Heaven [ Harry Styles]

By miladyscaroline

620K 36.5K 8.5K

❝-Sabes que vas a ir al infierno por esto ¿no? -Le reprendí. -¡Que bueno! Porque soy alérgico al cielo.❞ More

Heaven
01. Entre la bala y la pared
02. Conociendo a mi objetivo
03. No me inspira confianza
04. ¿No tienes miedo de mi?
05. Peligro
06. Aléjate de el
07. Va a besarme
08. Muy cerca de mi objetivo
09. Te creo
10. Sentimiento erróneo
[Nota]
11. ¿Me trajiste flores?
12. ¡Jesucristo!
13. ¡Listo, me odia!
14. ¡Porque te vivo!
16. Me duele tu tristeza
17. Te enamoraste
18. Tentaciones
19. Cena
Tu preguntas, Hoper responde.
20. Pasado rencoroso, pasado doloroso
21. Cada quien sufre su dolor
22. Mi lugar mas seguro
23. Egoista
24. ¿Hermanos?
25. Bajo mafia
26. Voy a encontrarte nena, lo juro
27. Ha terminado cariño, vayamos a casa
28. Estaremos bien, vamos a superarlo
29. Corres peligro junto a mi
30. Hospital
31. Tu nunca podrias perderme
32. Te pertenezco, me perteneces
33. Familia Styles
Nota: ES IMPORTANTE
34. Los Russo estan aqui
35. Vine por ti
36. en sus brazos
37. El amor tambien puede ser atemorizante
38. Nunca vuelvas atentar contra tu vida
39. Escena extra
40. EPILOGO
AGRADECIMIENTOS ...Y
Mis otras historias

15. Celos y corazones rotos

12.9K 749 213
By miladyscaroline

Punto de vista de Anna

Me siento superficial, patética, acomplejada y desequilibrada.

He pasado una semana entera reprochándome como he podido hacer aquello, como he podido dejar que me besara, e incluso, de yo haberlo besado. No he contestado sus llamadas desde aquella noche, ni sus mensajes que se va aparecer en la puerta de mi casa si no soy capaz de enviarle una respuesta, ahora se cree con algún derecho sobre mí. Por un exquisito y majestuoso beso que yo no desee pero se sintió fenomenal.

He tratado de mantener mi mente ocupada en mi reporte, no crean que lo he tirado todo por la borda. He redactado un buen argumento y reproduzco la voz de Harry en mi grabadora un par de veces para asegurarme que lo que hace es ilegal y yo tengo que hacer lo correcto.

Antes de meterme a la ducha el sonido escandaloso de mi celular suena, por lo que lo cojo de la cama y el nombre se Sam parpadea en medio de la pantalla.

Antes de que pueda decir algo ella lo hace, como siempre.

— ¿Me creerías si te digo que me he enamorado del hombre más bestial y magnifico en la cama? —No puedo evitar reír, por el poco pudor que ella tiene.

—Probablemente te diría que eres una psicópata sexual, y que no te has enamorado. Porque cuando lo hagas no te expresarás así.

Escucho una carcajada al otro lado de la línea y sé que tengo toda la razón.

—Esperaba escuchar un: Si Sam, te creo. Pero arruinas la frase. —Se queja y sé que aún está bromeando.

— ¿De quién se trata? —Pregunto, porque todos los chicos con quien se mete suelen ser de nuestro antiguo colegio.

—Se llama Sean Di castro y es un papito mi rey. Como dirían los latinos.

No me suena en lo absoluto.

— ¿De dónde es? No he escuchado acerca de él.

Me despojo de mi ropa mientras es mi hombro quien sostiene mi celular.

—Es nuevo en la ciudad, lo conocí hace una semana en la fiesta de Lucrecia. ¡Tienes que conocerlo! Le hable de ti, y me dijo que podríamos ir al coctel de hoy de verano. —Escucho la emoción en su voz, pero no de una chica enamorada. Cuando realmente la vea así, valdrá la pena conocer al chico quien lo haya logrado.

—No lo sé, tengo que hacer un par de cosas hoy—. Digo porque es cierto, pero no quiero decirle acerca de mis dudas sobre entregar el reporte.

—Te llamare en un par de horas para quedar de acuerdo, ya está dicho. —Antes de que pueda quejarme, corta al otro lado de la línea.

