𝘊𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰𝘴 [𝘏𝘢𝘪𝘬�...

By AgenteReimers

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Las familias más ricas de la prefectura de Migayi se encuentran en un punto de contratos importantes, siendo... More

Pяσ́lσgσ
𝑼 𝑵 𝑶
𝑫 𝑶 𝑺
𝑻 𝑹 𝑬 𝑺
𝑪 𝑼 𝑨 𝑻 𝑹 𝑶
𝑺 𝑬 𝑰 𝑺
𝑺 𝑰 𝑬 𝑻 𝑬
𝑬𝑺𝑷𝑬𝑪𝑰𝑨𝑳 𝑫𝑬 𝑵𝑨𝑽𝑰𝑫𝑨𝑫 2019
𝑶 𝑪 𝑯 𝑶
𝑵 𝑼 𝑬 𝑽 𝑬
𝑫 𝑰 𝑬 𝒁
𝑶 𝑵 𝑪 𝑬
𝐷 𝑂 𝐶 𝐸
𝑻 𝑹 𝑬 𝑪 𝑬
𝑪 𝑨 𝑻 𝑶 𝑹 𝑪 𝑬
𝑄 𝑈 𝐼 𝑁 𝐶 𝐸
𝑫 𝑰 𝑬 𝑪 𝑰 𝑺 𝑬́ 𝑰 𝑺
𝑫 𝑰 𝑬 𝑪 𝑰 𝑺 𝑰 𝑬 𝑻 𝑬
𝑫 𝑰 𝑬 𝑪 𝑰 𝑶 𝑪 𝑯 𝑶
𝐸𝑆𝑃𝐸𝐶𝐼𝐴𝐿 𝐺𝑂𝐿𝑃𝐼𝑍𝐴𝑆 𝐴 𝐻𝐼𝐾𝐴𝑅𝑈 + 𝑁𝑈𝐸𝑉𝐴 𝑃𝑂𝑅𝑇𝐴𝐷𝐴
𝑫 𝑰 𝑬 𝑪 𝑰 𝑵 𝑼 𝑬 𝑽 𝑬
𝑽 𝑬 𝑰 𝑵 𝑻 𝑬
𝑽 𝑬 𝑰 𝑵 𝑻 𝑰 𝑼 𝑵 𝑶
𝑉 𝐸 𝐼 𝑁 𝑇 𝐼 𝐷 𝑂́ 𝑆
𝑽 𝑬 𝑰 𝑵 𝑻 𝑰 𝑻 𝑹 𝑬́ 𝑺
v e i n t i c u a t r o
v e i n t i c i n c o
v e i n t i s é i s
v e i n t i s i e te

𝑪 𝑰 𝑵 𝑪 𝑶

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By AgenteReimers

Los días de clases y deberes del club transcurrieron de forma tranquila; por parte de los chicos del club de Volleyball tenían ya programado algunos partidos de práctica con otras escuelas, también sucedió con los otros clubes, por ejemplo el de fútbol y béisbol. El club de Gimnasia Rítmica no se quedaba atrás, tenían programado encuentros con otras escuelas muy pronto, por eso ya debían elegir sus pasos para los esquemas y empezar de cero para ir al campeonato anual y llegar su más alto objetivo.

Era viernes, y mucho de los estudiantes al final del horario de clases de reunían para ir diferentes lugares a celebrar su primera semana de supervivencia en la escuela. Lo de segundo lo hacían por eso, en cambio lo de tercero iban por ser su último año y lo de primero iban con sus nuevos grupos a hacer sus primeros recuerdos.

Los chicos de los clubes debían responder por sus deberes en cada uno. Y la tarde pasó con risas, órdenes y algún que otro regaño, pero finalmente todo resultando bien para el final del día. Que todos estaban más que cansados por la primera semana de clases, algunos de ellos ya recibían trabajos y fechas de examenes próximos. Y con el último saludo de despedida con los compañeros se abre paso al gran y tan esperado fin de semana.

Shouyou estaba en el vestidor cambiándose de ropa a más cómoda para ir a su hogar, a un lado estaba Tobio, de reojo observaba el cuerpo del menor. Blanco como la porcelana y cabellos anaranjados que le traían paz, sin embargo, algo llamó su atención. No tenía un tatuaje en el brazo izquierdo. Y sin pensándolo mucho preguntó al chico:

- ¿Por qué no tienes tatuaje?.-

Shouyou no respondió al instante, ya que tan solo la voz de Tobio lo paraliza, además de que cayó en cuenta de que lo estaba observando cuando estaba sin camisa, sonrojándolo hasta las orejas. Trató de responder la pregunta concentrándose sólo en eso, pero le era inevitable ver el cuerpo del peliazul.

