30 Days of OTP |Frededdy|

By KurogawaYuri

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-El amor no se demuestra solo con sexo... ¿Lo sabías, Freddy? -En 30 días tendrás que demostrarlo, Fred. Cont... More

Las reglas del juego.
Día 1. Abrazo
Día 2. Beso
Día 3. Durmiendo ~Daddy Kink~
Día 4. Chupón
Día 5. Masturbación al pasivo.
Día 6. Masturbación al activo ~Daddy Kink~
Día 7. Jugueteo con los dedos
Día 8. Felación.
Día 9. El Misionero
Día 10. En cuatro ~Lemon explícito~
Día 11. Mientras lo masturba.
Día 12. Contra la pared.
Día 13. Con el pasivo encima ~Daddy Kink~
Día 14. Cambio de papeles.
Día 15. Con ropa
Día 16. Bajo el agua.
Día 17. En la ducha
Día 18. Fuera de Casa ~Daddy Kink~
Día 19. Sudoroso y Caliente ~Omegaverse~
Día 20. Ruidoso y Exagerado ~Incesto~
Día 21. Con Rasguños y Arañazos.
Día 22. Con vendas.
Día 23. Juego de Rol
Día 23. Juego de Rol (Alice in Wonderland) + Día 24. Cosplayando ~Omegaverse~
Día 24. Cosplayando (Creepypasta) + Día 25. Con juguetes.
Día 26. Sadomasoquismo ~Omegaverse~ + Wattys 2019
Día 27. Futanari
Día 28. Furry
Día 29. Tu fetiche ~Daddy Kink~
Día 30. Apasionado y romántico. ~Omegaverse~
SPECIAL 1: QUESTIONS & ANSWERS! FT. Readers
Día 31. Sin experiencia.
SPECIAL 2: ROCKIN' AROUND THE CHRISTMAS TREE
Día 32. Oral ~Lésbico~
Día 33. Del lado equivocado del infierno.
Día 35. Hogwarts
Día 36. A escondidas ~Omegaverse~
Día 37. Cuarteto.
Día 38. El más temido.
Aviso importante. Creo que me están plagiando.
Día 39. Abuso
(Final) Día 40. El día en que se conocieron
Aviso importante. Segunda edición en camino.

Día 34. Atraco.

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By KurogawaYuri

—¡He dicho que pongáis las putas manos detrás de la cabeza, ya!— Se podían escuchar los gritos de los rehenes, sus sollozos eran casi como una nana para el mayor, quien examinaba a todos y cada uno. —Móvil— Extendió su mano a uno de los rehenes y este le miró con pavor. —Dame tu móvil, por favor. 

Quiso por un segundo creer que la belleza de ese pequeño chico de 16 años le habría provocado el impulso de acercarse primero a él, aunque era de los últimos en a fila. O quizás le había estado mirando desde antes del atraco. Desde que hicieron su primer trabajo de reconocimiento. 

—¿E-Eh?...— El pequeño titubeó y sus manos temblaban como gelatina. Se sentía incapaz de reaccionar o siquiera mover un músculo. Como en una especie de limbo. El mayor por otro lado sonrió enternecido ante la escena. Quería consolarle, pero eso le demostraría al resto de la banda y a los demás secuestrados lo débil que él podía ser. 

—Tú móvil, crío— Murmuró el mayor con una sonrisa, mantenía su mano extendida para que el menor le entregara el dispositivo. Cuando le entregó el móvil, sacó una pequeña nota adhesiva y lo miró de nuevo —¿PIN?

—¿P-PIN?...— El castaño no podía pensar, su mente daba muchas vueltas y le dolía la cabeza. Pero la sonrisa del mayor por alguna razón le tranquilizaba —4962...

—Gracias, hermoso.— Luego de anotarlo y entregarle el móvil a otro de los atracadores, Fred miró al pequeño para darle una pequeña caricia a su mejilla. 

El mayor se alejó caminando bajo la atenta mirada del pequeño, quien sentía su corazón latir desenfrenado. Era la primera vez que un hombre tan aterrador le provocaba tanta intriga y le atraía tanto.


[...]

