Republicado porque la app me borró el capítulo. 💔
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N. E
Miku observó a su alrededor, en el gimnasio no solo habían gradas vacías sino que en el centro de la pista había un círculo de sal bastante grande y a un lado un círculo de cenizas además de unas extrañas yerbas como si alguien hubiese hecho un ritual allí.
Confundida se volvió hacia Tessa para preguntarle dónde estaba Aiden pero su rostro fue cubierto de inmediato con una toalla del algodón empapada de cloroformo que ingresó por sus fosas nasales rápidamente. Miku luchó para apartarse logrando empujar a Tessa e intentó correr, sin embargo la cantidad de líquido que había aspirado la mareo y tropezó con sus propios pies cayendo al suelo.
Todo daba vueltas y tenía extraños destellos de brillo por la luz del sol que ingresaba a través de la ventana. Ella sabía que debía escapar y sin embargo sus extremidades no estaban actuando correctamente y mientas intentó ponerse de pie oyó una y otra vez la voz angustiada de Tessa diciendo "Lo siento, lo siento, por favor perdóname".
De pronto cuando estuvo por ponerse en pie Tessa la retuvo volviendo a hacerla caer al piso, se puso sobre ella, sentencias sobre sus caderas y cubriéndole la mitad del rostro con la toalla húmeda. Miku luchó por apartarse pero sus movimientos cada vez eran más lentos hasta que al fin perdió sus fuerzas y todo lo que parecía nublado se tornó negro.
Una vez que la muchacha perdió la conciencia Tessa se apartó y arrojó la toalla a un lado.
¿Qué había hecho? Se sentía la peor persona del mundo.
Solo quería volver a ver a su madre pero no estaba segura de si ella estaría orgullosa de ella después de haber hecho algo así. Sin embargo ya no había marcha atrás y si no ayudaba a realizar el hechizo entonces todo esto habría sido en vano.
-Por favor perdóname, perdóname -lloró mirándola de soslayo -Pero debo hacerlo sino Elizabeth se enojara y no sé de qué es capaz.
Tessa se puso de pie secando sus lágrimas torpemente, agarró a Miku por los tobillos y la arrastró hasta un lado del círculo de sal. Tomó una jarra con agua, aún con las manos temblorosa y empezó a hacer un círculo alrededor de Miku mientras repetía unas palabras en latín que Elizabeth le enseñó.
Al acabar sacó de su bolsillo una pequeña navaja, se sentó junto al cuerpo desfallecido de Miku y le hizo un corte semi profundo en la palma de su mano dejando que la sangre goteara en el suelo.
Luego agarró una vela roja cercana a las yerbas y manchó la vela con la sangre de Miku, después depósito la vela en el centro del círculo de sal. Agarró las hierbas secas y con un encendedor las prendió fuego para hacer que su humo recorriera el ambiente.
Por último, habiendo dejado las hierbas junto a la vela, ella misma se paró dentro de tercer círculo, el de cenizas y con el mismo cuchillo hizo un corte en la palma de su mano aguantandose las ganas de gritar. Las gotas de sangre cayeron al suelo, cerró los ojos y empezó a repetir las mismas palabras en latín.
"Sanguis vitam. vitam fit pulvis Et sanguinem dimitti."
Hasta que repentinamente la vela roja se encendió y Tessa retrocedió un paso empezando a dudar de lo ocurrido, sin embargo se dijo a si misma que el único modo de que todo terminará era creyendo en Elizabeth, en que todo saldria como ella lo dijo y de ese modo continuó con las palabras.
El círculo al rededor suyo se encendió, Tessa gritó asustada pero Elizabeth en uno de sus sueños le dijo que esto ocurriría y que debía de invocar a su alma en aquel momento, es por eso que se puso a gritar su nombre a todo pulmón haciendo que por ello Miku se removiera incómoda, a punto de despertar.
El círculo se agua se volvió negro y luego se prendió fuego mágicamente. Tessa observaba todo aquello boquiabierta y de pronto su atención fue llevada al círculo de sal que comenzó a tintarse de un color rosa pálido, lentamente volviéndose un poco más oscuro.
Y el humo de las yerbas se acumuló como en forma de espirar detrás de la vela, aún dentro del gran círculo salado mientras las luces del lugar parpadeaban.
****
En el restaurante la mesa donde Aiden estaba con los demás resultó ser realmente entretenida, todos estaban charlando muy animados y riendo por unas anécdotas del pasado.
Mientras Sasha le decía a Aiden que en el pasado su papá no era tan arrogante, Elián por su parte bebía un poco de agua hasta que de pronto tuvo una extraña sensación.
Fue como si algo dentro suyo hubiese dado un fuerte latido que repercudió en todo su ser y por poco se ahoga a pesar de que lo disimuló ya que no quería llamar la atención, sin embargo Sasha lo miró de inmediato, ella ya no podía sentir lo mismo que él pero lo conocía tan bien que supo que algo no iba bien.
-¿Qué ocurre?
El vampiro la miró, incluso él estaba confundido y se encogió de hombros.
-Tuve una sensación... cómo... No es nada importante.
-Elián dime -insistió.
Ahora todo el mundo había guardado silencio un momento para mirarlo ya que el semblante de Elián había cambiado, lucía preocupado.
