Capítulo 19: La familia de Alex

228 16 1
                                    

——No hay tiempo, tomé una de las bolsas para dormir de Meme pero los yetis podrían despertar en cualquier momento.

Cubrió mi boca con una de sus tersas y grandes manos, mirándome fijamente por unos breves instantes para después sonreír y alejarse como un niño que hacia su primera travesura. Lo seguí con la mirada hasta que apoyó una de sus botas que le llegaban hasta la mitad de la pantorrilla en el marco de la ventana.

——¿Alexander? ——dije, masajeando mis párpados ——¿Qué haces aquí?

——¿Tú qué crees, genio? ——susurró ——Dije que volvería por ti al anochecer, eso hice y es hora de irnos ——dijo, antes de acercarse a grandes zancadas hacia mi cama y tomarme por la parte trasera de las rodillas y cargarme nupcialmente.

——¡Hey! ——exclamé ——¡Puedo caminar yo sola!

——No me queda mucho tiempo, ¿entiendes? ——balbuceó.

——¿De qué coño estás hablando? ——dije, no me di cuenta en qué momento estábamos sobre la cúpula del Taller. No me quejaba de las vistas. El desierto congelado levantaba pizcas de nieve como si fuese el típico y árido desierto bajo un matiz azul.

Alexander suspiró, me dejó en el centro de aquella gran estructura de madera y se sentó a mi lado.

——Sólo estoy vacilando.

——No cualquier persona entra a la habitación de una adolescente solamente porque está vacilando.

——¿Qué es lo que quieres oír de mí?

——¿Por qué no te queda mucho tiempo?

——No lo entenderías nunca.

——Estamos en el techo de un Taller de Santa Claus. Creo que puedo digerir cualquier cosa que se te ocurra.

Su mirada, esos fríos e inexpresivos orbes rojizos, analizaron mi rostro. Deteniéndose repetidas veces en mis labios y luego en mis ojos.

——No es nada ——sonrió.

——No te creo.

——¿Crees que eso me importa? ——sonrió socarronamente.

——¿Por qué regresaste? —— le pregunté, él me ignoró ——. Quiero la verdad, por una vez.

Me miró como si estuviese considerando si era apta para escuchar lo que tenía que decir a continuación. 

Pero como un parpadeo, a mi mente llegó el momento en el que nuestros labios se unieron la noche anterior. Su suavidad era algo que jamás había probado, aunque tampoco podría decir que he besado muchos labios. Y sin embargo, podría apostar a que son lo labios más dulces y carnosos que podré probar en mi vida. El mero hecho de recordarlo me hace querer tocarlos nuevamente. Sentirlos junto a mí un poco más de tiempo y, si se me daba la oportunidad, también saborearlos. Saber lo que son capaces de transmitir.

——No dejaba de pensar en ti ——murmuró.

Lo miré esperando una carcajada o una sonrisa burlona que me indicara que estuviese jugando conmigo. Pero lo único que pude sentir, fue su necesidad de que le creyera. Y podía hacerlo. 

Sin importar de hace cuántas horas lo hubiese conocido, creía que él era la única persona que no podía mentirme.

——Sé lo que piensas de mí ——dijo, fijando su vista nuevamente en el horizonte nocturno ——, sé lo que te han dicho. Y no me sorprendería si les creyeras, pero quisiera que al menos tú confiases en mí, que no seas como ellos y me escuches. Lo que tengo que decir será más de lo que ellos te podrán decir en algún momento.

Junto A Ti (Jack Frost X Tu)Where stories live. Discover now