Día 18. Fuera de Casa ~Daddy Kink~

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ADVERTENCIA ⚠️: Ligero fluff, lenguaje ligeramente vulgar y sexo explícito. Este es relativamente el día donde "Fred y Freddy se conocen". No me hago responsable por derrames nasales. Quedáis avisadxs.

Fred miraba por la ventana del cuarto que le había asignado Gold, mientras de vez en cuando paseaba su mirada por la habitación. La examinaba a detalle, intentando encontrar algún desperfecto. Al no observar nada, posó su vista en aquel tierno joven que plácidamente dormía en la cama matrimonial. Una vez más, desvió su atención hacia aquel pequeño cuerpo.

Su cabello castaño ligeramente desordenado dejaba ver unos ojos cerrados pacíficamente adornados por unas largas y preciosas pestañas. Labios color cereza esponjosos y dulces, mofletes algo redonditos pero que solo acentuaban aquella ternura suya. Piel ligeramente morena pero lechosa y unas curvas que mostraban su esbelta y delicada figura. Un trasero voluminoso y firme, junto a sus piernas contorneadas y delicadas como si no se tratase de un hombre.

Fred contemplaba aquella belleza inocente mientras sentía su cuerpo arder en deseo por probar aquella piel suave y poder besar aquellos tiernos labios. Fred era conocido por ser un fetichista. Y uno de sus principales fetiches era el Daddy Kink. Amaba controlar a su pasivo, sentirse superior en todos sentidos frente a su menor y controlar su cuerpo, pensamientos y decisiones, sin dejar de darle voto a opinar y expresarse.

Consentía a cada Baby que había tenido. Les mimaba, cumplía cualquier capricho y les daba opción de desertar si llegaban a sentirse inseguros. Pero llevaba suficiente tiempo sin un BabyBoy. Y ahora qué se encontraba soltero, aprovecharía y conocería a cualquier tierno chico que estuviese dispuesto a seguir las reglas de su contrato.

El pelinegro dio un respingo en su lugar al ver como aquella pequeña bolita se removía de forma inquieta en su lugar y despertaba de su cómodo sueño.

—H-Hmm...— Se quejó el menor al sentir ese leve aroma a cigarrillo y café expresso, proveniente del mayor con quien se encontraba compartiendo cuarto.—L-Lo lamento... ¿Mis movimientos han perturbado su sueño?...— Susurró el de cabellera castaña. Este estaba más que consciente sobre el hombre con quien ahora se encontraba conversando. Había oído de su amigo Golden que aquel sensual pelinegro era CEO de una de las empresas más conocidas de la ciudad y socio del Daddy de su amigo rubio. No sabía mucho de él, salvo que era mayor. Y a eso se le sumaba el hecho de que era un hombre imponente, conocido por tratar de forma "especial" a sus parejas.

La suave pero grave risa del mayor lo liberó de sus ensoñaciones, así que fijó su mirada en el contrario y arqueó la cabeza. —Al contrario, precioso. No lograba conciliar el sueño, así que decidí quedarme despierto un rato y contemplar una belleza joven...— Susurró en un hilillo de voz mientras a pasos lentos y cortos se acercaba al pequeño castaño.

—Si me permite preguntar... ¿Qué era aquello que miraba?— Susurró igualmente. Estaba de más mencionar que era ya bastante tarde para que ambos se encontrasen despiertos.

—Algo de extrema belleza...— Fred se sentó al filo de la cama encarando al joven de ojos azules como el zafiro. Sonrió dejando ver una fina hilera perlada y extendió su mano hacia uno de sus mofletes para acariciarlo con delicadeza, como si se tratase de una fina pieza de porcelana. —Algo tan exquisito como las rosas floreciendo en primavera... Algo tan precioso que su belleza me ciega al cruzármelo... Alguien Tan hermoso... que desearía mantenerlo junto a mi y protegerlo con todas mis fuerzas...

—¿Es acaso esta persona... alguien de quien yo tenga conocimiento?— Aquella pregunta sonaba algo sarcástica. Freddy estaba ciertamente consciente que su mayor se refería a él, sin embargo consideraba razonable escucharlo de su propia boca en lugar de levantar teorías descabelladas.

30 Days of OTP |Frededdy|Where stories live. Discover now