Gaeil O'Connor, el Bastardo

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Parpadeé varias veces incapaz de creer lo que me había confesado el abuelo Rick, al principio creí que era una broma pero estaba siendo 100% sincero conmigo; aunque honestamente no entendía cuál era el problema, pero si Kentin jamás me había dicho nada acerca que tenía un medio hermano mayor luego de casi tres años de noviazgo, era porque NO quería decírmelo; es más... él siempre hablaba de sí mismo como si fuese hijo único. Richard me tomó de la mano y nos sentamos en el salón a conversar más tranquilos.

—Cuando Thomas tenía diecisiete años, empezó a salir con una compañera suya del instituto, Lorelei —Empezó a relatar Rick—. Se llevaban muy bien y eran una linda pareja, incluso a Mae le gustaba. Pero todo cambió cuando Lorelei quedó embarazada de Thomas con solo dieciocho años y aún ninguno de los dos había acabado los estudios. El padre de Lorelei, el cual es uno de los señores que estuvieron hoy en el pub, quiso obligar a Thomas y Lorelei a que se casen, en aquella época era una deshonra quedar embarazada antes del matrimonio; Thomas aceptó pero Lorelei se negó y provocó la ira de Mae cuando mi esposa se enteró que planeaba interrumpir el embarazo.

«Thomas se lo contó a todo el pueblo y Lorelei, entre la espada y la pared, tuvo a Gaeil, al nacer ella se desligó de sus responsabilidades de madre y lo dejó al cuidado de Thomas. Gaeil creció en esta casa hasta que mi hijo se casó con Rachel y tuvieron a Kentin; en ese momento, Mae dejó de ver a Gaeil como a un nieto y pasó a ser un bastardo sin madre ni familia. Gaeil dejó de vivir con nosotros y fue recibido por los padres de su madre, eso es algo que nunca le perdonaré a mi esposa, el hecho que haya negado a un miembro de nuestra sangre.

Rick se quedó en silencio mientras el dolor atravesaba su cara surcada de arrugas; sus manos, que estaban juntas, posada una sobre la otra, temblaban como hojas al viento.

—Cuando Rachel falleció, Mae le llenó la cabeza a Kentin de un vil hermano mayor que no lo quería —continuó Rick con su relato—. Mi nieto se creyó esas historias y pese al evidente interés que Gaeil sentía (y siente) hacia su hermano menor, Kentin continúa llamándolo bastardo, como si haber nacido en un matrimonio legal te diera más o menos derechos.

—No es por los derechos, abuelo —dijo la voz de Kentin desde la puerta del jardín. Rick y yo nos giramos para verlo, se lo notaba sumamente molesto y sus ojos verdes brillaban con malicia, fríos y calculadores—; sino porque la abuela tiene razón con todo lo que me dijo acerca de Gaeil.

Rick y yo nos quedamos callados, yo me paralicé incrédula de ver ese costado oscuro y siniestro de mi prometido, el hombre con quien quería pasar toda la vida; pero ¿lo quería así?, ¿quería pasar la vida con un muchacho como él?

—Y en cuanto a ti —gruñó Kentin señalándome—: Que no me entere que volviste a ver a ese bastardo, y créeme cuando te digo que me enteraré si lo haces.

Kentin se retiró y yo le saqué la lengua a sus espaldas.

El abuelo Rick suspiró frustrado. De repente había dejado de ser un hombre vigoroso y alegre para transformarse en un anciano débil y enclenque. Al parecer no soportaba ver que sus dos nietos se peleen así.

—Se nota que es muy doloroso para usted, Rick —susurré tomando sus manos entre las mías—. No puedo ni imaginar lo que está pasando.

—Todo el mundo piensa que Kentin es mi nieto favorito —confesó—, pero yo me hice abuelo gracias a Gaeil. Fue él quien me dio ese título, y Kentin fue el segundo en nacer, pero era tan pequeño y débil que no esperábamos que viva más allá de los tres meses de vida. Siempre digo que amo a todos mis nietos, pero Gaeil y Kentin son mi corazón y pulmones: Si me falta uno de ellos yo no podría vivir. Y verlos así, peleados desde hace años, sin dirigirse la palabra... Y todo por culpa de mi esposa... Es algo que me parte el corazón.

Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora