Yo me quedé allí de píe, mientras el Jeep de Kentin se perdía en la calle, incapaz de creer lo que había ocurrido, estaba a unas treinta calles del loft y ya era tardísimo en la noche.
Me acomodé la cartera y empecé a andar, a unas cuadras había una estación de metro pero dudaba que esté funcionando a estas horas, no me quedaba otra que caminar. Cada tanto me daba vueltas para ver si algún taxi circulaba cerca pero no había ninguno.
Maldito Kentin, odiaba que se ponga así, solo había sido unos tragos y un poco de sushi... Pero la verdad que Kentin tenía razón, Jeff y yo estábamos solos, eso nada tenía que ver con una reunión de trabajo.
Empecé a llorar mientras caminaba, la reacción de Kentin había sido exagerada, pero mi actitud no había estado bien; sin embargo no tenía intenciones en pedirle perdón, nada lo autorizaba haberme tratado de esa manera.
Finalmente, luego de una hora de andar, llegué al loft; las calles estaban desiertas, saqué mis llaves de la cartera y abrí el portón de entrada, lo empujé y entré; ignoré al sereno que me miró con cara de sospecha al verme con falda, tacones altos y el maquillaje corrido por las lágrimas.
Llamé al ascensor y cuando éste llegó, entré en él y apuré el piso catorce; subí lentamente mientras me limpiaba los pies, había caminado descalza y mis medias se habían roto. Me miré al espejo del ascensor, estaba despeinada por la zamarroneada de Kentin y la fuerza con la que me había arrojado al auto.
Me limpié la cara y cuando las puertas se abrieron, salí al pasillo y descalza como estaba saqué las llaves y abrí la puerta.
El loft estaba en oscuras total, solo se filtraban las luces de los edificios del frente; Fuser estaba acostado en su cojín y al escucharme entrar levantó su cabeza y me miró, se acercó moviendo su cola, yo le acaricié la cabeza y continué hacia el dormitorio que compartía con Kentin, la puerta corrediza estaba cerrada, intenté abrirla pero estaba con pasador, golpeé la puerta.
-Kentin... -susurré, volví a golpear-. Kentin, déjame pasar.
Silencio, no escuché que Kentin se moviera en la cama, me estaba ignorando totalmente.
-Kentin... -volví a llamar, pero nada.
Resignada como estaba, salí a la terraza y entré en el lavadero, allí guardábamos los acolchados y las almohadas de repuestos, regresé al living y me acosté en el sofá, me quité las pantimedias y me tapé con el acolchado, cerré los ojos e intenté dormir.
Me desperté, estaba en la cama que compartía con mi prometido, no sabía cómo había llegado allí pero estaba agradecida, seguramente Kentin me había llevado en brazos hasta la cama.
Me fijé en el despertador, eran las diez de la mañana, me salí de la cama y entré al baño, me quité la ropa de anoche y abrí el agua de la ducha, en lo que se calentaba el agua me desenredé el cabello y me puse bajo el agua.
Estaba cálida y deliciosa, luego de una jornada cargada de emociones y encontronazos era una verdadera bendición para mí; me quité el resto del maquillaje de mis ojos, el agua se volvía negra conforme el rimmel, delineador y la sombra se iban de mi piel. Me dolía la cabeza, quizás era del hambre que tenía o por haber llorado todo el camino a casa.
Una vez que terminé de higienizarme, cerré el agua y salí de la ducha mientras envolvía mi cabello en una toalla, tomé mi bata y me la puse encima y salí del baño.
Necesitaba hacerme un café, un café bien caliente y con unas tostadas con mermelada; cuando llegué a la cocina me sorprendió ver a Alexy desayunando cereales con frutas y leche, levantó la vista y me sonrió.
-Hola -dijo Alexy con la boca llena y sonriendo, tragó y pudo hablar más tranquilamente-. ¿Cómo dormiste?
-Bien, buenos días Alexy -dije con una sonrisa, puse la tetera al fuego y el pan en la tostadora-. Oye, Aya... ¿Viste a Kentin?
-Sí, salió a correr temprano, me dijo que me quede aquí -respondió, yo lo miré.
-¿Por qué quieres que te quedes? -pregunté, algo no me cabía en esto.
-Pasa que cuando te llevé a la cama él estaba enfurecido, dijo que quería trotar e ir al GYM y que no sabía a qué hora venía -Respondió-. No sé qué habrá pasado para que se haya puesto así, pero debe ser grave.
Yo me quedé callada, no sabía si contarle a Alexy o no, pero consideraba que debía quedarme callada.
-¿Hay algo que quieras contarme, Annie? -preguntó Alexy, yo me quedé callada, mi amigo siempre me había ayudado, podía confiar en él.
-Sí, creo que Kentin está así por culpa mía -dije mientras preparaba mi café y retiraba las tostadas.
-¿Qué pasó? -preguntó mi amigo.
-Sucede que anoche me quedé de nuevo a hacer horas extra hasta tarde -mpecé, saqué la mantequilla y la mermelada de ciruelas, tomé mi café y me senté en la mesa del comedor.
-Eso está mal, Annie, eres pasante no estás contratada, no deberías trabajar más allá de tu horario de trabajo -dijo Alexy muy serio, frunciendo el ceño.
-Necesito una buena calificación para graduarme -dije.
-Eso lo entiendo, pero tampoco puedes dejar que te exploten por una nota -dijo Alexy-. Igual no creo que Kentin se haya enfadado por eso, debe haber algo más.
Yo tragué saliva, Alexy me iba a matar cuando le cuente pero debía desahogarme.
-Anoche nuevamente me quedé hasta tarde con Jeff... -empecé.
-¿Quién es Jeff? -preguntó Alexy.
-Mi jefe -respondí, él levantó una ceja.
-¿Le dices Jeff a tu jefe? -preguntó, seguía aún serio.
-Él me dijo que le diga así, ¿qué quieres que haga? -pregunté, Alexy se encogió de hombros.
-¿Qué más? -preguntó invitándome a que continúe.
-Y cuando terminamos de trabajar él me invitó a un trago -continué, Alexy abrió muchos los ojos-. Y acepté.
-¿Acept...? Annie, creo que no estás siendo sensata -dijo Alexy mientras se restregaba la vista-. Tienes que aprender a separar las cosas, no puedes irte de tragos con tu jefe, por Dios.
-¡Pero sólo fue una cena, no fue nada más que eso! -exclamé levantando las manos en señal de inocencia.
-¿Una cena? ¿No era que te habías ido a tomar unos tragos con él? -preguntó Alexy, yo me di cuenta tarde que había hablado de más.
-Habíamos acordado un trago pero luego pidió unos rollos de sushis y me quedé a comer con él -respondí mientras me entraban los nervios, ¿qué era esto? ¿la suprema inquisición?-. Luego recibí un WhatsApp de Kentin donde me preguntaba dónde estaba.
-Hubieras visto la cara de Kentin cuando le respondiste, parecía un demonio -dijo Alexy mientras se estremecía-. Cuando leyó tu mensaje empezó a insultar en inglés, no le pude entender nada.
-Deja, creo que sé que pudo haber dicho... -susurré, suspiré e intenté hacer que mi dolor de cabeza se vaya-. ¿Qué más sucedió? Porque a mí me dejó tirada a unas treinta calles del edificio.
-Cuando llegó aquí empezó a darle puñetazos a la pared y no paró hasta que se hizo daño en la mano -dijo Alexy, señalando la pared que estaba cerca del pasillo-. Tuve que curarlo, tenía los nudillos en carne viva.
-Dios Santo... -susurré, apuré el café y me metí la tostada en la boca, me levanté de la mesa y me dirigí hacia mi habitación.
-¿Annie? -preguntó Alexy, escuché como corría la silla de su lugar y se acercaba a mi dormitorio.
-Tengo que ir a hablar con él -dije mientras me quitaba la bata y me apresuraba para cambiarme de ropa, todavía tenía que secar mi cabello.
-¿A hablar con Kentin? No creo que sea buena idea, Annie -dijo Alexy mientras se apoyaba en el marco de la puerta-. Déjalo que se tranquilice y que se oxigene un poco.
-No puedo, él cree que estuve coqueteando con mi jefe pero no es así -dije, tomé a los vuelos una remera con Pusheen The Cat estampada en ella, unos jeans y mis Pony, luego entré al baño a secarme el cabello.
-Amiga, en serio, no es buena idea -me advirtió Alexy mientras intentaba hacerme entrar en razón, me desenredé el cabello con rapidez y luego tomé el secador, Alexy esperó a que termine de secármelo para poder continuar-. Yo que tú dejo que se tranquilice y cuando vuelva más calmado del gimnasio hablo con él.
-Alexy, no tengo tiempo que perder -dije mientras tomaba mi cartera y salía disparada hacia la puerta, me puse las zapatillas en el pasillo mientras esperaba el ascensor, estaba demorando demasiado, así que bajé las escaleras a los vuelos.
Ya en el lobby del edificio me abalancé sobre la puerta de vidrio y madera y salí corriendo hacia el gimnasio donde Kentin entrenaba todos los días.
No quedaba muy lejos pero tenía que apresurarme o de lo contrario no llegaría a alcanzarlo antes que se fuera a casa de Castiel a dar el último ensayo antes de la batalla de bandas.
Luego de cinco minutos corriendo, llegué hasta el gimnasio donde entrenaba Kentin, cuando entré casi me voltea el olor a sudor e hierro, el recepcionista me vio entrar y quedó sorprendido al verme, estaba tan inflado por los esteroides que parecía Popeye.
-¿Se te ofrece algo, muñeca? -preguntó mientras se inclinaba sobre el mostrador.
-Busco a una persona, a mi novio -dije mientras miraba por todos lados buscando a mi novio.
-¿Cómo se llama? -preguntó el recepcionista.
-Kentin. Es un muchacho alto, de cabello castaño y ojos verdes -dije, dando indicaciones de él.
-¡Ah, sí! Está en la zona de boxeo, corazón -dijo el muchacho señalando al fondo-. Sigue derecho por este pasillo y pasa ese marco, allí seguramente verás a Kentin.
-Gracias -dije y me encaminé hacia donde me indicaron.
Cuando llegué vi un ring como centro de todo, varios chicos entrenando en bolsas, saltando la soga, golpeándose entre ellos y entrenando con la pera, entre ellos estaba mi novio, dándole duro a esa bolsita de cuero. Estaba usando el pantalón de Muay Thai y una musculosa blanca con toda la espalda transpirada, por el cuello se asomaba la cruz celta con nuestras iniciales.
Me acerqué caminando mientras algunos de los chicos que entrenaban me dedicaban piropos y silbidos.
-Kentin -lo llamé, pero me ignoró, continuó dándole dobles golpes a la pera con una velocidad de vértigo-. ¡Kentin!
Le toqué el hombro, él se dio vuelta y me miró sorprendido mientras se quitaba los auriculares de las orejas.
-¿Qué haces aquí? -preguntó mi novio mientras me miraba con el ceño fruncido.
-Vengo a hablar contigo -dije, esperanzada de que Kentin quiera escucharme.
-No quiero hablar, déjame en paz -dijo e intentó volver a seguir pegándole a la pera, pero no me di por vencida.
-Kentin, escúchame -supliqué mientras tomaba su mano, me percaté que era la lastimada ya que tenía vendado los nudillos y había sangre en los vendajes.
-He dicho que me dejes en paz, ¿no entiendes acaso? -preguntó furioso mientras me quitaba su mano.
-Por favor, sé sensato, lo de anoche no fue una cita... -empecé pero Kentin me interrumpió.
-No, Annie, lo de anoche fue algo que jamás en la vida te lo voy a perdonar -dijo Kentin mientras se ponía frente a mí y me miraba furioso con sus ojos verdes-. Tu jefe quiere tener tu culo sobre su escritorio y no te das cuenta; nadie, repito, NADIE que tenga dos dedos de frente y que sea superior tuyo va a pedirte que lo trates por un apodo, mi propio padre exige que le diga Mayor en la academia.
-No consideré nada malo en decirle Jeff -susurré.
-Es que tú no consideras que algo es malo hasta que ves con tus propios ojos que sí lo es -dijo Kentin muy enojado mientras intentaba mantener la calma ya que estábamos rodeados de gente-. ¿Hace falta que tu jefe te toque el trasero para que te des cuenta? ¿Tan tonta eres?
-No me llames así -le dije muy seria, él bufó divertido mientras negaba con la cabeza y sonreía, ¿qué le causaba tanta gracia?
-Mira, Annie, ahora no tengo ganas de hablar-dijo Kentin haciendo tronar las cervicales-. Déjame terminar con mi rutina y regresa al loft.
-No quiero -dije mientras me cruzaba de brazos y me plantaba frente a él.
-¿No quieres? -preguntó Kentin.
-No, no quiero y no me moveré de aquí hasta que aclaremos esto -dije.
-Bien, haz lo que quieras, no pienso prestarte atención -dijo Kentin, encogiéndose de hombros, se colocó lo auriculares de nuevo en los oídos y continuó con su rutina.
-¡Kentin! ¡Kentin! -le grité, todo el mundo me miraba pero no me importó, le di puñetazos en la espalda pero no había caso, le arranqué los auriculares de los oídos de un manotazo-. ¡Exijo que me escuches!