- Bu-Bueno... Es porque mi alma gemela falleció cuando yo tenía diez años.- dijo lo más natural posible, pero tan sólo recordar que su alma gemela murió tras un accidente de camión, quien era su amigo del jardín de niños, le dolió. Pensó que ya lo tenía superado, y realmente cree que lo está superando de a poco, con Tobio.

- Uoh... Lo siento por eso.- por un momento se arrepintió de la pregunta, en realidad fue algo estúpido, ya que sabe perfectamente lo que sucede cuando las personas no tienen un tatuaje.

- No lo sientas... Fue hace mucho. ¿Tú... tienes tatuaje?.- preguntó para cambiar el rumbo de la conversación, pero sútilmente.

- Sí, es una forma hecha por dos rombos, uno vertical y otro horizontal.- le mostró el tatuaje de su brazo al anaranjado.

De allí comenzó otra conversación que a Kei le cansaba bastante; durante todo el entrenamiento, el más bajo y el pelizaul se estaban gritándose sobre quién es mejor rematando el balón, ganado Shouyou por unos puntos y Tobio quien en su especialidad finalmente era armar. Sólo quería irse a su casa y escuchar música un poco más. Así que ignoró totalmente de lo que hablaban ellos.

[•••]

En los vestidores del club de gimnasia rítimica, los chicos de segundo, Nori y Haru estaban muy juntos. A decir verdad son novios desde hace un año, y ahora estaban coqueteándose, alguno de sus compañeros como los de primero estaban muy avergonzados y Hikaru quien se mostraba en un estado neutral, quien tuvo que aguantar todo el año anterior con sus indirectas muy directas hasta que al fin, el doncel -Nori-, se le declaró a Haru.

Hikaru al terminar de ponerse su camisa, se acerca lentamente a Tadashi para decirle los detalles de su cita para mañana. Pero vio algo que le sorprendió mucho, el peliverde tenía el mismo tatuaje que él. Sintió temor, no quería saber de su alma gemela. Así que esa información se la guardó y de ahora en adelante tendría que esconder esa marca con algo para que el otro no se diera cuenta.

Ahora entendía con claridad, aquellas conexiones con el peliverde eran causadas por esa estúpida marca.

Tragó fuerte y habló con él.

- Tadashi, ¿te gustaría vernos mañana a las una de la tarde? Así tenemos la tarde para nosotros.- dijo con una sonrisa forzada.

En cambio, el pecoso sonrió al escuchar su voz y lo dicho por el castaño, respondió con un gesto de aprobación, agitando su cabeza verticalmente. Sentía algo por Hikaru que no podría explicarlo, tenía algo de miedo, pero no se dejaría caer por eso, esa comodidad junto a él era tanto que se sentía seguro con el mayor, y realmente le gustaba.

- Sí, así es mejor.- esa sonrisa que traía loco a todos, también a Hikaru, sin embargo, ya no tenía los mismo planes que tenía al principio.

[•••]

En el camino a casa de Tobio y Kei se escuchaba las hojas de los árboles siendo agitados lentamente por la brisa. Pero un llamado por parte del peliazul al más alto.

- ¿Qué sucede?.- preguntó fríamente a su hermano.

- ¿Me podrias hacer un favor mañana?.- dijo algo dudoso por la respuesta que recibiría de vuelta.

- ¿Qué recibiría a cambio?.- preguntó interesado y sacando provecho de aquello.

- Pastel de fresa tres veces a la semana, gratis por un mes.- soltó de repente sorprendiendo al rubio.

- ¿Qué quieres que haga?.-

- Necesito que le digas a nuestros padres que mañana saldremos con nuestras respectivas parejas al centro comercial durante toda la tarde.

Kei detuvo su caminar, frunció el ceño y en su interior, tenía una gran cantidad de emociones adentro.

- No lo haré.

- Aún no te he dicho de que trata.

- Ni quiero saberlo.

- Mira, mañana Tadashi tendrá una cita con un chico y Shouyou y yo también. Sabes muy bien que nuestros padres no pueden saber sobre esto, porque va contra el contrato.- suspiró por la situación en la estaba, a punto de suplicarle a su hermano por amor que valía la pena.- Sé que no te gusta esto, pero mañana podrías salir de casa y regresar a tal hora y punto. No debes estar con nosotros, sólo dar un par de vueltas por ahí, ¿y quién sabe? Tal vez conozcas a alguien.

- No me importa, no lo haré.

