Narra ___
Siempre es raro.
Pasamos por un proceso en el que nos enamoramos, nos dejamos de lado y volvemos a lo mismo. Aunque ya me he acostumbrado a este ciclo que parece no tener fin, siempre es de algún modo extraño el volver a besarlo o acariciar sus finos cabellos blanquecinos.
Me desacostumbro y a veces suelo sentirme avergonzada por los gestos que él me expresa acerca de sus sentimientos por mí. Porque aunque él no ha cambiado y sigue siendo el mismo adolescente juguetón y coqueto, yo ya soy una adulta.
Sé que no lo parezco físicamente, pero las jornadas largas en una empresa y el trato continúo con gente hipócrita me ha cambiado en varios aspectos. Soy más madura que hace dieciséis años y no igual a la adolescente que Jack conoció. Pero, recalco por milésima vez, con él todo cambia. Los años desaparecen a su lado y mientras corremos por las colinas que rondan el taller de Norte me doy cuenta de lo mucho que extrañaba esta libertad, lo que soñaba por revivir este momento cuando estaba atada a una oficina o viajando a otro país por cuestiones laborales.
Lo mucho que extrañaba al amor de mis vidas.
Mi querida alma gemela.
——¿Por qué me ves así? ——me preguntó, rondándome mientras intenta intimidar, aunque con esa sonrisa lo único que quiero hacer es comérmelo ahí y en ese mismo instante ——. Si estás enamorada de mí, dímelo, porque tendré que rechazarte.
——¿Ah, sí? ——enarqué una ceja ——¿Y se puede saber por qué?
——Porque hay otra chica ——aterrizó frente a mí ——. Es una dulzura, sexy y muy terca, pero me tiene loco a más no poder.
——Estoy segura que es una chica con suerte.
——Claro que es una chica con suerte, tiene a Jack Frost comiendo de la palma de su mano ——acarició mi mentón ——. La amo con toda mi alma, así que no podré corresponder a tus sentimientos, ella es mucho más importante.
——Eres un idiota, Jack ——reí a carcajadas, echando la cabeza hacia atrás y con las mejillas visiblemente rojas.
——Adoro la manera en la que su frente se vuelve roja cuando le digo cosas lindas ——tocó mi frente con sus frías manos, pero aunque mi cara está un poco más cálida, su gélido tacto sólo hace que mi piel hierva aún más.
La verdad es que ni yo sabía que mi frente se ponía así cuando me ruborizaba.
——Jack, tengo algo que decirte ——le dije.
No había pensado en eso desde mucho antes que llegásemos allí, ni siquiera había considerado la opción de contarle en caso de que volviéramos a encontrarnos. ¿Cómo hubiese sabido que volvería tan tarde pero tan pronto?. Sin embargo, no puedo quedarme esperando a que se entere por su propia cuenta.
——Siempre he tenido un maldito escalofrío cuando las mujeres dicen eso ——me miró ——, en especial tú.
——Es sobre los niños, Jack, es muy importante, pero espero que puedas entender que no quise ocultarte esto y no me enteré de ello hasta el parto.
——Sólo estás logrando que me asuste más, ___, suelta la sopa.
——Cuando Mim me analizó hace dieciséis años, tenía razón en algo ——respira, ___, si pudiste digerirlo en poco tiempo, él también lo hará ——. Tenía un bebé en mi interior, pero por alguna razón nacieron dos.
——Ve al punto.
——Ese es el punto Jack, sólo tenía un bebé.
Narra Orión
Observé cómo ellos dos jugaban en la nieve sin importar lo que sucede alrededor tal cual unos niños en invierno, me cuesta admitir lo tentador que se ve hacer desastres pequeños con mis poderes como mi hermana, pero yo no me podía dar el lujo de divertirme todo el tiempo. Norte me lo dejó muy claro en la última sesión de entrenamiento.
Al ser un «espíritu» de la luz y naturaleza, tenía que mantenerme en calma casi todo el tiempo, en parte porque no tengo control total sobre mis poderes, y lo entiendo, pero ¿de verdad tenía que esperar hasta estar listo?. Nunca creí que extrañaría tanto jugar con mi hermana.
——Vamos, estirado ——me llamó su compañero de juegos ——, no te quedarás ahí sentado todo el tiempo, ¿o sí?
De repente sentí como algo suave pero veloz impactó con mi cabeza y después nieve cayó sobre mis hombros. El maldito Alex me había lanzado una bola de nieve. Vee se ríe a carcajadas para después recibir un golpe de parte de él también y su risa se convierte en un ataque de decenas de bolas esculpidas perfectamente que amenazaron con tirarse encima de Alex si hacía cualquier movimiento en falso.
——Eh...¿pido tiempo?
Y de golpe todas las bolas le cayeron, sepultándolo en una montaña de nieve.
——Creo que deberíamos practicar en vez de estar jugando, Vee ——anhelé por un segundo jugar con ellos pero quería ser la voz de la razón en esta relación de gemelos.
——Oye, no todo el tiempo se nos da la oportunidad de salir de ahí, y ahora que estamos fuera ¿de verdad piensas estar ahí sentado? ——se recostó en la nieve, frente a mí ——. Tú no eres mi hermano.