-¡Déjame en paz! -me gritó, tomó su campera y el bolso del ejército y salió corriendo hacia la puerta, yo lo seguí pero era demasiado rápido, en sólo diez segundos ya le había perdido la vista.
-¡Mierda! -mascullé, regresé al loft refunfuñando y pateando todo lo que encontraba a mi paso.
Kentin no regresó hasta después del almuerzo, estuvimos discutiendo a los gritos en nuestra habitación durante casi dos horas, finalmente se hicieron las siete y mi prometido debía irse a encontrar con Castiel en el Hard Rock Café donde se daba lugar la batalla de bandas.
-Necesito que le digas a Castiel que me consiga un pase para entrar con ustedes -le dije de malas formas a Kentin mientras estábamos preparándonos.
-No le voy a decir nada, te vas al público general como todo el mundo -respondió Kentin.
-¡Àmber tiene pase! -le grité-. ¡Hasta Alexy y Aren lo tienen! ¿Por qué yo no?
-¡Porque Àmber es la novia de Castiel y estará cuidando a los bebés en los camerinos! -me gritó Kentin-. ¡Y los gemelos son nuestros ayudantes, tú solo irás a molestar!
-¡Consígueme un puto pase, YA! -grité, sacada totalmente.
-¡Consíguetelo tú misma! -vociferó Kentin.
Yo le mostré el dedo del medio y tomé mi celular, marqué el número de Castiel y al quinto tono me atendió.
-¡Hola, popotitos! -dijo el pelirrojo del otro lado.
-Castiel, necesito que me consigas un pase para entrar con ustedes a los camerinos -le dije con el tono más autoritario que me salió.
-A ver, a ver, a ver, dictadora. Primero no sé si voy a poder conseguírtelo para ya -dijo Castiel del otro lado de la línea-. Segundo, tu novio me dijo que ibas a estar en el público, ¿por qué no me dijo que querías estar en los camerinos?
-Porque es un pendejo, por eso -respondí, ese día no me aguantaba ni sola-. ¿Podrás conseguirlo?
-Veré que puedo hacer, pero no te prometo nada -dijo Castiel-. ¿Ya están viniendo?
-En unos diez minutos estamos ahí -dije.
-Bien, diles a los muchachos que los espero en la entrada de bandas, no lleguen tarde porque hay que hacer la prueba de sonido.
-Ok, nos vemos allá -dije y colgué.
Dejé el celular y abrí de golpe mi ropero, me pondría la ropa más sexy y provocativa que tenga solo con provocar al imbécil de mi novio.
Tomé unas ligas negras, un portaligas del mismo color, un conjunto de tanga y sostén de encaje rojos, unos shorts minúsculos de jean, una camiseta de tirantes negra de Jack Daniels que me quedaba ceñida al cuerpo y encima otra camiseta de red encima de esa, unas plataformas de tacón, mis mitones de cuero, mi campera del mismo material, unas pulseras doradas con púas y un collar con una cruz dorada, y voilá! Estaba hecha una sexy perra del Rock n' Roll.
Tomé mi set de maquillaje y resalté mis ojos de una manera agresiva y felina, tomé la buclera y adorné mi cabello con bucles que luego desbaraté por toda mi cabeza colocándome el cabello de costado.
Por último, tomé mi perfume de Paco Rabanne, Black Xs y salí de mi habitación con un andar felino; escuchaba voces en el comedor, entré despreocupada, estaban mi prometido, Gaeil, Lysandro, Nathaniel, los gemelos y una chica que no conocía, era pelirroja, de ojos celestes, blanca como la leche y peinada hacia atrás, que era muy bonita, delgadita pero bien torneado su cuerpo.
Cuando todos levantaron la vista y me vieron, a Lysandro se le cayó su libreta de las manos, Gaeil me silbó en señal de aprobación y Kentin sacaba fuego por los ojos.
-¡Que look, cuñada! -exclamó Gaeil levantando ambos pulgares.
-¿Ella es Annie? ¡Bueno, por fin la conozco! -dijo la pelirroja muy contenta, tenía un marcado acento argentino-. Yo soy Helena, un gusto conocerte por fin.
-Mucho gusto, Helena -sonreí, era la novia de Gaeil.
-Decíme Helen, flaca -dijo con una sonrisa muy bonita-. Cuando Gaeil me dijo que eras muy bonita no me imaginé cuanto, podrías ser modelo, che...
-Trabaja para Dolce & Gabanna -susurró Gaeil guiñándome un ojo.
-¡En serio, "gor" , no estoy jodiendo! ¿Cuánto medís? -me preguntó Helena luego de mirarlo a Gaeil.
-Un metro sesenta y cinco -respondí.
-Ay, qué lástima, por cinco centímetros nomás... -se apenó Helena, yo sonreí, pero sentí la garra poderosa de mi novio en mi brazo que me miró con furia.
-¿Qué mierda piensas que estás haciendo? -preguntó mi prometido mientras me miraba con furia.
-Yendo al Hard Rock con ustedes -le dije mirándolo ceñuda.
-No hablo de eso, sino de los trapitos que estás usando -gruñó mientras me señalaba con la mirada la ropa que estaba usando-. Estás loca si piensas que voy a dejar que vayas así, te van a violar entre el público.
-Voy a estar tras bambalinas, no sé por qué haces tanto escándalo -dije mientras me zafaba de las garras de Kentin con un golpe seco.
-¿Cómo conseguiste el pase? -preguntó Kentin, tomando su chaqueta de cuero.
-Castiel me lo consiguió -mentí, la verdad era que él iba a hacer todo lo posible para que pueda estar atrás con ellos pero aún no tenía el pase-. Así que deja de hacerme escenas de celos.
Kentin me miró ceñudo, todos estaban callados observando la escena; de la misma manera que estábamos todos, nos retiramos del loft, no antes sin encerrar a Lalo en la habitación de Lysandro y Nathaniel (insisto, ese gato es un ninja, sólo Nathaniel lo podía encontrar), y meter a Fuser adentro.
Kentin, Gaeil, Helena, los gemelos y yo bajamos por el ascensor; mientras que Lysandro y Nathaniel decidieron bajar por las escaleras.
Una vez que estuvimos todos en el garage, Gaeil y su novia subieron con nosotros en el Jeep mientras que los gemelos, Lysandro y Nathaniel se subieron en el C4 del rubio.
-¡Yo conduzco! -dijo Gaeil mientras hacía el amague de tocar la puerta del conductor.
-¡Retira las manos de la puerta! -exclamó Kentin, Gaeil lanzó una carcajada y me miró a mí.