Pasaron días. El joven de azabaches cabellos, a quien se dirigían como N, era el hombre al mando del atraco y curiosamente un egocéntrico empedernido. Freddy pensaba que él padecía delirios de grandeza, ya que se mostraba imponente y a veces muy despectivo contra el resto de los atracadores. El mono rojo era lo único que llevaba puesto, y le molestaba un tanto ya que con cada pequeño roce soltaba un pequeño gemido. Para ninguno de sus compañeros de colegio ahí presentes era un secreto que a ese pequeño le interesaban los hombres. Y mucho menos después de ver la demostración con el atracador al mando. 

Pero aunque Freddy fuera bobo, ingenuo, inocente y muy crédulo, seguía siendo sólo un niño y ellos no permitirían que le lastimaran. Mucho menos Owynn, quien guardaba sentimientos muy reprimidos por el menor a modo de golpes y empujones "inocentes". 

—¡Tú, morocho*!— Uno de los atracadores, con una aterradora y rara cicatriz en su rostro, se le acercó —El patrón quiere verte, niño. Así que mueve las patas.

Freddy casi instintivamente se puso de pie. Siguió al hombre con pinta de narco hasta el despacho del banco y ahí lo vio de nuevo. Sentado en el escritorio mientras arreglaba los anillos y brazaletes en sus manos. 

—Freddy— Cuando el hombre se dio cuenta de su presencia, le pidió al de plateados cabellos que abandonara el lugar y cerrara la puerta para que pudiesen conversar a solas —¿Todo está bien? Estás muy tenso— El azabache no temía en acercarse. Sabía que Freddy no representaría amenaza alguna para él. 

—¿P-P-Para qué me quería?— Murmuró el pequeño en un hilillo de voz, casi como si fuese a caer al suelo inconsciente. Para tranquilizarle, el de mayor estatura acarició sus suaves y abultadas mejillas y rodeó con una de sus grandes y fuertes manos la cintura del más joven. 

—Tranquilo, bonito. No pienso hacerte ningún daño. ¿Vale?— Los murmullos a su oído le provocaban raras descargas eléctricas que mandaban a su miembro a guardar todo ese placer en una sola acción. Fred sintió su dureza al instante y antes de apartarse para mirarle a los ojos, sonrió bobo. —¿Cuándo te ha pasado?

—N-No entiendo a qué se refiere...

—A la erección— Y señaló el obvio bulto que sobresalía en el mono rojo —¿Te ha pasado recién? ¿Alguien te ha molestado?— Sólo jugaba con su mente. Sabía como doblegar a las personas y no le importaba admitirlo. No mientras no le matase. —Haré que el culpable asuma su responsabilidad. 

—E-Entonces...— Freddy no sabía qué estaba haciendo, sólo rompió la cercanía con el mayor y restregó sus miembros entre ellos por sobre el mono rojo. Casi inmediatamente comenzó a gemir. Era un niño virgen e inexperto, así que cualquier nueva sensación sería muy intensa para él. —A-A-Asuma su responsabilidad... U-Usted me ha puesto así...— No iba a negar que le aterraba la reacción del hombre. Joder, era un puto atracador que se notaba tenía cojones de sobra para matar y no le importaría plantarle una puta bala en la cabeza. Pero también era tan sexy y misterioso que quería tocarle y que le tocase. 

Gajes del oficio muy jodidos, ¿No, chicos?

El mayor sorprendentemente se lo tomó a bien, ya que mostraba una sonrisa. Quizás hubiese sido difícil creerlo si uno de sus colegas lo hubiese hecho, pero no le importaba si era el lindo chico de ojos azules y culo redondito. —¿Es lo que quieres, Freddy?— Tomó por el mentón al más pequeño y le obligó a mirarle. Medía casi un metro noventa así que con el pequeño al lado se sentía un gigante. —¿Estás seguro que quieres que asuma la responsabilidad?...

—S-Si... Q-Quiero que me haga suyo, por favor... L-Le he flechado desde el primer día y-y me pongo así sólo de pensar en usted...— Titubeaba y gemía a cada palabra. La cercanía extrema entre ellos provocaba también mucha fricción, por lo que sus cuerpos instintivamente se encendían ante el íntimo tacto. Fred estaba medio erecto y Freddy parecía a punto de correrse. 

Oh y vaya que se correría, joder. 

