Día 17. En la ducha

9.7K 311 175
                                    

(Continuación del día 16. Bajo el agua)

Luego de aquel polvo tan exquisito en la piscina, tomé a Freddy de la mano y ambos nos dirigimos a nuestro cuarto en el segundo piso. Sin esperar mucho más, caminamos hasta el cuarto de baño y ahí nos volvimos a despojar de nuestros bañadores. Mientras Freddy preparaba el agua caliente, yo repartía calientes y húmedos besos por toda su espalda y glúteos, contemplando las marcas rojizas que habían dejado mis manos hace unos minutos. También se podía ver algo de semen aún escurriendo de su tierna y follable entrada.

—¿Listo, Freddy?— Susurré y lo miré para luego tomar posesivamente su cintura y apegar su trasero a mi ya despierto miembro. Freddy jadeó y me miró de reojo, con sus mejillas encendidas y sus pupilas dilatadas por el placer.

—F-Fóllame, Fred~— Atrás quedaron los momentos de duda. Ambos entramos en la ducha y con el agua tribia cayendo sobre nuestros cuerpos nos unimos en un apasionado y mojado beso. Nuestras lenguas chasqueaban entre ellas formando sonidos lascivos y calientes, mientras nuestras manos recorrían cada centímetro del otro. De uno de los estantes de cristal tomé un pequeño bote de jabón líquido y tras verter el líquido sobre mi mano, comencé a masajear sus glúteos, pasando por su entrepierna y su rosada entrada. Subí mi mano aún enjabonada hasta sus duros pezones y jugué un poco con ellos.

Vertí un poco más de jabón sobre mi mano y tras jugar un poco más con él, fui descendiendo hasta, con mi mano izquierda tomar su pequeño pene. Con mi dedo pulgar jugué con la punta en forma de seta mientras el jabón y le líquido pre-seminal que salía de él se mezclaban. —M-Mmm~ F-Fred~ Aaaah~— Susurraba apenas audible. Su voz hacía un ligero eco dentro del baño, provocando que sus gemiditos, por más que intentara reprimirlos, siempre terminaran escuchándose. —N-No me hagas esperar~ M-Métemela ya~ P-Por favor~— Me mostró su culito perfectamente dispuesto y su entrada dilatada. 

Sentí mi pene punzar, más aún no lo penetré. Quería jugar un poco antes de darle placer en serio.

—No no no~ ¿No sabes que para obtener algo, debes ganártelo Freddy~?— Lo estampé de pecho contra las baldosas frías de la ducha, viendo como sus botoncitos se ponían duros solo del frío contacto, y sonreí para mis adentros. —Juguemos un poco, ¿Vale?— Freddy pareció estar decepcionado, sin embargo no se negó a mi propuesta.

Con mi mano libre le señalé tres dígitos y los llevé directo a su boca, él sin esperar mucho comenzó a lamerlos mientras me miraba con una sonrisa aparentemente inocente surcando sus labios. —Mmmm~ Qué rica boquita~—Susurré, mi voz salió más ronca de lo normal. Freddy me miró y siguió chupando y lamiendo los dedos de manera simplemente enloquecedora. Mi sonrisa se agrandó.

—F-Fred~— Me llamó.

—¿Si?

—¿P-Podrías metérmela ya~? Osito no quiere seguir jugando~— Se dio vuelta, quedando sus glúteos y espalda pegados a las baldosas frías y me miró a los ojos con los suyos nublados por el deseo. —Osito quiere tu dura y enorme polla dentro de su culito~

—J-Joder...— Así es como mandé todo mi autocontrol a la mierda. Tomé a Freddy por las caderas, volví a estamparlo contra las baldosas para luego y sin previo aviso, enterrar mi miembro en su entrada salvaje y certeramente. —Aaah~ Joder... Estás tan apretado, amor~—Gruñí y mordí el lóbulo de su oreja mientras escuchaba sus tiernos gemiditos.

—A-Aaah~ T- Tu semilla calentita aún corre por mis paredes~ Y-Y tu polla~ D-Dios! Es una maravilla~!— Gritó mi pequeño con una sonrisa mientra reía y , sin sacar mi miembro, se estiraba a dejar un casto pero dulce beso en mis labios. Luego de aquello volví a embestirlo con fuerza, enterrando mi miembro y sintiendo sus paredes envolverme a la perfección, como un rompecabezas perfecto. 

Continué embistiendo, aprovechando el lubricante natural que salía del pequeño y estrecho agujerito de mi osito y lo tomé por el pelo para jalarlo y marcar mi propio ritmo —Aaah~ Freddy~ Tú i-interior es tan exquisito... Dios mío, qué culito tienes, qué... aaaah... maravilla— Susurré y continué follándomelo.