...

Estoy siendo paciente y trato de que los nervios no me dominen, estoy de pie en frente de la oficina del señor Lincoln, su secretaria me mira de pie a cabeza confundida como si a quien viera se tratara de una psicópata desenfrenada. La comprendo, yo me vería igual.

— ¿Se encuentra usted bien señorita Lee? —Pregunta ella, regalándome una sonrisa calmada.

Yo asiento y le regalo la misma sonrisa, con la diferencia que la mía es fingida. Observo mis manos y estas sostienen la carpeta donde tengo toda la información que he conseguido de Harry, casi arrugando el material.

¿Qué demonios pasa conmigo? Se supone que estoy haciendo lo correcto.

—Puede pasar. —La secretaria me hace seña con sus manos y trago con dificultad cuando la puerta se abre.

Camino a pasos lentos como si jamás quisiera llegar ahí.

Es como si algo estuviese reteniéndome.

Preparo mi mejor sonrisa para ser recibida con un apretón de manos de parte del señor Lincoln.

—Anna, que bueno verte por aquí. —Me regala una sonrisa esperanzada y me hace señas para que tome asiento, lo hago—. Pensé que podría tenerte aquí la próxima semana, dime. ¿Qué me tienes?

Tengo las palmas sudorosas, y mi corazón está latiendo con fuerza sobre mis costillas.

¡Tengo que hacerlo! ¡Tengo que hacerlo! Intento prepararme mentalmente, intento hacer lo correcto. Estoy haciendo todo lo que está en mis manos para parecer segura de mi misma.

Estiro la carpeta que tengo en mis manos y la dejo en su campo de visión. Él se asombra y su mirada cae penetrante sobre mí.

— ¿Esto es...

—Sí. —Le interrumpo, antes de arrepentirme.

Quiero que lo abra, lo vea, me de el trabajo. Y que todas estas dudas desaparezcan.

—Déjame decirte que me sorprendes Anna. —Me halaga y saca los papeles para darle una mejor vista.

Mi corazón ruge feroz y me siento enferma por lo que estoy haciendo, quiero que acabe rápido por amor a Dios.

Le da una vista a la primera página y enarca sus cejas, sorprendido. Lee por unos segundos, lo sé por la manera en que sus ojos se mueven de principio a fin, estoy tan nerviosa, eufórica y desenfrenada que juego con mis dedos.

—Veamos de quien se trata. —Dice, una vez que va a pasar la página.

¡No! Me grita una voz en mi interior, no lo permitas.

Arranco las hojas de sus manos y él se sobresalta. ¿Qué demonios estoy haciendo?

Estúpida.

Estúpida.

Mil veces estúpida.

— ¿Qué pasa? —Frunce el ceño y se pone de pie.

—L-lo siento. —Digo para mí misma—. Tengo que irme

Aprieto los ojos con fuerza y corro, salgo corriendo de ahí.

— ¡Anna!

Le escucho llamarme a mis espaldas pero no puedo detenerme, no puedo hacerle esto, no puede mandarlo al reclusorio, no quiero hacerle esto a él.

Mis labios tiemblan y las lágrimas se han acumulado en mis ojos, pero no les permito salir, estoy enojada y desconcertada.

Camino por cualquier lugar de la ciudad con aquellos papeles pegados a mi pecho, justo donde mi corazón está latiendo pausadamente.

En estos momentos mi corazón es un gran pozo de penas, de dudas, de desconciertos, de vergüenza, necesito desahogarme, necesito pedirle perdón a mi madre por la estupidez que acabo de hacer.

Cruzo la calle en cuanto el semáforo cambia y en menos de dos minutos estoy de pie en la puerta de la iglesia, donde solía venir con mi madre cada domingo, pero desde su muerte he dejado de venir, me siento una ingrata mal agradecida por eso.

Arrastro mis pies adentro y solo el silencio es quien adornar el lugar, trago el nudo que se ha formado en mi garganta y me siento en uno de los bancos, para después colocarme de rodillas y entrelazar mis manos, siento como todos y cada uno de las figuras de yeso me observan con vergüenza, como si estuviesen decepcionados de mí, siento como mi corazón ha sido triturado y molido, no sé qué decir no sé qué pensar.

Doy un respingo cuando una voz suena a mis espaldas.