—Quítate el mono rojo. Ahora.— Fred se apartó abruptamente para cerrar bajo llave la puerta del despacho. No quería a ninguno de los cotillas de sus compañeros entrando y pillandole en medio de un polvo con una criatura tan hermosa. 

Se pondría muy celoso. 

Al darse la vuelta, vio la mejor escena que podría haber presenciado nunca. El pequeño estudiante yacía con sus piernas abiertas recostado en el sofá del estudio. Se había deshecho de las botas y se había desabrochado el mono, dejando ver su tierno pecho y hasta su pelvis. En ningún momento mencionó a nadie las adorables braguitas de encaje que llevaba a modo de reemplazo de sus boxers normales. Pero al mayor le importó un carajo. Joder, la imagen era como la de un tierno corderito a punto de ser devorado por el lobo feroz. 

Y le encantaba, joder le encantaba. 

—No sabía que tenías una mentecita sucia, lindo— El mayor se acercó a pasos lentos a él y besó su frente. Aunque Freddy temblaba un poco, parecía no tenerle miedo. Y eso vamos, le ponía a tope. 

—N-No soy un pan de Dios...— Murmuró el pequeño antes de tomar al mayor por el cuello del mono y acercarle a él para finalmente unir sus labios. El beso al principio fue torpe y desafinado ya que Freddy era amateur en todo eso. Pero entonces fue que Fred tomó el control y le guió. Se podían percibir los chasquidos de sus labios y cuando el mayor lamió el labio del pequeño para acceder a su boca, este le dio permiso sin resistirse. Sus lenguas húmedas se entrelazaron, juguetearon y se pelearon entre ellas. Pero era obvio que aunque la calentura le hubiese puesto a mil por hora, Freddy aún era sólo un crío virgen que necesitaba ser entrenado. 

Y Fred le entrenaría, vamos, para ser el mejor. 

—Mmm~ Sabes tan bien~— Fue lo único que murmuró el pálido antes de comenzar a descender por un camino de besos hasta llegar a sus tetillas. Sus tiernos pezones estaban duros y rosados. Quizás por el frío que hacía en el cuarto. Rápidamente se llevó uno a la boca mientras con su diestra jugueteaba y masajeaba la otra tetilla. Freddy gemía dulcemente, le abochornaba escuchar esos sonidos pero no podía controlar el inmenso placer que sentía. 

—M-Mghnm~! A-Aaaaah~— Fred se deleitó con aquellos cantos de ángel mientras bajaba más los besos hasta llegar a sus braguitas. La fina tela de algodón no podía esconder la cabeza del pene del estudiante, que yacía roja y chorreando pre-semen. Fred rió antes de apartar las bragas y lamer su pequeño miembro. 

El falo de quizás unos 12 o 13cm le cabía perfectamente en la boca, y cada vez que gemía provocaba una rara vibración en su garganta que hacía que el menor enloqueciese. 

Pero antes de poder llegar a su primer orgasmo, decidió hacer algo para llenar del mismo placer al mayor. Freddy se colocó abruptamente de pie y empujó a Fred hacia el escritorio. Le desabrochó el mono y quedó estático ante el cuerpo que se cargaba el mayor. Joder, parecía un maldito actor porno, y eso que nunca había visto uno.

Pero seguro si hubiera visto uno, sabría que se quedaba corto con lo que tenía en frente. 

—¿Te gusta lo que ves, peque?— Freddy asintió y sin más ni más volvió a unirlos en un salvaje y ahora amaestrado beso francés. Mientras lo hacía, recorría con sus manos el abdómen marcadísimo del hombre, quien con sus grandes manos amoldaba sus enormes nalgas como si fueran masa. Tan suaves, a cada movimiento sus nalgas se bamboleaban, y si las soltaba, sentía cómo rebotaban. Le ponía tanto. 

Aprovechando que el mayor se distrajo jugando con su culo, Freddy apartó los boxers del mayor tal y como él hizo con sus bragas. No le quitó el mono rojo, así podrían vestirse más rápido. Pero al separarse y observar la marcada V que terminaba en un falo de unos 27cm, su corazón se detuvo. Se iba a divertir a tope. 

—Estoy tan jodidamente cachondo~— Susurró casi como un niño, provocándole una gran carcajada al mayor. 