-Se oirá loco pero, fue como un dolor ajeno -bajo la mirada sin entender, respiró pausado y volvió sus ojos azules a Sasha -Fue como cuando teníamos el lazo, sentí un dolor diferente.
Lucian rió y apartó la botella de vino.
-Eso es imposible, ya no tienen lazo y Sasha como verás está bien. Yo creo que deberíamos dejar de tomar.
-No he bebido -explicó Elián.
-¿No será una gripe? ¿Los vampiros se pueden enfermar? -preguntó Naomí.
-Puede ser, dependiendo de si la sangre que bebimos es muy mala ¿Acaso te alimentaste de un cadáver? -lo molestó Austin.
-Obviamente no -respondió el otro vampiro.
Fue entonces cuando Aiden que había estado callado por el momento, lo miró seriamente.
-Papá ¿Tú haz bebido de Miku?
La pregunta sorprendió a todos los presentes.
Elián asintió una sola vez y Aiden se puso de pie inmediatamente, fue entonces que todos supieron que algo iba mal pero no sabían qué.
-Conviví con Clary y las criaturas de Dominic por mucho tiempo, he aprendido mucho de ellos a pesar de no tener permitido acercarme y sé, que si un vampiro bebé de ellos por un tiempo comparten una especie de conexión diferente. No es un lazo pues desaparecerá con los días, pero al no ser sangre de humano, sino sangre mágica su poder hace que su sangre y la tuya se fusionen por un momento, haciendo que sientas su dolor.
Elián no respondió, estaba sorprendido pero preocupado y esa misma preocupación le hizo abrir los ojos al darse cuenta del significado de todo ello.
-¿Su dolor? ¿Quieres decir que Miku podría estar en peligro?
****
Erick acabó su té, habían estado en silencio por unos pocos minutos, ambos, tanto él como Wade, habían estado pensando en lo que dijeron. Al parecer no había modo de persuadir a Wade de no correr tal riesgo pero aún había tiempo para ello, después de todo Erick podría charlar con Thomas y de seguro él haría algo al respecto para evitar el suicidio de su abuelo, ya que pelear solo contra las criaturas de Dominic sería una muerte segura.
-Wade, hay algo más de lo que debemos hablar.
-¿Qué cosa?
-Es Tessa.
-¿Qué le ocurre?
-Le pedí que se alejara de ti, quería mantenerla lejos de todo este mundo sobrenatural. He pasado años de mi vida intentando protegerla de todo mal pero... hace poco, algo ocurrió.
-¿Qué cosa? -Wade dejó su taza vacía a un lado y cruzó los brazos por sobre su pecho.
-Elizabeth.
Ante tal revelación el licántropo de ojos dorados quedó boquiabierto.
-¿E, Elizabeth?
Erick asintió cabizbajo, su ceño estaba fruncido pero era clara su preocupación.
-Tessa me dijo que soñó con ella, dijo que Elizabeth habló de ti.
-No puede ser, se supone que estás muerta.
-Sí, pero aún así aparece entre nosotros... -Erick volvió su mirada a Wade -No sé que está ocurriendo pero tengo un muy mal presentimiento últimamente.
El rumor de la existencia sobrenatural de Elizabeth venía de hace mucho tiempo, todos ellos supieron acerca de sus apariciones pero nunca lo tomaron como algo real, quizás por el hecho de que al estar muerta su poder no regía en la tierra, pero ante tal insistencia de años Wade empezó a dudar de que todo esté bien realmente.
Después de todo quien se llevó el alma de Elizabeth era un poderosa bruja que la encerró y la misma pudo haber corrompido su alma además de haber modificado algo en ella ¿Qué tal si Elizabeth adquirió la habilidad de habitar los sueños ajenos? ¿Qué más pudo hacer? ¿Tiene poder en la tierra de los vivos?
-¿Tessa está aquí? Deberíamos hablar con ella.
-No, no está, dijo que saldría con sus amigos.
Erick se puso de pie.
-Intenté hablar con ella pero últimamente está mucho más rebelde, ella insiste en que todo está bien pero creo que me oculta algo.
Wade se mordió el cachete interno y pensó un instante antes de hablar.
-Sé que no debo meterme entre ustedes pero ¿Haz averiguado sí ha vuelto a tener contacto con Elizabeth?
-No ¿Cómo podría? Ella no quiere hablar conmigo de esas cosas.
-Pues revisa su diario íntimo, yo que sé.
-¿Diario?
-Sí, algunas chicas lo tienen.
-No creo que tenga uno.
Wade se encogió de hombros y colocó sus manos detrás de la nuca.
-Si habla con espíritus de seguro querrá decirlo, pero si no te lo dice a ti o a sus amigos por miedo a que crean que está loca, de seguro se guarda esas cosas para ella misma. Con revisar un poco quizás encuentres algo.
Erick negó de inmediato.
-No quiero hurgar en las pertenencias de mi hija.
-¿Prefieres que mantenga comunicación con mi ex muerta?
Al final Erick resopló resignado y fue hasta la habitación de Tessa, al girar el picaporte se dió cuenta de que éste no tenía llave e ingresó. A simple vista todo lucía muy normal, no había nada diferente o fuera de lugar que le pudiera llamar la atención hasta que Wade llamó su atención.