——Tú dímelo, ¿prefieres estar nosotros o fraternando con el enemigo?
Se puso incómoda ante la pregunta, con la mirada culpable se cruzó de piernas y miró a Alex, quién todavía luchaba por deshacerse de la nieve restante.
——Sobre eso ——se notó dubitativa ——, planeo hacer que esta guerra pare, Orión.
¡JA!
Rompí en carcajadas, algo que ella no siguió.
——¿Planeas terminar una guerra que lleva existiendo desde hace cientos de años? ——la idea se me hace absurda aunque suena lo mismo que si tratásemos de eliminar a Alexander, aunque la diferencia de todo esto es que nadie ha querido estar de los dos bandos.
——Pensé que me apoyarías.
——Hermana, te apoyo en cualquier cosa que me pidas, pero esta guerra no desaparecerá de la noche a la mañana, al menos no como quieres ——le extendí la mano y la dejé apoyada en su hombro ——. Tienes que elegir un bando.
——¿De qué bandos hablan?
Alex se acercó mientras se rehacía su pequeña cola de caballo y se sentaba junto a nosotros formando un triángulo. Me alejé, algo incómodo por supuesto.
——Alex ——le hablé ——, ¿qué intenciones tienes la tratar de hacerte amigo de Vee?
Se queda atónito con mi pregunta pero rápidamente retoma la compostura. Una postura engañosa.
——Ella me salvó de ese bloque de hielo, y si pudiésemos hacer que la guerra parase juntos, sé que algún día la opinión que tienes sobre mí cambiará, Orión. Por eso me gustaría que entendieran mi versión de la historia.
——¿Y a qué lado perteneces? ——hice caso omiso de su supuesta versión de la historia.
——Orión, basta de preguntas ——pidió Vee.
——No, está bien ——dijo Alexander ——. Sabes que esto lleva sucediendo más de mil años, y que no importa lo que pase, habrá un ganador. Lo único que quiero es que yo y mis criaturas podamos vivir plenamente, que crean en nosotros como en los Guardianes.
——¿Cómo planeas hacer eso, espíritu de pesadillas? ¿Tienes algún plan de redención para tus criaturas o acaso piensas unirte a ellas en un club de buen comportamiento espiritual? ——me levanté furioso de mi lugar, ese maldito sólo nos estaba tratando de endulzar el oído ——. Tu plan es que nosotros estemos en tanta desventaja que no tengamos de otra que rendirnos, tú no eres un espíritu de redención, eres una pesadilla. Y por más que quieras no serás otra cosa que eso, un doble cara que quiere aplastar a nuestra familia.
Se levantó de golpe.
——¿Por qué querría hacer añicos a una familia que ni siquiera ha logrado completar su propio rompecabezas?
Me puño azotó en su mejilla mucho más rápido de lo que pudiese controlar. Seguí empuñándole golpes torpes en donde pudiesen caer mis nudillos, sin controlar mi fuerza. Pero tenía razón, no es capaz de rompernos del todo porque nuestra familia ya está en grietas, y si la verdad no sale a la luz, sólo haremos más daño.
Vee congeló repentinamente mis manos antes de que pueda darle otro golpe y se interpuso entre ambos con una mirada furiosa.
——¡A ti! ——me señaló ——. ¡¿Qué demonios te sucede?!
——¡No puedo creer que me estés regañando a mí!
——¡Y tú! ——miró a Alex, incluso mucho más molesta que como me miró a mí ——. Estoy harta de esto, me largo.
——Vee, espera ——le pidió el pelirrojo.
Narra Venus
Esto sí que no me lo esperaba, mi hermano y el chico que me gusta peleando por la misma estupidez que los demás. ¿Cuándo tomarán en cuenta mis opiniones? Yo nunca he oído que se propongan una tregua, y mientras más paso entre la espada y la pared de esta guerra, más estúpida me parece. ¿Cuándo entenderán que los bandos que eligen seguir no existen?
——Vee, detente, por favor.
Una mano de repente tomó la mía pero al simple tacto la solté como si su roce quemara mi piel.
——Eres un maldito idiota, son unos idiotas ——antes de que pueda controlarme, la rabia y la cólera toman control de mí y comienzo a llorar.
A lo lejos vi a mi hermano preocupado, incapaz de hacer algo. No me gusta admitir que tiene razón, pero tal vez era lo correcto a estas alturas, separarme de Alexander hasta que encontrase un modo de terminar con todo aquello.
——Sé que mi familia está rota, lo sé desde siempre ——sollocé ——, no necesito que me lo echen en cara. No conozco a mi padre, mi vida es un desastre y tampoco sé qué hacer con lo que siento en mi interior. ¿Es cobarde pedir que alguien esté de mi lado?
La mirada de mi hermano se endurece, sé que lo he herido, pero ¿qué podía hacer?, ni siquiera mi hermano gemelo está de mi lado y me pesa que el único consuelo que tengo es la persona que debería odiar como él.
——Tú padre está aquí, Vee ——me confesó con pesar.
——¿Sabes quién es?