-¿Te importa que vaya adelante, Annie? -preguntó mi cuñado, yo negué con la cabeza.
-Para nada, además, me guastaría saber más de Helen -dije, Helena sonrió con amplitud.
-¿Cuántos años tenés, Annie? -preguntó la novia de Gaeil mientras subíamos al Jeep de Kentin.
-Tengo casi veintidós años -dije con una sonrisa.
-Ay, sos re chiquita -exclamó Helena.
-¿Y tú cuántos años tienes, Helen? -pregunté.
-¿Cuántos años me das? -preguntó ella.
-¡Yo te doy un mes entero! -exclamó Gaeil en el asiento del frente, yo levanté una ceja sin entender, Helena estaba con un ataque de risa.
-Es una expresión argentina, "dar" es la forma vulgar de tener relaciones sexuales -me explicó Helena-. Decir "te doy" es como decir que tengo ganas de follarte, y Gaeil recién dijo que "me da" un mes entero, ¿entiendes? Y por cierto, tengo treinta y tres años.
-Son un poco vulgares los hombres argentinos... -dije con una gota en la cabeza.
-Peores son los irlandeses -susurró Helena riendo.
-Te escuché -dijo Gaeil. Yo reí, entonces caí en la cuenta de que Gaeil venía con nosotros al Hard Rock Café.
-Oye, Gaeil... -dije-. ¿Por qué vienes con nosotros a la batalla de bandas? ¿Vas a ver el espectáculo?
-En realidad, el niñito este me convenció que sea el bajista -dijo Gaeil mientras revolvía el cabello a Kentin, él le apartó la mano de un manotazo.
-Leave me alone! -exclamó mientras alejaba a Gaeil de su cabello.
-Así que tocarás con la banda de Castiel -le dije a mi cuñado, él levantó el pulgar.
-Gaeil toca el bajo -dijo Helena.
-Oye, Helen y, ¿cómo te conociste con Gaeil? -pregunté mientras acomodaba mis portaligas.
-Nos conocimos en un bar de aquí de la Capital -empezó Helena-. Yo estaba en una despedida de soltera con unas amigas, y él se acercó como el pavo real que es y dijo...
-Disculpen, señoritas -dijo Gaeil con voz de galán-: Debo decirles que tengan cuidado porque andan secuestrando muñecas.
Yo no pude evitar soltar una carcajada, Helena se tapó la mano con la cara.
-¿Y podés creer que todas nos reímos? -dijo Helena mientras se sonrojaba-. No sé si fue porque estábamos todas en pedo pero todas nos sonrojamos con ese piropo es patético.
-Ehhh, ¿tan malo soy? -preguntó Gaeil.
-No es por ofenderte, "gor", pero sí, es horrible -dijo Helena-. Bueno, cuestión es que las guachas de mis amigas se fueron y yo me quedé con Gaeil, charlando...
-Le pedí su número y a las pocas semanas empezamos a salir -terminó Gaeil.
-Eres un ligón profesional -dije con una risa-. Y Helen, ¿qué haces tan lejos de Argentina?
-Me transfirieron acá desde Capital Federal -dijo ella con una sonrisa-. Me había postulado para ir a Nueva York, pero acá andaban necesitando gente, ya se va a cumplir un año desde que trabajo acá.
-¿Y no extrañas Buenos Aires? -pregunté, ella negó con la cabeza.
-¡Naaah! Esto es mucho más tranquilo, allá te matan por unas zapatillas -dijo Helena mientras negaba con la cabeza-. Más extraño Gualeguaychú, ahí nací.
-¿Dónde queda eso? -pregunté.
-Es una ciudad muy bonita en Entre Ríos, en el interior, soy provinciana -dijo Helena.
-Ah, pensé que eras porteña -susurré.
-Sí, todo el mundo piensa lo mismo -dijo Helena con cara de asco-. Es la maldita tonada del porteño, se te pega, ¿viste?
Yo no pude evitar reírme, Kentin aminoró la marcha y estacionó el auto, por detrás venían los muchachos.
Descendimos todos de los autos y nos acercamos hacia la entrada de bandas del Hard Rock Café.
A propósito, Kentin y Nathaniel habían decidido estacionar a tres calles del lugar donde se iba a realizar la batalla porque después iba a volverse imposible salir por la cantidad de gente que se iba a juntar a esperar la salida de la banda ganadora; y si teníamos suerte, posiblemente iban a ser ellos.
Finalmente llegamos al callejón donde esperaba Castiel con otro muchacho, estaban fumando y al escucharnos llegar levantaron las cabezas, me percaté que tenía rasgos asiáticos y el pelo decolorado.
-Por fin llegan -dijo Castiel, dio una última pitada a su cigarro y lo arrojó lejos-. Pensé que iba a tener que buscarlos del loft.
-Disculpa, no queríamos hacerte esperar -dijo Lysandro y saludó a su amigo-. Hola, Choi.
-Hola, Lysandro -dijo el muchacho.
-Annie, te presento a Choi, es el DJ que nos acompañará esta noche -dijo Castiel, yo lo saludé con una sonrisa.
-Hola, mucho gusto -dije mientras nos saludábamos con un apretón de manos-. Castiel, ¿pudiste?
-Eso quería decirte, no lo conseguí por mucho que lo intente -dijo Castiel mientras se rascaba la cabeza.
-¿Conseguir qué? -preguntó Kentin.
-El pase de banda -dijo Castiel, Kentin me fulminó con la mirada pero yo lo ignoré.
-Sin embargo, creo que hay otra forma para que pueda entrar -dije.
-¿Cuál sería? -quiso saber Castiel. Me quité la camiseta de red. Se la tendí a Castiel.
-Sostenme esto -le pedí. El aludido la tomó con los ojos bien abiertos observando como me quitaba la otra camiseta de tirantes y quedaba en sostén delante de todos. Le di la camiseta de Jack Daniels y tomé la red, me la puse encima del sostén rojo, la rasgué para hacer que se me vea el escote y me la acomodé al cuerpo.
-Listo -anuncié-. Ahora seguro me dejan pasar.
-Estás perfecta, toda una groopie -dijo Castiel-. ¿Vamos entrando?
Kentin entró detrás de los chicos, pero antes de ingresar se giró para verme y se pasó el dedo índice horizontalmente por el cuello mientras me fulminaba con la mirada.
Tomé aire y entré, adentro el ambiente estaba cerrado y apestaba a sudor, Kentin estaba hablando con unos muchachos mientras que nosotros íbamos y veníamos, yo iba curioseando por ahí, mirando cómo habían organizado para tener a tres bandas encima de un escenario.