— ¿Te puedo decir algo? —Giro mi cuello, y me encuentro con el sacerdote que siempre nos recibía a mí y a mi madre con gran bienvenida.

Ella era bien recibida en cualquier lugar, y yo... Yo soy un fracaso.

Asiento, porque necesito una palabra alentadora.

—Si estas atravesando un infierno solo sigue adelante hija, probablemente llegues a las puertas del cielo. —Me regala una sonrisa y me congelo.

— ¿Y qué pasa cuando siento que estoy haciendo lo incorrecto?

—A veces lo incorrecto, es hacer lo correcto.

...

Me desplomo en la cama, consciente de que la noche estaba comenzando a caer y me consumiría.

Su nombre retumba en mi cabeza como si alguien me lo estuviera susurrando al oído una y otra vez, pero es imposible porque estoy absolutamente sola. Cierro los ojos y su imagen aparece en mi campo de visión, como si estuviera justo aquí.

¿Qué está pasando conmigo? ¿Qué estás haciendo conmigo Harry Styles?

La pantalla de mi celular alumbra y tengo un nuevo mensaje de Sam.

"Baja"

Me incorporo en la cama y le envío una respuesta inmediata para luego volver a tumbarme.

"Sube"

Segundos después, la observo entrar por la puerta de mi habitación, escandalosamente hermosa, su melena larga atada a un moño alto y un vestido ajustado de playa.

— ¿Se puede saber porque todavía no estas lista? —Pregunta y se cruza de brazos.

—Porque no pienso ir a ningún lado. —Digo, porque sinceramente mis ánimos no están disponibles para un coctel playero.

—De ninguna manera voy a dejarte aquí sola. —Camina hacia mi armario y comienza a hurgar en el—. Necesitas distraerte Anna, últimamente te he visto devastada, además allá afuera hay alguien quien espera por ti.

— ¿De qué estás hablando? —Pregunto, porque no entiendo a qué se refiere.

—Averígualo por tu cuenta. —Sube y baja sus cejas mientras observo como saca una falta blanca y la tira en la cama.

Me asomo a la ventana y puedo ver un auto grisáceo con un chico recostado sobre el capo y junto a él una moto con Jacob sobre ella.

¡Mierda! Olvide que hace una semana había quedado en ir con él al coctel.

Y finalmente Sam termino por convencerme, estábamos en el estacionamiento y aun desde aquí se escuchaba el sonido de la música electrónica.

— ¿No querías venir? —Escucho a Jacob hablar junto a mí, una vez que Sam y Sean se han ido hacia la arena.

—Por supuesto que quería venir. —Digo, pero miento.

Me sonríe y entrelaza sus dedos con los míos.

Una pequeña corriente me sobrecarga, pero no lo suficiente. No estoy segura de estar emocionada de tener a Jacob tomando mis manos como lo estuve hace un par de semanas.

Todos mis sentimientos se han mezclado y no se ha dónde han ido a parar.

Nos empujamos entre la multitud eufórica hacia la barra improvisada de cocteles.

Me siento sobre un banco hecho de pajas y él toma lugar a mi lado, la sección de la playa ha sido adornada perfectamente, en lugar de los focos alumbrar el lugar, lo hacen un par de fogatas a nuestro alrededor.

— ¿Quieres algo de tomar? —Jacob pregunta sobre el ruido de la música.

—Por ahora no. —Uso su mismo tono acompañado de una sonrisa—. Iré a buscar a Sam, vuelvo ya mismo.

El asiente y yo comienzo a caminar sobre la fría arena que masajea mis dedos.

Me acerco un poco a la orilla de la playa donde hay menos gente y puedo tener una mejor vista. Busco a Sam entre la multitud pero no tengo señales de ella.

En cambio mi núcleo principal se detiene en seco cuando lo veo a él. Espere de todo, menos verlo a él aquí, sonriendo y una oleada de tristeza estrella contra mi corazón cuando veo la compañía sobre su regazo.

Lucrecia.

Mis ojos están centrados en la escena y mi corazón se hincha y se rompe al mismo tiempo, no sé porque me estoy sintiendo de esta manera. Pero basto con solo verlos a ellos juntos para sentir como los celos se filtran en mi sistema.

No puedo evitarlo.