- Sólo te he pedido ésto y nada más, al menos tendrás pastel. Si no lo haces, no lo tendrás.

Lo pensó bien, mañana no tenía nada que hacer. Podría irse a dar una vuelta y recibiría pastel gratis por un mes... Muy tentador. Lo pensó bastante, para sólo desesperar más a Tobio.

- Está bien. Mientras no me tenga que involucrar con ustedes durante sus citas, lo acepto.

Tobio suspiró y al menos, el problema estaba resuelto.

Llegaron a su hogar, allí los esperaban sus padres, quienes llegaban temprano por ser viernes.

[•••]

Estaban almorzando los cuatro juntos en la mesa, en la que Kuroo y Kenma conversaban de su día. Ambos chicos se mantenían en silencio, no uno incómodo, ya que estaban acostumbrados a que no compartieran anécdotas del día a día. Pero ésta sería una excepción, Kei se dio cuenta de que suspiró un poco antes de llamar la atención de sus padres.

>> Entonces no era un chiste... << pensó Kei al darse cuenta que de lo que la cita iba en serio con el pelinaranja

- Papás... Mañana Kei y yo iremos con nuestras parejas a una cita...- una vez dicho, tragó fuerte. El rubio apretó su puño, de tan solo recordar el compromiso que tenía le hacía perder los estribos.

- ¡Oya oya!.- exclamó el pelinegro, feliz por lo dicho por su hijo menor.- Me alegro que compartan con ellos, son buenos chicos.

-... mhm... Sí, lo son.- Tobio dio una pequeña sonrisa que fue visibilizada por Kenma, el azabache se quedó pensando en el pelinaranja, recordando cada expresión de Shouyou que le encantaba y lo dejaba fuera de éste mundo. En cambio el rubio sólo rodó sus ojos en signo de que no estaba de acuerdo con aquello y sólo le irritaba la situación.

Kenma vio ambas reacciones en sus hijos, que no pasó desapercibido ninguna de sus acciones, se alegró por un momento al ver a Tobio de ese modo "embobado" por su pareja, al menos se estaba tomando las cosas por el lado positivo y darle una oportunidad al contrato. Pero quedó algo triste al ver a Kei, que entendía ese sentimiento de opresión al no poder elegir su pareja como corresponde.

En realidad el matrimonio del teñido y el pelinegro fue uno arreglado, sin embargo fueron mejores amigos desde la infancia, siendo así que sus familias se conocieran y vieron la gran conexión en ambos, realizando un contrato desde antes de los dieciocho años, pero con su consentimiento. Por alguna razón, Kenma conocía a sus hijos y sus pocas expresiones, ya que naturalmente él estuvo la mayoría del tiempo y su carácter se les quedó a sus niños. Por eso sabía cuando tratar con ellos y cuando dejarlos solos.

Una vez terminada la cena, la pareja se quedó en el sofá a ver una película juntos y tener algo de minutos para ellos. Los adolescentes se fueron a sus habitaciones a descansar, o al menos uno de ellos. Ya que Tobio estaba viendo su guardaropa para ver el conjunto adecuado, sin embargo, no le llevó mucho tiempo para luego hablar con el pelinaranja en mensajería.

En cambio, el de cabellos dorados tenía puesto su pijama y sus lentes estaban en la mesita de noche. Él descansaba sobre las sábanas de su cama y su cabeza estaba en las almohadas en dirección hacía el techo. No tenía nada en que pensar, estaba en blanco.

Cerraba sus ojos y lo único que venía a la mente por sobre la oscuridad era el chico de cabellos verdes. Pero al abrirlos sólo estaba el techo blanco. Quería dejar de pensar en él, así que sólo miraba hacía arriba para distraerse.

Estuvo tanto tiempo así, que sus ojos ya no aguantaron más y sus ojos cayeron lentamente hasta cerrarlos completamente y caer en el sueño profundo.

Kenma fue hasta la habitación de sus hijos para darle las buenas noches, lo hizo con Tobio y después fue con Kei. Al abrir la habitación, se sorprendió al verlo por sobre las sábanas y no dentro de ellas y la luz de la mesita encendida y no apagada como acostumbra dormir. Él lo acomoda lentamente en la cama para que no se resfríe y apaga la luz, se despide de un "Buenas noches... Hijo" y se fue de la habitación.

[•••]

Cuando dieron las nueve de la mañana, los rayos del sol iluminaban casi por completo la habitación del pelinaranja, aquel dormía placidamente en un sueño ligero, siendo así que por aquella luz entreabriera los ojos para despertarse por completo. Se recostó en el respaldo de la cama; bostezó, haciendo que lagrimeará un poco de sus ojos, su cabello estaba un poco desordenado. Oh, que bella vista, es una pena que nadie estuvo presente en ese lugar para sacarle una foto.

Hoy era la cita con el chico que le traía loco desde hace un tiempo.

Se levantó rápidamente para ir a tomar desayuno junto su familia, quienes lo esperaban ya listos con su desayuno y la dosis daria de energía que entregaba. Y especialmente estaban más preparadps ya que desde que les dijo que tendría una cita a sus padres, no dejó de brillar cada vez que lo recordaba.

[•••]

Tadashi y Shouyou estaban muy nerviosos, iban caminando al centro comercial, sus manos sudaban demasiado y el estómago de ambos les dolía.

Shouyou vestía una camisa de un color damasco y unos jeans clásicos. En cambio, Tadashi optó por una chaqueta de mezclilla con una camiseta roja debajo con unos skinny jean color celeste.

El centro comercial quedaba relativamente cerca, y aunque sus padres le sugirieron que podían dejarlos en el recinto, les dijeron que no porque así podían respirar para calmar los nervios. Aunque esa es una de las razones, la verdadera era porque temían que fueran atrapados por no salir con sus respectivas parejas.

Al llegar Shouyou se despidió de su hermano, ya que éste se iba a juntar con Tobio al cine y ver una película. Ambos se desearon suerte y a las 20 horas en la entrada del recinto.

Tadashi le sudaban sus manos y mordía su labio con preocupación, por alguna razón sentía que algo iba a suceder ese día, y no algo agradable. Estaba sentado en una de las bancas de descanso dentro del edificio, atrás suyo había una fuente con algunas plantas. Miraba fijo algunas tiendas y a algunas personas, miraba su reloj con impaciencia. Hasta que una voz exclamó su nombre. Levantó su cabeza y al observar la persona que lo llamó, sonrió de oreja a oreja. Sus pecas brillaron y se levantó para saludar a su sempai.

Su "no cita" apenas había comenzado.

[•••]

- A mi me gustan las palomitas azucaradas, ¿y ti Tobio?.- sonrió Shouyou, radiando como el sol. El mencionado apenas le prestó atención, estaba algo pérdido a decir verdad, estaba como fuera de sí, desorientado por estar con el pelinaranja, le causaba tantas emociones que no sabía como reaccionar o responder. - mhm... ¿Estás bien?.- dijo algo preocupado el más bajo, el peliazul volvió en sí y respondió algo torpe que no sucedía nada. El otro aceptó su respuesta no muy convencido de eso, pero por alguna razón, le da un poco de gracia.

Comenzó la película "Mis huellas a casa". Shouyou estaba llorando a mares a la mitad de la función de cine. Tobio, estaba conmovido, pero no a tal punto como lo estaba su acompañante, en donde, variadas veces tuvo que entregarle unos pañuelos desechables para que se limpiara la nariz. Y el pelinaranja se acurrucó en sus brazos, ambos estaban muy sonrojados, pero el más bajo tenía sus razones de no-enamorado, que cuando llora necesitaba algo o alguien a quién abrazar y sentirse en compañía. Y con Tobio a su lado, no podía sentirse mejor.

En cambio el peliazul, quedó algo rígido, con una cara de sorpresa y un sonrojo que, gracias a Dios, no se veía por lo oscuro de la habitación y además agradeciendo internamente que no estaba su hermano para molestarle. Se relajó un poco y se acomodó para estar en una mejor posición y disfrutarlo tanto como Shouyou. Siguieron viendo la película, pero el único sonido que ambos jóvenes podían escuchar eran sus propios latidos.

¿Y lo mejor? Tenían el resto de la película para disfrutarlo.

[•••]

Un chico rubio estaba tomándose una malteada sabor fresa, que caminaba por los amplios pasillos del centro comercial. Aprovechó de comprar unos nuevos audífonos por los que estuvo ahorrando. Se los colocó de inmediato para probar su capacidad de sonido y demás, siendo un resultado satisfactorio.

Llegó a unas bancas de descanso, para detener su caminata alrededor del centro comercial. Observó muchas personas con ropas gruesas o que mantienen el calor. Se sorprendió un poco el hecho de que queda poco para el inicio del otoño, o al menos la temperatura empezaba a ser mucho más fresca que de verano. Suspiró, luego miraba a otras personas con sus hijos o con pareja.

