Juegos de Seducción

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Kentin se acercó a mi oreja derecha y empezó a mordisquearla mientras con la mano se aferraba con fuerza a la remera que estaba usando, las mías se sostenían de sus brazos musculosos. Lo tenía tan cerca mío, como en muchas ocasiones, pero esta vez era distinto: Las veces que lo hice con Kentin en su casa estábamos completamente solos... Esta vez estaba mi suegro, el abuelo Rick y mi cuñado, a este chico le encantaba ponerme al límite.

Se puso encima mío, podía sentir lo excitado que estaba, deseoso de mí, deseoso de tomar lo que por derecho le pertenecía. Empezó a besar mis labios como solo él sabía hacerlo, Kentin O'Connor era la mezcla perfecta de masculinidad, fuerza y gentileza al momento de hacer el amor.

Colocó mis manos sobre mi cabeza y volvió a mi oreja.

-Hoy tengo ganas de algo un poco más... Exótico -me gruñó, y con un ágil movimiento ató mis muñecas con su cinturón al respaldar de la cama.

-Kentin...¿qué...? -susurré, pero él me puso un dedo en los labios.

-Tú déjamelo a mí -gruñó de nuevo-. Quiero jugar un juego de rol, tú eres la señora rica, dueña de casa y yo soy el mayordomo que te observa mientras te duchas, o... Puedo ser el jardinero que está obsesionado contigo e intenta violarte.

Yo levanté una ceja.

-¿Estuviste escuchando Soda Stereo? -pregunté divertida-, ¿o leyendo Cincuenta Sombras?

-Ninguna de las dos cosas -dijo mientras me mordía el cuello-. Aunque a Cerati ya lo conozco.

Yo empecé a excitarme, primero por la profunda voz de Kentin y segundo por cómo me encontraba, completamente a su merced.

-Si hay que jugar un juego de rol... -susurré, me mordí el labio-prefiero que tú seas un soldado y yo tu rehén de guerra.

Él se rio con ganas mientras me mordía con fuerza la mandíbula.

-A mi juego me llamaron. Enseguida vengo -gruñó con deseo, y así atada como estaba, me dejó en su cama mientras él sacaba algo de su armario y salía de la habitación.

Estuve inmovilizada por un rato, mirando el techo de Kentin. Había decorado su dormitorio desde la última vez que estuve ahí: Había más fotos nuestras, había hecho ampliar una imagen mía del baile de graduación y le había pegado en el techo, tenía fotos también de él con sus compañeros de la Academia y con nuestros amigos. Escuché el picaporte abriéndose de nuevo y mi corazón se disparó, ¿qué me iba a pasar? Sentí los pasos firmes de Kentin en el suelo, eran demasiado pesados, generalmente eran así cuando el llevaba...

La bota de combate de Kentin piso el borde de la cama, mi prometido apoyó el brazo derecho en su rodilla y distribuyó todo el peso de su cuerpo en ese punto; llevaba el pantalón del ejército, la camisa blanca abierta pero sin su musculosa negra, dejaba a la vista su cuerpo templado por el riguroso entrenamiento, tenía sus placas de identificación colgando pero me aterré cuando vi su cuchillo en la mano.

Él se rio con ganas y jugó con él entre los dedos mientras me lo enseñaba.

-¿Te asustan los cuchillos, nena? -me preguntó mientras este brillaba con la poca luz que había en la habitación, me lo pasó delicadamente en la cara, gemí y cerré los ojo. No sentí el filo, pero sí el frío contacto con el metal, me di cuenta de que estaba acariciándome con el lomo para no lastimarme-. Mmmm, que delicia verte así de aterrada... me dan ganas de no ser gentil contigo y hacerte mía como aquella vez en el verano, ¿recuerdas como gritabas?

Mi mente automáticamente regresó a ese momento, con Kentin completamente sacado, como un toro embravecido, levantándome en el aire y haciéndome gritar como jamás pensé que lo haría.

Corazón de Melón con Chocolate (libro #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora