Estaba demasiado confundido con el mensaje que Taehyung le había enviado minutos antes.
¿Por que lo quería ver en la azotea del edificio?
Hacia demasiado frío, tenía mucha hambre y sólo quería dormir.
No entendía la urgencia con la que Taehyung lo querían ver, bueno si la entendía un poco.
No se habían visto desde ayer por la mañana y sabía que el omega de Taehyung no se conformaba con mensajes.
Pero no se quejaba porqué su alfa actuaba de igual forma.
Subió los escalones de uno en uno, ya que el elevador por alguna extraña razón estaba ocupado a esa hora de la noche.
Abrigó sus manos dentro de su abrigo y se apresuró a subir esperando que pronto pudieran irse a casa.
Rendido al mismo tiempo que cansado término por recorrer todos los escalones, sintiendo su cuerpo agotarse en gran cantidad gracias a su poca resistencia.
Había prometido hacer ejercicio pero con todo el trabajo acumulado y la universidad no le daba tiempo de nada.
Ya casi no convivía mucho tiempo con sus padres y con Taehyung tampoco, pocas veces llegaban a verse.
Existían ocasiones en las que se veían una vez a la semana y sólo se comunicaban por mensajes, era difícil pero a la vez hacia que lo que tenían fuera algo ¿lindo? Ya que cuando estaban juntos realmente disfrutaban hacerlo.
Agradecía infinitamente que Taehyung no fuera demasiado empalagoso o posesivo, no sabría como lidiar con él si fuera así.
Pero agradecía a dios de que no lo fuera.
Al llegar a los últimos escalones pudo respirar con tranquilidad y sentir como sus piernas temblaban por el esfuerzo sobre humano que hizo.
Apenas se tranquilizo un poco inmediatamente abrió la puerta.
Sintió el aroma de Taehyung algo fuerte a su alrededor, pero no le dio tiempo de nada cuando sintió las suaves manos de Taehyung cubrir sus ojos.
No se asustó.
Reconocía sus manos hasta en sueños, y su aroma a felicidad con algo de nerviosismo lo describía perfectamente.
— ¿Taehyung? — preguntó sintiéndose algo tonto, ya que, era obvió que se trataba de él. — ¿Qué ocurre? — interrogó sintiendo algo de curiosidad.
— Es una sorpresa Yoongi.— sintió un extraño escalofrío cuando el aliento de Taehyung golpeó su cuello.
¿Qué clase de sorpresa? Se preguntó subiendo sus manos y colocándolas sobre las manos de Taehyung.
— Lo sabrás cuando lo veas, ahora sólo tienes que avanzar.— obedeció con algo de incertidumbre, no sabiendo a donde lo llevaba.
— ¿No es nada malo? — interrogó cuando se detuvieron, no habían dado muchos pasos por lo que le causo demasiada curiosidad.
—No abras los ojos hasta que yo lo diga. — asintió cuando sintió a Taehyung alejarse.
Cerro sus ojos obedeciendo.
No sabía porque pero lo hacia, su alfa confiaba ciegamente en Taehyung. Si Taehyung le decía que hiciera algo él lo hacía sin preguntar o rechistar.
Aveces se preguntaba porqué lo hacia pero nunca obtenía una repuesta.
Confiaba en Taehyung, como si su corazón, alma y lobo supieran que nunca le haría daño, que nunca lo traicionaría.
Aveces se daba miedo.
— Ya puedes abrir los ojos. — obedeció, sintiéndose avergonzado y sorprendido.
¿Cómo lo había olvidado?
— ¡Feliz cumpleaños Yoongi Hyung! — sonrió enternecido y demasiado sorprendido por el gran detalle que le había preparado.
Taehyung estaba ahí, con un pastel en las manos y las velas encendidas.
Miró alrededor dándose cuanta de que había un círculo enorme en el que ambos estaban y que se delimitaba con luces de colores blancos y azules, como los de navidad.
