Heaven [ Harry Styles]

By miladyscaroline

620K 36.5K 8.5K

❝-Sabes que vas a ir al infierno por esto ¿no? -Le reprendí. -¡Que bueno! Porque soy alérgico al cielo.❞ More

Heaven
01. Entre la bala y la pared
02. Conociendo a mi objetivo
03. No me inspira confianza
04. ¿No tienes miedo de mi?
05. Peligro
06. Aléjate de el
07. Va a besarme
08. Muy cerca de mi objetivo
09. Te creo
10. Sentimiento erróneo
[Nota]
11. ¿Me trajiste flores?
12. ¡Jesucristo!
13. ¡Listo, me odia!
14. ¡Porque te vivo!
15. Celos y corazones rotos
16. Me duele tu tristeza
17. Te enamoraste
18. Tentaciones
19. Cena
Tu preguntas, Hoper responde.
20. Pasado rencoroso, pasado doloroso
21. Cada quien sufre su dolor
23. Egoista
24. ¿Hermanos?
25. Bajo mafia
26. Voy a encontrarte nena, lo juro
27. Ha terminado cariño, vayamos a casa
28. Estaremos bien, vamos a superarlo
29. Corres peligro junto a mi
30. Hospital
31. Tu nunca podrias perderme
32. Te pertenezco, me perteneces
33. Familia Styles
Nota: ES IMPORTANTE
34. Los Russo estan aqui
35. Vine por ti
36. en sus brazos
37. El amor tambien puede ser atemorizante
38. Nunca vuelvas atentar contra tu vida
39. Escena extra
40. EPILOGO
AGRADECIMIENTOS ...Y
Mis otras historias

22. Mi lugar mas seguro

12.4K 744 283
By miladyscaroline

Punto de vista de Anna.

La suave balada que suena en los altavoces inunda mis oídos satisfactoriamente, se siente agradable pero todavía no puedo creer como he dejado convencer a Sam que me trajera al club Alfa. No es como si nosotras pudiéramos pagar entradas para este lugar. ¡Jamás! Ni trabajando el verano entero, pero todo se reduce en que ella se ha vuelto muy cercana a Hoper, y el cómo todo un mafioso adinerado le ha obsequiado dos entradas para que cenemos aquí.

Las mesas están perfectamente decoradas y las cortinas brillantes le dan ese toque elegante al salón. Las lámparas encima de cada mesa color champaña y luces blancas navideñas a todo su alrededor. Ni siquiera recordaba que ya estábamos a un pie de navidad.

Hace tiempo escuche que este lugar se divida dependiendo de la edad. Y ahora comprendo, todos los clientes son adolescentes de entre dieciocho y veinticinco años.

— ¡Esta es la vida que yo me merezco! —Ella levanta su copa de Martini glacial y me guiña un ojo.

—Tú deberías estar trabajando. —Me cruzo de brazos y niego con la cabeza.

— ¿En serio piensas arruinar la noche? Tú, pequeña ingrata deberías estar embriagándote conmigo, date un respiro. Ningún hombre por más guapo, sexy y elegante que sea no puede esperar que una mujer se humille por él.

Digiero con aflicción sus palabras y espero que mi corazón comience a latir de nuevo, y que mis pulmones comiencen a funcionar otra vez.

—Annie, lo siento, no quise ser demasiado dura contigo.

Mi corazón está golpeando contra mi pecho pero aun así le regalo una sonrisa. Ella está siendo una buena amiga, la mejor de todas al ser sincera conmigo y aunque me duele el alma admitirlo, ella tiene razón.

—Está bien. —Trago con dificultad y mi voz no es estable—. Estoy bien.

Tomo mi copa y le doy un sorbo, siento como el Cosmopolitan raspa un poco mi garganta pero es bastante suave. Una de las bebidas más exquisitas que he probado.

La noche cae y casi ni he podido notarlo, el tipo de música ha cambiado a un reggaetón moderno y suave, dándole la oportunidad a los clientes bailar.

He logrado mantener mi mente ocupada y este es mi tercer cosmo de la noche, creo que demasiado para una chica que no está acostumbrada a tomar pero ayuda a aliviar mis penas. El sonido de la música se hace cada vez más fuerte y el salón que se suponía que era un restaurant adolescente se ha convertido en una discoteca moderna.

¿En qué momento paso?

— ¡Oh Dios! Amo es canción. —Sam chilla por encima del ruido de Bailando de Enrique Iglesias y se pone de pie—. Vamos a bailarla.

