Viernes.
Narra Sara.
Jesús: creo que solo vamos nosotros -apunta
Y el claxon del coche de David nos sobresalta.
Hago un gesto con mi cabeza en señal de 'vamos', y me levanto del sofá dirigiéndome a la puerta.
Los gemelos me siguen.
Vamos al super a comprar alcohol y cosas varias para mañana.
No tenemos nada que celebrar, pero una fiesta nunca viene mal.
La mañana en el instituto ha sido tranquilita.
Mónica no ha aparecido por clase, y a Laura no la veo hace un par de días.
Y bueno, Sandra al parecer se ha quitado de bachillerato.
Su único fin allí era acercarse a Dani, y ya no tiene nada que hacer.
Jesús: yo me monto delante -se anticipa
Y no sé qué expresión poner cuando veo a Paula en el asiento del copiloto.
Sara: está Paula -murmuro
No sabíamos que venía.
Dani: y se formó la gozadera -bromea
Ni su hermano ni yo podemos evitar soltar una carcajada, pero golpeo su hombro llamándole la atención.
Los tres nos subimos al coche, y saludamos a David y a Paula con total normalidad.
Allí nos encontraremos con Álvaro y Ana.
Álvaro se sacó el práctico hace muy poco, pero sus padres le dejan coger su coche.
No sé la situación actual de Álvaro y Paula, pero estoy segura de que esto va a ser incómodo.
Los demás o bien no podían venir, o bien David no les ha dicho nada.
Tampoco queríamos juntarnos treinta personas para ir al super.
Paula: ahora hablamos Sara -se anticipa mirándome por el retrovisor
Sara: vale cariño -asiento
En apenas 5 minutos llegamos a nuestro destino.
Los hermanos López nos están esperando.
Un pequeño suspiro se escapa de la boca de la morena que va de copiloto.
Por favor, que no haya malos rollos.
David toca la bocina divertido al ver a Álvaro al volante, y él repite su gesto.
Es la primera vez que lo vemos conducir.
Aparcamos justo al lado y nos bajamos de ambos coches.
Un par de bromas, acompañadas de algunas risas, sirven como saludo.
Paula ni siquiera mira a quien era su 'novio'. Llamémoslo así.
Es evidente que no han terminado bien.
. . .
Sara: amor, voy en el coche con Ana, nos vemos allí -hablo aproximándome a Dani
Frunce el ceño mientras termina de guardar algunas bolsas en el maletero.
Sara: quiero hablar con Álvaro -susurro antes de estampar mis labios en los suyos
He ido con Paula a dejar el carro en su sitio, y me lo ha contado todo.
Estaban muy bien, y Paula me ha afirmado que a ella le gusta, mucho.
Ha intentado de todas las formas posibles que siguieran con lo que tenían, al menos hasta que se fuera, pero Álvaro no ha dado su brazo a torcer.
Ella se irá en junio, y estamos a mediados de enero.
Tendrían unos 5 meses para disfrutar el uno del otro, pero mi amigo se ha negado.
Según Paula, él piensa que esos 5 meses van a perjudicarle, porque cuando ella se vaya lo pasará aún peor.
Sara: Alvarito, a ver qué tal se te da eso de conducir -vacilo acercándome a su coche
Suelta una carcajada y en un par de minutos nos ponemos en marcha.
Estoy en el asiento del copiloto, y miro cómplice a Ana a través del espejo retrovisor.
Sara: ¿cómo estás? -inicio la conversación observando al moreno
Álvaro: sé que estás aquí porque quieres hablar de Paula -suelta inesperadamente
Solo se escucha el tic tac del intermitente.
Álvaro: vamos a llegar en 5 minutos así que seré breve -permanece concentrado en la carretera- pero después de esto no quiero saber nada más del tema
Ahora es él quien mira a su hermana por el retrovisor, indicándole que eso también va dirigido hacia ella.
Ambas asentimos sin saber qué decir.
Álvaro: no estoy bien -espeta- no estoy enamorado -frunce el ceño al pronunciarlo- pero me gusta esa chica desde hace mucho tiempo y saber que se pira ha sido como un golpe en las costillas -compara
Suspira y se mantiene tras el coche de David.