Estaba sin palabras.
Taehyung lo había dejado sin palabras por el gran detalle que había hecho, en su lugar favorito.
— Y–yo... No se que decir.. Taehyung.. — expresó sinceramente mirando como Taehyung se acercaba y le tendía el pequeño pastel en sus manos.
— Esta bien.. No tienes que decir nada. — sintió su corazón latir fuertemente cuando observo la sonrisa de Taehyung.
Era pura.
Brillante.
Real.
Sincera.
Radiante.
Y llena de un sentimiento diferente que le transmitió una paz grata a su lobo.
Ahuyentando su cansancio y pesadez.
Una sonrisa que movió algo en su interior y que no le dio miedo presenciar.
—¿Pasa algo? — negó tomando el pastel por sobre las manos de Taehyung que algo frías sostenían el mismo.
— ¿Tienes hambre? — asintió siguiendo a su omega que se agachaba a se sentaba.
—Oh.. Si un poco — pronunció dándose cuanta de que estaban sobre una manta.
Se agachó imitando la acción de Taehyung y se sorprendido aún más con lo que vio.
Había dos velas al centro del mantel que permanecían dentro de un candelabro de cristal en forma de círculo que impedían que se apagaran por el viento.
Eran elegantes y sofisticados.
A los lados había dos recipientes largos que supuso eran bebidas calentitas para el frío, unos cuentos dulces entre chocolates y bombones rodeaban los candelabros. Y la canasta donde traía las cosas.
Colocó el pastel sobre la manta prestando atención a lo que Taehyung sacaba de la canasta.
Dos recipientes de plástico.
Sonrió adorando los detalles únicos que Taehyung hacia y que nadie podría igualar.
—Mmm no se cocinar, pero se que te gusta mucho el ramen y mamá Suran me dio la receta para preparar el pastel y un poco de sopa de algas. — escuchó atento observando como las manos de Taehyung destapaban los recipientes provocando que su estómago protestará inmediatamente.
— ¿Mamá Suran?¿Mi madre? — preguntó tomando el recipiente que Taehyung le tendía.
—Si..¿Te molesta que le diga mama Suran? — algo de inseguridad pudo descifrar de la voz del omega.
—En absoluto, es algo nuevo. Creó que a mi madre le encantará que le digas así, siempre quiso tener una omega. — se sincero tomando el primer sorbo de sopa.
Su paladar era algo exigente cuando se trataba de comidas.
Toda su vida había vivido y comido las delicias de un chef en casa por lo que se había acostumbrado a eso y su estómago lo sabía.
Le sorprendió que la sopa tuviera un gran sabor y que supiera tan rica.
— ¿Te gusto? — miró a Taehyung con el semblante serio y con algo de broma. No le gustaba bromear pero con Taehyung lo empezaba hacer.
—Mmmmm Dejame probar un poco más. — respondió sabiendo que estaba haciendo sufrir a su omega por sus acciones.
Podía sentir el nerviosismo de Taehyung como propio.
Lo miró jugar con un envoltorio de bombones con inquietud.
—Taehyung.. — le llamó. — ¿Tu ya comiste?
Lo miró dudar lo que le respondió a su pregunta.
—Ven aquí.— se acercó un poco tendiéndole una cucharada de sopa lo que provocó un pequeño rubor en sus mejillas haciéndolo ver adorable a sus ojos.
No era la primera vez que le daba de comer a Taehyung en la boca por lo que ya no lo sentía extraño.
— Sabe rica. — comentó Taehyung colocando una de sus manos en sus rodillas.
—Lo se. Me encanto. — se sincero observando como los ojos pequeños de Taehyung se abrían un poco más por la sorpresa.
Comieron la sopa entre los dos al igual que el ramen, entre pláticas de trabajo y la universidad.
Sintiéndose a gusto y disfrutando de la compañía del otro bajo la luz de las estrellas y el cielo oscuro de la noche.