—Creo que te esperare aquí. —Rio y levanto mis menos al aire.

—Vuelvo enseguida.

Desparece entre la gente moviendo sus caderas y con la copa alta en su mano. No puedo evitar reír y tener un poco de envidia por ella. Está feliz y no existe nadie que haya roto su corazón, y eso es bastante envidiable.

A dos mesas lejos de la mía puedo ver como una pareja de novios están casi devorándose el uno a la otra, la manera en como él toma su mano y la lleva detrás de su cuello es lo más jodidamente tierno que he visto.

No puedo evitar sentir mi corazón hacerse añicos porque yo quiero eso, les envidio tanto. Me obligo a privar los sentimientos con frustración y me llevo el último trago de mi copa a la boca, cuando veo a venir a Sam bastante prendida.

Cuando dijo que esta era la vida que se merecía, lo decía bastante en serio.

— ¡Necesito casarme con Hoper si quiero esto toda mi vida! —Se tira sobre el asiento y suelta una carcajada.

—Eres una interesada. —Le regaño y niego con la cabeza en forma de reprobación.

— ¡Hey! Solo bromeo. Él es lindo. ¿Qué te puedo decir? Más allá de todo el dinero sucio que se gasta, es lindo.

Puedo ver una sonrisa boba en sus labios, una sonrisa que nunca había visto jamás.

— ¿Han salido?

—Sí, vinimos aquí justo el día que ustedes también lo haría. Se supone que iba a ser como una cita doble, pero ustedes jamás llegaron y no nos quedó de otra que cenar solos. —Se encoje de hombros y da un sorbo de su copa—. Después nos fuimos por ahí.

— ¡Samara! No me digas que tú y Hoper ya...

— ¡No Annie! No es lo que piensas, solo dimos una vuelta en su fabuloso auto, malpensada.

—Bien. —Rio por encima de la música y levanto mis manos al aire.

— ¿Sabes? —Ella me da una mirada pensativa y yo frunzo el ceño.

— ¿Qué?

—Con él es diferente, no necesito acostarme con él para pasarla bien. Y pude darme cuenta de que sus intenciones tampoco eran acostarse conmigo ese día, él fue muy dulce conmigo. Me sentí bien a su lado, él es fantástico Anna, él es... Él es...

Sé que ella no encontraba exactamente las palabras, pero yo las sabía perfectamente.

—Él es todo lo que tú necesitas. Y te lo dije, cuando llegue el día que realmente te guste alguien vas a expresarte de una manera diferente y lo estás haciendo.

—Okey, de acuerdo. ¡Demasiado romanticismo por hoy!

Se pone de pie en el momento que contesta su celular y se aleja unos cuantos pasos.

— ¿Te puedo ofrecer una copa? —Escucho una voz masculina lo suficientemente cerca, y giro mi cabeza porque no estoy segura de que sea conmigo.

Y puedo ver a un chico estatura promedio, ojos azules eléctricos y cabello rubio natural. Una sonrisa con dientes blancos que parecía sacado de comercial para pasta dental.

—Estoy bien así, gracias. —Le despido con cortesía pero él no se va.

—Entonces supongo que si me podrías conceder un baile.

Se acerca unos cuantos pasos pero yo inmediatamente me pongo de pie y me alejo, su olor a alcohol entra por mis fosas nasales y no lo siento agradable.

—Te lo agradezco mucho pero estoy bien así. —insisto.

— ¡Oh vamos! Es solo un baile.

—Lamento desilusionarte campeón, pero ella está conmigo.

Mi corazón late tan fuertemente en el momento que escucho aquella voz que podría jurar que se me saldrá por la boca, mis manos tiemblan y so incapaz de moverme. Espero a que el control de mi cuerpo regrese a mí porque no se quien tiene el control de el en este momento. ¡Y demonios! No soy yo quien lo tiene.

—Yo la vi primero compañero. —La voz del rubio hace que Harry de un paso al frente y puedo ver como su espalda se tensa.

—Mejor mueve tu asquerosa cara de mi vista antes que mi puño la adorne.

— ¿Sabes que soy invitado exclusivo de uno de los dueños de este lugar? —El cree que realmente podría intimidar a Harry, pero si no cierra su boca no puedo hacer nada para que Harry no se la parta.

— ¿Sabes que soy accionista de este club y puedo patear tu culo y sacarlo de aquí y prohibirte la entrada? —La sonrisa de Harry se ensancha y presiento que una pelea se armara ahora mismo donde yo soy el motivo.

— ¡Suficiente! Harry vámonos.

