Estallo en risas ante las palabras de mi hermano. Sus ojos se achinan mientras me mira, y niega.
—Ella es la culpable.
—Claro que no. —Me defiendo.
—El otro día estábamos en la calle, y se puso a gritar mi nombre cuando un grupo de adolescentes pasaba. Luego un montón de personas se dieron cuenta de mi presencia y tuvimos que correr como una milla para encontrar mi auto.
Observo a mi hermano con una sonrisa maliciosa e intento contener mi risa.
—Está bien, lo admito. Pero fue una muy buena broma. —Todos en la cabina sueltan una carcajada.
—¿Y qué pasó después? —El entrevistador pregunta.
—Bueno, nos metimos al auto y nos quedamos atrapados como por una hora porque los fans rodearon mi coche y no había como salir. Yo tuve que llamar a seguridad, y fue todo un lío. Mi madre terminó castigando a Sam por hacer eso.
—Si, y fue injusto. —Agrego.
—Te lo merecías.
—Claro que no. —Replico.
El entrevistador ríe. —Típica pelea de hermanos.
Después Niall y Josh, el entrevistador, se ponen a conversar de su nueva música y su vida amorosa y cosas así. Me excluyo de la platica, porque ya llevaba como diez minutos entre risa y risa con ellos, y sentía que mi presencia ya estaba de más en la entrevista de mi hermano.
Luego, cuando todo al fin acaba, nos vamos a comer, y Niall me dice que después me llevaría a un bar, para que pasara tiempo con él y sus amigos.
Estaciona el coche frente al restaurante y bajamos. Le da las llaves al chico de negro y sonríe.
Alguna personas comienzan a notar la presencia de mi hermano. Y yo me comienzo a poner incómoda.
Ingresamos al restaurante después de haber tomado las fotos de los fans de mi hermano junto a él.
—Sé que estás incómoda, Samy. Lo siento. —Me dice una vez que ya estamos en una mesa. Se ve algo apenado, aunque nada de esto es culpa suya.
—No es tu culpa. Además, ya me acostumbré. —Digo divertida.
Llega una chica para entregarnos la carta, y decidimos rápido que comeríamos lo mismo. Ravioles con salsa pesto.
—¿Quiénes se suponen que son estos amigos tuyos que dices que quieres que conozca? —Pregunto curiosa, mientras espero mi almuerzo-cena.
—Oh, son más amigos de Shawn, pero también míos.
—¿Ósea que Shawn estará allí? —Trato de disimular una mueca.
—Si, ¿por qué?
—Nada, solo pregunto. —Miento. Cambia rápidamente mi expresión a una sonrisa falsa.
Nuestra comida llega, y el olor invade mis fosas nasales. Si no como de una vez, empezaré a babear.
Un rato después, ya hemos terminado. Niall paga la cuenta, y salimos del restaurante. Pero apenas ponemos un pie afuera, cinco hombres aparecen cargando grandes cámaras.
Invaden de preguntas a Niall sobre si tiene novia, o algún drama del que quiera opinar, o simplemente como le está yendo en la vida. Él solo dice unas cuantas palabras y sonríe, tratando de ser amable, pero sé perfectamente que a veces se volvía agotador tener las cámaras en ti todo el tiempo.
Uno de los paparazzis me hace una pregunta e intento contestar con sinceridad, mientras Niall sigue charlando con otro hombre.
—Hey, Sam, los fans quieren saber sobre los rumores que han estado circulando en redes sociales sobre Shawn Mendes y tú, ¿qué tienes para decir? ¿Es verdad?
Me congelo por un segundo al escuchar lo que el hombre dice.
Niall aparece a mi lado de golpe, y se ve confundido. Luego mira al paparazzi. —¿Qué rumores? ¿Qué pasó con ella y Shawn?
—Muchos fans han estado comentando en redes sociales que Shawn y Sam tuvieron algo en la fiesta de Halloween de Hailey Bieber. —Dice el paparazzi. Lo quiero asesinar. —¿Acaso es cierto?