Tomando café para calentar sus cuerpos mientras observaban las estrellas abrazados, Taehyung entre sus piernas y él a su espalda, brindado se calor y protección.
Comieron pastel en esa posición, Taehyung comía un pedazo y después le daba uno a él.
— Este lugar es muy tranquilo y hermoso. — comentó Taehyung alzando su rostro y observando el mentón de Yoongi.
—Lo es...me alegra mucho el haberte enseñado este lugar.— expresó Yoongi con sinceridad.
Taehyung sonrió orgulloso de si mismo por saber se especial al conocer un rincón del corazón de Yoongi.
— Por cierto.. ¿Cómo es que le hiciste para tener acceso a esta parte del edificio? El señor Jung no deja que nadie suba aquí. — expresó Yoongi con algo de preocupación al pensar que Taehyung pudo ser descubierto o tendría problemas en el futuro.
—Me ayudó Hoseok, el habló con el guardia de seguridad para que dejara la puerta individual abierta para que pudiera entrar sin problemas y también mando a dos chicos a mover las algunos muebles viejos para que no estorbaran. — contó Taehyung mientras recordaba el desastre de la tarde anterior.
Había sido un caos hablar con Hoseok.
El alfa había insistido estar ahí para ver la sorpresa improvisada que le tenía a Yoongi. Pero que no lo podía permitir.
Quería que fuera íntima y sólo de ellos dos.
— Tengo que agradecerle a ese tonto.— miró a Yoongi sonreír y después mirar al cielo.
Su corazón sentía paz, alegría y confort estar así con Yoongi.
Entre sus brazos.
Disfrutando de un momento íntimo y tranquilo.
Donde sólo ellos dos estaban.
La idea de Hyuna no había sido tan mala al fin de cuentas y tenía mucha razón.
A Yoongi no le gustaban las cosas ostentosas, al contrarió.
Le gustaban los detalles.
Las cosas pequeñas y simples.
Al igual que los espacios tranquilos y al aire libre.
Dos cosas en común.
Su idea del pastel, la sopa, el ramen y las luces había sido estupenda, aunque se a completo con los dulces y los candelabros que Hyuna propuso.
Se veía como una cena romántica a la luz de las estrellas y las velas. Aunque no bebieron un vino o comieron un gran platillo, pero sus propios ideas y detalles superaban cualquier cena costosa. Ya que esos detalles eran los que Yoongi más amaba.
Miró a su alrededor sintiendo que alguien los observaba, pero no encontrando nada.
Probablemente había sido su imaginación ver a alguien detrás de unas macetas artificiales y viejas.
— ¿Pasa algo? — negó inmediatamente regresando su mirada al rostro de Yoongi.
Deseando un dulce beso.
Los dulces besos eran sus favoritos.
De entre todos los que se habían dado esos eran sus favoritos.
Eran besos que iniciaban con un simple beso en la frente y después uno más en su nariz y el último en beso en los labios.
Lento.
Suave.
De simple roce que no llevaba a dobles intenciones.
Yoongi siempre le daba uno de esos cuando no se veían en mucho tiempo o cuando se despedían antes de ir cada quien a su casa.
— ¿Puedes darme un beso? — expresó sintiéndose tímido y algo desesperado.
¿Cuánto tiempo había pasado desdé la última vez que se besaron en los labios?
¿Dos días?
¿Cuatro días?
¿Una semana?
No lo recordaba, pero sabía que ya había pasado mucho tiempo. Las veces que se habían visto sólo se tomaban de la mano o recibía un solo beso en la frente..
—¿Un beso? — afirmó con un asentamiento de cabeza.
Yoongi lo acomodo mejor sobre su cuerpo y lo beso.
Lento.
Suave.
Y sin prisas.
Sintiendo su corazón latir contra su pecho y su respiración contarse..
Era un beso simple, sin dobles intenciones pero con mucho afectó.
Provocando muchas emociones en su omega y corazón.