Punto de vista de Anna.
El silencio reino entre nosotros mientras íbamos de regreso a casa, intentaba ocultar entra mis piernas a mis manos temblorosas y me era casi imposible. Absolutamente nadie en el auto se ofreció a decir palabra.
Harry estaba junto a una ventana y yo a la otra. No importa lo cerca que aun estábamos en ese momento me sentía como si estuviésemos demasiado lejos. Era difícil procesar por todo lo que habíamos pasado hace un par de minutos, las personas que murieron, incluyendo personas inocentes y no sé cuánto tiempo nos tomara a todos superar esto.
Un dolor atónito se impregno en cada estación de mi cuerpo que no conocía conforme pasaban los segundos. El silencio producía que mis pensamientos y cada escena vivida se reprodujeran. De pronto ya no era consciente de lo terrenal y lágrimas silenciosas y calientes comenzaron a deslizarse por mi mejilla con cada recuerdo de mi padre. ¿Cómo iba admitir que el ya no estaría más? ¿Cómo será la vida después de esto? ¿Cómo será la vida después de que le haya quitado la vida a un ser humano? ¿Por cuánto tiempo más tendremos que pasar por esto? ¿Había vida después de ello?
El auto se detuvo una vez que llegamos, Hoper nos dio una mirada por el retrovisor antes de bajar y reunirse con el resto, solo quedábamos Harry y yo en aquel auto en un espeluznante silencio.
— ¿Qué sucederá después de esta noche? —Pregunte y no era consciente del cambio brusco en mi voz.
Pude ver como tragaba la bilis que se había formado en su garganta y por la expresión en su rostro, el no conocía la respuesta.
—No lo sé Anna, no lo sé. —Termino en un susurro.
El obligo a nuestros dedos entrelazarse los unos contra los otros y bajamos del auto, mantuve el equilibrio de mis propios pies y caminamos por el sendero que nos llevaba a la casa.
—Tengo miedo Harry—Trague saliva—, tengo miedo de perdernos.
—No... —Susurro, deteniéndose y girándose hacia mí—. No tengas miedo. Nos hemos perdido tantas veces que no lograras soportarlo una vez más.
Me abrazo con tanta fuerza, asegurándose de que no quedara ningún espacio entre nosotros y susurro contra mi oído:
—Todo esto acabara, lo prometo. —Firmó aquello promesa con un beso que yo dudaba que pudiese cumplir.
Pero de repente, con aquella promesa caí en cuenta que ahora era el momento en que Harry supiera la verdad. Estaba acercándome demasiado a su odio pero tenía que correr el riesgo antes que Amanda lo hiciera.
Sé que eso iba a matarlo, sé que eso iba a romperlo en mil pedazos y me dolía ser la causante de aquel dolor que iba a provocarle.
—Harry, no importa lo que pase, no dudes que te amo. —Logre hablar entre aquella voz temblorosa.
—Nunca amor, nunca. —Susurro en mis labios pero sin besarlos.
—Harry, escúchame.
—Te amo maldita sea, te amo tanto.
—Necesito que sepas algo.
—Yo necesito que sepas que nunca te dejare. —Una serie de besos recorrían mi cara—, vamos adentro.
Abrí mi boca para interrumpirle, pero sus ojos volvían a estar llenos de vida después de todo lo que paso, su sonrisa apenas estaba cobrando vida y no podía arruinarlo. No podía dejar que se viniera abajo.
No esta noche...
Antes de que camináramos hacia la casa lo bese. Lo bese con tanto amor, con tanta dedicación, con tanta pasión pero también con tanto sufrimiento porque aunque era dolosamente admitirlo, no sabía que iba a pasar con nosotros.
Todo el mundo en el salón estaba en completo silencio, ninguno se miraba con el otro. Daniel, Hulk, Dean, Gary, Red y Hoper. Todos y cada uno estaba sumiso a su propio infierno, han perdido amigos, familias, en cada enfrentamiento pero aun así ellos se levantan por un nuevo comienzo.