Sara: ¿y por qué te empeñas en acabar con algo que no tiene porqué acabar? -cuestiono
Álvaro: no quiero convertirme en quien se convirtió tu novio cuando te marchaste -sentencia
Y la frialdad de sus palabras me hace tragar saliva.
Álvaro: quiero decir... -intenta rectificar- Dani y yo nos parecemos mucho en ese aspecto -me mira fugazmente
Chasquea la lengua.
Álvaro: mira... -busca las palabras adecuadas- nos cuesta horrores sentir algo por una tía, y nos da vértigo cuando alguna nos rompe los esquemas -asiente- pero nos encantan las alturas, y las alturas a veces son peligrosas porque puedes caer en cualquier momento, ¿lo entiendes?
Y no deja que responda, porque vuelve a hablar.
Álvaro: sería un puto kamikaze si siguiera con Paula como si no supiera que se va a ir para siempre en junio -aclara- no puedo hacer eso -niega con la cabeza, autoconvenciéndose- me estaría haciendo daño a mí mismo
Sara: ¿y no te lo estás haciendo ahora? -insisto
Ana parece no querer entrar en la conversación.
Álvaro: en 5 meses da tiempo a vivir y a sentir muchas cosas que no olvidaré en 2 días
Apaga el motor y me doy cuenta de que hemos llegado.
Álvaro: ¿cuánto me das como chófer del 1 al 10? -cierra el tema anterior
. . .
Jesús: yo creo que se está obligando a ignorar lo que siente, pero no lo culpo -se encoge de hombros
Asiento dándole la razón.
Dani: yo tengo una conversación pendiente con él -indica
Sara: no creo que soluciones mucho -levanto la vista de la pantalla de mi móvil- me dijo que no quería pasarlo mal, y te puso a ti como ejemplo cuando yo me fui -explico- "no quiero convertirme en quien se convirtió tu novio cuando te marchaste" -cito con voz grave haciendo reír a ambos
Dani: este tío es imbécil -rueda los ojos
Jesús: la situación es una mierda, pero él sabe lo que hace, así que lo mejor es no darle más vueltas -bloquea su móvil- me voy a la cama -se levanta del sofá
Sara: buenas noches Jesusito -le lanzo un beso
Mi chico se despide con un movimiento de cabeza.
Jesús: más os vale dejarme dormir -bromea subiendo las escaleras
Suelto una carcajada y me percato de la seria expresión de Dani.
Ha insistido para que durmiera en su casa, y aquí estoy.
Ana no ha querido quedarse.
Prefiere no dejar a Álvaro solo.
Los padres de los gemelos salían a cenar con María y mi padre, y eso ha sido un punto a favor para la insistencia de Daniel.
Sara: ¿todo bien? -pregunto
No hemos soltado el móvil desde que terminamos de cenar, porque están hablando por el grupo de la fiesta de mañana.
Desde que nos sentamos en el sofá estoy tumbada con mi cabeza sobre sus piernas.
No entiendo a qué se debe tanta seriedad.
Asiente varias veces y deja el dispositivo en la mesa.
Me incorporo para terminar sentada a su lado.
Sara: ¿seguro? -frunzo el ceño
Toma mi cara entre sus manos y besa mis labios sin darme una respuesta.
Sara: ¿qué pasa? -esquivo su boca a la segunda vez
Chasquea la lengua ante mi acto.
Dani: no pasa nada -me coloca un mechón de pelo tras la oreja
Sara: Daniel -alzo las cejas sabiendo que miente
Dani: vamos a discutir -suelta
Sara: ¿qué? -pregunto confundida
Dani: cuando te diga lo que pasa -aclara- vamos a discutir, y no quiero
Suspiro y me paso una mano por el pelo.
Sara: me estás poniendo nerviosa -advierto
Aparta la vista de mí y su pierna derecha comienza a moverse repetitivamente.
Sara: joder, Dani -gruño
Dani: no es nada, no te preocupes, ¿vale? -vuelve a mirarme- vamos a dormir -se deshace de los cojines para posteriormente levantarse
Sara: no me hables como si fuera imbécil -espeto
Se dispone a contestarme, supongo que para debatir mis palabras, pero finalmente se queda callado.
Dani: vamos a mi habitación, por favor -me pide con calma
Accedo y me dirijo a las escaleras, mientras él apaga las luces del salón.
¿Por qué no me dice qué pasa?
Entro en la habitación escuchando sus pasos justo detrás de mí, y me giro repentinamente cuando cierra la puerta tras sí.
Sara: no pienso dormir hasta que no me cuentes qué es lo que te preocupa -sentencio sin rodeos
Dani: Mónica me ha hablado -escupe
Permanezco inmóvil ante su rápida y directa respuesta.
Él cierra los ojos mientras suspira, y enreda las manos en su pelo.
Sara: ¿qué te ha dicho? -pregunto en un tono prácticamente inaudible
Me tiende su móvil, y cuando estiro el brazo para cogerlo tira de mí acercándome a su cuerpo.
En una milésima de segundo siento sus labios sobre los míos.
Me dejo hacer en un primer momento, pero finalizo el beso rápidamente al asentar los pies en la tierra y ser consciente de la situación.
Giro sobre mis talones sin ni siquiera mirarlo, y me tomo la libertad de sentarme en su cama.
Daniel, soy Mónica
Tenemos q vernos
Los dos solos
Es importante
Si todavía te queda algo de confianza en mí, contéstame antes de las 2:00 con un 'vale, q no se entere nadie', y yo me encargo de buscarte
Si vas a decirme algo diferente a eso, no me contestes, por favor
Necesito hablar contigo
Sara me lo agradecerá, y tú también
Dani: quiero hablar con ella, pero sé que tú no quieres que lo haga -expone antes de que pueda terminar de leer
Y sus palabras me sientan como un jarro de agua fría.
Levanto la vista de la pantalla, anonadada.
Sara: ¿quieres hablar con ella? -una risa irónica sale de mi garganta- necesito procesar todo esto
Me levanto y comienzo a dar vueltas por la habitación.
Releo todos los mensajes una y otra vez, entrando en cólera.
Dani: creo que...
Sara: ¿crees que tengo algo que agradecerle a tu ex? -alzo las cejas esperando una respuesta
Dani: creo que todo esto es muy raro, y también creo que lo que tenga que contarme va a favorecernos -explica con calma
Sara: ¿me lo estás diciendo en serio? -me ofendo
Dani: sí -afirma tajante
Otro golpe bajo.
Sara: pues yo creo que lo único que quiere es acercarse a ti -elevo el tono casi sin querer- ¿no decías que ahora sale a tomar café con Javier? ¿Crees que ese círculo de personas va a aportarnos cosas buenas? -cuestiono vacilante sabiendo la respuesta
Dani: todo esto tiene que explotar de algún modo Sara, y tengo la sensación de que Mónica pretende ayudarnos -se va acercando a mi posición
Cada sílaba que sale de su boca incrementa mi estado de shock.
Sara: ¿me estás vacilando verdad? -noto como mis ojos se humedecen
Posa una de sus manos en mi mejilla y la aparto rápidamente.
Dani: no vamos a discutir -se niega
Sara: hemos estado a punto de dejarlo por su culpa, ¿y dices que tienes la sensación de que pretende ayudarnos? -muestro mi asombro ignorando sus palabras
Dani: hemos estado a punto de dejarlo por muchas cosas -suelta
Y es la gota que colma el vaso.
Una lágrima rueda por mi mejilla al mismo tiempo que estallo en leves carcajadas ante su indiferencia.
Sara: vete a la mierda -susurro acercándome a su rostro
Golpeo su pecho con su móvil, dándoselo de malas formas, y me dispongo a salir de la habitación.
Dani: ¿qué haces? -frunce el ceño enfadado ante mi comportamiento
Freno mis pasos para mirarlo.
Sí que vamos a discutir.
Sara: ¿hemos estado a punto de dejarlo por muchas cosas? -repito dolida sus palabras- ¿te estás poniendo de su lado?
Dani: ¡no me estoy poniendo del lado de nadie! -exclama frustrado- ¡quiero quedar con ella por ti!
Sara: ¿por mí? -abro los ojos como platos- ¿te estás escuchando Daniel?
Dani: Sara... -maldice en un murmuro- no sé en qué punto está la situación ahora mismo porque tu ex no se manifiesta -habla- por tanto, Mónica es ahora mismo nuestra única vía para avanzar en esto
Mi asombro está llegando demasiado lejos.
No puede ser real.
No puede pensar así.
Sara: ¿¡en qué quieres avanzar!? -gesticulo con los brazos sin entender nada- ¡despierta! -chasqueo los dedos- ¡Mónica no va a ayudarnos en nada y tampoco quiero que lo haga!
Veo como aprieta la mandíbula con fuerza.
Dani: cualquiera diría que tengo yo más ganas que tú de que todo este lío termine -alza las cejas desafiante
Y el pecho me arde aún más.
Dani: ¿sabes qué? -se deshace de su sudadera mientras intento asimilar lo que está pasando- voy a quedar con ella
Tengo el corazón desbocado desde que cogí su móvil, pero noto a la perfección como varias lágrimas se pasean hasta llegar a mi boca.
En mi cabeza retumba su última frase, y oigo a lo lejos una voz familiar.
Me tocan el hombro y salgo de ese estado de trance.
Es Jesús, y está justo a mi lado.
Jesús: ¿qué coño pasa? -me mira preocupado
Mis ojos vuelan hacia su hermano, quien se está poniendo el pijama como si no hubiera pasado nada.
Sara: quiero irme a casa -me limito a decir
Absorbo por la nariz e intento cruzar la puerta, pero unos brazos me lo impiden.
Jesús, otra vez.
Jesús: ¿cómo vas a...
Sara: no pienso dormir aquí y mucho menos con él -me refiero a su gemelo
Jesús: no puedes irte a casa a la hora que es -argumenta- ¿dónde vas? -agarra la camiseta de Daniel, que se dispone a salir
Dani: al sofá -espeta mirándome fijamente
Jesús: si no quieres contármelo a mí dudo mucho que quieras contárselo a papá y a mamá cuando lleguen y te vean durmiendo en el sofá -vence la batalla
El derrotado resopla furioso.
Dani: no vas a irte -se dirige a mi persona
Sara: ¿no tienes en cuenta mi opinión a la hora de tomar decisiones que nos afectan a los dos y ahora pretendes decirme lo que tengo que hacer? -ataco
Y me siento plenamente satisfecha tras ello.
Él se muerde la lengua, como siempre hace cuando algo le cabrea.
Dani: fin del tema, ¿vale? -refleja su agobio
Sara: claro -asiento irónica- lo que tú digas, jefe
Dani: madre mía Sara... -comienza a perder los nervios- ¿puedes pensar fríamente un momento? -eleva el tono
Jesús: se acabó -trata de mediar
Sara: me encantaría que tú hicieras lo mismo -cojo la mochila en la que traía el pijama- tic tac, falta poco para las 2:00 -vacilo mientras salgo de la habitación
Bajo un par de escalones mientras Jesús me sigue.
Jesús: ¿puedes explicarme por qué estáis así? -agarra mi brazo obligándome a parar
Un fuerte portazo nos sobresalta a ambos.
Y un 'gilipollas' amenaza con salir de mi boca a pleno pulmón, pero quien es (o era) mi cuñado niega rotundamente al ver mis intenciones.
Sara: no quiero hablar -evito sus ojos avergonzada por el numerito- y tampoco quiero molestar así que deja que me vaya
Jesús: no voy a dejar que te vayas -aclara- vete a mi cama, yo voy a ver cómo está mi hermano, prometo no despertarte cuando me acueste -alza las manos en señal de inocencia- es una orden -bromea con el objetivo de tranquilizarme
Una triste sonrisa aparece en mi rostro.
Es un sol de niño.
Sara: por la mañana me voy -condiciono su propuesta
Jesús: vale -acepta- venga -tira de mí para retroceder sobre nuestros pasos
Sara: gracias -aprieto su mano antes de soltarla
Ya sabe que siempre le estaré agradecida por todo lo que, directa o indirectamente, ha hecho por mí desde que llegué aquí.
Jesús: no quiero que me des las gracias, pero sí quiero que tengáis una charla mañana -se refiere a Dani y a mí
Me encojo de hombros.
No sé cómo va a terminar esto.