-Mira esto.
Erick se volteó de inmediato y lo encontró revisando una de las gavetas del armario.
-¡¿Qué rayos haces tú aquí?!
Wade sostuvo entre sus manos un cuaderno, al abrirlo se percató de que no era un diario pero su contenido resultó ser de suma importancia pues parecía ser un hechizo en latín y al margen instrucciones tanto como elementos a usar.
Erick se acercó a él y ambos leyeron al mismo tiempo lo que decía al pie de la hoja.
-"Si tu corazón late por el, el mío volverá a la vida. Yo me levantaré y tú te quedarás. Un alma a cambio de otra"
En ese preciso instante una extraña sensación oscura se acumuló en el ambiente y ambos sujetos compartieron miradas de preocupación.
-Es un hechizo de resurrección -explicó Wade -Al parecer Elizabeth quiere que Tessa la traiga de vuelta a la vida.
-Pe, pero eso es imposible.
-No para Elizabeth, ella obtiene poder de la magia en donde fue encerrada, de seguro puede hacer que alguien le de un cuerpo.
-¿Qué estás queriendo decir? -la preocupación se hizo ver claramente en los ojos cafés de Erick.
-Que Elizabeth matará a tu hija si no hacemos algo -luego observó que al inicio de la hoja mostraba una fecha -Es hoy, hoy hará el hechizo.
****
Miku POV.
Abrí los ojos con un terrible dolor de cabeza, todo parecía estar borroso y moverse como vaivén, sin embargo dejo de importarme al momento en que me quise mover y al apoyar la mano en el suelo sentí un profundo dolor en mi mano.
Observé la piel de mi palma izquierda y noté como está estaba dividida en dos por una línea fina de donde salía bastante sangre.
-¡Ah! -grité asustada y cerré la mano con fuerza pero el movimiento hizo que me doliera aún más.
Estaba realmente confundida, no sabía cómo actuar o porqué estaba aquí, para mí todo era una nube de bucles terroríficos.
Quería dejar de sentirme mareada pero me era muy difícil e intenté concentrar mi mirada en un punto fijo, observé mis zapatos y pronto comencé a distinguir mi alrededor. Aún estaba en el gimnasio, sentada dentro de un círculo de líquido negro.
-¿Qué demonios? -balbuceé.
Observé más allá de mi lugar, había otro círculo de frente al mío, era el círculo de llamas bajas y dentro de él había una chica, desmayada.
Era Tessa.
De pronto lo recordé todo, recordé el lugar, el hecho de que me atacó, su voz angustiada pidiéndome perdón y ahora esto.
-¿Tessa? ¡Tessa! -grité pero no se movía.
Me dolía todo el cuerpo, era como si hubiese tenido el peor resfriado de mi vida pues me dolía cada músculo y el hacer un movimiento era torturador. Me trate de poner de pie e intenté salir del círculo pero tan solo al acercarme al borde mi cuerpo recibió un duro golpe, como una corriente eléctrica que me arrojo de vuelta al centro. Grité por el golpe y respiré lento y superficialmente, ya que el respirar hondo me hacía sentir como si se rompiera algo dentro mío.
-Estas en un sello, ni te esfuerces.
Fue una voz desconocida la que oí y me dió escalofríos de pies a cabeza. Me volví sobre mi costado para poder impulsarse y lograr por lo menos sentarme, fue entonces cuando fije mi mirada en el círculo de sal que estaba en medio de nuestros círculos pero un poco más atrás, permitiendo que el de Tessa y el mío estén enfrentados.
Había una brillante vela roja y mucho humo pero éste no estaba esparcido por doquier sino que se movían como un remolino, como si cubrieran a alguien.
-¿Qui, quién eres? -murmuré.
Y de entre las sombras emergió una mujer.
Era alta, esbelta y de mirada gélida. Tenía un largo cabello café ondulado y la piel pálida como si estuviese enferma, además poseía unos grandes ojos grises que transmitían mucho terror.
-Mi nombre es Elizabeth.
****
Elián y los demás salieron inmediatamente del restaurante luego de pagar y se juntaron en el estacionamiento.
-Debo ir al cementerio, ella dijo que estaría ahí -dijo Elián, se notaba claramente su preocupación por la muchacha y no intentó ocultarlo.
-Hablé con Liam, lo llamé y le pedí que revisara el lugar, dijo que no está ahí -exclamó Naomi acercándose al grupo con el teléfono celular en la mano.
-¿Entonces dónde podría estar?
En ese momento un automóvil frenó cerca de ellos y la ventanilla del conductor se bajó, al otro lado estaba Thomas.
-Lucian me contó ¿Aún no la encontraron?
Austin negó rápidamente.
Thomas bajó del vehículo y seguido de él bajó Megan, algunos se sorprendieron al verla, otros simplemente estaban más ocupados.
-Vengo desde mi casa, allí no está -agregó el alfa -Rory dijo que no la ve desde la mañana.
Elián se apartó del grupo y empezó a dar un par de pasos en ida y vuelta mientras entrelazó sus dedos tras la cabeza pensando.
-¿Dónde puede estar?
-Quizás deberíamos dividirnos en grupos para buscar -exclamó Aiden -Thomas, tú y Megan buscarán por el cementerio y sus alrededores ya que fue el último lugar y sé que podrán controlar cualquier tipo de situación estando juntos.
Thomas asintió y de inmediato volvió a su vehículo, Megan lo siguió rápidamente y se despidió de todos con un simple gesto.
-Lucian y Sasha buscarán por el vecindario de su antigua casa, quizás quiso volver allí y algo le pasó. Ahora mismo les pasaré la ubicación por mensaje.
-Esta bien -exclamó Lucian sacando las llaves de su camioneta y tomando la mano de Sasha -Iremos ahora mismo a buscarla.
Aiden se volvió hacia los pocos que quedaban luego de enviar el mensaje.
-Papá...
-Tú y yo buscaremos en el instituto, mientras que Naomi y Austin buscarán al ingreso del pueblo, quizás algo hizo que quiera volver a su nuevo pueblo y deben revisar la carretera.
-Esta bien -respondió Naomi acercándose a su hermano y dándole un beso de buena suerte en la mejilla -Todo estará bien.
-Ven cariño, yo te llevo -le dijo Austin entregándole un casco de motocicleta.
-¿El instituto? -preguntó Elián al momento en que Austin emprendió viaje.
Aiden asintió en un rápido movimiento.
-Quizás quiso visitar su anterior instituto donde acudía con sus amigos que perdió, para rememorar recuerdos. En ese lugar cayó a la piscina y por poco se ahoga.
-¿Entonces qué estamos esperando? Hay que ir por ella -Elián corrió de inmediato hacia su automóvil y Aiden lo siguió.
****
Observé que la sal había dejado de ser blanca a un rosa oscuro mientras la vela roja se consumía.
-El color de la sangre -exclamó Elizabeth -Es lento pero dentro de unos minutos será completamente rojo y el sello se romperá.
-N, no entiendo.
La mano me dolía profundamente a tal punto que parecía latir.
-Verás querida Miku, mi cuerpo aún no está del todo construído, aún soy una especie de espectro visible que está atado a este sello, pero mientras más sangre absorba más vida cobraré y mayor será mi poder.
«La sangre de ustedes me permite obtener un nuevo cuerpo idéntico a mi imágen y cuando la sal esté totalmente roja yo podré liberarme. La vela solo mantiene el portal abierto entre éste y el otro mundo.
-¿Entonces estás muerta?
Bien, para muchos esto podía ser normal, bueno no, pero para mí era mucho más anormal de lo que ya era, pues jamás he visto un fantasma y mucho menos hablar con él.
-¿Qué va a suceder? ¿Por qué nosotras?
-Mira, de Tessa obtengo el poder que me ancla a esta tierra, ella tiene un lazo con Wade el sujeto que me asesinó y por lo tanto me mantiene aquí mientras que tu sangre me proporciona el poder y la fuerza, además de que con tu sangre mantengo el portal abierto.
Y noté como de la vela roja caían unas gotas rojas que no eran cera sino sangre y ya se había formado una especie de círculo rojo alrededor de ésta por tanta sangre. Fue cuando entendí que mi herida no sanaba porque mi sangre estaba siendo absorbida por la vela para mantener el portal.
-Gracias a ambas mi cuerpo se reconstruye rápidamente mientras más tiempo pase aquí.
-¡Sigues sin decirme qué harás con nosotras!
Elizabeth sonrió y se agachó cerca del borde salado dándome a entender que ella tampoco podía salir del círculo.
-Si tu corazón late por él, el mío volverá a la vida. Yo me levantaré y tú te quedarás, un alma a cambio de otra. -citó como si fuese un poema -Cuando mi cuerpo esté completo una de las dos ocupara mi lugar dentro del encierro mágico, esa será obviamente Tessa ya que es quien posee emociones por Wade aunque estas sean mínimas, sirve.
«Por otro lado tú eres el portal, eres quien mantiene la entrada al otro lado abierta y no podrá ser por mucho ya que cuando la vela se acabe significará que te haz quedado sin sangre y para entonces mi cuerpo estará completo, solo absorberé todo lo que te resta de energía para ser aún más fuerte, hasta dejarte seca... y morirás obviamente.
"Morirás" esa palabra me chocó con fuerza por la malicia en sus palabras. Nunca antes le tuve miedo profundo a alguien pero en éste caso estoy a punto de hacer una excepción.
No es el temor a la muerte lo que me hace temblar sino la idea de que me quedara una sola vida y si luego perdía esa todo se habría acabado. Tener dos vidas me daba la seguridad de que podría seguir compartiendo mi mundo con el sobrenatural sin miedo alguno, pero el quedarme con una sola significaba que tarde o temprano ellos me apartarían por protección, o moriría antes.
--No -murmuré -¡¿Qué te hace creer que lo permitiré?! ¡Maldita bruja!
Me puse de pie a duras penas y golpeé nuevamente el campo de fuerza invisible que volvió a empujarme hacia atrás, sin embargo no me rendí e intenté nuevamente. Mi cuerpo fue expulsado hacia atrás haciéndome caer de espaldas y perdiendo el aire por un instante.
-Es imposible liberarse, tú poder no supera al mío y por lo tanto no podrás huir. Será mejor que te rindas.
Elizabeth extendió una mano hacia mí y al cerrarla en puño sentí algo dentro de mí se rompía, de seguro fue mi brazo izquierdo. Grité tan fuerte que por poco perdía el conocimiento, pero no me desmayé, más bien caí al suelo de rodillas, respirando con gran dificultad y sufriendo a cada segundo.
-¡AAH! -grité con la mirada en el suelo. Me dolía muchísimo, no tenía palabras para expresar lo que era sentir un hueso roto y la sensación del músculo lastimado por el golpe.
-Gritar no les sirve de nada.
En ese momento vi a Tessa recuperar la consciencia igual de aturdida que yo cuando desperté.
-¿Qué? ¿Qué sucede...? ¿Elizabeth?
La mujer de largo cabellos cafés asintió con una gran sonrisa.
-Hola Tess, soy yo.
-¿Co, cómo? ¿Funcionó?
Elizabeth asintió de inmediato.
-Sí cariño y gracias a ti.
En eso Tessa se volvió a verme y sus ojos que parecían transmitir cansancio se abrieron de par en par con horror.
-¡¿Qué demonios está ocurriendo?! ¡¿Por qué está herida?! Dijiste que su mano sanaría en unos minutos y ahora su brazo se ve...
Elizabeth rió.
-Es necesario un poco de sacrificio para lograr nuestro objetivo, cariño.
-No, no, tú dijiste que no la lastimarías.
-He dicho muchas cosas...
-¡Lo prometiste!
-¿Y eso qué? -la calló -Tú como nieta de ex cazadores deberías saberlo mejor que nadie, no confíes en nadie.
Tessa sollozó y retrocedió.
-Mentiste ¿Verdad? Ella no vendrá.
Elizabeth sonrió.
-¡Dijiste que si te ayudaba ibas a resucitar a mi madre! ¡Lo prometiste!
-Que ilusa eres... Demasiado inocente y es por eso que resultas manipulable. Una niña de papá que desea traer a la vida a esa mujer que jamás conoció, culpandose cada día de su muerte como si el haber nacido fuese un crimen. Eres tan tonta Tessa que resultas ser patética.
Y al fin lo entendí. La angustia de Tessa, su dolor y las palabras de perdón era por todo esto, ella quería ver a su mamá por lo menos una vez. No sé qué se siente perder a una madre pues aún tengo a la mía, pero imagino que yo haría lo mismo si me dijeran que tengo la oportunidad de verla tan solo una vez para abrazarla y decirle cuánto la quiero.
Tessa no era mala, no hizo todo esto con malas intenciones y lo entiendo, a quien culpo es a Elizabeth, esa manipuladora, se aferró al sueño de Tessa y lo destruyó.
"Maldita perra"
Cada vez respiraba con más dificultad, era como si dentro del círculo el aire fuese más escaso y comenzaba a tener sueño.
"¡No voy a rendirme, no lo haré!"
En este momento mi mente era mi mejor amiga y me impulsaba a seguir despierta, a ponerme de pie cueste lo que cueste.
La sal se volvía cada vez más roja, pronto Elizabeth estaría libre y yo debía evitarlo de algún modo.
No voy a permitir que lastime a los demás.
-Suficiente -murmuré e impulse mi cuerpo hacia arriba. Me mordí el labio inferior aguantandome lo más que pude el dolor que recorría todo mi cuerpo y fijé mi mirada desafiante en Elizabeth que parecía burlarse de mí en silencio -¡No te daré una gota más de mi sangre! ¡Ya déjanos ir!
Elizabeth rió.
-¿Quieres salir? A ver inténtalo -me desafió -Una criatura de Dominic como tú no puede hacer nada en contra mío, los de tu especie son los más débiles.
Apreté los dientes con fuerza mientras mi ira aumentaba a cada segundo.
-Yo no soy como ellos ¡A mí no me compares! -grité sintiendo como una fuerza extraña y poderosa recorría mi ser. Era como unas llamas que devoraban mi interior y despertaban algo en mí que desconocía completamente.
Tenía una sensación de odio y venganza que no lograba detener.
Elizabeth rió aún más, no parecía notar el cambio que yo sentía.
-Eres débil Miku -extendió su palma abierta hacia Tessa que parecía temblar de terror -Eres la hija de un demonio, estás hecha para el mal pero aún así no tienes poder suficiente para dañar a nadie ni mucho menos salvarlo.
-¡No lo hagas! -grité apoyando una mano en el campo de fuerza invisible y a pesar de que sentí como la terrible electricidad me recorrió, aún así no fui expulsada hacia atrás. Lo toleré.
-Y por esa debilidad eres inútil -exclamó con un tono realmente sereno.
En el instante en que vi que estuvo por cerrar la mano, a punto de romperle algún hueso a Tessa grité "¡Detente!" Y corrí sintiendo un enorme impacto a mi alrededor que por alguna razón no me daño.
Corrí hacia Tessa y la empujé fuera del círculo, ambas habíamos salido de nuestro encierro.
Elizabeth se había quedado paralizada mientras que Tessa y yo caímos al suelo, me volví de inmediato hacia nuestro enemigo, aquella mujer solo me veía sorprendida como si no pudiera creerlo y ni siquiera llegó a cerrar la mano.
Yo había salido de aquel círculo poco antes de que la sal se volviera del todo roja carmesí, solo faltaba un poco y nos liberamos justo a tiempo.
-¿Co, como lo hiciste? -preguntó Elizabeth -¡¿Cómo escapaste?!
Tessa me ayudó de inmediato a ponerme de pie y ambas retrocedimos. Ver a Elizabeth enojada hizo que sintiera escalofríos por todo el cuerpo. El ambiente había oscurecido y aquellos ojos grises nos miraban con un enorme odio, sin embargo esto no había acabado pues el portal seguía abierto a menos que apagara aquella vela y ésta sería protegida fervientemente por Elizabeth.
Me pare delante de Tessa y la cubrí con mi cuerpo. Me dolía todo pero traté de no pensar en ello mientras buscaba un modo de acabar con esa mujer sin morir en el intento.
-Tessa huye de aquí -le dije de inmediato -Si no tiene a ambas no podrá acabar el hechizo. Tú eres su ancla, así que aléjate.
-No puedo hacer eso, no puedo dejarte ¡Estás agotada!
Era verdad, apenas podía mantenerme en pie y sentía como se deslizaba el sudor por mi rostro mientras respirar era casi imposible.
-¡Yo estaré bien! ¡Solo vete!
Tessa dudó un instante e intentó huir.
-¡Eso no pasará! -gritó Elizabeth e hizo que Tessa sea arrojada contra las gradas por una fuerte corriendo de aire.
-¡Tessa!
Me volví a verla, estaba herida, había sangre en su frente y parecía haber perdido el conocimiento.
-Maldita seas -dije volteándome hacia Elizabeth que de a poco volvía a retomar su sonrisa macabra.
-Ahora solo faltas tú.
En ese preciso instante las puertas fueron abiertas de golpe y me giré a ver otra vez.
Fue como si contemplará un oasis en medio del desierto pues a metros de mí estaba Elián y con él Aiden.
La luz de sol ingresaba tras de ellos y fue como si por un momento la oscuridad que Elizabeth proporcionó se disminuyera inmediatamente.
Mi corazón latía velozmente y tuve ganas de llorar cuando los ojos azules de Elián se posaron en mí. Al llegar se veía preocupado pero en el instante en que me vio su semblante cambió, estaba aliviado y de cierto modo me alegré pues nunca antes lo vi así por mí.
-Elián -susurré y él sonrió.
-¡Tessa! -Aiden corrió hacia ella.
Me volví hacia Elizabeth, estaba sorprendida por la llegada de aquellos dos, no obstante cuando la miré posó su atención nuevamente en mí.
-Tus amigos vinieron a ayudarte -se mofó con sarcasmo.
-Mi familia -la corregí.
-¿Y qué van a hacer un humano y un vampiro mediocre?
-Luchar -exclamó Elián.
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Evan subía pesadamente unas escaleras hasta la habitación de Amy, ella aún permanecía dormida y él estaba realmente preocupado. Hace días que no sentía la conexión de siempre y temía que su lazo se hubiese quebrado del todo.
Cuando abrió la puerta se llevó una gran sorpresa pues Amy abrió los ojos de pronto.
-¿Amy? -corrió hasta su cama y la joven se volteó a verlo, parecía estar en una especie de transe ya que no dijo nada y solo se puso de pie -¿Qué haces? No puedes levantarte aún.
La joven de cabellos cafés y ojos grises lo ignoró completamente, pasó por su lado y salió de la habitación. Evan se giró a verla, ella nunca antes había actuado así, había algo diferente, podía notar la oscuridad que albergaba dentro y no tenía idea de que sucedería.
-¡¿Amy a dónde vas?! -Evan corrió tras ella. Sea a dónde sea que se dirija no iba a dejarla sola, había prometido protegerla con su vida y esa promesa iba más allá de si estaban juntos como pareja o no.
****
-¿Estás seguro que está aquí? -Erick cuestionó al ver que Wade aparcaba frente al instituto.
-Soy un licántropo hace más tiempo que tú, te aseguro que sé rastrear a una persona.
Ambos bajaron rápidamente del vehículo y corrieron hasta el establecimiento, Wade rodeó el lugar hasta la puerta trasera y tan solo necesito un paso dentro para percatarse de que algo no iba bien.
-Ese aroma -susurró estupefacto.
-¿Qué cosa?
-Elizabeth -Wade corrió por uno de los pasillos siendo perseguido por Erick que no entendía nada.
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Elián fue arrojado a un lado por un gran impacto que recibió, Elizabeth ni siquiera lo había tocado pero el poder de su magia debía de sentirse como un choque. Mi vampiro amigo se golpeó contra las gradas y aún así se puso de pie.
Yo estaba junto a Tessa pues Aiden me pidió que la proteja mientras él trataba de ayudar a su papá, supe de inmediato que no importaba cuanto se esfuercen, ellos no lograrían vencerla. Elizabeth usaba magia y ellos fuerza bruta, era imposible que llegarán si quiera a acercarse.
-Es suficiente, ya estoy harta de juegos -exclamó Elizabeth y de repente sentí como algo me tomaba con fuerza por el brazo sano y me arrastraba potentemente hasta Elizabeth.