—Quiero que todos se sienten y me escuchen con atención. —Hoper suena seguro de cada palabra que dice pero sé que no lo está.
Todos tomamos asiento y lo puedo ver caminar el centro del salón, tronando sus dedos así no suenen. Y sé que eso lo hace cuando está nervioso.
—Todos y cada uno de nosotros el entrar a la mafia, juramos lealtad. Juramos proteger y no fallar a la familia, esta noche lo demostramos salvando la vida de Anna, trayéndola de vuelta a casa porque ella ahora es parte de nosotros, ella es un miembro más de esta familia. También sabemos que esta noche acabamos con los Russo, por lo que Rusia ahora mismo está libre y alguien tiene que gobernar aquel imperio. —Hoper se mueve de un lado a otro por el salón y mis ojos no dejan de ver cada movimiento en él.
— ¿Qué quieres decir con eso? —Pregunta Gary con el ceño fruncido.
—Que como regla de la mafia, nosotros fuimos quien acabo con ellos. Y somos nosotros quien debemos adueñarnos de la mafia Rusa. Pero ustedes son libres de decidir: Se quedan en chicago, borramos sus expedientes y vuelven con su familia o me siguen hasta Rusia, e incluso tu Anna.
Con el asombro de sus palabras podría jurar que se habían manifestado en la expresión de mi rostro. No sabía que decir o que preguntar. ¿Rusia? Como iba a irme a Rusia cuando ellos no saben toda la verdad sobre mí.
—Rusia nos espera. —Hulk es el primero en hablar y se pone de pie.
—Por supuesto que voy contigo a Rusia.
—Y yo.
—Yo también.
—Nos vamos a Rusia chicos.
—Sabes que te sigo a donde sea. —Termino por decir Harry y todas las miradas cayeron sobre mí.
Ellos esperaban que yo me uniera a su alegría, pero no podía. No podía hacerlo sin antes decirle la verdad.
—Y-yo... —Solté una ráfaga de aire y mi voz temblaba—. Yo no puedo irme hasta Rusia porque no he sido sincera con ustedes.
Un dolor desconcertado se impregno en mi estómago y todo mi cuerpo se volvió una masa de miedo y temblor.
— ¿De que estas hablando? —Su rostro se oscureció y pude notar la confusión en sus palabras.
—Yo...yo... —No podía creer como las palabras se rompían en mi garganta.
—Ella los ha traicionado. —Una voz sonó a mis espaldas y yo sabía perfectamente de quien se trataba.
En ese momento me vine abajo por tercera vez en un día.
— ¿Qué estás diciendo? —Hoper pregunta y cada uno se dispuso a ver a Amanda a mi espalda pero yo no me atrevía a mirarla.
—Que tu protegida es una traidora. ¡Vamos Anna! ¿No vas admitirlo?
—Anna... —Harry arrastra mi nombre desconcertado y exigiéndome una explicación.
—Yo no he sido del todo sincera con ustedes.
—No, porque ella se acercó a ustedes con el único motivo de refundirlos en la cárcel.
— ¿Qué demonios estas diciendo? —Gruño en mi defensa— ¿Cómo te atreves a decir semejante estupidez?
— ¿Es una estupidez Anna? Dile tú si es una estupidez. —Amanda me mira con satisfacción porque sabe que me está hundiendo—. Acabemos de una vez con esto. ¿Alguna vez ella te dijo que ella quiere ser periodista? ¿Alguna vez te enseño este reporte en tu contra? —Saco los papeles de su cartera y se los entregó a Harry—. ¿Alguna vez te dijo que quería mandate a la cárcel a ti y a toda tu familia?
Harry tomo los papeles en sus manos y sus ojos se clavaban en cada línea, en cada párrafo. Su rostro se oscureció y su expresión era casi sin vida, al mirarme supe que todo estaba perdido y cada órgano vivo dentro de mi estaba funcionando a morir.