—Entonces ahoga ese calor conmigo~ Anda~— Y entonces susurró a su oído algo que casi le hace correr —Cómete mi polla como te comías el juguete que tienes en casa~— Sin esperar, se colocó de rodillas y, tomando el falo entre sus pequeñas manitos lo metió todo a su boca, llegando a su garganta. —¡Oh, joder!— El mayor le tomó por los cabellos y le jaló más cerca. Ahora todo su miembro estaba dentro de la boca del pequeño, llenándole hasta la tráquea. 

Y a ambos les fascinó aquello. 

—Venga~ Lámelo, hermosura~ —Y sin esperar comenzó a lamer, chupar y succionar con avidez. Sus sentidos se nublaban a ratos, y la adrenalina corría rabiosa por sus venas. Se sentía a mil por hora. Freddy por el otro lado se sentía sometido, controlado, y le encantaba. La sensación de pertenencia y deseo nublaban el pensamiento racional que pudiese quedar en su cerebro en ese momento. Sólo podía pensar en lo bien que se sentía hacerle una mamada a alguien. —J-Joder, aah!— Antes de poder correrse, sintió que su miembro abandonaba la boca del menor para ahora ser apresado por su enorme culo. Sus nalgas escondían perfectamente su polla y la apresaban tan deliciosamente que sentía que iba a morir. —Oh joder, que culito te cargas hermoso~ 

—¿L-Le gusta~?— Freddy masajeaba su miembro ante cada simulada embestida. El pene de Fred parecía querer follarle ya. Y oh por todos los jodidos demonios, claro que lo haría. —F-Fólleme ya~  No aguanto~

Sin chistar el mayor le empotró contra el escritorio y tras quitarle el mono rojo, colocó una de sus piernas sobre el escritorio para tener una mejor visión. Su ano seguramente estaría muy estrecho y húmedo en ese momento. Ese tierno anillo rosado debía ser preparado correctamente antes de penetrarle. —Lámelos— Fred le extendió tres dedos al menor, quien los lamió gustoso, mostrando la lengua de fuera para tentar al mayor. Le imaginaba haciendo un tierno ahegao, sumido en el completo placer. Con esa lengua divina haría maravillas tan pronto salieran de ese banco. 

—Vale, ahora.— Apartó los cuatro dígitos y sin esperar mucho insertó el primero. Tal y como lo había sospechado, el interior del menor estaba estrecho y húmedo, lleno de fluídos que le ayudarían a abrirse paso por la carne jugosa y virgen. —Oh joder, qué delicia. Estás malditamente estrecho. 

Aunque fueran sólo sus dedos, Freddy se sentía en el cielo. Contrario a lo que todos pensarían, no le dolía. En realidad era más incómodo y raro que doloroso. —A-Aaah~ Así~ Más~ Sigue~— Sentía unas raras  cosquillas en el vientre, las cuales provocaban que sus piernas temblaran y perdiera el control de sus movimientos. 

—Ahora se viene lo mejor— No se dio cuenta cuando los tres dedos ya habían abandonado su interior. Fred era el mejor sodomizador* del mundo, así que Freddy no supo en qué momento el pene entero del atracador ya estaba dentro suyo. 

—¡Oh, joder! ¡A-Aaaah~!— Freddy gimió alto, sintiendo sus paredes abrirse para darle paso a ese gordo y monumental miembro. Demonios, se sentía tan bien que se le cortaba la respiración. —N-Nghn~— Se sujetó con fuerza del borde del escritorio para no caer, pero luego tomó sus nalgas para dejarle ver a Fred lo bien que le empalaba. —Ah~ qué delicia~ Me está cogiendo el hombre al mando de este jodido atraco y me encanta~— Freddy sonrió con malicia. De verdad que le encantaba. Ahora estaba sucio. Había sido corrompido. Y quería más. Mucho más. —Cógeme como una perra~ 

Fred sólo se rió. Nunca había visto a un rehén someterse de esa forma tan audaz a su captor, pero no le desagradó en absoluto. Disfrutaría a ese niño como si estuviese en un burdel. —Puedes llamarme Fred, precioso— Freddy asintió y tomó enredo uno de sus brazos en el cuello del castaño para unirse en un furioso beso mientras Fred comenzaba a moverse. 