-¡Miku no! -gritó Aiden queriendo atraparme pero Elizabeth solo tuvo que sacudir una mano para deshacerse de él y arrojarlo contra Elián, ambos salieron volando hacia las gradas de madera y rompieron varias.
Elizabeth me sostenía del brazo con magia, ni siquiera podía sentir el suelo bajo mío.
Estaba flotando en el aire siendo atrapada con fuerza por la muñeca así que no importaba que haga, no lograba soltarme.
-Solo dame un poco más -dijo y de repente sentí como la piel de mi brazo roto se abría haciéndome gritar mientras la sangre se deslizaba hasta gotear contra el suelo.
-¡Déjala! -de pronto Elián me tacleo empujando mi cuerpo hacia atrás, liberandome de Elizabeth y ambos caímos al suelo.
Grité por el dolor de mi brazo y solo podía ver la sangre que manchaba mi ropa tanto como mi piel y el suelo. Estaba aturdida como nunca antes.
Elián me abrazó de inmediato sin despegar la mirada de Elizabeth.
Intentaba transmitirme seguridad y yo solo podía sentir dolor.
Nunca antes me he enfrentado a alguien de este modo, jamás peleé contra una persona que utilice magia y a decir verdad nunca tuve unas heridas tan graves así que simplemente estaba entrando en shock.
-Me cansé de sus juegos, es hora de dormir -anunció Elizabeth.
Levanté mi mirada justo a tiempo cuando Elizabeth extendió su mano libre hacia nosotros y el terror me recorrió nuevamente.
-¡No les hagas daño! -grité pero mi voz se perdió en el ruido.
Elián y Aiden fueron estampados otra vez contra las gradas de madera y sus cuerpos resultaron aún más heridos. La sangre se deslizaba por sobre el ojo derecho de Elián y lucía realmente cansado, sin embargo cuando intentó venir a mí Elizabeth pronunció unas palabras extrañas y de inmediato ambos quedaron inconsciente.
Sentí que el mundo se detenía por completo. Sentí pánico, no porque no pudieran ayudarme sino más bien porque no sabía qué les hizo.
-¡Elizabeth basta!
Ambas vimos que dos sujetos ingresaron al lugar y uno de ellos, el de ojos dorados se colocó ante mí.
Elizabeth parecía un tanto sorprendida a pesar de esbozar una sonrisa.
-Wade, cariño, haz venido a verme.
-Elizabeth no hagas esto.
La mujer frunció el ceño y lo señaló con desdén.
-Pero es muy tarde para que vengas a pedir perdón luego de lo que me hiciste.
-Yo no tenía idea, no sabía qué te iban a hacer.
-Aun así, tú elegiste la inmortalidad antes que a mí. Decidiste no envejecer olvidándote de que yo sí lo haría. Jamás te importé lo suficiente.
-¡Eso es mentira! Sólo era un chico tonto, no tenía idea de qué hacía. Jamás quise hacerte daño.
Elizabeth fingió estar enternecida y sin embargo empujó con su magia a Wade hacia atrás pero sin siquiera moverme un pelo. Lo arrojó hacia donde estaban los demás dejándome a mí delante de ellos.
-Mientes, todos lo hacen. Tú no me amabas y nunca lo haz hecho realmente por eso mereces morir.
Ella que lucía apenas agitada alzó una mano haciendo que las maderas del suelo detrás suyo se desprendieran en formas irregulares, como estacas y las arrojó hacia las personas detrás de mí.
-¡NO! -grité extendiendo las manos hacia ella y cerrando los ojos con fuerza.
Lo que sentí después fue un duro impacto contra mi cuerpo, el dolor fue tanto que abrí los ojos y escupí sangre.
Me sentí mareada, era como si de algún modo no estuviese del todo conciente y fue cuando me percaté de que había un escudo ante mí.
Elizabeth estaba al otro lado mirándome casi boquiabierta y yo observé por sobre mi hombro a mis amigos; Elián, Aiden, Tessa y los demás estaban bien, las estacas no habían llegado a ellos porque de algún modo las detuve.
-Tú, tú recibiste el impacto por ellos -Elizabeth balbuceó -¿Cómo lograste detenerlo?
No pude responder el dolor se había vuelto tan grande que me entumeció y perdí las fuerzas. Las estacas que estaban siendo detenidas por el escudo cayeron al suelo y yo me desplomé de costado.
Sentía como la sangre subía por mi garganta y me ahogaba.
No podía respirar ni moverme y mucho menos lograba mantenerme despierta.
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N. E
-No, su sangre se desperdiciará -exclamó Elizabeth y trato de atraer con su magia el cuerpo de Miku pero no logro moverlo si quiera un centímetro, era como si estuviese pegado al suelo -¿Qué demonios?
De repente un sonido de pasos acercándose llamó su atención y aquella mirada de molestia que poseía se volvió una de sorpresa y terror pues quien había pasado las puertas del lugar era nada más y nada menos que Amy Oliver.
-No puede ser...
La joven bruja observó a los presentes, contempló como Elián estaba herido y cubierto de sangre, así como su mirada se detuvo en Aiden quien presentaba varios cortés en la piel.