Estoy celosa.

Quiero ir ahí y obligarla a que se levante y se vaya, porque ese debería ser mi lugar, soy yo quien debería estar sobre sus piernas y no ella.

Mi mandíbula se tensa pero de inmediato me obligo a levantar la cara, no puedo sentirme así, no debo sentirme así.

No tengo el corazón roto, no estoy llorando, no siento nada. Trato de repetírmelo, aunque no me lo creo porque me siento todo lo contrario. Pero el orgullo y la dignidad no me permiten seguir admirando esta situación.

Cierro mis ojos y giro sobre mis talones para volver a la barra donde he dejado a Jacob, estoy tan conmocionada que no soy capaz de seguir buscando a Samara.

Al llegar me encuentro con Sean y no con Jacob, al conocerlo él no me cayó como monedita de oro. Es bastante guapo pero no creo que sea un buen tipo para mi amiga.

—Hey. —Me saluda una vez que me ve llegar.

Le regalo una sonrisa pero no respondo a su saludo.

— ¿Y Sam?

—Está bailando con Jacob.

¿Con Jacob?

— ¿No se supone que debería bailar contigo? Es tu chica.

Él sonríe y no entiendo que le hace tanta gracia.

—A ambos les gustaba la canción que sonaba, así que... —Se encoje de hombres—. Pero esta si me encanta, ven —Me tiende la mano—, bailemos.

Dudo por un momento en cogerla, pero lo hago porque así puedo conseguir a Sam en la pista de baile.

La canción es verdaderamente increíble para bailarla con la persona indicada, pero él no lo era, por lo que trataba de mantener un gran espacio personal.

Él me toma por la cintura y acerca mi cuerpo a él, mientras tararea el ritmo de la canción en mi oído.

—Bailas muy bien. —Susurra en mi oído y su respiración cae sobre mi cuello—. No me imagino que otras cosas puedes hacer bien.

— ¿Perdón? —Pregunto y me alejo un poco, porque su comentario fue bastante inapropiado, y más en ese tono.

—Que bailas muy bien. —Dice, pero trata de evadir lo que acababa de decir después de ello.

—Creo que iré a buscar a Sam. —Le digo en un tono severo y trato de soltarme de él.

Pero sus manos se clavan en mi cintura y pega mi cuerpo al de él.

— ¿Qué estás haciendo? —Forcejeo para soltarme, pero es evidente que su fuerza me sobrepasa.

—Algo que te va a gustar.

Antes de que pueda quejarme, sus labios caen sobre los míos e introduce su lengua en mi boca, la muerda y el me libera, pero una vez que intenta volver a besarme lo empujo lejos y por encima de su hombro puedo ver los ojo acuosos de Sam.

¡Oh no, no, no!

— ¡Sam!

Grito, al salir corriendo en su dirección, la veo alejarse descalza por el estacionamiento sin ninguna intención de detenerse.

— ¡Sam espera! No es lo que parece.

Se detiene en seco y puedo ver como sus hombros suben y bajan, gira su rostro hacia y hay lágrimas y decepción en sus ojos.

— ¿Qué se supone que fue eso? ¿Cómo pudiste?

—No Sam. —Me acerco pero ella se aleja—, las cosas no fueron así.

—Déjame en paz ¿Quieres? Nunca pensé que me pudieras hacer algo tan bajo, a mí. —Coloca sus manos sobre su pecho desconcertada—, que soy tu mejor amiga.

—El me beso Sam, yo jamás te haría algo así, ese tipo es un bastardo. Por favor créeme.

Las lágrimas caen por mis mejillas por el solo hecho de pensar que la puedo perder a ella.

—No quiero volver a verte, desde hoy, dejamos de ser amigas Anna Lee.

Mi corazón se rompe en mil pedazos con sus palabras.

Continue Reading

You'll Also Like

10.2K 561 51
Introducción... Dos reinas dieron a luz el mismo día sin saberlo,un varón y una hembra,Adelaiyah Tremblay y Shawn Mendes.En un encuentro se enteran d...
128K 5.8K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
880 74 4
Una extraña transmisión invade en todos los televisores del Ark
215K 14.4K 87
Esta es la historia de Mina Vans; una joven huérfana, internada desde su nacimiento en un orfanato londinense, comienza una tierna amistad con un jov...