— Ok... Me acabo de bañar, pero no traje ropa ¿Cómo se supone que dormiré? — la rubia se había bañado al igual que Carla lo hizo anteriormente.
La preocupación llegó cuando se estaba lavando su cuerpo y pensó que solamente tiene una muda de ropa de trabajo en su auto.
La castaña se dio cuenta de eso y fue hasta el closet de su madre en busca de ropa algo cómoda para que ella pueda usar y dormir con tranquilidad. Aunque está muy segura de que su novia duerme desnuda, solo que en esta ocasión ambas van a dormir juntas y ella siente vergüenza por dormir así.
Luego de encontrarlo, regresó a su habitación.
— Tengo este mono... A mí me queda grande y es perfecto para ti — casualmente su madre había diseñado algunas rompas de dormir hace un tiempo y tenía algunas muestras guardadas en su closet. Cae como anillo al dedo.
La rubia entró nuevamente al baño y sin ropa interior se colocó el mono de color blanco con detalles rosas.
Le quedó un poco apretado y se da cuenta de que la tela es muy fina. Se sonroja un poco, ya que su zona íntima se nota un poco. Suspira y calma esos nervios que comienza invadir su cuerpo y se coloca la camisa que hace conjunto con el mono y sale del baño encontrándose con su novia ya acostada en su cama y la luz de la lámpara ilumina con tono suave toda la habitación.
Andrea camina con sus dos manos tapando su zona íntima y se acuesta del lado derecho de la cama arropándose hasta la cintura con la sabana gruesa permitiéndole respirar un poco mejor.
— ¿Estás bien? — Andrea sonríe y asiente con la cabeza — te noto nerviosa.
— Estoy bien... Es solo que, ya sabes... La castaña se acerca a ella y le da un pequeño beso en los labios, apagando todo tipo de nerviosismo que tiene Andrea.
— No estés nerviosa... No haremos nada al menos de que queramos — Andrea sabe que ella quiere pasar más allá de únicamente caricias y toques en sus zonas íntimas. Lo entendía, ella también lo quería.
La rubia mira fijamente a su chica observando ese iris marrón tan brilloso y tan perfecto, su cara muy delicada que ahora su mano derecha acaricia levemente, haciendo que Carla cierre los ojos y comience a disfrutar de ese pequeño mimo.
Su dedo pulgar acaricia ese rosado labio inferior lo que hace que desee probarlo hasta el cansancio.
Las mejillas de Carla comienzan a tornarse rojas y esas caricias hacen que un escalofrío placentero recorra su cuerpo. Ella decide abrir los ojos y su boca se entre abre al mirar ese gris tan oscuro, brilloso, esas pupilas dilatadas.
A continuación: Andrea se inclina un poco y logra atrapar los labios de su chica; devorándolo suavemente, sintiendo como ese beso se va convirtiendo en algo más apasionado. Sus lenguas comenzaron a protagonizar la escena y la mano derecha de Andrea comienza a acariciar su cuello delicadamente sin necesidad de ir más abajo.
Pero Carla también desea tocar; lo hace llevando sus manos a la cintura de la rubia y por debajo de su camisa, comienza a acariciar con sus dedos ese abdomen tan perfecto que tiene, creando sensaciones en su cuerpo muy placentero, que la hace desear que ella siga con ese toque.
La respiración comenzó a fallar y ambas jadeantes cortan el beso logrando que sus respiraciones se mezclen y hagan contacto visual disfrutando ambas de ese marrón y gris brilloso y llenos de deseo.
Carla puede darse cuenta de que su chica está nerviosa, su mirada la delata.
— Si quieres podemos para... Solo dormiremos — la rubia se acuesta por completo y con su mano izquierda agarra a Carla para que suba a su regazo tomándola por la cintura y manteniendo el contacto visual.
— Princesa yo... Estoy nerviosa y tengo miedo. Eso no quiere decir que no lo quiero hacer, es solo lo que... Tengo esa inquietud de que no lo haga bien o que haga algo mal. No sé cómo hacerlo, aunque pueda que haya visto algunos videos, pero me quedo en blanco.
Carla de una vez entendió el sentir de su chica y aunque se puede notar que está un poco tranquila, por dentro también está hecha un manojo de nervios.
— Todo va a estar bien... Somos inexpertas, pero lo vamos a disfrutar. Carla hizo él amague logrando que ahora ella este abajo y Andrea sobre ella.
— Bésame... Andrea no lo dudó y comenzó a besarla de manera suave e intensa; la rubia decidió ir soltándose un poco y comenzó a acariciar el abdomen de su chica.
Sus dedos queman en su piel con ansias de que llegue a sus abultados pechos, que comienza a sentir la excitación, sin embargo, Andrea no logra llegar hasta allá.
El beso se rompe de nuevo — Tócame Andrea... — la castaña logra quitarse su camisa y hace lo mismo con Andrea. Ambas desnudas de cintura hacia arriba — hazlo — la boca de la rubia se abre al mirar como su chica conduce su mano derecha a su seno derecho. — tócame — su mano comenzó a estrujar suavemente su pecho y Andrea comenzó a besar las mejillas mientras escuchaba esos jadeos de Carla.
Sus besos descienden hasta el cuello y Andrea decidió ir más profundo, comenzó a pellizcar su pensó logrando que la sensación comience a calentar su cuerpo y logre excitarse.
Su pequeña humedad en su zona íntima comienza a ser notable. Su mano viaja de su pecho hasta su zona íntima, mientras que ambas se miran fija e intensamente.
La cadera de Carla se inclina hacia arriba buscando el contacto de la mano de Andrea que llega hasta su monte de venus.
Susurros de aliento salen de su boca y más cuándo Andrea abandona el lugar donde estaba para dirigirse a la entrepierna de su chica y quitarle el corto pantalón de dormir dejándola completamente desnuda.
Ella también logra quitar su ropa revelando la erección que no pasa desapercibido por la castaña, deseando de una vez que su esté dentro de ella.
Su espalda se arquea al sentir los labios de la rubia en su zona erógena y el dedo pulgar estimular su clítoris, creando sensaciones de placer exquisitas.
— Estás... Estás muy humedad cielo — su dedo no para de seguir estimulando ese nervio — tu olor me tiene desesperada — pasa su lengua de abajo hacia arriba llegando a su clítoris de nuevo, pero esta vez logra chuparlo con suavidad y su lengua danza sobre él.
— ¡Ay dios! — por instinto Carla abre más sus piernas, buscando que su chica pruebe todo de ella sin pudor alguno.
Lo está disfrutando como nunca, los vídeos xxx que había visto en su casa había ayudado, aunque tuvo que ver más sexo lésbico que de heterosexuales, ya que en esos vídeos se concentran más en el placer del hombre. Buscó, se informó en cómo dar placer a una mujer y lo encontró, logrando pulir un poco en conocimiento sobre eso.
Los dedos de su mano derecha comenzaron a tantear su entrada mientras los gemidos de Carla llenan cada espacio de la habitación. Su humedad le hacía facilitar las cosas y mientras que su dedo pulgar sigue estimulando su clítoris, su dedo índice comenzó a introducirse en la entrada de la castaña logrando un poco de incomodidad por ser penetrada por sus dedos, pero el placer en su clítoris es el que más sobresale.
— Andrea... Voy... No aguanto — decidió ir un poco más rápido y un nuevo intruso entra en ella, ya son dos dedos que se mueven suavemente en su interior y el pulgar, que sigue haciendo su trabajo en el clítoris.
Los espasmos, los gemidos, la corriente en todo su cuerpo, el sudor de su frente, su respiración y los latidos de su corazón le indicaron el espectacular orgasmo de Carla, logrado que su cuerpo entero sea sacudido por pequeños temblores.
La rubia comenzó a subir su rostro besando cada parte del cuerpo de su chica hasta llegar a su boca; donde ambas se besan de manera tierna y la fricción entre la entrepierna de Andrea con la de la castaña, genera una sensación placentera. La rubia comienza a moverse de abajo hacia arriba.
— Te amo... ¡Si sigue así por favor! — al parecer el miembro de Andrea roza el clítoris de la castaña y de nuevo comienza a tener esa sensación de placer, que la hace delirar y ni siquiera la ha penetrado con su entrepierna.
— Yo... También te amo princesa — Andrea no para de jadear mientras observa el rostro de su chica, esos gestos que hace, esa boca entre abierta, le da la seguridad de que lo está disfrutando.
— Amor... Por favor, entra ya — le hizo caso, dejó de mirar a su chica para enfocar su mirada a su entrepierna, pero quería que su chica vuelva a tocar la cima del delicioso orgasmo.
Decide levantarse y agarra de la mano a su chica acostándola encima de ella, pero la espalda de la castaña choca con sus pechos. Andrea comienza a besar su cuello, a morderlo y lo mismo con su oreja izquierda.
El cuerpo de Carla comenzó a temblar al sentir como Andrea entra en ella y su dedo índice de la mano izquierda se instala de nuevo en su clítoris, masajeando suavemente.
— An... Andrea muévete por favor — comenzó a moverse suavemente, mientras ambas comenzaban a gemir de manera sincronizada.
El estrecho interior de la castaña aprieta su miembro creando la sensación más placentera que Andrea podía tener, su humedad hace que el trabajo sea más fácil.
— Me... Me gusta, lo siente Carla, dime que lo sientes... Dime que te gusta por favor — susurra en su oído, mientras sigue moviendo sus caderas y su dedo masajea su sensible clítoris.
— Me gusta, me gustas, amor.
El calor de esa habitación se hacía notar, sus sudores se estaban mezclando y esa habitación es testigo del más puro acto de amor entre ellas.
Carla no pudo aguantar más, su segundo orgasmo había llegado y mientras ella lo hacía, Andrea se deleitaba con esos sonidos que hace y aumento un poco la velocidad, hasta que ella por fin había recibido su gran alivio, se corrió dentro de su chica.