—Mi hermana no tiene porqué responder eso, lo siento. —Dice Niall inmediatamente, y se aleja, llevándome con él de la mano.
No dice nada, y entramos a su camioneta. Pone en marcha el coche y maneja en silencio por largos minutos.
Siento la tensión en el ambiente. Siento como Niall esta maldiciendo en su cabeza el nombre de Shawn y el mío. Sus manos sobre el volante se ven tensan. Sus nudillos se están tornando blancos. Está molesta, o eso creo. Pero estoy algo preocupada por lo que pueda hacer.
Doy un suspiro, apoyo mi cabeza sobre el cabezal del asiento. El tiempo pasa, pero no me ubico en dónde estamos.
Escucho que mi hermano apaga el coche. Abro los ojos de golpe, y me quedo mirando al techo, esperando a que diga algo. Pero él no se mueve, así que volteo un poco mi cuello, viendo su perfil.
—¿Ya llegamos? —Pregunto, utilizando mi voz de niña buena, intentado relajar la situación.
—Ajá. —Responde secamente.
Ahora si me preocupo. Él sabía que algo había pasado entre su amigo y yo. Maldición. Pero es que ¿cómo se hizo público algo que mantuvimos en secreto por razones obvias?
Niall sale primero del coche. Yo me muerdo las uñas por unos segundos, y luego bajo también. Pone el seguro, y entramos al local.
La música estaba bien. La iluminación era de colores, pero un tanto baja, aún así, era cómodo y se veía perfectamente.
Sigo caminando al lado de mi hermano, hasta que nos dirigimos a una mesa en una de la esquinas. Estaba rodeada de puros hombres, e inmediatamente me pongo nerviosa.
Lo veo a Shawn, concertado en su móvil, se ríe, y luego dirige sus ojos a mí. Su expresión cambia a una de sorpresa o algo así. Luego ve a mi hermano, y como si no hubiera notado mi presencia, se pone de pie y saluda a Niall.
Me siento ofendida, me da un poco de cólera, pero lo dejo pasar y también lo ignoro. Niall después me presenta a los otros chicos de la mesa. Mientras pasa el tiempo, me parecen muy divertidos, y río junto a ellos cuando hacen sus chistes.
Aunque la estaba pasando bien, intento mantenerme fuera de la conversación. Es solo que, Niall había estado actuando distante todo el rato, y Shawn estaba sentado a mi lado. Nada más incómodo que eso podía pasarme, así que había decidió quedarme callada y solo reaccionar en la charlas divertidas.
La chica que estaba atendiéndonos, finalmente llega con mi orden. Había pedido papas fritas y una soda. Deja la comida frente a mí, y le agradezco antes que se vaya.
Tomo un sorbo del vaso, pero casi me atraganto cuando siento una mano posarse en mi rodilla.
—¿Qué haces? —Murmuro, moviéndome un poco para el lado de Shawn. Me aseguro que mi hermano no nos vea, sino, probablemente se armaría un lío.
El canadiense no responde, pero su mano sube por mi piernas, llegando al cierre de mi jean. Bueno, felizmente que estaba con pantalón, sino, el descarado se hubiera atrevido a meter su mano más a fondo.
Me muerdo la lengua para no soltarle ninguna grosería. Y quizá se estén preguntando ¿por qué me molesta su acción? Pues, es simplemente que Niall está frente a nosotros, y si Shawn quería repetir lo que hicimos aquella vez en la fiesta de Hailey, entonces tenía que encontrarnos algún lugar privado.
Vaya que si quería repetir lo de esa vez. Él fue tan amable, y brusco a la vez, y lo sexy que se veía sobre la cama, sobre mí... Uff... Mejor no me meto en detalles, que sino voy a comenzar a sudar.
—Shawn, basta, por favor. —Pido.
Él mantenía su mano sobre el cierre de mi pantalón. La cosa es que, ahora estaba haciendo círculos sobre eso, provocándome escalofríos.
—Si quieres que me detenga, acompáñame al baño. Ya sabes para qué. —Susurra, y saca su mano.