——No sólo yo lo sé ——se dio la vuelta y observó a mi hermano.
Mi gemelo retrocede con pánico, con la mirada perdida. ¿De verdad eso estaba pasando?
——¿Tú sabes quién es papá?
Se tardó en contestar, pero con tristeza asintió.
Me faltaban fuerzas, nuca había sentido mis rodillas tan pesadas ni el mundo tan callado. Sólo era capaz de escuchar el frío viento de la tundra y los engranes del taller que suenan tan lejanos a pesar de estar a unos cientos de metros. Si antes no entendía la expresión de traición ahora sé perfectamente lo que se siente.
——Dime quién es ——miré a Alex, la única persona que ha sido honesta conmigo desde que mi viejo mundo desapareció.
No, hay alguien más.
Jack.
Sé que el podrá explicármelo todo, me dirá que todo esto es una maldita pesadilla y si despierto, estaré en casa. Con mi madre tomando un café agrío en la cocina, Orión dormido y mi celular lleno de mensajes de Aaron o Loud.
——Es mejor que te lleve con él ——su mirada demuestra timidez, pero desaparece cuando toma mi mano.
Volamos al taller con el traidor de mi hermano pisándonos los talones, pidiendo que nos detuviésemos. Pero yo no escucho nada más de su parte. Se atrevió a ocultarme la verdad a pesar de que sabía que yo necesitaba conocer a mi padre lo más pronto posible. Ahora que tengo la oportunidad de hacerlo, quiere detenerme, sin embargo, no estoy lista para que me diga lo mismo que los demás, que no era el momento. Si el momento no es ahora, ¿cuándo será?
Entramos por una ventana, Alex se ocultó debajo de una manta creada con su propia arenilla, aproximándonos al Globo del Gran Salón. Todos los Guardianes están reunidos en el Gran Salón a excepción de mi madre y Jack, quiénes seguramente están reunidos en secreto en algún lugar.
——Vee ——me llamó Alex ——, debes saber algo. Tu padre jamás dejó de amar a tu madre, a pesar de los años, y ella nunca amó a nadie más que a él y ustedes.
——Al grano, Alex.
——Tu madre siempre volverá con él, sin importar lo que pase ——señaló a dos personas que se ocultan entre las sombras ——, nunca amará a nadie que no sea él.
Mi madre y Jack aparecen de entre las sombras.
La última pieza.
Recuerdo cuando mi madre nos dijo que nuestro padre fue un albino como ella, que era muy infantil y que solía molestarla cuando estaban juntos. El como llegó Jack a nuestras vidas, cómo él nos encontró a nosotros, cómo la encontró a ella. La tensión que hubo entre ambos desde un principio.
Miré a mi hermano para confirmar la información, asintió con timidez.
¿De verdad eso me estaba pasando?
Mi padre estuvo ante mí tantas veces y yo nunca pude verlo.
Huí de ahí, sabía que estaba empezando a perder el control.
Me encontraba flotando en el aire fuera del taller, como una muñeca vacía pendiendo de un hilo, las lágrimas se arremolinaban en mis párpados, nublando mi vista. Pero ya no hay temor, las dejo salir con furia, con todo lo que me guardé tantos años. La persona que me había abandonado estuvo tantas veces frente a mí, todos sabían eso y nadie fue capaz de decirme nada, ahora entiendo el por qué. Sin embargo, parece tan irreal que no sé si sea posible que pueda volver a mirarlos de nuevo.
——Venus...
——¡NO ME TOQUES!
Su mano roza la mía y queda congelada al instante. Miro como los dedos de Alex se desprenden de su mano sin que él se inmute y mágicamente vuelven a nacer otros hechos de arenilla. Se desprende de su capa, quedando expuesto a la vista.
——Alex ——su nombre en mi boca se oye tan lejana, pero sin dudarlo me envuelve en sus brazos, dejándome sollozar en sus brazos ——. Lo lamento tanto.
Ahora me doy cuenta que tal vez todo este tiempo estuve en el bando equivocado.
——¡Alexander! ——gritan a lo lejos.
Jack, no, mi padre apunta con su cayado del lado de mi madre que deja crecer una bola de luz en cada mano. Los demás Guardianes toman pose de batalla y su enemigo se colocó delante de mí para protegerme de ellos, de quienes me vieron la cara de estúpida.
——Es muy tarde, Jack Frost ——les grita a lo lejos ——, les salió el tiro por la culata por querer guardar algo tan importante como la realidad.
——Venus ——me habló Jack, haciendo caso omiso de las amenazas de Alexander ——, ven aquí, pequeña.
Pequeña.
El recuerdo vago de muchos niños a los que sus padres les dicen de igual manera mi lastima, pensando en las veces que deseé que mi padre me lo dijera algún día en persona.
Ademir se acerca peligrosamente y una manada de caballos pesadilla nos cubren.
——Venus ——me volvió a hablar Jack, sé que Orión le dijo que ya estaba enterada, porque su mirada era de pánico ——, de verdad lo siento.
——No bastan unas disculpas, Jack ——dijo Alex ——, es nuestro momento. Soy real ahora, ¿no ven? SOMOS REALES.