Los instrumentos ya estaban colocados y había un cartel que señalaba cuál era el lugar de cada banda, una pasarela que se adentraba en el bar y luces por todos lados.
Dark Hourzes tenía un lugar a la derecha del centro, su logo era un caballo negro con crines en llamas; la banda de Castiel estaba en el costado izquierdo: Chax. El logo de ellos estaba en letras góticas con un dibujo un tanto extraño pero que parecía una sonrisa diabólica con unos cuernos de diablo.
Por último, como centro de las tres bandas estaban los Hell's Hunds con un pitbull como logo que echaba espuma por la boca, imbéciles, por gente como ellos los pitbulls tenían tan mala fama.
-Hey, tú, chica -dijo una voz muy gruesa, parecía de fumador me giré y vi que se acercaban los Hell's Hunds, los reconocí por sus tatuajes maoríes en la cara-. Tráenos una cerveza.
-Disculpa pero no trabajo aquí -respondí, me daban un miedo tremendo.
-No me importa si trabajas aquí o no, dije que nos trajeras unas cervezas -repitió el tipo, parecía ser el líder porque era el más grande, el más feo y el más gordo de todos.
-La señorita ha dicho que no trabaja aquí -dijo Gaeil que se acercó rápidamente a mí y me defendió-. ¿Por qué no se lo pides a uno de los camareros?
-Porque no sé dónde están y a ella la encontré primero, no te metas, cretino -dijo el gordo, Gaeil se rio.
-Pues vas a tener que buscarlos, faget -dijo Gaeil divertido, el líder se acercó peligrosamente pero en ese momento llegó un señor de traje sin corbata y detuvo al líder.
-Satan, basta, ya sabes lo que dijo el fiscal si quieres seguir en libertad condicional -dijo el tipo, Satan bufó molesto y se alejó, Gaeil rio sonoramente.
-Satan... vaya nombre más ridículo, seguro su nombre de pila es Rosando -rio mi cuñado-. No entiendo a los tipos como ellos, se hacen los heavy pero son unos pussy.
-A mí me dan miedo -dije.
-Es solo apariencia, Annie -dijo Gaeil y nos acercamos a donde estaba el grupo-. Se afean para parecer duros pero seguro en sus casas se atiborran a helado escuchando My Chemical Romance y llorando como nenas.
-A mí me gusta MCR -susurré, Gaeil se echó a reír-. ¿Qué pasa?
-Pues que yo te hacía más seguidora del buen rock, como AC/DC, The Ramones, los Guns... No esa mariconeada de Tokio Hotel, MCR... Kentin dijo que tenías buenos gustos musicales -se burló mi cuñado.
-Escucho de todo un poco, sólo eso -dije con una sonrisa-. Pero me gusta mucho el rock argentino.
-¡Amén por eso! -dijo Gaeil mientras me revolvía el cabello, Àmber me saludó con la mano mientras arrastraba el carrito con los niños dentro, yo fui a saludarla.
-¡Hola, Àmber! -dije mientras la abrazaba, los niños estaban durmiendo.
-¡Hola, Annie! No sabía que venías -dijo la rubia muy contenta de verme.
-Yo tampoco, lo decidí a último momento -sonreí.
-¿Estarás en bambalinas o en los camerinos? -preguntó la rubia.
-En bambalinas, tengo que controlar que no lo quieran violar a Kentin -dije, ella rio.
-No te preocupes, las muchachas aquí son mucho más tranquilas que en otros lados -dijo Àmber, yo levanté una ceja-. Como mucho le tocarán el trasero.
Yo fruncí el ceño, hubiera traído el rifle de Kentin. Castiel llamó a todos a la prueba de sonido, mientras los varones se juntaban en el escenario, Helena, Àmber y yo nos quedamos tras bambalinas, ellas dos ya se conocían por los ensayos; de hecho habían hecho buenas migas. En ese momento llegaron los Dark Hourzes, la líder nos miró de arriba a abajo y se rio, era muy parecida a Debrah, la misma cara y actitud de zorra y el mismo cuerpo de perra.
-¿Qué mierda le pasa a la pelotuda esta? -preguntó Helena.
-Acá todos están locos -susurré.
-Ni me lo digas, esa perra se le tira a cualquiera que sea lindo -dijo Àmber, Helena y yo nos miramos y nos acercamos más al escenario a controlar a nuestros novios.
Cuando la prueba terminó, los muchachos se fueron a los camerinos a prepararse para la batalla de bandas, nosotras nos quedamos conversando, viendo como el lugar se iba llenando poco a poco, la batalla comenzaba a la medianoche.
Nos sirvieron cervezas por ser las novias de los chicos de la banda, la multitud ya estaba pidiendo que empiece, ya eran pasada la medianoche y cualquier momento empezaría el show; finalmente salieron del camerino las tres bandas, pero Helena y yo casi nos morimos cuando vimos salir a nuestros novios de los camerinos CON EL TORSO DESNUDO y los ojos delineados, Kentin estaba usando su jean oscuro y unas zapatillas DC color blanco.
-¿¡Qué mierda hacen!? -dijimos las dos al mismo tiempo, de hecho hasta Castiel, Lysandro y Choi estaban igual, pero a nosotras nos importaban ellos dos.
-No empieces, Annie, porque yo dejé que vengas vestida así -dijo Kentin de malos modos-. ¿Sabes el calor que hacen debajo de las luces?
-¡No me importa! ¡Ponte algo! -le exigí, lo último que me faltaba, que Kentin esté así con lo buenazo que estaba.
-Dije que no -dijo Kentin mientras se reunía con la banda, por segunda vez, le enseñé el dedo del medio.
-Gaeil... -dijo Helena, pero mi cuñado le sacó la lengua divertido.
-Voy a matarlo... -susurré, pero Àmber me frenó en seco.
-En serio, chicas, hace un calor infernal ahí abajo -dijo Àmber mientras intentaba hacernos entrar en razón pero nosotras dos estábamos encabronadas.
Se escucharon unas guitarras y el escenario se iluminó mientras las luces jugaban y las máquinas de humo funcionaban.
-¡Bienvenidos a la Trigésimo Segunda Batalla de Bandas! -dijo el presentador mientras se subía al escenario con una chica con rastas en sus cabellos-. ¿Listo para el tributo al Nü Metal?
-Así es, Kleit, hoy tenemos una noche especial -dijo la muchacha, la multitud estaba enloquecida-. Tres bandas se enfrentan hoy por el premio de $200.000 para los triunfadores.
-Pero no solo eso, Jenny, ya que los muchachos de Flip Records estarán presentes el día de hoy -continuó Kleit-. Y la banda también será beneficiada con una gira internacional, más $500.000 para comprar equipamiento y el financiamiento total del CD debút.
