Día 37. Cuarteto.

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(Continuación del día 28. Furry [Dos meses después])

—A-Aaaah~ S-Su alteza~— Freddy y Golden mantenían sus ojos cerrados y sus gemidos casi inaudibles mientras los dos mayores les hacían una felación. Freddy sujetaba una de las manos de su hermano Golden con fuerza mientras con su diestra acariciaba los azabaches cabellos de su rey. El rubio menor por el otro lado jugueteaba con uno de sus pezones mientras con su diestra dirigía la manito de su hermano pequeño a su boca para lamer su dedo índice y tentarle más.

No sabían cómo habían llegado a ese nivel apoteósico de depravación. 

Dos meses ya habían pasado desde la unión entre Fred y Freddy, quienes seguían manteniendo relaciones sexuales y contacto más íntimo que no pasó desapercibido por el rey y sus hermanos. Y el palacio sólo siguió llenándose de sorpresas al enterarse la nueva pareja de la relación secreta que mantenían los Golden. 

 El día había iniciado como cualquier otro, Fred y Freddy almorzaron a solas en el enorme comedor del castillo, siendo sólo separados por la mesa de caoba que tenían en frente. Mientras se lanzaban miradas furtivas y coqueteos discretos, ambos lobos jugueteaban con la comida impacientes. Pero un estruendoso golpe de metal cayendo resonó en todo el castillo, sobresaltándoles. 

Ambos reconocieron inmediatamente aquel sonido, venía del cuarto de Gold. 

—¡Gold, ¿Qué ha...?!— Pero antes de pronunciar otra palabra, Fred cubrió la boca del menor para que callase. Y ahí los vieron. Gold besaba furiosamente al rubio menor mientras se sujetaba de la mesa a un costado de la armadura para no aplastarle. Ambos estaban desnudos y a lo lejos se notaba el aroma de las feromonas. —M-Mghnm~— El pelinegro agachó la mirada a su tierno acompañante, quien restregaba su adorable y redondo traserito contra su miembro ligeramente despierto.

—F-Freddy... n-nos van a pillar... 

—¿Qué decías, Fred, querido hermano?— La sonrisa burlona de Gold combinada con el enorme sonrojo en las mejillas del rubio menor provocaron en Fred una reacción compartida. Combinada con el placer insuperable de sentir el enorme trasero de su pequeño hermano estaba la vergüenza de haber sido pillados mientras cotilleaban en los asuntos privados de los dos lobos dorados. —Entonces~ ¿Freddy y tú también lo disfrutan~?— Ambos mencionados desviaron la mirada por la pena. —No creerán que no los escuchamos ese día, ¿O si?

Y entonces Freddy no aguantó liberar un adorable gemido que terminó en su dulce y débil cuerpo temblando por los espasmos luego de haber llegado a un orgasmo. Fred le tomó en brazos y antes de retirarse, Gold les arrastró al interior de la alcoba y les encerró a los cuatro bajo llave. —Así no nos molestarán.

—¿De verdad nos habéis escuchado ese día?...

—Pues claro~ ¿Crees que los adorables alaridos de nuestro pequeño hermanito no se escucharían? Agradece que sólo Golden y yo estábamos cerca, de lo contrario, hubieran estado en muchos problemas con padre. — Fred miró al suelo inquieto. No se arrepentía de nada, pero no permitiría que le hiciesen daño a su pequeño tesoro. No ahora que había logrado ganarse su amor. —No te preocupes, Fred. Guardaremos el secreto. Pero...— Gold le tomó del mentón y le hizo mirarle para luego dibujar una maquiavélica sonrisa. —Golden y yo también queremos jugar con ustedes~..

Y así fue como los cuatro hermanos terminaron de aquella forma, los dos lobos mayores devorando los despiertos miembros de los pequeños, mientras ellos jugueteaban con sus lenguas y sus tiernos pezones. 

—F-Freddy~ H-Hermanito~

—G-Golden~ N-Nghn~— Freddy gemía dulcemente ante las caricias del mayor, quien lamía con su áspera pero húmeda lengua uno de sus botoncitos, mientras con una de sus manos pellizcaba el otro. El placer era insoportable y el aire olía a sexo. —A-Así, Golden~ M-Más~ N-Nghnm~

—Freddy, Golden. Empotrados contra la cama. Quiero que os miréis a los ojos— Murmuró el lobo de cabellera azabache mientras retiraba el miembro despierto del menor de su boca y le masturbaba. 