Le doy una mirada rápida mi hermano. Él está conversando con uno de los chicos, Jon o algo así se llamaba. Aprovecho que parece más relajado, y me disculpo para irme al baño. No sé si Niall se inmuta que desaparezco, pero no me importa.
Busco al camino al baño, ya que es la primera vez que venía a éste lugar, y pues, estaba un poco perdida. Doblo a un pasillo, pero inmediatamente me doy cuenta que no es la dirección al baño. Luego vuelvo por donde vine, y paso cerca de la mesa en dónde estaban los demás. Me aseguro que no me noten, y me apresuro para irme a otro pasillo.
Le pregunto a uno de los que trabajan ahí, y me indican dónde están los servicios.
Llego al fin. Empujo la puerta, y entro. Me recuesto en el lavado, y espero a que Mendes venga. Bueno, si es que venía. Tal vez, solo estaba bromeando, y yo, de necesitada, acepté.
En todo caso, diré que en verdad necesitaba usar el baño.
Pero bueno, no me juzguen. No había tenido un buen polvo desde esa noche con Shawn, y en verdad extrañaba esa sensación y el placer que él provocaba en mí.
La puerta se abre. Su figura alta se aproxima a mí, y se coloca a mi lado.
—¿Aseguraste la puerta?
—No te preocupes por eso. —Asegura. —¿Qué quieres hacer ahora?
—No lo sé. Tú me dijiste que venga.
—Tenemos menos cinco minutos para que Niall se dé cuenta que no estamos.
—No creo que necesitemos más. —Digo confiada.
Shawn sonríe de lado, se levanta y se viene encima mío. Me agarra el cabello y me acorrala contra el lavado. Pone uno de sus brazos al costado de mi cuerpo, y con el otro, intenta desabrochar mi pantalón.
—Él lo sabe.
—¿De qué hablas?
Suelto un bufido, y me separo de Shawn. Le miro los labios enrojecidos, y luego me fijo en sus ojos. Llenos de deseo, igual que yo.
—Niall sabe que algo pasó entre los dos.
—¿Cómo? Prometimos que no le diríamos a nadie.
—Si sé, pero alguien nos debe de haber visto. Hay rumores, y yo ni siquiera lo sabía. Un paparazzi me preguntó antes de venir, y Niall estaba ahí. Hubieras visto su cara, se le quería tirar encima al tipo. Y en el Camino para acá, no me habló para nada. ¿No lo has notado medio distante conmigo?
—Bueno, tienes que negárselo. Estoy jodido si se entera que me estoy tirando a su hermana.
—La cosa es que, no quiero mentirle.
—Sam, tienes qué. No quiero dejar de verte solo haber roto un estúpido código de amigos. —Me mira como si estuviese hablando en serio.
¿De veras acaba de decir que no quiere dejar de verme? Es significaba que ¿tal vez tenía sentimientos hacia mí?
No sé cómo sentirme, lo único que sé, es que quiero sentirlo dentro mío, y si seguíamos con la platica, no acabaríamos nunca.
—Hablaremos de esto luego, ¿si?
Shawn solo asiente repetidas veces, como medio desesperadito, y sigue con su trabajo. Se baja un poco el pantalón junto con su ropa interior, y yo hago lo mismo. Shawn me agarra las caderas, y yo sostengo su miembro, mientras él se empuja hacia mí, metiendo su amigote entre mis pobres piernas.
Pero... ay, se siente tan bien. Esos comerciales de máscaras de pestañas que te dicen que su producto es "Mejor que el sexo", es una completa mentira. No hay nada mejor que el sexo.
Me agarro de la espalda gruesa del canadiense, clavo mis dedos en su camisa, mientras él embiste con más fuerza contra mí. Me lleno de escalofríos, de placer, satisfacción, y todo lo bueno del mundo. Joder, es que esto es el paraíso.
(...)
Me despido de todos. Al ultimo, beso la mejilla de Shawn, y aprovecho la oportunidad de nuestra cercanía para darle un apretón a sus bolas. Lo escucho soltar una maldición. Cuando me separo, él me mira con una sonrisa divertida.