—Ella vendrá a este lugar cuantas veces le dé la gana y tú no si quiera voltearas a verla. ¿Entendido? —Me ignoro completamente.

Necesitaba sacarlo de aquí antes de que perdiera los estribos, pero aquello imbécil no ayudaba mucho provocándolo.

— ¡Vete al demonio! —Escupió con asco hacia Harry.

—Respuesta incorrecta.

Y eso fue suficiente para que el perdiera el control sobre sí mismo y la furia se apoderara sobre él, atestando tres golpes seguidos sobre el chico haciéndolo caer al piso, el intento defenderse lanzando una patada a las costilla de Harry que el rápidamente esquivo, provocando más su enfado enrolló sus puños en la camiseta y lo levanto del piso dándole una patada en la ingle seguido de un puño en la nariz haciéndole botar sangre.

¡Oh Dios Mío! Lo va a matar.

El otro chico se soltó de el con rapidez y deposito un puño en la nariz de Harry y al ver la sangre en su rostro se me puso la piel de gallina, nunca lo había visto así.

En el momento que él iba a volver a golpearlo me aferre a su espalda. Sé que estaba siendo una estúpida pero era la única manera que me vino a la mente de detenerlo.

—Por favor, para, por favor, por favor. —Mi voz se había vuelto un hilo y las lágrimas amenazaban con caer.

Su espalda tensa se fue recomponiendo y su respiración era un poco más pacifica que hace minutos.

Estaba enojada y quería salir corriendo de aquí, pero no podía dejarlo porque sé que lo mataría.

—Por favor, vámonos.

Tiro de su brazo y él pone resistencia por un momento hasta el punto de ceder, lo arrastro fuera del lugar evitando todas las miradas que caen sobre nuestras espaldas como dagas.

En el momento en que estamos afuera dejo salir toda la respiración que estaba conteniendo y me niego a mirarlo porque no me quiero venir abajo, no me quiero desmoronar frente a sus ojos, no cuando él se comporta como un idiota y luego quiere hacerse el Superman conmigo alejando a cualquier persona que tenga pene de lejos de mí.

Pero vuelvo a entrelazar sus dedos con los míos y camino en busca de mi auto.

— ¿A dónde vamos? —Su voz suena rota detrás de mi espalda pero me niego a dejar que eso me afecte, aunque las inmensas ganas de llorar quemen mis entrañas.

—Sube al auto. —Digo, una vez que desactivo la alarma y abro la puerta del copiloto.

Agradezco al cielo que lo haya hecho sin reproches y sin preguntar, porque estoy a nada de clavar mi puño en su cara sin remordimientos de que la suya este hecha un asco.

Conduzco a la velocidad que se me permite por las calles de chicago y en un momento pensé en llevarlo a mi casa pero luego recordé que mi padre debe estar ahí con Amanda y preferí que deberíamos ir a la suya, aunque sea un poco más lejos.

Deseo con todas mis fuerzas que lleguemos porque no aguanto este maldito silencio, el esta tan callado que me da un poco de pánico porque no tengo idea de que está pensando.

En el momento que llegamos le obligo a bajar y soy paciente cuando veo que se le dificulta un poco caminar, tiene una mano a un costado en su costilla, sé que probablemente le duele porque además de él darle una paliza a ese chico el recibió unos cuantos de su parte. Cuando nos acercamos a la puerta dos de los hombres que cuidan de la casa se alertan al ver a Harry golpeado a intentan acercarse y no era consciente de lo enojada que estaba hasta ahora.

—Ni se les ocurra acercarse.

Les señalo y ellos se quedan en su lugar asombrados, pero no me importa y me adentro a la casa obligando a Harry junto conmigo.

Lo arrastro por las escaleras con la intención de llevarlo a su habitación pero si más no recuerdo nunca he estado en ella, por lo que me detengo en el último escalón.

—Esa. —Señala con la barbilla la tercera puerta del pasillo.

Sin más caminamos allí y abro la puerta.

Me encuentro con una habitación el doble de grande que la mía con paredes blancas y unos cuantos cuadros antiguos adornándolas, la cama esta tendida con sábanas blancas y un edredón de animal print, a ambos lados hay dos mesas de noche y una lámpara, dos puertas una que es del baño por el icono que tiene pegado y otra que supongo que es del closet. Un televisor pantalla plana enorme y una consola de video juegos, en modo pausa.

Lo dejo sobre la cama y sin decir una palabra me voy al cuarto de baño y busco en la repisa una botella de alcohol y algodón en una de las gavetas. ¡Uau! Su baño tiene gavetas.