Las estocadas eran certeras dando en el punto P, la mesa crugía bajo ellos y parecía que en algún momento iba a romperse. La adrenalina los obligaba a seguir, aunque Freddy estuviese débil por haberse mantenido en aquella posición, no quería moverse, necesitaba ser llenado con el semen de ese hombre antes de volverse loco. 

—¡Ah! ¡Así, joder, así! ¡A-Aaaah~! ¡M-Me fascina!

—Eso es hermoso, gime. Gime para mi~ Gime tan alto que todos los demás idiotas te escuchen~

—¡A-Aaah! ¡Joder, qué rico~!— Lloriqueó de placer el menor con una sonrisa. Era tanto el placer que no podía manejarlo. Su primera vez sería quizás insuperable. Claro, si antes no se volvía novio del hombre que tenía detrás suyo jodiéndole el ano hasta violarle entero. —Más, Fred~ Jódeme!

El choque de sus cuerpos era glorioso, se podía escuchar cómo las nalgas de Freddy chocaban contra la perfecta V del mayor. Parecían un par de conejos.

Pero no les digáis eso, que se ofenden. 

—¡Ah joder, estoy por acabar~!— Gruñó alto el mayor luego de casi veinte minutos cogiendo como locos. Freddy no aguantaba más, se había venido dos veces seguidas y necesitaba su interior ardiendo con semen dentro.

—¡Córrete dentro, papi! ¡Joder, hazlo ya!— Gimió alto el menor. Fred apresó entre su mano el pene del menor y le masturbó a lo desgraciado. 

Ambos gemían, gruñían y se retorcían como animales. No fue hasta que Fred dio una estocada profunda dentro del menor que ambos se corrieron entre espasmos y gritos. 

Los hilos nacarados no dejaban de salir, incluso después de treinta segundos luego de haber alcanzado el clímax. Fred seguía llenando el interior de Freddy y él se había corrido de nuevo, manchando parte del escritorio y todo su pecho. 

Ambos se miraron con la respiración agitada y se fundieron en un beso. Apasionado y lento, con roces de sus lenguas y mordiscos de parte del mayor. Al separarse, se sonrieron. 

—¿He asumido bien mi responsabilidad?— Murmuró el de pálida piel. El menor lo pensó unos segundos antes de rodear su cuello con sus brazos y besar su cuello. 

—Creo que ahora yo asumiré la responsabilidad por haberte hecho correr~— Susurró el pequeño y ambos soltaron una pequeña risilla antes de volver a besarse.

Ese día cogieron en todas las posiciones existentes y hasta se inventaron algunas propias. Vamos, se montaron todo el kamasutra. Y sólo fue el inicio de lo que algunos considerarían un amor tóxico producto de un síndrome. 

Pero lo que para ellos es el amor más hermoso y candente del mundo.

Todo gracias a su pequeño Síndrome de Estocolmo. 


morocho: que es moreno (o de piel oscura) y con cabello del mismo color. 

sodomizador: que practica la sodomía o el acto sexual de penetrar el ano. 

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¡Hola a todos! ¿Os sorprendo? A que si os he sorprendido uwu. Pues venga, he tenido esta pequeña racha de inspiración luego de verme la última temporada de La casa de papel (o Money Heist como se le llamaría en Estados Unidos). ¿Qué os ha parecido, chicos? Wujú!

Y aprovechando el momento, he llegado a 400 seguidores y de verdad me digo a mi misma "Joder, 400 personitas en el mundo que me fascinaría conocer". Esto es opcional, no tenéis que hacerlo si no queréis, os dejaré mi nombre de FB al final de este día para que me busquéis y me mandéis solicitud de amistad (De hecho me llamo de la misma forma que en Wattpad, Yuri Kurogawa). 

Os amo a todos y muchísimas gracias por el amor y el apoyo. ¡Os quiero un montonazo! 

¿Os ha gustado el capítulo? ¿Seguiré con esta racha o volveré a mi hiatus? No lo sé. Problemas de la vida. 

¡Os amo un montón y no salgáis de casita! (¡Y si salís, poneros cubrebocas y lavaros bien las manitos!)

Os adoro!!

𝐾𝑢𝑟𝑜𝑔𝑎𝑤𝑎 𝑌𝑢𝑟𝑖

⭐️🐙❤️

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