—¡A-Aaaah~! F-Fred~~ Sigue! Sigue! Aaaaah~ qué delicioso~— Gimió dulce mi pequeño y adorable bebé mientras él mismo se impulsaba adelante y atrás para seguir con la penetración. El agua caliente parecía evaporarse sobre nuestros ardientes cuerpos y las gotas de sudor se perdían con lo perlado del agua. El cabello húmedo de Freddy, sus botoncitos adorables y su piel tersa y mojadita me estaban enloqueciendo. 

Tomé por las caderas a Freddy y salí de él con cuidado. A él pareció fastidiarle, pero cuando se dio cuenta de mis intenciones sonrió y se dio vuelta él solito, quedando cara a cara. Lo tomé por los muslos y le hice pegar un pequeño saltito para que pudiera enrollar sus piernas en mi cadera. 

Así, con el agua cayendo y mojando nuestros cuerpos completos, volví a introducirme en él. Ambos soltamos un suspiro placentero ante el contacto de nuestras pieles. 

—F-Fred~... A-Aaaah~... Mmmghm~...— Gimió con una dulce vocecilla y cerró sus ojos. Sus gestos eran tan adorables pero tan calientes que me volvían loco. Pegando su espalda contra las baldosas del baño, comencé a embestirlo, cada vez con más fuerza. El jabón sobre el cuerpo del pequeño iba cayendo de a poco y la puerta de cristal se iba empañando debido al vapor que salía del agua. Estampé a Freddy contra la dichosa puerta y continué penetrándolo. 

No sé cómo logró alcanzar el mismo bote de jabón que yo había tomado hace rato del estante, pero lo alcanzó, vertió una buena cantidad de jabón sobre su pequeña manito y la pasó sobre mi marcado abdomen, de arriba hacia abajo, en círculos, delineando cada músculo. Reí y miré a Freddy anonadado con mi abdómen, por lo que aproveché de repartir dulces y húmedos besos sobre su frente húmeda, su cabello, su cuello y pecho. 

—¿Te gusta lo que ves?— Susurré a su oído con mi voz ronca por la excitación. Freddy asintió lentamente.

—M-Mucho...— Susurró y sus mejillas tomaron un adorable color rosado. Reí enternecido y besé su mejilla.

—¿Has visto? Yo tenía razón. Eres tan tímido incluso en el sexo, mi pequeño y adorable conejito.— Al decirle así, este hizo un puchero y me miró fingiendo enojo. 

—N-No somos conejos...— Susurró embobado.

—Pues lo parecemos, follamos y follamos como conejos— Susurré y él rió tierno y avergonzado. Fue ahí que tomé su boca y uní nuestros labios en un beso. Seguí embistiéndole mientras tanto, disfrutando como se tragaba los gemidos y entre beso y beso, lamida y lamida me dejaba escuchar su tersa y dulce voz. 

—Aaah~ Fred~ Sigue~ M-Me voy a... m-mmmghm~... C-Correr~

—H-Hagámoslo juntos.... Aaah...— Le embestí cada vez más rápido, más fuerte, más profundo. Cuando esuché un agudo y sonoro gemido salir de su boca más como un grito, supe que había dado en su punto. Lo bajé con cuidado y lo empotré contra el cristal. Con cada penetración daba más y más en su punto dulce hasta que luego de unos dos minutos ambos nos corrimos a la par. Él manchando el cristal de la ducha con su semen y yo desbordando dentro de sus paredes, sintiendo la deliciosa fricción entre su piel sensible y mis manos. Sus paredes se contrajeron, apretando más mi enorme falo, haciéndome correr más. 

Cuando finalmente pudimos regular nuestras respiraciones, nos miramos a los ojos, nos enjuagamos el jabón restante del cuerpo y salimos de la ducha. Freddy apenas y podía moverse, así que lo cargué cual princesa hasta la cama. Ya luego me ocuparía de ordenar y limpiar nuestro desastre.

—¿Te ha gustado?— Le pregunté mientras sentía mi semen caliente correr por sus piernas hasta perderse en la cama. Freddy rió y me miró, acurrucándose en mi fornido pecho.

—Me ha gustado... Mucho— Susurró y rió. —Hay que repetir...

—Cuando tú quieras, pequeño. Pero ahora no, debes estar exhausto— Besé su frente y, tras secar su cabello, ponerle su pijama y cubrirlo con la sábana, cayó en un profundo sueño. Yo terminé de limpiar el desastre que habíamos hecho en el baño y terminé de arreglarme. Luego de ponerme el pijama, me acosté junto a mi osito, abrazándolo posesivamente, e igual me dejé llevar por los brazos de Morfeo. 

30 Days of OTP |Frededdy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora