Me daba mucho gusto que mi hermano esté saliendo con Violetta, se los veía felices unidos... En realidad no tenía problemas con la sexualidad de mi hermano, solo me importaba verlo feliz con quienquiera que esté.
Mientras estudiaba unos diseños, veía como Annie cocinaba y conversaba alegremente con Lysandro, Nathaniel jugaba con Lalo y Alexy y Violetta estaban viendo la televisión tomados de las manos, Kentin aún no había regresado de su visita al pueblo y no habíamos tenido noticias de él, regresaría pasado mañana.
Volví a centrar mi atención en el estudio pero en ese momento me sonó el celular, era un WhatsApp, al desbloquearlo me di cuenta de que era de Lily.
"Hola, Aren, estás ocupado?"
Rápidamente tecleé una respuesta para ella.
"No, Li, necesitabas algo?"
Esperé su respuesta.
"Hoy estrenan una película japonesa que quiero ver, te gustaría acompañarme?"
"Claro, :D donde y a qué hora?"
"En la pagoda principal del jardín japonés, a las 5, luego vamos a un McDonald's"
"Eres la chica perfecta lo sabías?"
"Deja de bromear, haces que me sonroje! :$"
Reí con ganas, me percaté que Annie y Lysandro me observaban con una sonrisa de complacencia en los labios.
-¿Qué? -pregunté, Annie sonrió.
-¿Era Lily? -preguntó, yo asentí.
-Hoy salgo, mamá -dije, Annie se rio con ganas.
-Te juro que hay veces que pienso que eres mi hijo -rio.
Yo regresé a mis estudios mientras Lysandro ayudaba a Annie con la cocina, observé como Lysandro jugueteaba con el cabello de Annie, ella y Lysandro eran muy unidos pero me daba cuenta de que aún mi amigo la seguía deseando, aunque esté con Ariadne los sentimientos hacia ella jamás iban a cambiar.
Sonó el teléfono celular de Annie y corrí a atenderlo, era el número de Kentin.
-¡Soldadito! -exclamé, Annie me miró con los ojos llenos de esperanza, yo le guiñé el ojo. Lysandro estaba inexpresivo.
-Aren, ¿Está todo bien por allá? -me dijo la voz de Kentin desde el otro lado de la línea-. Disculpa que no haya dado señales de vida en estos días pero hemos estado muy ocupados.
-Descuida no te preocupes -dije, Annie me miraba esperando que le pase la llamada, yo me di vuelta para ignorarla y hacerla enojar a propósito.
-No sabes lo cambiado que está el pueblo, ahora hay cine 3D -rio Kentin.
-¡Bueeeno, por fin decidieron poner una sala como la gente! -Exclamé, Annie seguía dando vueltas alrededor mío-. Oye, ¿y cómo te fue con tu familia?
-No me hables de eso...-Dijo, se lo notaba cansado-No sabes lo que fue, discutir con mi abuela, ella no quiere reconocer que estuvo en un error y que se equivocó muy feo.
-No me digas... -dije, Annie ya estaba cruzada de brazos, yo le saqué la lengua.
-Encima mi hermano está muy cabreado con ella porque se ha metido con mi boda así que te puedes dar una idea... -continuó Kentin-. Él que tanto se molestó en que volvamos a ser hermanos por tantos años...
-Me imagino...
-Pero bueno, esperemos que ahora que está todo este asunto aclarado pueda continuar con la boda con normalidad, aunque no será nada de lo que pensaba... -dijo Kentin-. En fin... ¿está Annie?
-No conozco ninguna Annie -dije con una risa.
-¡Ya dame el maldito teléfono! -me gritó Annie no pude evitar reírme.
-¿Qué sucede? -preguntó Kentin.
-Sucede que tu novia parece ave de rapiña mirando el teléfono, esperando hablar contigo -le respondí, Kentin lanzó una carcajada.
-Pásame con ella -pidió mi amigo en medio de risas.
-Claro, luego nos vemos, Klenton -dije y le pasé el inalámbrico a Annie.
-¡Amorcito! -dijo mi amiga cuando se puso el teléfono a la oreja, yo me reí mientras regresé a mis estudios, observé a Lysandro que seguía mirando a su amiga.
Cerca de las cuatro empecé a prepararme, el jardín japonés no quedaba lejos, quizás unos veinte minutos en bus, pero los días de semana el tráfico a esa hora era una locura, esa era una de las tantas cosas que odiaba de la ciudad y que extrañaba del pueblo: La tranquilidad.
Una vez que estuve listo, me despedí de Annie con un beso en la mejilla y unas cosquillas, me calcé las Converse en la puerta de entrada y salí al pasillo, llamé el ascensor y esperé.
Cuando llegó el ascensor entré y marqué la planta baja, me puse los auriculares en los oídos y retomé la música que estaba escuchando, algo muy tranquilo, el opening de Watamote; salí a la calle y caminé unas cuadras hasta la parada del bus, por suerte no tuve que esperar demasiado tiempo, ya que estaba a solo unas calles.
Subí al vehículo, pagué el boleto y me senté en uno de los asientos del fondo, y mientras escuchaba música iba imaginando cosas...
Ya empezaba a ser tiempo en que le diga mis sentimientos a Lily, me sentía sumamente cómodo con ella y con su personalidad, me entendía y respetaba en mis locuras y obsesiones y principalmente, era humilde y centrada.
Luego de unos minutos en bus se detuvo en la entrada del jardín japonés, bajé y entré, estaba bellísimo, todos los cerezos ya estaban floreciendo, la primavera se acercaba y el calorcito era de lo más agradable.
Me dirigí a la pagoda principal, la cual estaba en medio de un lago, se accedía a ella caminando sobre unas piedras flotantes las cuales fui saltando con cuidado de no caerme al agua; esperaba que Lily aún no haya llegado pero cuando llegué, ella ya me estaba esperando, tenía un jean con una solerita verde y unas trabitas en su cabello con forma de estrellas.
-¡Lily! Perdón, ¿hace mucho que esperas? -pregunté, ella se sonrojó al escuchar mi voz y me miró con sus ojos tan celestes como el cielo.
-No, perdón, es solo que no me gusta hacer esperar a la gente -respondió con una sonrisa, yo la miré extrañado y me fijé en mi reloj.
-Pero faltan cinco minutos para las cinco -dje, ella se sonrojó aún más.
-Lo sé, pero no me gusta que te quedes esperando -rio, yo me reí junto a ella y me acerqué, le di un beso en la mejilla y me apoyé contra el barandal de la pagoda.
-¿Dónde es la película? -pregunté.
-Es aquí, todas las películas japonesas que no salen en los grandes cines las estrenan aquí -fijo Lily mientras señalaba el restaurante que tenía el jardín-. Aquí también es el Centro Cultural Japonés, se desarrollan muchas actividades como Judo, Kendo, danzas tradicionales, incluso taiko y hay un taller de manga e ikebana, el sábado de la semana que viene es el Festival del Fuego, yo vengo todos los años.
-¿En serio? Le diré a An-Chan, ella es fanática de la cultura japonesa, quizás podamos venir todos juntos -exclamé muy emocionado ante un festival japonés, pero luego me di cuenta de otra cosa-. Ah... No tenemos yukatas.
-No te preocupes por ello, no hace falta venir en yukatas -dijo Lily pero yo negué con la cabeza.
-No sería lo mismo.
-Entonces podrías rentarlas aquí, tienen millones y de todos los tamaños -dijo la pelirosada, se fijó en la hora-. Ya enseguida comienza, deberíamos ir yendo antes de que se llene.
Yo no pude evitar reírme, ¿tan concurrido iba a estar?
Resultó ser que la película que estrenaban era ni más ni menos que el último trabajo de Takashi Miike, era de terror y sí.... Estaba todo lleno, no solo de japoneses que habían inmigrado para aquí sino también de público en general, Lily terminó temblando de los pies a la cabeza y cuando salimos la invité a comer algo.
-¿Qué te pareció la peli? -preguntó ella mientras comía una papa frita, estábamos en un McDonald's cerca de la estación de trenes.
-Me gustó mucho, aunque los géneros de terror no son mi fuerte -rio ella, yo le pegué un mordisco a mi hamburguesa.
Empezamos a conversar de cosas varias, entre ellas nuestros trabajos y estudios, Lily estaba a solo un paso de recibirse de ingeniera genética, dentro de dos semanas defendía la tesis y su tortura habría acabado.
Yo le comenté que estaba muy contento estudiando para ser diseñador de videojuegos, mi trabajo consistía en probarlos antes de que salgan del mercado, me pagaban bien por ello y hacía lo que me gusta.
-Aunque por ahí Alexy y An-Chan me obligan a que salga a tomar aire fresco con ellos -dije mientras me rascaba con la cabeza-. Temen que sea un hikikomori.
-Siempre fuiste un poquito "hiki", Aren -rio Lily, yo le arrojé una papa mientras ella reía con ganas.
Luego de la comida fuimos a caminar por allí, a lo lejos se veía la torre de la ciudad, tan bonita e iluminada como siempre, ya se estaba haciendo tarde y era hora que Lily tome el tren para regresar a su casa.
Estabamos caminando cuando Lily se detuvo y me miró con el único ojo blanco que dejaba ver su flequillo.
-Ya vengo. Voy al baño -anunció Lily toda sonrojada.
-Aquí te espero -le dije.
Me senté en el banquito a esperar a que salga de los baños públicos, pero luego de diez minutos ella aún no salía. Me acerqué discretamente a la puerta y la llamé.
-¿Estás bien? -pregunté.
-Sí... Ya salgo -respondió. Volví a sentarme hasta que una chica de pelo castaño y ojos marrones con ropas normales. Me miró-. Aren...
Yo la miré de arriba abajo. Era...
-¿Lily? -pregunté.
-Sí.
-¿Y tu traje de loVioletta? -quise saber.
-Hay algo que quiero decirte, y te lo quería decir siendo la verdadera Lily.
Yo esperé a que ella me dijera que era eso que la molestaba, finalmente Lily tomó aliento y habló.
-Me-Me gustas mucho, Aren-Confesó, yo abrí mucho los ojos, ¿Lily gustaba de mí?-Desde que empezamos a hablarnos fuera de LoL que no pude evitar a sentir cosas por ti, eres un chico muy alegre y carismático, me haces reír como loca y me siento muy cómoda a tu lado. Realmente es como Annie decía, que tu obsesión por los videojuegos solo se compara con tu enorme corazón; me encanta como eres, Aren.
Yo la miré impactado por lo que acababa de decir, ¿yo le gustaba a Lily? Ella seguía mirándome, una lágrima apareció en su ojo y se la secó.
-Perdón... Creo que tus sentimientos no son los mismos-rio mientras lloraba-Perdón, ya debo irme.
Cuando se quiso ir, le tomé del brazo, ella se giró y me miró, yo me acerqué a ella mientras Lily me miraba con los ojos abiertos. La miré con cuidado, admirando todo lo que no me había permitido apreciar de ella. Sus hermosos ojos marrones, grandes y expresivos, su bonito cabello castaño, lacio y largo, sus mejillas sonrojadas, su boca tersa. Finalmente allí estaban los ojos que siempre me había preguntado de qué color eran... Y sin duda eran tan hermosos como lo había supuesto. Mucho mejor verlos así que vacíos e inexpresivos.
-Me encanta la verdadera Lily. Y si hubieras esperado a que te recibieras yo me habría declarado-Le dije al oído, ella rio con ganas-No ocultes lo que eres, Li.
Con cuidado hice que Lily se subiera a un banco y la besé, ella ahogó un gemido de sorpresa.
-Ahora nos van a decir Arly-Dijo ella, yo parpadeé sin entender-Aren y Lily, Arly.
Con una carcajada la tomé en brazos mientras la hacía girar.
-Yo creo que el verdadero problema va a ser si nos queremos besa-Dije-Tú mides un metro cincuenta y yo un metro ochenta y nueve.
-Empezaré a traer un banquito a nuestras citas-rio, yo también lo hice, tomé su mano y la acompañé a tomar el tren.