-¡Premios muy jugosos para dejarlos pasar! -exclamó la muchacha.
-Sin dudas, y ahora pregunto, ¿están listos? -preguntó el presentador, la multitud rugió-. ¡Pues entonces démosles la bienvenida a los segundos retadores, quedaron segundos en las eliminatorias, ellos son Chax!
La banda de Castiel salió y fueron recibidos con un aplauso, las chicas gritaron al ver que todos estaban con el torso desnudo, la presentadora se acercó a Kentin y yo fruncí el puño.
-Mamma mía! ¡Kleit, tienes que ver esto! -exclamó mientras observaba el físico de Kentin, Helena me tomó del hombro porque le iba a arrancar las rastas a esa tipa-. ¡Son de verdad!
Kentin se rio, pero se lo notaba incómodo.
-¡Parece que se entrenan duro, al menos eso piensan las chicas! -exclamó Kleit, las del público gritaron.
-¡Si tocan como lucen, yo ya los doy por ganadores! -exclamó Jenny, los muchachos tomaron su lugar en el escenario y los presentadores continuaron-. ¡Dicen que el Nü Metal es cosa de hombres pero aquí tenemos el poder femenino!¡Un grito para los primeros retadores, Dark... Hourzes!
La banda entró y saludó al público, la chica saltaba mientras hacía los cuernos con las manos y sacaba la lengua.
-Ridícula -dijimos Helena, Àmber y yo.
-¡Hola, Lilith, es un gusto tenerlos de nuevo! -dijo Kleit, la chica tomó el micro y prácticamente gritó.
-¡Esta noche vamos a ganar!¡Y mi triunfo se lo voy a dedicar a todos los putos envidiosos! -gritó, Kleit quedó sorprendido.
-¡Palabras fuertes, se nota que estás decidida! -dijo Kleit, Dark Hourzes tomó su lugar-. ¡Y ahora, directamente de las profundidades del infierno, se alzan los perros del mal!¡Un aplauso para los campeones de los últimos siete años! ¿Podrán mantener su reinado eterno o esta noche serán destronados? ¡Un fuerte aplauso para Hell's Hunds!
Los gordos entraron haciendo señas gRosaras al público, quien gritaba desaforado.
-Satan, Asmo, muchachos, bienvenidos -dijo Kleit a los gordos, ellos no respondieron y se pusieron en su lugar-. ¡Parece que ya todos estamos listos!
-¡No se olviden!¡Para votar a banda preferida manden un mensaje de texto al 22632 con la palabra "banda" y el número que corresponda! -dijo Jenny mientras señalaba a los chicos-. ¡Si quieren que Chax pase a la ronda final manden "Banda 1"; si quieren que Hell's Hunds gane, "banda 2"; y si Dark Hourzes son sus preferidos, "banda 3"!¡Y ahora repasemos las reglas!
-Cada banda tendrá su turno para tocar, mientras las bandas contrarias están tocando queda prohibido tocar música en paralelo -explicó Kleit-. En caso de ser así, serán penalizados, ¿de acuerdo?
-¡Cualquier intento de sabotaje será considerado como traición y se tomarán las medidas necesarias! -continuó Jenny-. ¡Para pasar a la final deben tocar tres canciones cada uno y dependiendo las votaciones se elegirá a los finalistas! ¡Hagamos un juego limpio!
-¡Las votaciones están abiertas! ¡Empiecen a mandar sus mensajes! -exclamó Kleit y se retiraron del escenario, una pantalla descendió del techo indicando la primera banda en tocar, eran los campeones los encargados de abrir el show, el temporizador se puso en diez segundos y al llegar a cero, los gordos empezaron a tocar.
Luego de unos gritos ensordecedores, diciendo el nombre de la banda y malas palabras, abrieron con "Before I Forget It".
-A la "mier"... que comenzaron con todo -dijo la voz de Aren por detrás nuestro, los gemelos se habían reunido con nosotras.
-Creo que quieren marcar territorio desde ya -dije mientras observaba como los gordos vociferaban y las otras dos bandas deliberaban entre ellos.
La multitud saltaba como loca mientras que los gordos revoleaban los pelos por todos lados en un mosh violento, vi a Àmber mandando mensajes como loca.
-¿Qué haces? -pregunté.
-Ayudo a mi novio a ganar el evento -dijo Àmber, nosotros cuatro la imitamos.
Finalmente, Hell's Hunds terminó con la primera canción, la pantalla señaló que ahora le tocaba a Dark Hourzes y el temporizador se puso en diez segundos.
-¡Para todos los que dicen que en el Nü Metal no puede haber ovarios! ¡Somos Dark Hourzes! -dijo Lilith y empezó a cantar "Personal Jesus", pude ver a Gaeil riendo, no sé qué le causaba tanta risa.
Sin lugar a duda sabía cómo seducir al público, tanto femenino como masculino, aprovechando sus jeans tajeados y su escote exuberante; fugazmente observé a Kentin que miraba todo ceñudo y con los brazos cruzados.
Cuando la tipa aquella terminó de prostituirse, el público estaba babeando, se retiró a su lugar y le tiró un beso a la banda de Castiel.
Nuevamente la pantalla se iluminó, ahora le había llegado el turno a Chax, el temporizador se puso en diez y Kentin se adelantó para empezar el show, identifiqué los primeros acordes.
-Yo, pretty ladies around the world! -cantó Kentin. Era Word Up, Castiel y Lysandro hacían los coros, Kentin sabía aprovechar el espacio y provocar no solo a las otras bandas sino también al público.
Cuando terminaron de cantar, Kentin dijo el nombre de la banda y regresó a su lugar.
Las tres canciones para pasar a las finales terminaron en un abrir y cerrar de ojos, Hell's Hunds tenía una marcada influencia de Slipknot y bandas más pesadas; tal como había dicho Castiel, los Dark Hourzes habían querido hacer una fusión de Gothic con Nü Metal, la idea había estado buena si no hubiera sido porque la líder, Lilith, aullaba más que cantar; en cambio, Chax se lucía con el rapeo de Kentin y los coros de Castiel y Lysandro.
Mientras las votaciones se cerraban, les sirvieron cervezas a las bandas y los presentadores subieron al escenario, con un sobre en la mano.
-¡Bien, momento de la primera eliminación, pero antes un fuerte aplauso para las tres bandas que hoy se presentan! -dijo Kleit señalando a los competidores-. ¡Chax, Dark Hourzes y Hell's Hunds!
El público aplaudió y rugió, mientras los gordos emos hacían señas gRosaras, la ridícula de Lilith sacaba la lengua y hacía los cuernos; en cambio, la banda de Castiel solo saludaba con la mano y sonreía.
-Y ahora, sí... Llegó el momento de saber quién será el eliminado -dijo Jenny, mientras tomaba el sobre y lo mostraba-Aquí adentro está quienes pasarán a la ronda final.
-Y llevarse el premio de $200.000, más una gira internacional, $500.000 para comprar equipamiento...
-¡Y un contrato con Flip Records!
-Jenny... Abre el sobre -dijo Kleit con voz sombría, Jenny tomó el sobre y lo abrió, el público abucheaba y silbaba-. ¡Y los resultados son... con el 65% de los votos... Pasan a la siguiente ronda... Hell's Hunds!
-65%.. .-susurré, los gordos, gritaron e hicieron gestos muy obscenos, observé a Castiel que se tocaba la barbilla, seguramente estaba pensando lo mismo que yo: esta ronda no estará nada fácil.
-Y finalmente... -dijo Kleit con voz dramática-. Con el 20% de los votos... Pasan a la siguiente ronda...¡Chax!
El grupo de Castiel, las chicas y yo gritamos y saltamos de alegría, ahora se venía la buena.
-¡Por ende, Dark Hourzes queda eliminado con el 15% de los votos restantes! -concluyó Jenny, el grupo de Lilith no estaba contento, estaba furioso, empezaron a discutir entre ellos e insultar a las dos bandas restantes y a los presentadores, tomaron sus instrumentos y se retiraron, solo quedó la batería mientras el logo de Dark Hourzes caía desde lo alto del escenario.
Rápidamente vino gente del staff para acomodar los instrumentos de las dos bandas restantes, Hell's Hunds pasó ahora al lugar de Dark Hourzes; en cambio, Chax continuaba en su lugar.
-Y ahora, ¡seguimos con la batalla! -dijo Kleit, vi como los muchachos estaban deliberando entre ellos.
-¡No olviden de mandar sus votaciones para que su banda favorita sea elegida! -dijo Jenny, y pasó a recordar cuales eran los números a los que debían mandar los mensajes.
-Las reglas siguen siendo las mismas, pero ahora pasaremos a hacer cinco canciones cada uno de ustedes -dijo Kleit.
-¡Y en caso de haber empate, iremos a muerte súbita con los guitarristas! -dijo Jenny, los presentadores se retiraron del escenario y la pantalla indicó que comenzaba, esta vez, Chax.
Nathaniel hizo sonar sus palillos para indicar que comenzaba la canción, primero inició Gaeil con la guitarra española y ya había identificado el tema. Luego le siguió Castiel con la guitarra eléctrica, la batería se incrementaba in crescendo hasta que finalmente Kentin empezó a rapear como loco "Chop Suey".
Luego de alocar al público nuevamente le tocó al grupo rival, y no pude identificar ninguna de las canciones porque todas eran hiper gritadas con esas voces de ultratumba.
Ahora volvía el turno de Chax y rápidamente pude identificar el tema de Rage Against the Machine. El público saltaba por todos lados mientras los muchachos los imitaban, Gaeil parecía estar disfrutando el tocar con su hermano, mientras que Choi hacía también scratches con la bandeja y Kentin empezó a rapear.
-Transmission! -gritó mi novio con una violencia que no conocía en él. Sí, era Rage Againts the Machine con "Guerilla Radio", ese era el estilo de Tom Morello, y Castiel sabía cómo hacerle un fin tributo a Tom, sus acordes y distorsiones eran perfectas; Kentin por su lado, estaba desaforado rapeando a los gritos, cuando terminaron de tocar, el público los vitoreaba.
La pantalla se iluminó y ahora era el turno de los gordos gritones, eligieron un tema super gritado, no podía entender cómo había gente que pudiera soportar tantos gritos, ¡y eso que a mí me gustaban muchos temas de Slipknot, pero esto ya era inentendible!
Sin embargo, ahí estaba el público, mosheando al mismo tiempo que los gordos; para cuando terminaron, la banda de Castiel se reunió brevemente mientras la pantalla les daba luz verde para que toquen esta vez.
Esta vez fue Choi el que abrió el tema y rápidamente lo descubrió al tema, ¿cómo no ubicar esa intro? Los grandes Linkin Park con Points of Authority; Castiel esta vez hizo la voz de Castiel mientras que Kentin ocupaba el lugar de Mike.
Mientras las chicas, los gemelos y yo mandábamos mensajes como locos, los muchachos seguían saltando y haciendo vibrar a la multitud.
El enfrentamiento siguió, ya estaban en las últimas dos canciones pero cuando me giré vi a Aren con su laptop en el regazo con cara de preocupación.
-¿Qué pasa Aren? -pregunté mientras lo miraba.
-Están cabeza a cabeza con las votaciones -dijo mientras nos mostraba la pantalla, había entrado en la página del Hard Rock Café de la ciudad para ver minuto a minuto cómo iban las votaciones, ambas bandas se estaban disputando el 51% de los votos.
Helena le hizo señas a Gaeil con los brazos y cuando él la vio les mostramos la pantalla, mi cuñado asintió; cuando terminó la canción, les pasó el dato a los muchachos en lo que sus contrincantes cantaban.
Mientras Hell's Hunds seguía vociferando, el grupo de Castiel se había reunido momentáneamente, pero lo que no me gustaba era que el pelirrojo le estaba dando indicaciones a Kentin, quien asentía.
Finalmente, llegó la hora de la última canción de Chax, Nathaniel volvió a dar el intro y cuando empezaron a tocar identifiqué la canción: Gold Cobra de Limp Bizkit.
Pero esta vez mi novio tenía una actitud diferente, tenía la misma cara de sínico que la noche después de la boda de Rosamary, estaba seduciendo al público con los mismos movimientos de cadera que tenía conmigo al momento de tener sexo; tanto las chicas como los gemelos se dieron cuenta de ello porque todos nos quedamos viendo ese espectáculo.
Mientras las chicas gritaban alzando las manos, Kentin se acercó hacia la pasarela, la cuál era un poco estrecha; continuó moviendo las caderas y acariciándose el pecho y el abdomen mientras las perras que estaban a sus pies continuaban gritando.
Pero una de las chicas le tocó el trasero a Kentin, quien dio un respingo pero siguió rapeando; Helena me tomó justo del brazo para evitar que me abalance contra aquella puta que le había tocado el trasero a Kentin.
La canción terminó y ahora le tocó el turno a Hell's Hunds, quoen cerró el evento con una canción violencia y fuerte; finalmente, ambas bandas se observaron esperando el resultado de la votación mientras les servían cervezas.
Finalmente, subieron al escenario con un sobre en las manos y con mucho entusiasmo.
-¡Ya tenemos al ganador! -dijo Kleit mientras Jenny mostraba el sobre.
-Las votaciones estuvieron muy, muy reñidas -dijo Jenny mientras espiaba en el sobre.
-Pero finalmente conocemos el resultado, Jenny -dijo Kleit-. ¿Estamos listo?
-Y... El ganador... De $200.000 para la banda... Más una gira internacional, $500.000 para comprar equipamiento y un contrato con Flip Records es... -dijo Jenny mientras abría el sobre y miraba el ganador, Castiel y los muchachos estaban en silencio, abrazados como un equipo de rugby-. Con el 51% de los votos... ¡¡CHAX!!
La reacción de los chicos fue increíble, Castiel se agarró la cabeza con las manos mientras se largaba a llorar, pero Hell's Hunds empezó a romper todo a su paso.
Mientras estábamos en un bar con todos los muchachos, yo estaba apoyada contra un pilar mirando la escena con los brazos cruzados, estaba sacada, había discutido con Kentin por su forma de provocar al público.
No me había querido escuchar pero se declaraba inocente ya que gracias a haber seducido a las chicas había ayudado a que Castiel gane la batalla de bandas.
Me fui a buscar un trago a la barra, necesitaba olvidarme del stress al menos por unos minutos.
-Un daikiri de frutilla -pedí al camarero, me revolví el cabello mientras intentaba hacer que el dolor de cabeza se me pase.
-¿Annie? ¿Eres tú? -preguntó una voz al lado mío, yo me giré y vi un muchacho rubio, alto, de penetrantes ojos verdes, muy guapo y con una mirada intimidante: Era Dake.
-Dake... -Susurré, ¿qué estaba haciendo aquí?-. Qué...¿Qué haces aquí?
-Pues, renuncié al instituto y me vine a vivir aquí. Ahora trabajo como modelo -dijo mientras se acomodaba en la barra-. Un Speed con Vodka, por favor.
-Guau, eso es genial -dije, genial... Justo ahora me encuentro con Johnny Bravo.
-Y tú... Estás impactante... -susurró mientras me comía con los ojos-. ¿Y ese conjuntito rojo es para mí?
Yo me llevé la mano al pecho mientras me ponía colorada.
-Es que me enganché con algo y cuando jalé se rompió -mentí, estaba roja como un tomate.
-No te cubras, yo soy de la idea que una mujer tan hermosa como tú debe de mostrar sus atributos -dijo Dake, luego se acercó a mi oído y me susurró provocativamente-. Si así es la parte de arriba... Mmmm... Me muero por ver la de abajo.
Mi temperatura corporal subió varios grados en cuestión de segundos, tomé mi bebida e intenté retirarme, pero Dake me agarró el trasero con la mano abierta y lo apretó con fuerza.
Yo me di vuelta y le metí un cachetazo, Dake se pasó la mano por el rostro, divertido, dejó su bebida y en un abrir y cerrar de ojos me atrapó en sus brazos y me plantó un beso.
Yo me logré zafar pero, de repente, la cara de Dake se fue desfigurando de a poco por un puño cubierto de un mitón de cuero que se estampilló en su cara.
Kentin y Dakee empezaron a pelear y pese a que les gritaba que se detengan, no me hicieron caso.
Los chicos se metieron, Castiel y Lysandro lograron detenerlos mientras Gaeil sostenía a su hermano menor.
-Largo, váyanse -dijo el puertas y nos sacó a todos, solo tuvimos tiempo de recoger nuestras cosas.
Dake bufó divertido y se retiró de la escena pero yo me llevé la peor parte cuando Kentin me agarró del brazo.
-¡La culpa es tuya! ¡Mira cómo vienes vestida y pretendes que no te toquen! -dijo mientras me miraba, furioso.
-¡Tú no tienes derecho a decirme nada cuando estuviste moviéndoles la pelvis a las chicas del público! -le grité.
-¡KENTIN! -bramó Gaeil tan fuerte que nos dejó estáticos a los dos, era la primera vez que escuchaba gritarle así-. Te lo digo en serio, no vuelvas a levantarle la voz a Annie así o verás lo que ocurrirá.
El domingo fue espantoso, Kentin y yo nos hablamos en todo el fin de semana después de la batalla de bandas y del enfrentamiento después de la pelea con Dake.
El lunes llegó en un abrir y cerrar de ojos, yo me fui en taxi al trabajo, donde Jeff no me dio descanso durante toda la mañana, y para colmo debía volver a quedarme a hacer horas extra esa noche; ya eran las 10 pm y estaba en el despacho de Jeff tecleando rápidamente una demanda que era dictada por mi jefe.
-Oportunamente, se haga lugar a la presente demanda y se condene a la accionada al pago de la suma de U$S 20.000.000, con más sus intereses, y con expresa condenación en costas -dijo Jeff mientras movía su vaso de Whiskey de Jack Daniels con dos cubos de hielo, como le gustaba a él-. Será Justicia, eso es todo, Annie, querida.
Yo mandé a imprimir aquella demanda eterna por duplicado como siempre hacía, tenía que juntarlas a ambas y abrocharlas para que le quede el duplicado a Jeff, estaba en la impresora separando las copias cuando sentí las manos de Jeff en mis hombros.
-Se te nota tensa... ¿Quieres un masaje? -preguntó, un escalofrío me recorrió la espalda y me aparté de él.
-Jeff, no -d ije con voz firme mientras me alejaba de él.
-Vamos, nena, sé que lo deseas -dijo Jeff pero yo seguí firme en mi postura; sin embargo, Jeff me apresó contra la impresora industrial, empecé a gritar pero él me tenía bien sujeta.
Empezó a arrancarme la camisa y luchaba por abrir mis jeans mientras me pasaba la lengua por el cuello; empecé a llorar pero luego recordé los movimientos que Kentin me había enseñado unos movimientos y le di un rodillazo en los genitales, cosa que me dio tiempo de tomar mi cartera y salir corriendo de allí.
Salí disparando del lugar, me quité los tacones y continué corriendo descalza, mientras lloraba.
Seguí corriendo hasta que llegué al loft, me sentía sucia, violada y ultrajada, subí corriendo las escaleras y cuando entré al loft vi a Kentin que estaba sentado viendo las noticias de la noche.
Mi novio se giró para verme y al verme en ese estado abrió los ojos, asustado.
-¡Annie! ¿Qué pasó? ¿Por qué estás así? -preguntó mientras se acercaba a mí, yo me largué a llorar y me arrojé a sus brazos, él me abrazó mientras me consolaba-. Ya, ya, linda... Tranquila... Estoy aquí, mi amor...
-Kentin... Mi jefe... -balbuceé-. Mi jefe intentó violarme.