Día 12. Contra la pared.

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Sujetaba el cabello del menor con algo de fuerza mientras miraba la puerta de mi oficina de vez en cuando. No es que tuviera miedo a ser descubierto, soy el Director de esta compañía  y nadie puede despedirme por follarme a mi novio, pero mi secretaria Joy podría entrar en cualquier momento y, con lo cotilla que es, no guardará el secreto sobre que me follé a Freddy contra la pared de mi oficina. 

—Freddy, baja la voz. Sé que estás necesitado, cariño. Pero guarda un poco de silencio— Susurré al oído de mi pequeño mientras lo embestía ferozmente. Su dilatada entrada recibía mi polla con facilidad y sus paredes me apretaban de una forma deliciosa. 

—L-Lo intent- ah~— Susurró y mordió su labio inferior para acallar los gemidos que se escapaban traicioneros de sus esponjosos y carnosos labios. La situación me ponía tan duro que no dudaría en follarme a Freddy contra el gran ventanal detrás de nosotros. Pero si se corría en el cristal, dejaría una mancha imborrable y delataría lo que estábamos haciendo. 

Aunque poco me importa que todos vean que soy un novio cariñoso con mi pequeño y delicado novio. 

—Ah, Freddy, estás tan apretado dentro. Tus paredes me atrapan tan deliciosamente— Susurré en su oído para seguido morder el lóbulo de este. Escuché un gemidito agudo escaparse de sus labios y reí para mis adentros. Es tan voluble que de un momento a otro podría estar rogándome que sea gentil y al minuto siguiente me rogaría como una perra que lo folle salvajemente. 

Bueno, ahora no era la excepción. 

—Aaah~ Fred~ Mgmh~ Más r-rápido~— Rogó mientras movía sus caderas al compás de mis estocadas. Sentí mi pene punzar. Este mocoso me volverá loco. 

—Creí que no querías armar un escándalo, bebé— Mordisqueaba y besaba dulcemente la piel sensible de su espalda mientras con fuertes embestidas rozaba su próstata, escuchando de vez en cuando suspiros de placer y uno que otro gritito que acallaba con mi mano. 

—N-No me importa y-ya~ F-Fóllame~ Q-Qué todos sepan que- Aaaah~ Y-Ya estás ocupado— Ese era mi osito. 

Sonreí maliciosamente y saqué mi miembro aún duro y palpitante de la apretada entrada de Freddy, viendo como casi inconscientemente hacía un puchero de disgusto. Antes de dejarlo quejarse, metí todo el glande de una sola estocada, sacándole un grito de puro placer y provocando que el líquido pre-seminal goteara de su necesitado miembro.

—Eso, amor, grita como la perra que eres mientras te estampo contra la pared.— Susurré. Apoyé una de mis manos en el muro de hormigón mientras con la otra sujetaba posesivamente la cintura del pequeño. Freddy tuvo que sujetarse a uno de los estantes cercanos para no caer. 

Su pecho desnudo chocaba contra el muro de hormigón, provocando un sonido lascivo pero delicioso a mi parecer. Freddy intentaba mantenerse de pie, por eso es que apegaba su cuerpo tanto como podía contra la pared. Sus pequeñas y tersas manitos hechas puños intentando darle fuerza mientras mordía su labio con fuerza para acallar sus dulces gemidos que de todas formas se escapaban de su boca.

—No te calles, Freddy. Quiero escucharte más— Intenté decir entre estocadas duras y certeras, dando justo en su punto dulce.

—Aaaah~! Fred~ Más~ Así! Ahí~ Justo ahí~— Gritó mientras atendía su dura erección. Reí. 

¿Cómo puede ser tan tierno en una situación como esta? No lo sé. Pero aunque lo tengo acorralado contra la pared, se ve tan delicado que siento que podría romperlo. 

—Ah~— Freddy comenzó a removerse contra mi pene, buscando aún más contacto, su trasero parecía desaparecer a mi miembro. Era tan caliente.

—¿Estás por llegar, cariño?— Entre besos y caricias, bajé mi mano hasta su pene, donde retiré su mano y utilizando la propia, le di aún más placer del que ya sentía. Por los constantes quejidos y la manera en la que se removía mientras lo penetraba, supe que se vendría en cualquier momento. 

El frío hormigón apresaba sus duros botoncitos, mientras chocaba su mejilla derecha contra el muro para poder mirarme con sus ojitos celestes dilatados. 

Apretaba sus puñitos contra el muro y encorvaba la espalda mientras penetraba cada vez su agujero con mi miembro. 

Su entrada se dilataba cada vez, y el liquido pre-seminal chorreaba, dándome a entender que pronto llegaría al clímax.

—Ah~ Freddy. Tus paredes son tan estrechas.

—Aaah~ Fred~ Tú pene está tan duro y caliente~ Mmghm~— Gemía en voz alta mientras movía sus caderas, apoyándose en el muro para poder auto-penetrarse mejor. 

Pronto y luego de otras pocas estocadas, ambos llegamos al clímax de manera brutal, mi semen saliendo a chorros dentro suyo y Freddy liberándose en el muro, chorreando todo su líquido calentito sobre el hormigón. 

Intentando regular nuestra respiración, salí de su interior, lo puse de espalda contra la pared y besé sus tiernos y suaves labios con pasión. Mordí su labio inferior mientras sonreía y lo miré a los ojos. 

—¿Una segunda ronda?— Susurré mientras tomaba su cintura posesivamente y le miraba a los ojos.

—Dáme duro contra el escritorio, Fred~— Ronroneó y yo reí. 

Debo traer más recurrentemente a Freddy al trabajo. 


30 Days of OTP |Frededdy|Where stories live. Discover now