Una vez que vuelvo a la habitación me vengo abajo al momento de verlo, su expresión es casi sin vida hasta el segundo que sus ojos se traban en los míos, y la tristeza llego a su rostro casi inmediatamente, no pude evitar que el corazón cayera en el piso como cristales rotos pero me aferre a ese sentimiento y deposite una cachetada en su rostro. El no reacciono, simplemente bajo la cabeza y asintió, él sabía que se lo merecía.

Aplico el alcohol con el algodón en la comisura de sus labios y puedo ver ese pequeño corte en su ceja y la sangre casi seca en su nariz. ¡Odio verlo en este estado!

—No estés enfadada conmigo amor. —Casi me suplica que no lo este, casi.

Pero no quiero responder porque tengo las lágrimas amarradas a mi garganta.

— ¡Por favor! —Me insta—. No lo estés.

Aprieto mis labios con fuerzas y tomo un respiro antes de hablar.

—Ese es el problema. —Tiro en la cama el algodón usado y cojo otro para limpiar su nariz—. Haces todo para enojarme pero me pides que no lo esté.

Un silencio abrumador se apodera de la habitación por unos minutos.

Me giro sobre mis pies para botar lo usado en la papelera y sus brazos ms sorprenden por detrás, transmitiéndome todas las sensaciones magnificas del mundo. Y en mi defensa, cualquier mujer enamorada no podría poner resistencia ante ese semejante gesto.

—Lo siento. —Susurra en mi oído y su barbilla cae sobre mi hombre.

—No puedes ir por la vida golpeando a todas las personas que se me acerquen.

—Quiero mantenerse a salvo. —Casi responde por encima de mis palabras.

— ¿Y quién me mantiene a salvo de ti? —Me alejo para encararlo y me cruzo de brazos.

—Lo siento. —Repite como si un puñal se clavara en su corazón.

—No pretendas que un lo siento sea suficiente para arreglar lo que hiciste.

—Lo se Annie, y tienes toda la razón en estar molesta conmigo. —Traga saliva antes de seguir—. Es que simplemente ese soy yo, y no voy a poder detenerme cuando vea a alguien cerca de ti con la intención de lastimarte, con la intención de tocarte o besarte.

—Vas a tener que confiar en mí. —Tomo su rostro en mis manos y le obligo a mirarme—. Confía en mí, no hagas que me arrepienta de esto. No pretendo que seas otra persona, no pretendo cambiarte, así te conocí así te quise, así me enamore de ti, solo te pido que confíes en mí. No hay nadie en el mundo que quiera besar que no seas tú.

— ¿Estas enamorada de mí? —El me observa con tanta admiración que puedo jurar que el dolor se ha ido.

—Estoy enamorada de ti, pero nece...

—Shh. —Sus dedos se posan sobre mis labios y su frente cae sobre la mía—. Te vivo Anna Lee.

—Te vivo Harry Styles.

Y en ese momento, "te vivo" se convirtió en nuestro "te amo"

El besa suavemente en la sien de mi cabeza y me abraza, puedo escuchar el gemido de dolor que sale de su garganta.

—Lo siento. —Susurro con una media sonrisa alejándome de él.

—Estoy bien.

Le ayudo a sentarse en la cama y me arrodillo en frente de el para desabotonar su camisa, su pecho queda al descubierto un momento después y aquella serie de tatuajes que solo él podría lucir quedan al descubierto. Me pierdo tanto en ellos, por lo impresionantes que son y me gustaría saber cada uno de sus significados.

— ¡Uau! —Susurro casi alucinada—. ¿Por qué tantos tatuajes?

Él toma un respiro doloroso antes de responder:

—Todo lo que he tenido se me va, y es la única cosa que puedo tener permanente, lo único que me llevare a la tumba.

No puedo evitar que el corazón me lata dolorosamente rápido al escucharlo tan depresivo y tan lleno de dolor.

—Me encantaría ser un tatuaje de esos. —Digo en el momento que saco los zapatos de sus pies.

— ¿Te gustaría?

—Sí, también quiero ser permanente en tu vida Harry.

—Deja eso, ven aquí. —Tira de mi brazo hacia él y ambos caemos sobre la cama, el uno junto a la otra.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, ambos escuchando la respiración de cada uno y se siente agradable. Me gustaría estar así por mucho tiempo.

—Quédate esta noche. —Me pide.

—No puedo, mi padre me mataría si se da cuenta que no estoy en casa.

—De acuerdo, te llevare.