Las lágrimas caían como un torrente por mis mejillas y no podía soportar las miradas inexpresivas de todos en la habitación.
—Dime que esto no es cierto y te juro que le clavo una bala en su cabeza.
Me miro, lo mire y nunca creí que termináramos viéndonos de aquella manera. Mordí el interior de mi mejilla tratando de detener las lágrimas y poder darle una explicación para no podía, las palabras se quebraban antes de salir y negué con la cabeza abatida, desolada y desorientada. Solo quería que todo acabara.
— ¡RESPONDEME MALDITA SEA! —Un grito brutal salió de su garganta que hizo dar a todos un respingo.
—Yo lo siento Harry, yo iba a decírtelo.
— ¿Lo sientes? ¿Lo sientes Anna? Arriesgue la vida de mi familia dos malditas veces por una mujer que no siente ni una pizca de amor por mí, ¿y lo único que te atreves a decirme es que lo sientes?
—No digas eso por favor, no digas que no te amo. —Sollocé tomando sus manos en las mías pero él las alejo en un movimiento brusco—. Yo iba a decírtelo, pero tenía tanto miedo que te decepcionaras de mí.
Su mirada se volvió una cúpula de humo y su respiración era agitada. Negó con la cabeza, desconcertado y arraso con cualquier cosa que había a su paso, lámparas, sofás, cuadros e inclusive su puño choco contra la pared y absolutamente nadie se atrevió a decir o hacer nada. E incluso Hoper me miro con decepción y bajo la mirada.
—Tienes razón, nunca me habia sentido tan decepcionado como ahora
Fue la primera vez que vi a Harry perder los estribos delante de mí de aquella manera, fue la primera vez que lo vi desbordado y confundido. La furia y la rabia se mezclaban con la tristeza bajo sus pupilas y eso hizo que la mirada se le humedeciera, no le importo los presentes y las lágrimas comenzaron a humedecer su rostro.
Era la primera vez que lo veía tan vulnerable.
—Quiero que te largues de mi casa y nunca vuelvas, nunca llames, nunca te atrevas a buscarme.
Cerré los ojos y pude sentir como todo el dolor había tomado forma propia dentro de mí.
—Después de todo, no eres mejor que Amanda.
Sus palabras se clavaban dentro de mí como un cuchillo.
—Mate por ti, te di mi vida entera y tú solo fuiste una maldita puta que te metiste bajo mis sabanas para conseguir un estúpido reporte. Fingiste bastante bien, fingiste ser digna ¿Pero sabes lo que más me duele? —Dio dos golpes sobre la pared a puño cerrado antes de continuar—. ¿Pero sabes? No me duele que vayas a refundirme en la cárcel, lo que me duele es que hayas fingido amarme.
Cada palabra que salía de sus labios me ahogaba, me perforaba cada rincón de mi cuerpo... Era un dolor profundo que no tenía cura, un dolor agónico que se adueñaba de mis funciones vitales, un dolor que me quemaba como si fuera acido. Sentía como cada pálpito de mi corazón se sobrecogía en mi interior.
—Vete para siempre Anna Lee.
—Harry déjame explicarte.
— ¡Lárgate!
— ¡Maldita sea! Déjame explicarte. Admito que ese fue el único motivo por el cual me acerque a ustedes, pero con el pasar del tiempo llegue a conocerte, me enamore de ti, te di todo lo que nunca podría tener de vuelta. —Sé que estaba exponiendo mi vida sexual ante todos pero no me importaba.
— ¿Y porque nunca me lo dijiste? —Su voz ya no la reconocía.
—Intente decírtelo, pero siempre me interrumpías.
—Eso no es excusa.
—Lo sé pero...
—Vete. —Me interrumpió, seco.
—Harry...
—Que te vayas Anna.
—Lo hare, pero quiero que sepas que yo realmente te amo.
—El amor también puede ser atemorizante.
Y desapareció de mi campo de visión.