Día 39. Abuso

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(Continuación del día 14. Cambio de papeles. [Tres años antes])


—Golden, con un carajo, hemos hablado de esto muchísimas veces.— El castaño miraba a su primo con ojos cansinos y coléricos. Freddy siempre había sido muy independiente y detestaba que su familia tomara decisiones por él. Pero esta era quizás por mucho la peor y más estúpida idea del mundo. —Te he dicho mil jodidas veces que no necesito un sirviente personal, y mucho menos cuando tú le has contratado. 

—Freddy, vives aquí como un anciano hermitaño. No sales de fiesta, no conoces mujeres, no bebes, no fumas. Joder, tienes jodidos 23 años, haz algo de tu vida.— El abuelo de los hermanos Gold y Freddy les había heredado los derechos de su empresa y a muy corta edad, Freddy tomó control de una de las empresas como el socio del hermano mayor, Gold. 

Pero con la carga, el menor de los tres tuvo que crecer antes de lo previsto. Y no le sentó bien. 

—¿A ti qué mierda te interesa mi vida? Ve a coger con tu novio si tú quieres, yo tengo trabajo por hacer— Y sin prestar atención a que su primo abriera la puerta y llamara a alguien a entrar, continuó arreglando algunos documentos de la empresa. Poco duró su concentración cuando al volver la mirada vio de pie a un pelinegro con rostro adorablemente incómodo.

—Freddy, él es Fred. Tiene 18 años, estudia en el mismo colegio que Bonnie y quieras o no, le dejarás quedarse y ser tu sirviente personal temporalmente— El castaño no argumentó nada, sólo se puso de pie y con la mirada recorrió el cuerpo del azabache, desnudándole con la mirada. —¿Freddy?

Ojos rojos como el carmín, cabello que a la vista era sedoso y oscuro, piel nívea y tersa, iba perfectamente vestido y su actitud parecía ser sumisa pero arisca, ya que le hizo un mohín cuando este le miró a los ojos. —Estarás en periodo de prueba.— El menor se estremeció ante la voz del ojiazul. Con la apariencia de un chico mimado que se cargaba, creía que su voz sería dulce o chillona, pero era profunda y daba algo de miedo. 

—¿D-Disculpe?— Fue interrumpido a mitad de la pregunta.

—No me hagas repetirlo. Golden te llevará a tu nuevo cuarto y te pondrás el uniforme. Luego volverás aquí y te diré todo lo que harás como mi sirviente. ¿Entendido?


[...]

Un mes luego del primer encuentro, Fred ya se había acostumbrado a lo grande y solitaria que era la casa. Se había adaptado espléndidamente a los hábitos del amo y sus nuevos horarios de clase y trabajo. También había aprendido a conformarse con su "uniforme", que era más como el disfraz de halloween de una maid

Pero no podía quejarse, se le proveía de casa, vestido y sustento; y eso era suficiente. 

Aquella noche lluviosa luego de haber concluido su jornada de trabajo normal, Fred se retiró la ropa y se acostó a dormir, olvidando encerrarse bajo llave. El amo tenía una muy mala costumbre; cuando estaba enojado le buscaba y le trataba como si fuese una puta. Le llamaba de formas pervertidas, a veces le tocaba, y otras le daba de azotes cuando se daba la vuelta. Mas nunca esperó que Freddy entrara por aquella puerta y en un ataque de ira le tomara por los brazos y le pusiera de pie para acorralarle contra la pared de concreto. 

—A-Amo, ¿Q-Qué está haciendo? S-Suélteme, me hace daño— Sus súplicas eran inútiles, el mayor en medio de un ataque de cólera le rasgó la ropa de a tirones y sin cuidado alguno le hizo arrodillarse. Le jaloneó el cabello y tras liberar su apretado miembro del pantalón hecho a medida, penetró sin cuidado ni cariño la boca del menor, quien dejó escapar gruesas lágrimas de ardor al sentir su garganta ser violentamente invadida.

30 Days of OTP |Frededdy|Where stories live. Discover now