Le sonrío a medias, y entro a la camioneta de mi hermano.
A mitad de camino a casa, el ambiente se siente más relajado. Por esa razón, me atrevo a lanzar mi inquietud. Y ruego porque Niall se lo tome bien.
—Te he notado un poco diferente después que hablaste con el paparazzi.
Me muerdo el labio, nerviosa por la respuesta que él me vaya a dar.
Bufa. Sin dejar de manejar, me lanza una mirada rápida, luego vuelve sus ojos a la carretera.
—Supongo que tú sabes la razón, ¿no? —Dice, dando vuelta en la curva.
Empiezo a mover mi pierna, desesperada, porque sé perfectamente que hay algo más que él tiene que decirme. ¿Por qué no lo escupe de una vez? Estaba matándome de impaciencia.
—No la sé. —Murmuro. Pero obvio que estaba mintiendo. La razón me la sabía al derecho y al revés. Me estaba cogiendo a unos de sus mejores amigos, y aún así tenía la cara de mentirle.
—Bien. ¿Quieres saber por qué he estado distante? Pues, me he enterado que Shawn y tú se acostaron. Así de claro como lo dijo el paparazzi, pero no sé si sea cierto. Nadie me lo ha confirmado o negado, ni siquiera tú.
Me quedo en silencio unos segundos. Pero caigo en cuenta que cuánto más callada me quede, más me delataría, así que sin pensarlo, lo niego todo.
—Solo es un rumor. Yo ni siquiera sabía de eso hasta hoy.
—¿Cómo si quiera surgieron esos rumores, Sam?
—No lo sé. Supongo que algunas personas confundieron las cosas. Shawn y yo estuvimos juntos en la fiesta de Hailey, conversamos un rato, pero eso fue todo. —La mentira me sale natural. —Te lo prometo, Niall. Nunca haría algo así. Ni siquiera me gusta Shawn.
—Bien. —Suspira. —Siento haberme comportado como un idiota. Tuve que habértelo preguntado antes de actuar.
—Está bien.
Exhalo. Me siento como una total imbécil al mentirle tan descaradamente. Supongo que es necesario, pero es mi hermano, y... me siento mal.
(...)
Jadeo cuando siento su lengua introducirse en mí. Me agarro fuertemente de las sábanas. Tenso los pies, y encojo las piernas. La sensación tan exquisita me recorría hasta los dedos de la manos.
—¿Hablaste con él?
Asiento, sin poder pronunciar alguna palabra. Las maravilla que hacía Shawn me dejaban muda.
—¿Sam?
—Si, maldición. Continúa, Shawn. —Reniego.
Escucho la risa del castaño, y luego vuelvo a sentirme como en el cielo.
Arqueo la espalda. No sé qué está pasando allá abajo, pero Shawn era un profesional.
Me había escabullido del departamento de mi hermano para venir a visitar a Shawn. Aunque sea solo por un rato, pero lo necesitaba. Y bueno, era tarde, pero yo me salí con la excusa que iba a ir a comprar un poco de comida. Como Niall se había creído la mentira, entonces ya no corría ningún riesgo de ser descubierta, y me dejó ir sin preguntar nada.
Shawn se recuesta a mi lado, después de complacerme. Se gira un poco, quedando apoyado sobre un brazo, y me observa con una sonrisa picarona, de esas que te derriten.
—¿Y?
—¿Qué? —Lo miro divertida.
—¿No tienes nada que decirme?
—Creo que deberíamos hacer esto más seguido.
—Estoy de acuerdo. ¿Pero qué hay de tu hermano?
—Él no tiene porqué ser un problema.
—¿Tienes cómo manejarlo?
—No te compliques la vida, Shawnie. Este será nuestro pequeño secreto. —Digo, acercándome a su rostro. Delineo con mi dedo sus labios.
—¿Otro más?
Sonrío coquetamente. Me gustaba la idea, y me gustaba él. Así de simple. Así que asiento.
—Y tendremos muchísimos más.