencia al gran salón de reuniones que albergaba la sede vampírica, aquel lugar era muy diferente al establecimiento de los cazadores, aquí las sombras se apoderaban de casi todo y el ambiente siempre era pesado.
Se sorprendió al llegar y encontrarse con la mayoría de los vampiros esperándolo, era un ejército de casi trescientos vampiros y todos lo miraban con desagrado, obviamente porque no era a quien habían elegido como líder.
–¿Qué significa todo esto? –preguntó –¿Alguna fiesta de bienvenida?
Al caminar al centro de la multitud que se abrió sendero para dejarlo pasar se encontró con un vampiro parado en medio de todos ellos, esperándolo. Sus ojos eran los únicos que brillaban de color violeta y no ocultaba el hecho de que había bebido sangre recientemente pues su ropa tenía grandes manchas rojas, eso quería decir que estaba lleno de energía.
–Los cazadores nos obligaron a tenerte como líder, pero tú no eres digno de éste puesto –exclamó aquel vampiro.
Austin observó a sus lados, los vampiros formaron un círculo alrededor de ellos dos.
–Les aseguro que yo tampoco estoy muy contento con estar aquí, ni siquiera me pagan lo suficiente.
El oponente de Austin parecía emanar odio con solo mirarlo. Obviamente está era una situación complicada donde el peligro era latente y debía llevarse la situación con cuidado o todo terminaría en un gran desastre.
–Solo puedes ser nuestro líder si eres sangre de nuestra reina... o si ganas nuestro respeto.
Austin se cruzó de brazos y sonrió arrogante.
–¿Estás desafiandome?
–Sí... –el vampiro de párpados caídos y expresión molesta dió un paso al frente –Austin Oliver, yo Hans Boster, te desafió a un duelo a muerte por el liderazgo de nuestro clan.
"¿A muerte?"
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La habitación estaba poco iluminada por una luz rojiza y el ambiente era tan cálido, muy diferente a como se sentía estar frente al mar.
Los cuerpos de aquellos dos amantes estaban unidos por el deseo y la pasión que los enredaba. Una fina sábana de seda los cubría a pesar de tener la piel húmeda y ardiente por el sudor.
La espalda ancha del vampiro estaba marcada de líneas con relieve rojizo por los rasguños de su amada que gemía bajo su peso mientras movía las caderas con cada embestida profunda.
Elián tomó el rostro de la joven morena pasando su pulgar por el labio inferior de ella degustando aquella expresión inocente y sumisa que le entregaba. Por cada estocada la oía gemir y aquello solo acrecentaba el deseo de poseerla cada vez más hasta llegar al límite.
–Duele –la oyó murmurar mientras unas lágrimas se acumulaban en sus pestañas. –Se siente muy... profundo.
–¿Quieres que pare?
Amy negó lentamente sin apartar aquellos bonitos ojos grises de él.
–No, me gusta.
Una sonrisa oscura se dibujó en el semblante del vampiro.
–Aún puedo llegar más allá de esto.
Elián le tomó las piernas ayudándola a enredarlas alrededor de sus caderas y agarró sus manos llevándolas a sus hombros. Se acurrucó en su cuello disfrutando del aroma de su piel desnuda y le susurró al oído.
–Sujétate fuerte.
Amy se mordió el labio inferior tratando de aguantar sus gemidos pero estos fueron imposibles de apaciguar cuando el movimiento de caderas aumento volviéndose embestidas profundas que nublaban su mente. Se abrazó al vampiro clavando sus uñas en él disfrutando de cada instante y sintiendo como si pronto fuese a perder la conciencia.
Sus gemidos resonaban en cada parte de la habitación y Elián la besó junto cuando su ritmo aumentó haciendo que las caderas de la muchacha se apretaran.
Habían pasado tanto tiempo separados que el estar unidos en este momento, formando uno solo era algo que deseaban que jamás terminará y aquella noche sería aprovechada al máximo hasta el amanecer.
Elián contempló el rostro de su amada, él tenía una mirada entornada y peligrosa que apreciaba cada gesto de la muchacha, quien a su vez poseía una belleza inusual que lo traía hipnotizado.
–Voy a tomar cada parte de ti –susurró acercándose a su cuello y depositando suaves besos en su cuello a través de su clavículas hasta la marca de mordida –Bienvenida al bosque Caperucita, ya no habrá a dónde huir.
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El vídeo de multimedia va tan acordé con las escenas 😍
Ay, es la primera vez que escribo algo "subido de tono" aunque antes ya he hecho cosas insinuando escenas eróticas nunca antes profundice tanto.
Ya sé, ya sé, hay cosas más específicas en otros libros peeero para mí esto es mucho 😂😂
No estoy acostumbrada a escribir cosas así (aún que me gusta) pero como dije es la primera vez que llegó a tanto así que espero que les haya gustado. 💕
Perdón por el retraso pero es que estoy preparando algunos caps para un Maratón de Aiden y tenía que pulir detalles.
Ya saben, si hay errores ortográficos o algo más, avísenme porque a veces se me pasan de largo.
L@s quiero mucho, ya lo saben.
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L@s espero.
💕💕💕💕