Ambos jóvenes sumisamente bajaron de la mesa y se colocaron con el culito al aire, mirándose cara a cara sobre la mullida cama. 

—Besaros.— Golden y Freddy, cegados por sus más básicos instintos animales, comenzaron un salvaje pero algo torpe beso. Al ser ambos pasivos, estaban acostumbrados a ser dominados así que ninguno tenía idea de cómo tomar el control. Mientras tanto, los lobos mayores lubricaron sus miembros para poder entrar con más comodidad sin lastimar a los pequeños. 

Sin haberse percatado, los menores ya habían recibido por completo las pollas filiales de aquellos Alfas tan hambrientos. —Ah, joder~ Golden~

—M-Mghn~ Carajo, Freddy~ Estás más estrecho de lo que recordaba~

Ambos mencionados continuaron con el beso, jugando con sus lenguas mientras gemían ahogadamente debido al tortuoso mete y saca que hacían los mayores cuando les penetraban. Uno a uno, los cuatro fueron rindiéndose ante el placer filial e incestuoso de follar. 

Fred daba estocadas salvajes pero pausadas en el interior de su pequeño lobito, cuidando no lastimarle tanto. Mientras por el otro lado Gold ni siquiera se preocupaba por ir despacio. Las estocadas certeras mandaban a Golden a guardar todo el miembro del mayor en su interior. 

Fred no se quedó atrás y comenzó a embestir con más fuerza. Mientras lo hacían, los dos pequeños gemían y se retorcían por el placer que les provocaba estar follando de esa manera tan descontrolada y salvaje. 

Ya no eran príncipes ni hermanos. Sólo eran cuatro lobos follando como las bestias que eran.

—F-Fred~! A-Aaaah~! M-Más, por favor! R-Rómpeme~!!!

—A-Alteza~ P-Por favor lléneme de su semen~ N-Nghnhmn~!

Los aullidos placenteros de los más pequeños les enloquecían, por lo que sin cuidado ni control, ambos lobos se vinieron en el interior de los jóvenes Omegas, liberando chorro a chorro todo el esperma que podían contener en sus bolas. 

Los lobos pequeños se recostaron sobre la cama mirándose a los ojos, mientras los dos mayores imitaban sus acciones, abrazando a su correspondiente compañero por la espalda marcando el territorio ya obviamente definido. 

—Joder... Escuchar tus gemidos era una cosa, verlos follar fue fuera de este mundo— Murmuró Gold jadeante mientras daba grandes bocanadas de aire para recuperar el aliento. 

—Si pero... no quería ser tan rudo... No quería lastimar al bebé...— Freddy sonrió y besó con cariño la mejilla del pelinegro, confundiendo a ambos rubios en sobremanera.

—¿B-Bebé?... ¿F-Freddy, acaso tú...?— El menor asintió con una sonrisa cansina ante la pregunta inconclusa de su hermano Golden.

—T- Tengo un mes y medio de embarazo... 


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¡Y lo prometido es deuda! El capítulo número 37, la continuación del 28. ¿Qué os ha parecido? He metido un poquito de relleno porque vamos, si no explicaba la situación, muchos de ustedes con vuestra alocada imaginación hubieseis imaginado otra cosa. 

¡Gold x Golden + Frededdy + Furry = Joyita! ¿Os ha gustado el capítulo? ¿Adivináis de qué tratará el AU Frededdy que os he dicho? ¡Sacad vuestras conclusiones!

Se viene también un nuevo proyecto. Si conocéis Hazbin Hotel o habéis oído hablar sobre él, haré la misma dinámica (30 Days of OTP) con el shipp Radiodust (Alastor x Angel Dust) los dos personajes más shippeados de la serie luego de Charlie y Vaggie. 

¡Pues, ya os he dado muchos Spoilers! Hay también actualización en la historia GoldFred. ¡Ir a verla, os encantará! 

¡Os amo a todos! 

𝐾𝑢𝑟𝑜𝑔𝑎𝑤𝑎 𝑌𝑢𝑟𝑖

⭐️🐙❤️

30 Days of OTP |Frededdy|Where stories live. Discover now