—Tú necesitas descansar, puedo moverme por mi sola.

— ¡Por favor Annie! Estoy bien.

Asiento porque sé que sería una completa lucha decirle que no con lo sobreprotector que es.

Se pone de pie y yo le sigo pero de pronto vienen a mí los recuerdos de porque nos habíamos molestado y la curiosidad es aún más grande que la primera vez.

— ¿Puedo preguntarte algo? —Pregunto detrás de su espalda y juego con mis dedos en el momento que él se voltea.

—Lo que quieras.

— ¿Por qué te pusiste así cuando conociste a Amanda? Yo entiendo si no me quieres responder es solo que...

—Ella fue mi novia.

— ¿Qué?

Pregunto, porque me estoy obligando a pensar que no escuche bien.

—Ella fue mi novia Anna. —Su expresión cambia por completo, pero no está enojado.

—Pero ¿Cómo? ¿Cuándo? No lo entiendo.

Pasaron exactamente treinta minutos mientras él hablaba acerca de Amanda, acerca de su pasado. Y mi corazón se rompía cada vez un poquito más, las lágrimas se acumulaban en mis ojos por todo el dolor que él ha tenido que pasar, por todas las tristezas que le rodean, por la vida de mierda que le impulso a llevar.

Pero mi corazón se termina de hundir porque yo también le falle, porque yo también soy como Amanda, porque yo iba a traicionarlo, porque yo iba a mandarle al reclusorio. Yo no lo merezco, pero tengo la esperanza de que el me perdone cuando tenga que contárselo, y ese día está cada vez más cerca.

— ¡Dios mío! Lo siento tanto.

Me aferro a él, me aferro a sus brazos, a su dolor, a su tristeza. Quiero borrar cada recuerdo doloroso que tenga de su pasado y no tengo idea de cómo hacerlo.

En la manera en como él hablaba de ella era tan fascinante que no creo que pueda amarme como lo hizo con ella, y tan solo pensar que ella podría hacerle eso a mi padre me hace querer arrancarle la cabeza con mucho dolor.

—Me quedare esta noche contigo. ¿De acuerdo? —Le digo, porque no soporto la idea de verlo tan roto y dejarle solo.

Lo llevo a la cama y le hago sentarse, limpio las lágrimas en su rostro y dejo un beso en su frente antes de girarme para ir por algo de ropa de el para cambiarme.

— ¿A dónde vas? —Pregunta y suena desesperado, como si yo fuese a dejarle.

—Solo voy a quitarme la ropa y ponerme algo cómodo.

—Yo puedo encargarme de eso.

Y antes de poder decir algo me lanzo sobre la cama y su cuerpo cayó encima de mí, pero todo su peso lo sostenía con sus brazos junto a mi cabeza.

Me beso con tanta pasión, con tanta fuerza, con tanto deseo, que casi estaba perdiendo el aliento. Su lengua vagaba dentro de mi cavidad mientras una de sus manos acariciaba mi muslo y apretaba de este haciéndome soltar un quejido.

El vestido floreado que llevaba estaba casi por encima de mi cintura donde el acariciaba frenéticamente. Otro gemido salió de mi garganta en el momento que su mano apretó con un poco de brusquedad mi seno izquierdo.

— ¡Ah! —Me quejo y tiro de él.

—L-lo siento. —Se aleja de mí rápidamente a una distancia sana, sus ojos son vacíos y llenos de vergüenza.

—Está bien. —Me acero a él, porque no quiero que se sienta así. —Solo necesito un poco de tiempo, no estoy preparada para esto aún. —Digo, porque es cierto, no estoy preparada.

Pero aun así, la manera tan brusca en cómo me tocaba me dio un poco de temor. Siempre espere que mi primera vez fuera bajo las estrellas y me trataran como lana, pero con Harry la brusquedad era lo más suave que podía recibir.

Lo abrace como si se me fuese la vida en ello, en ese momento sus brazos eran mi lugar mas seguro.

Continue Reading

You'll Also Like

331K 52.6K 26
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
1.5K 185 32
Quien dice que los vampiros se limitan a solo ser moustros chupa sangre, hay vampiros que llegan a suprimir esos deseos por enamorarse de una mortal.
315K 13.9K 69
Había pasado un año desde que Diego se había ido de Londres. Un año en el cual las cosas habían cambiado mucho. Lola había tratado de comunicarse con...
7.4K 777 23
Y si te dijera que el amor que sientes por una persona no es real, que todo es causa de una enfermedad, de un padecimiento. Elizabeth Cooper o simple...