Nunca le interesó el hecho de tener una pareja, ni tampoco que existía una persona con la que está enlazado desde antes que supiera que era eso. Le decían que aquello era hermoso, conocer a la persona que, sin importar qué, estará contigo a pesar de los obstáculos. Pero, ¿no podía ser también hermoso amar a otra persona sin la necesidad de una marca que estableciera tu relación?

Se hacía esa pregunta cada vez que podía pensar ese tema. Y, lastimosamente, la biología lo estableció así, en donde no importa que decidas en contra de ella, siempre vas a sentir un pesar o un vacío en tu interior por la persona predestinada. Le calentaba la sangre, pensar que la única forma de amar es con la persona que fue elegida por ti sin tu consetimiento. Patético.

Por lo menos, en su corta vida, todavía aún no ha conocido a su alma gemela. Mas no tiene intenciones de encontrarla y estar ella si lo hace.

Observó su marca en el brazo, suspiró otra vez y volvió a taparla con su manga de su sudadera favorita.

Luego de levantarse de aquel lugar, decidió en ir a una pastelería y comprarse un delicioso pedazo de una torta de fresa.

Pero al ir caminando, se encontró cara a cara con el chico de pecas, que se disculpó por haber chocado con su hombro sin poder verlo. Mas al levantar su cabeza, su rostro se tornó pálido y se encogió de hombros al alejarse de él. Asustándose. El rubio tragó fuerte, después de hacer eso no podría volver a verle a la cara y burlarse de él, bueno, no mucho.

- ¿estás bien Tada--.- la pregunta que Hikaru le estaba haciendo, fue interrumpida por el peliverde.

- K-Kei...- con un hilo de voz logró decir aquello, mordió su labio y bajó la mirada.

- ¿Así que al fin alguien decidió tener una cita contigo? Me sorprende.- quería decir otras cosas, pero no pudo decir más, porque realmente, las pecas del chico les resultaban muy atractivas, así que no podía burlarse por ello.

- ¿Así que tu eres el cobarde que molesta a mi cita? ¿no? Debería enviarte a la mierda, Kei.- reaccionó ante el comentario sarcástico Hikaru, molesto y con un puño apretado, como si estuviera a punto de golpearlo. Tadashi le sujetó del brazo que tenía a su alcance para que no hiciera demás en aquel lugar.

- Hikaru, no me había dado cuenta de ti.- Kei lo odia con su vida, siendo así que sus palabras estén cargadas de odio.

Aquel sentimiento se había apoderado de él desde que comenzó éste reciente año en Karasuno, en donde siempre actúa como un desinteresado y que anda trayendo a todos en su lista de espera en donde debes rogar por una "cita" con él, hasta entonces, ha rechazado una o dos chicas de su clase, ni se imagina cuántas a rechazado fuera de la clase. Además de una actitud amable que trae a una presa, para luego acorralarla y jugar con ella hasta comérsela. Una forma horrenda, para algunos astuta, de convencer a las personas por la apariencia.

- Hi-Hikaru no... Va-Vámonos... Por favor...- rogó Tadashi con lágrimas en sus ojos. Tanto el castaño como el rubio se sorprendieron.- N-No quiero problemas, Kei... Recuerda que si nuestros padres saben de ésto, todos saldremos perjudicados...- dijo con pánico en sus ojos al imaginarse aquellas escenas.

- Tadashi, ¿de qué hablas?.- mencionó confundido el castaño.

El de lentes hizo un chasquido con su lengua al recordar que estaban con ese estúpido contrato.

- De nada que te importa, idiota...- dijo Kei, molesto.- Tadashi, el lunes debemos hablar de eso, es sobre nuestros hermanos. Espero que vayas a la azotea.- dijo con una idea en mente para ayudar a su enamorado hermano, porque, quisiera o no, es su hermano y debería protegerlo de los siguientes obstáculos que tendrán en su relación por el contrato.

- Él por supuesto que no irá a la--.- de nuevo fue interrumpido por el peliverde.

- Si sólo es eso, entonces no dudes que estaré allí.- dijo con seguridad y con un poco del rastro de las lagrimas en sus mejillas, se llevó a Hikaru antes de que dijera alguna palabra en contra su decisión sin conocimiento alguno de la situación, será mejor contarle en otro lugar.

El pecoso se alejó en dirección contraria y el rubio se fue por la otra.

Por alguna razón, quería que el lunes llegara lo antes posible.




3300 palabras :0
Espero que les guste como va, realmente siento que va muy ¿lento? Es que me gusta mucho detallar algunas cosas y que otras vayan más lentas que otras.
Además, les deseo buena mañana, tarde, noche o madrugada para aquellos que leen uwu <3

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