-¿Cómo te atreves? -susurró, aquel semblante de paz que traía consigo se modificó.
Elizabeth dió un paso atrás al instante en que un aura oscura rodeó a Amy. Evan había ingresado al gimnasio tras de ella y se quedó igual de asombrado al ver aquel poder.
-¡¿Cómo te atreves?! -gritó Amy fijando su mirada asesina en Elizabeth que intentó defenderse arrojándole una lluvia de estacas pero ninguna llegó a tocarla, todas se disolvieron en el aire.
Amy caminó hacia ella con clara seguridad mientras que Elizabeth en un arrebato de desesperación empezó a destruir todo a su alrededor para arrojarselo sin embargo nada tocaba a la joven bruja y ni siquiera las barreras que ponía de por medio la detenía.
Cuando Amy estuvo delante del círculo Elizabeth rió desesperada.
-No puedes pasar, es un sello espectral y los vivos no tienen poder dentro de él.
Amy reclinó su cabeza de lado y sonrió sombriamente.
-Yo estoy más allá de lo humano -exclamó y extendió una mano hacia ella haciendo que de pronto Elizabeth sea arrastrada hasta Amy en contra de su voluntad.
La bruja la tomó por el cuello con sorprendentes fuerzas y mientras Elizabeth luchaba por liberarse la bruja habló.
-Dicen que los muertos lo ven todo por eso supongo que debes saber más que yo, pero aún así no haz visto que soy descendientes de seres celestiales. Yo soy poder.
Y sin más liberó tal cantidad de magia que Elizabeth gritó horrorizada antes de estallar en mil pedazos.
-¡Tessa! -gritó Erick tomando entre sus brazos a su hija -Por favor Tessa, reacciona.
Amy se volvió a verlos y su atención se detuvo en la chica que había parado el ataque de estacas. Caminó hacia ella y se agachó a su lado.
Solo una vez vio un escudo tan poderoso y ese fue hecho por Dominic en el pasado cuando aún vivía. Sin siquiera tocarla podía sentir aquel poder pero había algo distinto en esa muchacha.
Su sangre olía como la de una de esas criaturas, parecía manchada por la descendencia de Dominic y sin embargo había protegido a los humanos, detuvo el ataque como si en verdad les importarán.
Amy podía notar fácilmente que esa muchacha era un roba almas, podía darse cuenta de que su poder disminuyó luego del escudo y eso significaba una sola cosa.
Muerte.
La chica había muerto y posiblemente estaba al tanto de ello y aún así se arriesgo.
-¿Ella está...? -murmuró Evan al acercarse.
Amy alzó la mirada y asintió levemente.
-Llévala a casa, despertará pronto.
Evan se agachó a tomar entre sus brazos a Miku mientras que Amy se acercó a Aiden para ver si estaba bien.
Por otro lado Wade que se aseguraba de que Elián siga con vida se percató de una extraña energía, de inmediato se volteó a ver y notó como aquella vela roja soltaba destellos mientras el círculo de sal se volvía completamente rojo carmesí.
-¿Qué rayos está pasando? -cauteloso se acercó al círculo de sal percatandose de la enorme cortina de humo negro que se formó en el centro -Heeeemm chicos...
Amy se volteó a ver al igual que Evan y Erick.
-El portal sigue abierto -susurró Evan.
-Imposible, Elizabeth murió -exclamó Amy volviendo a tomar su postura defensiva -El portal solo podría traer a las almas que rondan el lugar.
-¿Pero que otra alma puede haber si Elizabeth...? -entonces Evan posó su mirada en Miku al igual que Amy lo hizo, ambos llegaron a la misma conclusión -El alma liberada.
Y de repente los tres círculos mágicos se encendieron en llamas bajas y azules, el calor inundó el lugar y la vela acabó por consumirse completamente, en el instante en que eso ocurrió las nubes de humo se multiplicaron y cubrieron de oscuridad todo el lugar.
El suelo tembló y se sintió como si una onda expansiva los golpeara a todos haciendo que Wade retroceda torpemente.
Los presentes empezaron a toser y Amy de inmediato utilizó su magia para dispersar la neblina oscura con una corriente de aire.
No sabían que enemigo podría salir de ahí, pero debían estar preparados.
Wade apenas podía respirar y con sus manos apartaba el humo que cubría su mirada, fue entonces cuando notó una figura recostada en el suelo.
La neblina se fue apartando rápidamente al mismo tiempo en que Wade sintió de pronto como su corazón corría con fuerza, latido tras latido parecía desmoronarlo por dentro.
Y fuente entonces cuando la oscuridad desapareció que la figura femenina fue revelada.
La felicidad y el asombro eran una de las pocas cosas que sintió el lobo entre la mezcla de emociones que traía por dentro.
De repente la joven abrió los ojos, somnolienta y el café de su mirada hizo que Wade cayera de rodillas al suelo, boquiabierto y con lágrimas en los ojos.
Nunca antes había sido tan feliz.
-¿Wade? -ella susurró débilmente.
De tes blanca, largos cabellos cafés ondulados y unos hermosos ojos cafés la caracterizaba.
-Hedia.
Y ella sonrió a pesar de estar llorando.
Hedia estaba viva.